Camino al lugar acorado Soren recibió una llamada de su hermana.—No vengas —ordenó en voz baja.—¿Por qué? ¿Qué ocurre y por qué susurras? —cuestionó, confundido desde el asiento trasero mientras Peter conducía.—Macon y Serena están acá. No sería bueno que llegues en este momento.—¿Cómo que están ahí? Se suponía que no conocían esa dirección.—Bueno, resulta que tienen gente en todas partes y supieron que estaba en este hotel mientras hacen reparaciones a la mansión —explicó, se notaba el disgusto por la intromisión de sus primos—. Hay algo más. Creo que están tramando algo.—¿Qué podría ser?—Ni idea, pero lo voy a averiguar. Desde lo ocurrido el otro día ellos están… Muy encima de mí, no quieren dejarme sola. Es por eso que están acá, quieren que vaya a la nueva residencia que compraron al menos hasta que las reparaciones estén acabadas.—¿Ordenes del palacio?—Posiblemente, aunque aún no hacen su aparición. Creo que Serena y Macon actúan cómo intermediaron de sus padres.—¿Averi
En el momento que Jax despertó sintió un fuerte dolor de cabeza e incluso estuvo un poco mareado. Le tomó unos cuantos segundos comprender que se encontraba en su oficina y que no estaba solo.Desde el piso pudo ver a Soren revisar el teléfono tranquilamente cómo si hace un rato no lo hubiera noqueado al golpearlo contra la pared o una columna, la verdad ni siquiera lo recordaba. Sólo tenía claro que comenzaba a sentir desprecio puro por ese hombre de sangre azul.Apenas consiguió quedar sentado y recibió una mirara apática del pelinegro—¿Cómo se siente, señor? —le preguntó una mujer a su izquierda.La reconoció cómo la enfermera de la casa. Encargada del cuidado del resto del personal en caso de que resultase heridos.—Sí, lo estoy —respondió en voz baja.—Puedes retirarte —la voz de Soren se impuso sobre todo el lugar.La mujer recogió sus insumos médicos, se puso en pie y luego salió de la oficina en completo silencio.—Empiezo a ver el total parecido con los otros —murmuró el cas
—¡Oh, prima querida! —saludó Macon cuando la vio entrar en la sala común de la mansión—. ¿Adaptándote a tu nuevo hogar?—¡Macon! —le reprendió Serena entre dientes.—Te equivocas, Macon. Estoy en este lugar hasta que terminen las reparaciones de mi casa. Luego volveré y todo seguirá cómo antes —expresó la pelinegra sin prestarle atención a la mala mirada que su prima le lanzaba al otro.—¿Eso es lo que crees?—Macon… —siseó Ottis, quien cargaba al niño en brazos.—Bien, cerraré la boca entonces —se rindió el joven príncipe.—No comprendo. ¿Por qué debes callar? —quiso saber la heredera al trono.—No es nada, Daliah. Sabes muy bien cómo Macon disfruta alterar las situaciones en el momento menos esperado —masculló Serena entre dientes mientras forzaba una sonrisa.—Bueno… Por cierto, no me han dicho cómo consiguieron este lugar.Macon rio satisfecho a pesar de que su hermana mayor y su cuñado lo fulminaron con la mirada. Se acomodó en un sofá y los miró con osadía.—Sí, creo que no te h
—¡Dios, necesito vacaciones! —exclamó Galen desde su silla mientras se estiraba para relajar el cuerpo después de pasar mucho tiempo en la misma posición—. ¡Me está matando la espalda!—Consecuencias de tener mucho sexo, amigo oxigenado —bromeó Lorna, apuntándolo con una paleta de caramelo sabor uva.—¡No, mujer! ¡¿Cómo crees?! —dijo riendo—. No todos tenemos un apetito sexual tan descomunal cómo el tuyo. ¿Con cuantos te has acostado en el último mes? ¿Unos ocho?La pelirroja le lanzó la agenda sin levantarse y el otro sólo la esquivó riendo.—¡Con ninguno, imbécil! —respondió con una sonrisa orgullosa.—Se está reservando para Darren —aportó Clarisse a la conversación.—Por supuesto, ese hombre me fascina —dio vueltas en la silla cómo toda una chica dominada por sus sentimientos—. Lorna consigue el amor a los veintiséis años. ¡Amén, hermana!—Espero te lleve muy lejos y no tengamos que volver a verte una vez más —soltó Galen con la nariz arrugada y su amiga le mostró el dedo medio.—
