Valentina Petrova
Abrí los ojos y lo primero que vi fue un techo color blanco me senté y detalle aquel lugar parecía ser una recámara una antigua. ¿En dónde estaba?! Me levanté y me acerqué a la ventana, había un enorme bosque, pero también habían casas más pequeñas y personas caminando por el lugar ¿Cómo había llegado aquí? parecía ser medio día ¿había dormido toda la noche y parte del día? pero como... y ahi recordé lo último que viví antes de desmayarme. Los lobos peleando. La sangre. Nicolás. Otro hombre El pinchazo en el brazo. Ellos me habían traído hasta aquí!! ¿Que eran ellos? Mire mi brazo solo para asegurarme si lo que había visto era real, ahí tenía la herida que me lo confirmaba, mi brazo estaba vendado, no pude evitar quitar la venda había tres enormes marcas. El lobo que me quería hacer daño. Oh Dios ¿A dónde me habían traído? Mire mis manos estaban rasposas y tenían algunas heridas pequeñas. Comencé a caminar de un lado para otro asustada, pensando en las razón por las que dos completos extraños me traerían hasta aquí. ¿Acaso quería matarme? No, de ser así seguro ya lo hubiese hecho, Nicolás me defendió de aquel lobo. ¿Y si querían venderme? Eso podría ser, los seres humanos éramos asqueroso, no nos importaba más nadie que no fuera nosotros mismos. Tenia que escapar de aquí rápido. ¿Mis padres ya sabían que me había ido? Seguro que ni les importa, Nicolás había firmado un contrato, ellos habían ganado dinero con mi partida Los odiaba! Los odiaba demasiado, mis ojos se cristalizaron de la ira, limpie mis lágrimas con rabia apenas cayeron por mi mejilla. No era momento de esto. Me detuve, tenía que pensar, ví que aun tenía el vestido puesto, busque en el suelo mis zapatos y al encontrarlos me los coloqué, me acerqué a la puerta sin tener algún plan todavía. Tendria que improvisar. Cuando estaba por abrir aquella puerta, está se abrió sola lo que me hizo retroceder muchísimos pasos tratando de ponerme alerta. Ahí estaba Nicolás de nuevo ¿Mis padres sabían lo que él era? No creo, no hubiesen quería que su niña dorada se casara con él ¿Y si lo sabían? ¿Y si todo esto había sido planeado? Ellos me odian, claro que pudo haber sido planificado por ellos — ¿Pensabas escapar de nuevo Valentina?— Preguntó con una pequeña sonrisa atrapando mi atención por completo, sin embargo su tono de voz era como amargo — ¿No te cansas de huir? Es lo que he querido hacer durante tanto tiempo. Huir, ser libre me preguntó ¿a qué sabe la libertad? — No, no me canso ni me cansaré nunca de hacerlo — No se de dónde saque la valentia para decirle eso, pensé que se enojaría que me golpearía como mi madre solía hacerlo así que rápidamente protegi mi rostro sin embargo él solo me miró, cuando supe que no me golpearía bajé los brazos y lo mire, aún me sentía intimidada por su mirada pero no aparte la vista. Cerro la puerta y termino de adentrarse a la habitación. — pensé que no tenías lengua, que él lobo te la había comido ¿Acaso eso era un intento de chiste? ¡Un lobo había intentado matarme! — ¿Que eres?— La pregunta salió más rápido de lo que espere — ¿Y porque ese lobo intentó matarme? Él se posicionó junto a mí, tomó mi mano pero asustada la alejé de él por completo. — No te voy hacer daño si hubiese herido hacértelo ya lo hubiese hecho Valentina — Se acercó a tomarla y está vez lo deje, no se porque sentí una corriente recorrer mi cuerpo. Dejé que el me llevara hasta la ventana donde hace minutos yo había estado — ¿Vez ese pequeño pueblo?— Preguntó Asentí Estaba muy lejos de mi ciudad tal parece. — ¿Dónde estoy?— Le pregunté — Yo soy Nicolás Harrison en tu mundo soy solo un millonario más pero aquí soy un Lycan de hecho soy el rey de los Lycan — ¿Lycan? Es una especie de hombre lobo, es el rey de su especie, yo no soy loba ¿Por qué estoy aquí? No tuve la valentía de mirarlo al confirmar lo que era, seguí viendo el pueblo en silencio tratando de procesar lo que él acababa de decir, todo esto parecía salido de una libro para niños— y tú eres mi destinada ¿Destinada? ¿Que se supone era eso? ¿Destinada hacer comida de lobos? Quería llorar pero me rehusaba hacerlo frente a él. — ¿Que es una destinada?— Pregunté con un nudo en la garganta. — La mujer que la Diosa destino estuviera a mi lado como mi pareja y así reinará a mi lado. Me alejé de él y negué con la cabeza. Ya no quería que nadie más me dijera que hacer, ya no quería que alguien destinara mi vida. ¡Era mi vida! MI VIDA! Quería seguir estudiando administración de empresas, quería tener mi propio negocio, quería trabajar y ser feliz, ayer u hoy era el día en que tenia que escapar de casa, se supone que estaría lejos de todo pero no así. No aquí! Quería gritar y golpear algo fuerte para luego huir, sin embargo me quedé ahí frente a él — Quiero regresar a casa— Susurre— Por favor, dejame ir, yo no soy como tú y no quiero ser como tu, yo soy humana... Su rostro se desfiguró y está vez fue el quien se alejó. Me asusté inmediatamente, sus ojos otra vez tenían esos puntos rojos que me aterraban, el color rojo era el mismo color de aquel lobo negro El era el lobo negro. — Esa no es tu casa!! — Grito — Tu casa soy yo!!