Nicolás Harrison
¿Cómo era posible? ¿Una humana?! ¿Eso es lo que la Diosa Luna había enviando para mí y para mí especie? ¿Cómo haría que ellos aceptarán ser dirigidos por ella?! Intentar salir por la ventana ¿A quien se le ocurriría eso?! Es una m*****a humana débil, si hubiese caído de ahí hubiese muerto y yo me quedaría solo, nadie mas que ella va a poder llenar ese vacío. Una carcajada me saco de mis pensamientos. Vi a mi beta en mi sofá riendo. Lo miré mal lo que hizo que volviera a ponerse serio y se acomodara un poco incómodo. — ¿Que diablos te parece gracias Enrique?! — grité furioso. — Vamos, es ingeniosa, primero escapa de sus padres para no saber de ti y después intenta escapar de aquí ¡Por la ventana!— no estaba tan seguro de lo primero. Algo me decía que ella tenía planificado eso hace rato, tenía un bolso con ropa y aquella ropa no parecía ser de una niña de sociedad como ella tampoco la cantidad de dinero que tenía metida en ese bolso. Solo quería escapar habían sido sus palabras ¿escapar de qué o de quién? Ella me causaba mucha curiosidad. Tenía tantas preguntas pero era claro que no podía hacérsela a ella, estaba seguro que no me iba a responder absolutamente nada y es que la chica parecía renuente a simplemente verme. ¿Le daba miedo yo o mi secreto? — ¿Crees que eso da risa?— Le pregunté molesto — mi M*****a Luna es una m*****a humana y no solo es humana sino que me rechaza a MI, soy el maldito Rey de los Lycan ¿Sabes el honor que es eso? — tú lo has dicho es humana, ella no sabe nada de nuestro mundo — El tiene razón ella es humana, los humanos suelen tenerle miedo a aquello que no conoce — La gente de la manada a escuchado rumores sobre ella, y ya la vieron así que va a comenzar a exigir que la presentes ante todos como tu luna Otro problema más en el que pensar. Tenía que hacer una ceremonia y hacer que ella aceptará ser mi luna pero ¿cómo podría hacer que eso sucediera? Era claro que ella no sentía lo mismo que yo, ella no era una loba así que sus sentimientos hacia mí eran completamente nulos porque yo era un completo desconocido. — No se que hacer con ella!— Exclamé frustrado — viviste muchos años en el mundo humano ¿Cómo es que no conoces a las humanas? — sí las conozco de hecho salí con un par de ellas pero Valentina es diferente, no sabría decirte de qué manera pero ella es diferente todas las que conoci La mayoría no le hubiese importado que yo fuese un lobo, solo le importaría el dinero y los lujos que yo podría ofrecerle sin embargo Valentina parecía no importarle absolutamente nada, acabo de decirle que eras rey y que ella era mi compañera por lo tanto era una reina sin embargo ni siquiera parecía considerar eso. — Todo mujer tiene una debilidad, consíguela Abrí la boca para hablar cuando el teléfono sonó, busqué mi teléfono humano, era solo el número que usaba para mí vida humana, pronto tendría que volver a la cuidad y no me daba confianza dejar a Valentina sola aquí. ¿Sería una buena idea llevármela? — Si?— Atendí — Hola Nicolás, buenas noches ¿Cómo estás? Soy Charly Claro Es el papá de Valentina — Hola Charly ¿Que necesitas? — Pregunté Charly en mi opinión era un ser repugnante, quería que estuviera con su hija Catalina, no supo por donde meterla y al escoger a Valentina no dudo ni un segundo darmela a cambio de mucho dinero. — Bueno mi esposa está realizando una cena y quiere que tú y nuestra hija vengan — Quizás esto sea bueno para Valentina — No pudimos despedirnos de ella, además mi abogado se equivocó en una cláusula y nos encantaría que él documento lo revisaras y firmaras de nuevo. — Claro está bien ¿A qué hora sería la cena? — Pregunté — En la noche ¿Que te parece en 6 horas? A las 7pm— es poco tiempo, tenemos que salir pronto para llegar a la cuidad — Está bien, nos vemos entonces — colgué la llamada — Saldrás?