—¿Y tu grabación de hoy? —le pregunta Leslie a Dorian, cuando él, como una princesa, la lleva hasta su auto después de haber dejado su moto asegurada en la empresa.

Leslie no ha dejado de estar sonrojada por sus cuidados. Se lo agradece porque, sinceramente, no puede caminar. Espera poder recuperarse pronto porque ahora que no solo grabaran sino que intentaran estar juntos de nuevo, su cuerpo necesita estar listo para ello.

—Que se joda —responde él desde el asiento del conductor—. Mi contrato exige cinco vídeos a la semana. Me faltan cuatro, puedo hacerlos en un jodido día.

La garganta de Leslie se seca y reprime una risa nerviosa. Luego su cuerpo se calienta, por sentirse abrumada. Él tiene tanta resistencia. Es toda una máquina. Y ahora no puede decirle que no quiere verlo grabar con otras, es su trabajo, ella ahora lo entiende. Por mucho que es gaste su energía en otras mujeres, para él es solo eso, mientras que con ella, es totalmente diferente. Aunque igualmente le remueve el