— Parecía estar fuera de control y sentí como me hacía pequeña mientras el crecía. Dejó de ser un humano para ser un lobo, pensé que iba a soltar gruñidos sin embargo soltó quejidos como si algo le estuviera doliendo. Me acerqué con miedo y coloqué mi mano en su cabeza el se acurrucó más a mi mano lo que me hizo tomar un poco más de confianza. Lo acaricié escuchando sus ronroneos pero en cosa de segundos ya no estaba el lobo negro estaba otra vez el humano y salió furioso y desnudo de mi habitación, cerrando la puerta a su salida ¿Que es lo que había pasado aquí? Debo escapar! No puedo permanecer ni un segundo más aquí, el no tiene control de si mismo. Todos en este lugar son como el ¿Y si alguien me hace daño? No quiero estar con él. Caminé hacia la puerta pero para mi mala suerte estaba cerrada con cerrojo, intenté abrirla un par de veces sin embargo está no se abrió no importa la fuerza que aplicará. Caminé a la ventana para ver si podía escaparme por ahí pero estaba estaba alta. Parecía estar en un tercer piso. ¿Que posibilidad había que no muriera en el intento?Valentina Petrova Abrí las ventanasRespiré profundo.No puedo creer que fuera hacer esta locura, me daban miedo las alturas, pero no iba a quedarme aquí, en un pueblo lleno de Lycan y con un hombre que dice que yo soy su destinada y todo eso.Me rehúso.Yo me iré a la cuidad, viviré una vida sumamente feliz sola sin que nadie me diga que hacer.Mire hacia abajo y sentí que vomitaria en cualquier momento, esto estaba muy alto."Vamos Valentina tu puedes" me di ánimo a mi misma.Pasé la ventana pisando así el techo de abajo, el espacio era bastante reducido, si pisaba mal podria caer, caminé con cuidado y por la orilla tratando de tomarme de los muros para evitar caerme, miraba solo hacia el frente, mis manos comenzaban a doler al igual que me brazo herido"Yo puedo, no me voy a caer" Esto había sido una muy mala idea.Me detuve un segundo para ver por dónde bajaría, a unos metros había una enredadera y lo que podría usar como una escalera.Solo eran unos metros más adelante, sentía
Nicolás Harrison ¿Cómo era posible?¿Una humana?!¿Eso es lo que la Diosa Luna había enviando para mí y para mí especie?¿Cómo haría que ellos aceptarán ser dirigidos por ella?!Intentar salir por la ventana ¿A quien se le ocurriría eso?! Es una maldita humana débil, si hubiese caído de ahí hubiese muerto y yo me quedaría solo, nadie mas que ella va a poder llenar ese vacío.Una carcajada me saco de mis pensamientos.Vi a mi beta en mi sofá riendo.Lo miré mal lo que hizo que volviera a ponerse serio y se acomodara un poco incómodo.— ¿Que diablos te parece gracias Enrique?! — grité furioso.— Vamos, es ingeniosa, primero escapa de sus padres para no saber de ti y después intenta escapar de aquí ¡Por la ventana!— no estaba tan seguro de lo primero. Algo me decía que ella tenía planificado eso hace rato, tenía un bolso con ropa y aquella ropa no parecía ser de una niña de sociedad como ella tampoco la cantidad de dinero que tenía metida en ese bolso. Solo quería escapar habían sido
Valentina Petrova.Me había tomado el tiempo de elegir lo que me podría y como me vería, habían traído el almuerzo para mí mientras me arreglaba supongo que Nicolás no quería que bajara.Al inicio pensé en colocarme el vestido más feo pero luego me di cuenta que no tenía porque seguir vistiendo así, yo ya no vivía con ellos, no tenía por qué pensar así, ellos no podían pegarme más ¿O si? No, claro que no.Escuché la puerta abrirse y ahí estaba Nicolás, vestía un traje negro sin corbata viéndose algo casual pero a la vez formal, yo por otro lado había tomado un vestido rojo que acentuará mi figura.Sus ojos recorrieron mi cuerpo y luego se volvió a soltar y mis ojos azules.— ¿estás lista? — Pregunto serio, asentí.— Vamos que el camino es largo.Ninguno de los dos dijo nada mientras bajábamos a las escaleras y al salir de casa y subirnos a la camioneta color negro él iba de chofer y yo de copiloto. Mientras salíamos del pueblo no pude evitar divisarlo un poco, se veía colorido a pesar
