La tarde noche transcurre con un nudo de tensión. Dorian sigue a Leslie a donde vaya, la ayuda a hacer la cena, y no para de tocar cada parte de su cuerpo cuando quiera, sabiendo que en la sala Kris se encuentra jugando con el pequeño James.

—¡Tis mila! —Le muestra su serpiente de plástico, lanzándosela para que se asuste, y Kris grita asustado de verdad, lo que causa carcajadas en el niño.

—¡Kris! —se queja Leslie desde la cocina.

Y Dorian solo ríe a sus adentros mientras termina de hacer el jugo.

Una vez que la cena está lista, Kris se siente satisfecho de que el niño le pida comer juntos. Dorian ve la escena y se siente impotente. Esto jamás debió ocurrir. Sin embargo, logra controlar su malestar cuando Leslie toma su mano debajo de la mesa.

Ella está notablemente dolorida aún, y está casi sin fuerzas, pero necesita sacar adelante esta situación.

—¿Te gusta la comida, mi amor?

—Sí.

—¡Shiii!

Dorian aprieta los labios al darse cuenta que Leslie se refería al pequeño James, y Kris rí