—¡Oh, prima querida! —saludó Macon cuando la vio entrar en la sala común de la mansión—. ¿Adaptándote a tu nuevo hogar?—¡Macon! —le reprendió Serena entre dientes.—Te equivocas, Macon. Estoy en este lugar hasta que terminen las reparaciones de mi casa. Luego volveré y todo seguirá cómo antes —expresó la pelinegra sin prestarle atención a la mala mirada que su prima le lanzaba al otro.—¿Eso es lo que crees?—Macon… —siseó Ottis, quien cargaba al niño en brazos.—Bien, cerraré la boca entonces —se rindió el joven príncipe.—No comprendo. ¿Por qué debes callar? —quiso saber la heredera al trono.—No es nada, Daliah. Sabes muy bien cómo Macon disfruta alterar las situaciones en el momento menos esperado —masculló Serena entre dientes mientras forzaba una sonrisa.—Bueno… Por cierto, no me han dicho cómo consiguieron este lugar.Macon rio satisfecho a pesar de que su hermana mayor y su cuñado lo fulminaron con la mirada. Se acomodó en un sofá y los miró con osadía.—Sí, creo que no te h
—¡Dios, necesito vacaciones! —exclamó Galen desde su silla mientras se estiraba para relajar el cuerpo después de pasar mucho tiempo en la misma posición—. ¡Me está matando la espalda!—Consecuencias de tener mucho sexo, amigo oxigenado —bromeó Lorna, apuntándolo con una paleta de caramelo sabor uva.—¡No, mujer! ¡¿Cómo crees?! —dijo riendo—. No todos tenemos un apetito sexual tan descomunal cómo el tuyo. ¿Con cuantos te has acostado en el último mes? ¿Unos ocho?La pelirroja le lanzó la agenda sin levantarse y el otro sólo la esquivó riendo.—¡Con ninguno, imbécil! —respondió con una sonrisa orgullosa.—Se está reservando para Darren —aportó Clarisse a la conversación.—Por supuesto, ese hombre me fascina —dio vueltas en la silla cómo toda una chica dominada por sus sentimientos—. Lorna consigue el amor a los veintiséis años. ¡Amén, hermana!—Espero te lleve muy lejos y no tengamos que volver a verte una vez más —soltó Galen con la nariz arrugada y su amiga le mostró el dedo medio.—
Al inicio Clarisse creyó que irían directamente a la mansión, pero en su lugar terminaron en un restaurante pequeño, pero muy lindo con una preciosa vista de un jardín interno con muchas cascadas artificiales. Ya era común que Soren la llevase a comer a lugares cómo ese, dejando de lado lo extravagante y lujoso. Al fin y al cabo, sólo importaba pasarlo bien con la compañía y nada mejor que la persona que amaba.—¿Realmente no vas a decir nada de a donde iremos de vacaciones? —preguntó Clarisse. La curiosidad la estaba carcomiendo por dentro.Aquellos ojos ocres se posaron suavemente sobre ella.—Si te lo digo dejaría de ser una sorpresa —respondió, divirtiéndose con su novia curiosa—. Tendrás que esperar cómo el resto para que sepas a donde vamos.La pelinegra hizo un moflete, se cruzó de brazos y se reclino en la silla.—Al menos lo sabré cuando estemos en el camino.—¿Quién habló del camino? —cuestionó Soren con una leve sonrisa.Clarisse entornó los ojos y apretó los labios en una
Daliah se sentía horrible en aquella noche, uno de sus peores miedos se había hecho realidad y no podía hacer nada para cambiarlo. Porque, aunque decretó que no se casaría con Oliver, era algo que no estaba en sus manos. Ambos eran parte de una transacción, aunque se preguntaba si ese hombre estaba consciente de lo que ocurría o si era un simple peos en el tablero del poder cómo lo era ella.También pensó en escapar, irse a otro país, sin embargo, no serviría de mucho porque sería cuestión de tiempo para que la volverán a encontrar. No tenía pensado pasar el resto de su vida jugando al Gato y al Ratón. Especialmente porque debía mantener su posición para que la familia real pudiera ser derrocada finalmente.—¿Le molesta si le acompaño? —preguntó Oliver. La pelinegra rodó los ojos con fastidio, pero no dijo nada—. Esta es una excelente vista de la ciudad. Es un lugar apartado de todo el ruido y permite tener un momento privado, comprendo porqué decidió venir a aquí.—¿Por qué me seguis