Valentina Petrova Llegamos a un edificio elegante, Nicolás estacionó el carro y ambos nos bajamos en silencio.Caminamos hacia el ascensor, nos subimos y este nos llevó hasta el penthouse nos bajamos y solo me senté en el sofá y me quité mis tacones suspiré dejándome caer Yo me sentía mucho más tranquila pero no podía dejar de pensar en lo que había dicho mi padre que ya no había trato eso decía que tenía que regresar a la casa de ellos. Tenía que escapar, ahora con más ganas lo intentaría, no iba a regresar esa casa nunca. — ¿Por qué no me lo dijiste?— la voz de Nicolás me sacó de mis pensamientos centré mi vista en él que estaba sentado junto a mí. Esta vez su voz no era de reclamo podía llegar a creer que incluso era de lástima y era lo que no quería. No quería que él me tuviera lastima.— ¿Decirte que?— intenté hacerme la tonta, no quería hablar del tema. — ¡Basta ya Valentina!— exclamó Nicolás levantándose del sofá y quedando frente a mí— ¡¿Por qué no me dijiste que te mal
Valentina Petrova Luego de aquello, compramos solo lo necesario me sentía incomoda con lo que él había dicho y es que no sabía cómo actuar ni que decir ahora.¿Él tenía razón?Quizás si, quizás lo que estaba sintiendo era celos ¿Y si era esa cosa mágica que él decia?Traté de dejar eso a un lado y olvidarlo.Nos subimos al auto y el manejo hasta donde dijo estaba su oficina, el edificio era enorme y muy elegante, no esperaba menos de alguien con su estatus social, estacionó y en silencio subimos en el ascensor.Nos llevó al último piso.— Buenos días Señor Harrison — Saludo una mujer con uniforme, regalandole una sonrisa.— Buen día— saludo serio sin siquiera mirarlaVeníamos tomados de la mano pero apenas diviso a una mujer pelinegra cerca de la puerta me soltó.Fruncí el ceño.— Nicolás, al fin llegaste pensé que no lo harías — Dijo ella mientras se acercaba y corrí abrazarlo.— Pensé que no ibas apoyarme en esto, yo no sé que hacer Tenía muchas ganas de alejarlos pero me quedé est
Valentina Petrova Llegamos a una especie de casa abandonada fui la segunda en bajar de la camioneta me dejaron caer en una cama sucia. Me amarraron a una ventana que tenía rejas. — yo no sé absolutamente nada Yo solo soy humana no debería ni siquiera estar aquí— dije tratando de que quizás él me soltara pero sin embargo él solamente soltó una carcajada para luego dejarme sola. Entonces de esto se trataría mi vida de que personas me tomaran y ya? Me preguntó si él se dará cuenta que no estoy. Nicolás...Prometiste que nadie iba a hacerme daño prometiste que ibas a acabar con cualquiera que se atreviera a tocarme ¿Dónde estás?Me acosté en aquella cama sucia, no sé cuánto tiempo pasó pero escuché como más personas iban llegando. — Dónde está?— Preguntó alguien era un hombre — En el cuarto No creo que sepa nada Creo que solo conseguimos a alguien que no tiene nada de información — Claro que tiene información Ella es la compañera de vida de Nicolás, ella es importante para él —
Valentina Petrova — Valentina tengo una nueva habitación para ti Sarah creyó que esta sería más cómoda para ella y para el bebé — dijo Nicolás llegando hasta mí, no dije absolutamente nada no valía la pena después de todo esto no era mi casa y no pensaba quedarme por mucho tiempo. Seguí a Nicolás me llevó a otra habitación era muy parecida pero no tenían la misma vista cosa que me entristecía era lo que más me encantaba de esa habitación— quieres hablar de lo que sucedió?— Preguntó pero yo no dije absolutamente nada, solo me senté en la cama en silencio sin siquiera mirarlo.— lo siento, sé que tuve que haber ido contigo sé que tuve que haber estado más pendiente pero estaba tan distraído quería llegar rápido porque pensé que querían atacarlo y de hecho fue así Y?!Quería gritarle que se largara de la maldita habitación y me dejara sola porque eso es lo que quería estar sola!!Me sentí engañada decepcionado y era irónico porque le había creído la primera como si no hubiese aprendido
Nicolás Harrison ¡¡Era su primer beso!! ¡¡¡Yo era su primer beso!!! no me podía sentir más afortunado. Se nota su inexperiencia y eso me encantaba, saber que yo sería el primero y el último me había sentir especial. Ella inconsciente había esperado por mi. — No me iré — Dijo al separar nuestras labios con sus ojos cerrados. Eso es lo que quería escuchar salir de sus labios que no se iría, la necesito aquí conmigo. — Voy a cuidarte te lo prometo — Le dije, pude notar la duda en sus hermosos ojos azules ¿No me creía? No podía culparla si era asi, después de todo eso también se lo había prometido el día de ayer y la había dejado sola en una camioneta claro que jamás pensé que esto iba a pasar pero lo había hecho había fallado mi palabra. Ella abrió la boca para decir algo sin embargo la puerta se abrió y Noah entro como si nada ¿Que diablos hacia él aquí?! Noah me tenía harto! Lo quiero lejos. Pude ver cómo Valentina lo miró y rápidamente apartó la mirada que ella me pareci