Dayana Berlusconi
Como si de una pareja se tratase agarrado de las manos Donovan y yo abandonamos el hotel, no me importo mucho y al mismo tiempo me siento protegida cuando hace ese tipo de cosa. Anoche fue muy maravilloso todo, cenamos desnudos y hablamos de cosas sin mucha importancia, el señor Bristol me sedujo y me volvió a tomar hasta quedar ambos dormidos.
Aunque sé que todo esto es bajo contrato, no puedo evitar ponerle la etiqueta de amigos con derecho, ya que un jefe y empleada no comparten más de tres secciones de sexo caliente y el señor Bristol y yo llevamos incontables momentos de locuras. Creo que desde que comenzó a tener sexo se comporta distinto, se ve más de su edad y no un ermitaño gruñón.
Alexandro se enojara conmigo, ya que no fuimos a su dichosa fiesta y espero entienda que sucedieron cosa
Donovan BristolLa noche apenas acaba de iniciar, no voy a negar que estoy tenso y no me agrada en lo absoluto la idea de relacionarme de manera sexual con otra persona que acabo de conocer, Dayana se muestra relajada mientras toma su segundo Cosmopolitan y yo un segundo vaso de whisky a la roca. —Relájate, —toca mi pierna que muevo de manera impaciente. Suspiro. » ¿Recuerdas que Eric no dejaba que nadie bese a Judith, ni tocaran sus pechos? —Cuestiona y asiento—. Esta noche nadie puede besarte, —me mira con calma. —¿Por qué? &
Dayana Berlusconi—Nunca voy a poder tener hijos, no es nada del otro mundo, pero todo ocurre por algo, —le digo al ver su rostro descompuesto por todo eso.—¿Esto se debe a algo? —interroga.—Todo ocurrió después de la muerte de mi padre. Tuve un total descontrol hormonal y el periodo ya no llegaba como debía, no me preocupo en lo absoluto hasta que ya no volví a menstruar y fui con mi ginecóloga, me diagnostico con anovulación temprana y que si quería alguna vez quedar embarazada tendría que ser de manera in Vitro porque mi útero se encuentra bien, —informo. —De manera natural nunca lo tendré y deberé someterme a tratamientos hormonales para producir óvulos completamente maduros…—Entonces no puedes rescindirte a no ser madre alguna vez, —me interrumpe.—Es algo que no est&a
Dayana Berlusconi No puedo evitar sentir miedo con respecto a esto que busca Donovan en mí, no estoy segura, pero igual me siento tan cómoda cuando está a mi lado y sé que dará todo para esto no se pierda. Nunca imagine que podría interesarle para algo más que una simple aventura y luego terminar todo cuando tenga lo que necesita. Ahora más que nada siento que tengo la necesidad de contarle sobre mis miedos y de igual manera ayudarlo a salir hacia adelante tal y como me prometí hacerlo. —¿Qué piensas? —cuestiona sacándome de mis pensamientos, no me di cuenta del momento en que despertó. —Nada nuevo, —me acurruco más a su cálido cuerpo. El fuego de la chimenea ha menguado, lo que disminuye el calor en esta parte de la cabaña. Su m
Dayana Berlusconi Año nuevo es apena en unas horas y pensábamos regresar, pero la nevada que cae en Estocolmo imposibilita la salida de aviones por lo que pasaremos este momento en la cabaña mirando la chimenea mientras esperamos lo que se aproxima. —Si mamá estamos bien, —observo su rostro por la pantalla del computador. —Esperaba tenerte de frente ante la novedosa noticia que te quiero dar, —anuncia, Donovan llega hasta mi lado entregándome una taza de chocolate. —Señora Laura, es bueno verla otra vez, —saluda. —Ya te he pedido que me llames Laura, eso de señora m
Alexandro Bianchini Maldigo a todos los inventores de alarma cuando la mía me hace querer lanzarla, pataleo como pequeño y me estiro en la cama. Abro mis ojos mientras permanezco tirado en todo y en nada al mismo tiempo, cosa rara, pero así soy cuando me levanto de mal humor en las mañanas. Salgo de la cama y camino al baño, espero varios segundos para hacer mis necesidades por cuestiones de que soy hombre y tengo pene, es difícil mear con una erección sin chorrear todo el lugar. Después de que la felicidad de mi pierna vuelve a su estado de reposo hago lo que iba a hacer, me ducho y salgo con más energía, me voy a la cocina envuelto en mi toalla para preparar el café, Azucena no tiene que venir hoy y me toca calentar cualquier cosa o pedir mi cena al restaurante más cercano, Donovan era quien me alimentaba en estos días, pero está lejos por varios meses. &nb
Donovan Bristol —¿En serio no me dejarás recibir año nuevo unido a ti? —cuestiono mirando su rostro desde arriba, me presiono para que sienta mi erección que desea ser liberada. —Aún estoy manchando, no quiero arriesgarme, —anuncia, pero esto no es suficiente para convencerme además se nota ansiosa al sentirme de este modo, me froto contra su centro. —Donovan, —se queja antes de dejar salir un gemido. —Lo deseas tanto como yo y fue tu plan desde que salimos de California, —me acerco a su rostro para besar sus labios entreabiertos, suspira cuando la beso y finjo penetrarla ganando un gemido ahogado de recompensa.&nbs
Dayana Berlusconi Cuando menos lo esperábamos la tormenta de nieve paso y pudimos regresar a California haciendo el mismo recorrido, no tenía gana de nada al llegar y estaba muy cansada por todo el viaje, pero a la mañana siguiente Donovan se levantó temprano para ir a sus rutinas de ejercicio. Por ahora nos quedan tres o cuatro días más de vacaciones y volver a la empresa, Alexandro hizo un buen trabajo y me toco revisar la agenda de pendientes. Como mi cereal con fresas picadas, Donovan aparece en la cocina con una toalla colgada en su cuello mientras el sudor recorre su pecho descubierto. Antes era diferente y se acomplejaba por sus marcas en la espalda, pero ahora lo he hecho darse cuenta de que no es algo de lo que deba preocuparse y que no debe ocultarla cuando está conmigo. —Buenos días, —me besa con ca
Asher Jones Observo mi reflejo en el espejo, no me gusta vestir de esta manera tan descarada se podría decir, suspiro mirando a mi mejor amigo que sonríe abiertamente, Marcos y yo compartimos una amistad desde hace años después de conocernos a través de una app de cita y descubrimos que no éramos compatibles para algo más y surgió nuestra hermandad. —No me gusta esta ropa, —suelto, no soy como algunos gais que le gusta llamar la atención con atuendos reveladores y poco discreto, me gusta conservar mi apariencia masculina aunque mis facciones sean muy afeminadas y mi cuerpo por igual. —Solo será por esta noche, —suspiro. Las fiestas tampoco son de mi agrado, sé que me miro antisocial, pero así soy y no cambiaré eso nunca. Me gusta