Daliah caminaba tranquilamente por el pasillo mientras Richter le seguí de cerca. La diferencia física era abismal, ella parecía una pequeña muñeca ante aquel hombre corpulento que fácilmente podría aplastarle la cabeza con una mano. Lo observó de reojo y la comisura de sus labios se elevó con emoción. Era igual que una niña que estaba por hacer una travesura.Al entrar en el salón los ojos de los presentes se centraron en ella. Su familia estaba posicionada alrededor de una enorme mesa de cristal que en el centro tenía tulipanes blancos, los favoritos de la reina.—Lamento si los hice esperar. Richter no es muy buen conductor —musitó Daliah.El hombre se sorprendió ante eso porque ambos sabían que él no condujo ninguno de los vehículos y mucho menos el de ella. Simplemente la miró tomar su lugar con la gracia de una bailarina junto a su tía Seniah.—¿De verdad? —Zadriel lo volteó a ver—. Eso es extraño, ya que a mi parecer era un buen trabajador.—Tal vez para ti, tío Zadriel. Pero c
—¿La abuela ya lo sabe? ¿Sabe que me casaré? —quiso saber Daliah, pues la realidad era que no había tocado ese tema con la reina porque a penas y la veía con aquella agenda tan ocupada.—Por supuesto que lo sabe, querida. Y no sólo eso, también muere de ansias por tener un bisnieto, así que yo te recomendaría trabajar en ellos inmediatamente después de la boda —las palabras de Carmina pudieron parecer una broma, sin embargo, estaba muy lejos de serlo.—¿Y eso es lo que quieres, Daliah? —preguntó Seniah de la nada y por consecuencia obtuvo la atención de todos—. Me refiero a que si ya te sientes preparada para ser madre.La expresión de estupefacción que la pelinegra tenía la arrojó a un lado para sonreír cómo si nada hubiera ocurrido.—Por supuesto que sí. Es importante que tenga hijos pronto para asegurarle al país un heredero legitimo —volteó a ver a sus primos inocentemente—. No es que no los considere a ustedes, pero es tradición y no podemos hacer nada.Serena forzó una sonrisa.
—Daliah, necesito hablar de algo contigo —le dijo Seniah.La reunión había acabado, por lo que estaban en los corredores del palacio, y Seniah quiso aclarar algunas cosas con ella antes de que fuera muy tarde.Su sobrina se detuvo y la miró con una ceja alzada.—¿Necesitas algo? —preguntó en un tono demasiado vano.—Así es. Tenemos que hablar del proyecto de beneficencia en el que estamos trabajando.Los ojos de Daliah se movieron de un lado al otro mientras sonreía divertida. Se encogió de hombros sin comprender a lo qué se refería la mujer o tal vez simplemente no le importaba.—¿Qué hay con eso?—"¿Qué hay con eso?" —la imitó, desconcertada por su actuar—. ¿Acabas de escucharte, sobrina? Creí que aún estabas interesada en ayudar con la fundación de música en Seattle. ¿Por qué parece que ahora ya no te interesa nada más que la corona?—¿Y qué tendría de malo? Para esto nací, mi vida es por y para la corona de Velghary —aseguró, sonriente y orgullosa de sí misma—. Si tanto quieres ay
—Mi lealtad está para con la familia real, pero principalmente soy leal al príncipe Zadriel y él dio ordenes estrictas —contestó el hombre tras las rejas—. ¿Y ahora soy castigado por seguir ordenes?Daliah lo miró sobre su hombro con apatía y viró los ojos con fastidio. Realmente era alguien bastante molesto, así que iba a disfrutar mucho ese momento mientras le daba una lección al jurado caballero de Zadriel.—Recibirás lo que consideré justo y un castigo es más que justo —se acercó a un armario en el que se encontraba una amplia variedad de artículos de tortura y tomó un pequeño cuchillo—. Sujétenlo.Los guardias obedecieron, pues entraron en la celda y comenzaron a luchar con Richter, el cual no se quería dejar someter. Él era mucho más grande que los demás, sin embargo, sólo era uno y un momento después estaba contra el suelo.—¡Libérenme! —demandó con la cabeza pegada al suelo—. ¡Soy un guardia de rango superior! ¡Es una orden!A pesar de sus gritos ninguno hizo lo que pidió.—No