Al inicio Clarisse creyó que irían directamente a la mansión, pero en su lugar terminaron en un restaurante pequeño, pero muy lindo con una preciosa vista de un jardín interno con muchas cascadas artificiales. Ya era común que Soren la llevase a comer a lugares cómo ese, dejando de lado lo extravagante y lujoso. Al fin y al cabo, sólo importaba pasarlo bien con la compañía y nada mejor que la persona que amaba.—¿Realmente no vas a decir nada de a donde iremos de vacaciones? —preguntó Clarisse. La curiosidad la estaba carcomiendo por dentro.Aquellos ojos ocres se posaron suavemente sobre ella.—Si te lo digo dejaría de ser una sorpresa —respondió, divirtiéndose con su novia curiosa—. Tendrás que esperar cómo el resto para que sepas a donde vamos.La pelinegra hizo un moflete, se cruzó de brazos y se reclino en la silla.—Al menos lo sabré cuando estemos en el camino.—¿Quién habló del camino? —cuestionó Soren con una leve sonrisa.Clarisse entornó los ojos y apretó los labios en una
Daliah se sentía horrible en aquella noche, uno de sus peores miedos se había hecho realidad y no podía hacer nada para cambiarlo. Porque, aunque decretó que no se casaría con Oliver, era algo que no estaba en sus manos. Ambos eran parte de una transacción, aunque se preguntaba si ese hombre estaba consciente de lo que ocurría o si era un simple peos en el tablero del poder cómo lo era ella.También pensó en escapar, irse a otro país, sin embargo, no serviría de mucho porque sería cuestión de tiempo para que la volverán a encontrar. No tenía pensado pasar el resto de su vida jugando al Gato y al Ratón. Especialmente porque debía mantener su posición para que la familia real pudiera ser derrocada finalmente.—¿Le molesta si le acompaño? —preguntó Oliver. La pelinegra rodó los ojos con fastidio, pero no dijo nada—. Esta es una excelente vista de la ciudad. Es un lugar apartado de todo el ruido y permite tener un momento privado, comprendo porqué decidió venir a aquí.—¿Por qué me seguis
Era una completa locura, era simplemente muy arriesgado pensar en que un completo desconocido estuviera ofreciendo su ayuda para llevar a cabo la misión que una vez se propuso.Soren escuchaba lo que su hermana le contaba sobre su charla con Oliver Clermont la otra noche, mientras trataba de especular qué otro motivo tendría ese hombre para pedir asociarse con ellos, más allá del hecho de no querer casarse con Daliah.Después de todo, ¿quién se negaría a convertirse en rey?—¿Qué piensas al respecto? —quiso saber su hermana menor.El hombre de ojos ocres parpadeó un par de veces y se aclaró la garganta.—Sinceramente estoy intentando descifrar que otras motivaciones posee Oliver Clermont. ¿Tal vez ama a alguien más?—Podría ser…—Sería bueno tener esa información, porque realmente desconocemos quién es este hombre con el que te han comprometido —mencionó Soren—. ¿A ti que te parece él?—Creo que es un pesado y un peligro potencial. Sabe de ti absolutamente todo, y eso puede usarlo en
Las semanas pasaron unas tras otra sin piedad por las personas a las que afectaban. Soren y Daliah constantemente trabajaban en hacer que James hablara sin resultado alguno. La casa en la que lo tenían estaba vigilada día y noche por agentes del FBI para asegurarse de que sea imposible que se lo lleven. Jax por otra parte, investigaba la localización de Audrey utilizando a todos sus contactos, cobrando a algunos favores y prometiendo unos cuantos más.En el caso de Clarisse y sus amigos, pues estaban bastante felices de poder hacer un viaje navideño a un destino aún secreto, aunque la única pista que recibieron es que debían llevar ropa abrigada. Pero esa pista no era muy de utilidad considerando que Soren podría incluso llevarlos al Polo Norte.Un poco exagerada esa idea, pero del pelinegro podrían esperar cualquier cosa.Jeremy y Patrice habían volado a Canadá para darle los últimos retoques a la nueva cede, así cómo también encargarse de la contratación del nuevo equipo de esa ofic