Carmina lucía confiada, de hecho, se regodeaba con aquella victoria, mientras que Daliah simplemente estaba en pánico dentro de su cabeza. Su cerebro le demandaba huir y preservar su vida antes de que fuese demasiado tarde. Se sentía cómo una maldita rata acorralada en una pequeña trampa.Retrocedió sutilmente, no quería precipitarse y causar que Carmina considere su respuesta física cómo un acto inapropiado. Sujeto el arma debajo de su abrigo capa y mantuvo sus ojos fijos en cada movimiento que realizaba su tía. Apenas podría escuchar con los fuertes latidos de su corazón, necesitaba mantener el control o quedaría expuesta ante ella.―¿Soren Oversax? No reconozco ese nombre…―¿Y por qué tendrías que reconocerlo? ―soltó una risilla cómo una campanilla y agitó el cabello en el aire―. No hay manera de que supieras que tu hermano estuvo escondiéndose en esa ciudad los últimos años, ¿quién podría imaginarlo?―Seattle está fuera de nuestro alcance político. Si lo piensas bien, fue bastante
Carmina observó a su sobrina salir de su despacho y cuando estuvo completamente sola sus labios se alzaron en una retorcida sonrisa. Ese maldito juego era mucho más divertido de lo que se le pudo haber ocurrido, ¿quién lo hubiera dicho? De saber que disfrutaría tanto el meterse en la mente de Daliah para usarla cómo un títere, lo habría hecho desde mucho antes.Tomó asiento nuevamente detrás de su escritorio. La puerta se volvió a abrir, pero esta vez era Otto el que ingresó.―Déjenla ir, pero que no se escapa de su vista.―Cómo ordene, mi princesa ―aceptó, reverenciándola. Se dio la vuelta para salir, pero Carmina habló regresó a su posición inicial.―Mi esposo, ¿cómo se encuentra esta mañana?―Pronto podrá mostrarse ante el pueblo.―¿Y mi hermana? ¿Dónde está Verona?―La princesa Verona se encuentra en la biblioteca junto con los Garra Violeta.―Ash, ¿sigue con esa idea? Le dije que no era buena idea enfocarse en ese estúpido plan ahora que tenemos información útil ―respiró profundo
Jax no estaba para nada convencido con la respuesta de su exprometida. Él tal vez ya no formaba parte de su vida de la misma manera de antes, ella cambió muchas cosas, pero en esencia continuaba siendo la misma mujer de intensos sentimientos. Y ahora mismo debía tener un huracán dentro de su cabeza, impidiéndole pensar con claridad.―Sabes que lo que hiciste estuvo mal ―no quería hacerla sentir mal, pero debía poner límites―. No puedes volver a hacerlo. Fue un enorme riesgo el que corriste hoy, alguien pudo verte o peor aún, te pudieron llevar.―Eso ya lo sé, Jax. Pero sólo quería ver por mis propios ojos sí estaba bien. Lo que me dijo Jeremy no me convenció.―¿Y qué te dijo?―Dijo que algo paso, pero que estaba mejor ya.―¿Y por qué no te quedaste con esa respuesta y ya?―¡Porque no era lo que quería! ―chilló―. Sentí que necesitaba ir, que tendía que verlo. No lo entiendes y para serte sincera, yo tampoco. Cuando me di cuenta ya estaba entrando en la clínica y simplemente terminé dej
Cuando despertó ya eran las diez de la noche y estaba completamente solo en la habitación. El dolor menguaba con cada día, las heridas estaban cerraban cómo era debido y sin complicación alguna, lo cuál indicaba que pronto podría irse. Sin embargo, él no podía esperar más en esa camilla. Existía un asunto allá afuera que debía ser tratado inmediatamente con total atención de su parte.Apartó las sábanas y se arrancó el catéter antes de salir de la cama, en primera instancia sintió lo extraño que era ponerse de pie al estar recién despierto, pero lo ignoró y siguió. Tomó ropa del closet que había ahí, no sabía que la trajo, pero le agradecía a esa persona que le llevase ropa poco llamativa.Se vistió tan rápido cómo le fue posible, buscó su teléfono, pero no lo encontró y decidió irse así. No obstante, cuando fue a sujetar el picaporte alguien abrió la puerta desde el otro lado.―Brion, ¿qué haces levantado y a donde vas? ―preguntó su tía Seniah―. Vuelve a la cama, no puedes andar por