—Identifíquense —demandó un guarda en la entrada de la mansión Clermont.—Liza Veliartte. Soy la ama de llaves de Soren Oversax y será mejor que me dejan pasar antes de que derribe esas rejas —apuntó con el dedo a la entrada—. ¡Ahora!El hombre fue a hablar con otro y luego las verjas se abrieron para darle paso a los vehículos que terminaron deteniéndose frente a la puerta principal en la cual esperaba una mujer madura de cabello castaño claro con mechones rubios, ojos verdes azulado y piel clara. Vestía un atuendo formal de color gris con detalles azules.Le dio una mirada al grupo de personas que estaba frente a ella de una manera bastante juzgadora y la ama de llaves le devolvió la mirada hostil. No permitiría que una mujer tan estirada la fuera a hacer menos sólo con una mirada. Nadie estaba por encima de ella, porque ella se aseguraba de nunca actuar de ese modo con otros. Se trataba de dar respeto para recibir respeto.—Buen día, sean bienvenidos a la mansión Clermont. Soy Donn
Cuando contestó la llamada no esperaba que hubiera público presente, pero simplemente los ignoró. De su lado estaba Liza el hombre al que le presentaron cómo Vincent y también estaba Jax. Mientras que del lado de su novia estaba Madeline al fondo y más cerca de la pelinegra una mujer a la cual reconoció cómo su tía, pero la verdad no recordaba su nombre.—Daliah, finalmente contestas. Estaba muy preocupado por ti, por un momento llegué a pensar lo peor. Madeline no me decía nada claro y por mucho que… —sus palabras angustiadas fueron perdiendo volumen al ver las manchas que cubrían parte del cuerpo de su novia—. Daliah, ¿qué es eso?—¿Ah? —la chica chica se miró las manos y reaccionó al darse cuenta que no se limpió antes de recibir la llamada—. Esto… Tuve que encargarme de alguien esta tarde.—¿A qué te refieres?—¿Mató a alguien? —cuestionó Jax, perturbado.El agente del FBI tenía en claro con qué clase de personas estaba asociado. Aunque una cosa era dejar que ellos hicieran lo que
La jaqueca que azolaba su cabeza era verdaderamente atroz, ni siquiera con medicamente podía aliviar el dolor, pero era de esperarse luego de haber inalado un somnífero. A pesar de que le inyectaron algo para contrarrestarlo, aún seguía con mucho sueño y sólo estaba utilizando su fuerza de voluntad para no rendirse.Miró a su alrededor, analizando todo lo que llamaba su atención. La decoración no era igual a la del lugar en el que vivía, pero estaba seguro de que la reconocía. La alfombra azul acero bajo sus pies con patrones en blanco sólo lo hicieron sentir mareado y tuvo que echar la cabeza hacia atrás, sobre el espaldar, para no vomitar.Escuchó algunos ruidos lastimeros, aunque no estaba seguro de que tan cerca o lejos estaban, sólo podía pensar en que no debía ceder ante la pesadez que asechaba todo su ser.—¿Cómo estás?Esa voz la reconoció y sus adormilados ojos cayeron sobre ella. Vestía extraño, ella siempre usaba ropa cómoda y en especial suéteres tejidos de lana. No obstan
—¡Tres días! —clamó la chica de ojos azules. Estaba en el sofá abrazando sus propias piernas—. ¡Han pasado tres putos días y no he sabido nada de Soren! ¡No tengo la menor idea de donde está o qué hace! ¡Él simplemente desapareció! —Lorna sólo le tendió la mano a lo cual recibió una mirada llena de confusión—. ¿Qué?—¿Tú qué crees? —le preguntó Galen y apuntó hacia la cocina en donde su hijo estaba sentado en la barra con Tessa.—Mierda, lo olvidé.—Duplica —le dijo su amiga.—Bien… —se levantó y fue a su habitación para luego entregarle diez dólares a su amiga—. Dejaré el monedero aquí. Creo que lo voy a necesitar si seguimos hablando de este tema.—Bueno, en realidad sólo explotaste después de que Jeremy te llamara hace un segundo —mencionó Galen—. Antes de eso teníamos una conversación normal.—Pat, mi cielo. ¿Quieres ver una película en mi habitación?—¡Sí! ¡Quiero ver la granja! —exclamó y se fue corriendo.—¿En verdad enviaste a mi hijo a ver televisión a otro lado para que pued