Era una completa locura, era simplemente muy arriesgado pensar en que un completo desconocido estuviera ofreciendo su ayuda para llevar a cabo la misión que una vez se propuso.Soren escuchaba lo que su hermana le contaba sobre su charla con Oliver Clermont la otra noche, mientras trataba de especular qué otro motivo tendría ese hombre para pedir asociarse con ellos, más allá del hecho de no querer casarse con Daliah.Después de todo, ¿quién se negaría a convertirse en rey?—¿Qué piensas al respecto? —quiso saber su hermana menor.El hombre de ojos ocres parpadeó un par de veces y se aclaró la garganta.—Sinceramente estoy intentando descifrar que otras motivaciones posee Oliver Clermont. ¿Tal vez ama a alguien más?—Podría ser…—Sería bueno tener esa información, porque realmente desconocemos quién es este hombre con el que te han comprometido —mencionó Soren—. ¿A ti que te parece él?—Creo que es un pesado y un peligro potencial. Sabe de ti absolutamente todo, y eso puede usarlo en
Las semanas pasaron unas tras otra sin piedad por las personas a las que afectaban. Soren y Daliah constantemente trabajaban en hacer que James hablara sin resultado alguno. La casa en la que lo tenían estaba vigilada día y noche por agentes del FBI para asegurarse de que sea imposible que se lo lleven. Jax por otra parte, investigaba la localización de Audrey utilizando a todos sus contactos, cobrando a algunos favores y prometiendo unos cuantos más.En el caso de Clarisse y sus amigos, pues estaban bastante felices de poder hacer un viaje navideño a un destino aún secreto, aunque la única pista que recibieron es que debían llevar ropa abrigada. Pero esa pista no era muy de utilidad considerando que Soren podría incluso llevarlos al Polo Norte.Un poco exagerada esa idea, pero del pelinegro podrían esperar cualquier cosa.Jeremy y Patrice habían volado a Canadá para darle los últimos retoques a la nueva cede, así cómo también encargarse de la contratación del nuevo equipo de esa ofic
—Buenas noches, Clarisse. ¿Cómo estuvo tu día? —saludó Liza una vez la vio entrar.—Hola, Liza. Bastante bien la verdad. ¿Recuerdas el proyecto que te comenté hace unos días? —la morena asintió—. Pues, resulta que Ariah es la clienta para la que he estado trabajando sin saberlo.—Imagina cómo habría resultado si se habrían conocido en el momento que creías que el señor Soren te estaba siendo infiel con ella —comentó, divertida.—Ay, que vergüenza. No me lo recuerdes, por favor —pidió entre risas—. Hoy almorzamos, invitó a todo el equipo y finiquitamos algunas cositas para el evento.—¿Y lograron acabarlo todo?—Así es. Ahora sólo queda que llegue el día del evento y esperar, no, rogar para que nada termine mal en esa noche.—Dudo que algo cómo eso pase considerando que te has esforzado mucho para que todo resulte excelente y también porque pediste algunas de mis recetas para ese evento —dijo muy orgullosa la ama de llaves.Clarisse se carcajeó ante eso.—Tú deliciosa comida debía esta
Se removió en la cama cuando sintió movimiento cerca de ella, así que abrió los ojos lentamente al creer que se trataba de Soren, pero en realidad era Cisco.No tenía claro en qué momento se quedó dormida, pero al ver el reloj se dio cuenta que pasaron dos horas. Estiró los brazos y piernas para alejar la pereza, justo antes de ponerse de pie y salir de la habitación con el perro siguiéndola.Bajó hasta la planta baja, parecía que el personal ya se había ido a dormir y Soren todavía no regresaba a casa. Se preguntó si ya vendría en camino o sí aún seguía en la oficina. No era la primera vez que lo hacía en las últimas semanas, debía ocuparse de las tareas de Jeremy mientras estaba en Canadá.Pasó por el comedor y al no encontrar nada de comer, pasó directamente a la cocina. Allí encontró algunos platillos que Liza preparó para la cena, así que colocó todo en una bandeja y fue hacia el jardín para comer.—¿Tú qué opinas al respeto?Clarisse se detuvo en seco cuando escuchó a unos hombr