— Preguntó mi beta. Asentí — Yo no debería de estar aquí lo sabes, como regresaré pasaré unos días en la cuidad, para mí regreso quiero lista la ceremonia— El asintió — No quieres que vaya contigo?— Preguntó negué — Me llevaré a Valentina Sin decir nada más salí de mi despacho dirigiéndome así hacia el segundo piso en donde estaban las habitaciones subí las escaleras y una vez estuve arriba me adentré a la habitación de Valentina esperaba verla acostada quizás llorando sin embargo la habitación estaba completamente sola, asustado me asomé por la ventana esperando lo peor sin embargo hay no había nadie. Abrí el closet, no había nadie tampoco, caminé hacia el baño y abrí la puerta. Una hermosa Valentina estaba completamente desnuda, su cabello negro azabache largo estaba completamente mojado, las gotas recorrieron su piel y pude notar que definitivamente el vestido con el que la conocí no le hacía justicia a ese hermoso y delicioso cuerpo que estaba viendo en este momento y que quería poseer. Cuando sus ojos azules se fijaron en mí un grito salió de sus labios, desesperada intentó tomar una toalla para así tapar su desnudez sin embargo me quedé ahí estático con los ojos fijos en su cuerpo atrayente, mordí mi labio inferior para luego relamerlo. Ella tomó una toalla y se tapó. — ¡¿Que haces aquí?!— Grito furiosa con las mejillas rojas de la vergüenza. Sonreí de lado disfrutando del momento. Algun día poseere ese cuerpo. — Vine a decirte que iremos a la cuidad, tus padres quieren verte — Su piel blanca se puso mas blanca todavía, pensé que aquello la alegría sin embargo era como si le hubiese dado la peor noticia de su vida — Pensé que querías ir a la cuidad —Le dije —Si quiero—Susurro. — bueno, ponte un hermoso vestido y arréglate, no lleves ropa, luego irás de compras, nos quedaremos solo unos días alla— ella asintió perdida en sus pensamientos esperaba que refutara o dijera algo sin embargo parecía ida — Te quiero lista en dos horas ¿Puedes?— Solo asintió.— En el clóset hay ropa para ti de hecho todo en esta habitación es para ti Asintió una vez más pero sin mirarme. Confundido salí de ahí, me diri a mi habitación yo también tenía que arreglarme. Apenas llegué a mi habitación mi celular sonó, atendí — Nicolás soy yo Sarah ¿Podemos hablar?— Fruncí el ceño. No creo que fuera buena idea hablar con ella, lo nuestro había sido una noche y no se podía más de ahí estamos de especies diferentes, especies que no podían estar juntas — Sarah no creo que sea... — Por favor— Me interrumpio —es importante, puedo ir a tu departamento si quieres, te juro que si no fuera importante no te llamaría. — Está bien, mañana ve a mi oficina y podemos hablar — Gracias — Dicho eso colocó ¿Que podía ser tan importante como para que ella me llamara? Sarah y yo habíamos prometido luego de aquella noche no tener más contacto, era solo para experimentar, nuestras especies no pueden saber que estuvimos juntos. Dicidi dejar eso a un lado. Me deshice de mi ropa dejándola en el suelo a medida que me dirigía al baño, abrí la ducha y cerré los ojos dejando que el agua cayera por mi cuerpo, mientras eso sucedía aquella imágen llegó a mi mente, Valentina completamente desnuda. Suspiré. Y sin poder evitarlo comencé a tocarme imaginando que era ella quien lo hacía. Valentina...Valentina Petrova.Me había tomado el tiempo de elegir lo que me podría y como me vería, habían traído el almuerzo para mí mientras me arreglaba supongo que Nicolás no quería que bajara.Al inicio pensé en colocarme el vestido más feo pero luego me di cuenta que no tenía porque seguir vistiendo así, yo ya no vivía con ellos, no tenía por qué pensar así, ellos no podían pegarme más ¿O si? No, claro que no.Escuché la puerta abrirse y ahí estaba Nicolás, vestía un traje negro sin corbata viéndose algo casual pero a la vez formal, yo por otro lado había tomado un vestido rojo que acentuará mi figura.Sus ojos recorrieron mi cuerpo y luego se volvió a soltar y mis ojos azules.— ¿estás lista? — Pregunto serio, asentí.— Vamos que el camino es largo.Ninguno de los dos dijo nada mientras bajábamos a las escaleras y al salir de casa y subirnos a la camioneta color negro él iba de chofer y yo de copiloto. Mientras salíamos del pueblo no pude evitar divisarlo un poco, se veía colorido a pesar