Galen apartó los ojos de la televisión cuando su novia y su amiga entraron corriendo al apartamento. Vi que le pusieron seguro a la puerta y fueron directo a las ventas para cerrar las cortinas.―Eh… ¿Hola? ¿Qué pasa aquí? ―habló con una voz nasal y ninguna le respondió, sólo siguieron corriendo de un lado al otro―. Clarisse, ten cuidado. No olvides que tienes tres meses de embarazo.El ruido llegó hasta las habitaciones, así que la pelirroja salió a ver lo que estaba pasando. Tessa lanzó el bolso hacia ella sin darse cuenta de que casi le da en la cara, pero por suerte la otra lo atrapó a tiempo.―¡Oh, cuidado! ¿Qué les ocurre a ustedes dos?―Jax recibió una llamada de Brion, dice que viene en camino y nos mandó a encerrarnos ―el par de amigos apenas pudieron entender el trabalenguas que soltó Clarisse por hablar rápido―. ¿Dónde está Pat?―Lo acabo de llevar a su cama.―¿Por qué Brion vendría? ¿No se supone que no puede estar cerca de nosotros para evitar que nos encuentra su familia
Jax no podía procesar lo que presenciaba y cuando pasaron junto a él vio en cámara lenta el vientre abultado de la chica, el mismo que estuvo cubriendo con un grueso abrigo desde un principio. Los siguió mientras las amigas de ella seguían gritando por el pasillo y el rubio intentaba calmarlas, era inútil. Brion no se detuvo a escucharlas, ni a ellas, ni a Clarisse que tiraba de su brazo preso por la fuerte mano de Brion.Lo último que vio en el corredor fue a la mujer pelirroja corriendo hacia el elevador, pero ya era tarde, las puertas se cerraron antes de que lo lograra. Clarisse seguía discutiendo, golpeaba a Brion incesantemente, pero este se mantuvo cómo una roca imperturbable. Al salir del cubo de metal la arrastró hacia la calle y la obligó a subir al asiento del copiloto.Escuchó una voz a lo lejos, pero su atención absoluta seguía en la mujer que exigía ser liberada desde el interior del auto. Sus oídos zumbaban y el corazón latía tan fuerte que le costaba oír otro sonido.―
―Muy bien, eso sería todo ―dijo el médico, comenzado a guardar sus utensilios en un maletín.―¿Y bien? ―la voz del príncipe heredero surgió grave y fría.Milán lo miró y suspiró.―Su presión arterial está por las nubes, necesita reposo en un ambiente calmado. La ecografía muestra que el bebé tiene latidos fuertes, sin irregularidades y por lo visto muy sano ―apuntó a la pantalla que estaba sobre la mesa de noche―. Por su tamaño calculo que tiene un poco más de tres meses. Las extremidades se han desarrollado bien hasta el momento y responde bien a las estimulaciones, así que…―¿Por qué estamos escuchando esto? ―interrumpió el castaño de ojos esmeralda―. Ni siquiera sabemos si esa criatura sea de Brion. Es probable que haya estado con alguien más y ahora esté armando todo este espectáculo para ganar algo. ¡Confiesa de una vez!―¡Macon, no estás ayudando! ―le reprendió su tía.―¡Ya he puesto mi vida en demasiado riesgo cómo para que ahora vaya a morir por culpa de ella!―¡Es un bebé! No
Durante toda la noche Clarisse no pudo dormir. Temía que, si cerraba los ojos sería atacada cuando más vulnerable estaba, aunque siendo sincera, siempre estuvo indefensa desde que se enteró del embarazo.Miró a través del ventanal que ocupaba toda una pared, tenía vista hacia el océano, más allá de un gran campo verde y hermoso. El cristal estaba empañado, mientras la lluvia torrencial golpeaba la zona con fuerza. Así ha estado desde la madrugada y por lo visto, el clima no tenía ningún interés en cambiar por lo que restaba del día.Salió de la cama e inspeccionó el resto de la habitación. El lugar lucía impecable cómo era de esperarse, la decoración era una mezcla entre minimalista y victoriana. Las paredes eran de un tono celeste con columnas grisáceas que tenían grabados en ellas y las cortinas blancas era sostenidas para dejar entrare la luz natural. Los muebles eran sencillos, madera blanca y cojines azules con patrones platinados, y una araña de cristal colgaba desde el techo.Fu