Valentina Petrova Llegamos a un edificio elegante, Nicolás estacionó el carro y ambos nos bajamos en silencio.Caminamos hacia el ascensor, nos subimos y este nos llevó hasta el penthouse nos bajamos y solo me senté en el sofá y me quité mis tacones suspiré dejándome caer Yo me sentía mucho más tranquila pero no podía dejar de pensar en lo que había dicho mi padre que ya no había trato eso decía que tenía que regresar a la casa de ellos. Tenía que escapar, ahora con más ganas lo intentaría, no iba a regresar esa casa nunca. — ¿Por qué no me lo dijiste?— la voz de Nicolás me sacó de mis pensamientos centré mi vista en él que estaba sentado junto a mí. Esta vez su voz no era de reclamo podía llegar a creer que incluso era de lástima y era lo que no quería. No quería que él me tuviera lastima.— ¿Decirte que?— intenté hacerme la tonta, no quería hablar del tema. — ¡Basta ya Valentina!— exclamó Nicolás levantándose del sofá y quedando frente a mí— ¡¿Por qué no me dijiste que te mal
Valentina Petrova Luego de aquello, compramos solo lo necesario me sentía incomoda con lo que él había dicho y es que no sabía cómo actuar ni que decir ahora.¿Él tenía razón?Quizás si, quizás lo que estaba sintiendo era celos ¿Y si era esa cosa mágica que él decia?Traté de dejar eso a un lado y olvidarlo.Nos subimos al auto y el manejo hasta donde dijo estaba su oficina, el edificio era enorme y muy elegante, no esperaba menos de alguien con su estatus social, estacionó y en silencio subimos en el ascensor.Nos llevó al último piso.— Buenos días Señor Harrison — Saludo una mujer con uniforme, regalandole una sonrisa.— Buen día— saludo serio sin siquiera mirarlaVeníamos tomados de la mano pero apenas diviso a una mujer pelinegra cerca de la puerta me soltó.Fruncí el ceño.— Nicolás, al fin llegaste pensé que no lo harías — Dijo ella mientras se acercaba y corrí abrazarlo.— Pensé que no ibas apoyarme en esto, yo no sé que hacer Tenía muchas ganas de alejarlos pero me quedé est
Valentina Petrova Llegamos a una especie de casa abandonada fui la segunda en bajar de la camioneta me dejaron caer en una cama sucia. Me amarraron a una ventana que tenía rejas. — yo no sé absolutamente nada Yo solo soy humana no debería ni siquiera estar aquí— dije tratando de que quizás él me soltara pero sin embargo él solamente soltó una carcajada para luego dejarme sola. Entonces de esto se trataría mi vida de que personas me tomaran y ya? Me preguntó si él se dará cuenta que no estoy. Nicolás...Prometiste que nadie iba a hacerme daño prometiste que ibas a acabar con cualquiera que se atreviera a tocarme ¿Dónde estás?Me acosté en aquella cama sucia, no sé cuánto tiempo pasó pero escuché como más personas iban llegando. — Dónde está?— Preguntó alguien era un hombre — En el cuarto No creo que sepa nada Creo que solo conseguimos a alguien que no tiene nada de información — Claro que tiene información Ella es la compañera de vida de Nicolás, ella es importante para él —
Valentina Petrova — Valentina tengo una nueva habitación para ti Sarah creyó que esta sería más cómoda para ella y para el bebé — dijo Nicolás llegando hasta mí, no dije absolutamente nada no valía la pena después de todo esto no era mi casa y no pensaba quedarme por mucho tiempo. Seguí a Nicolás me llevó a otra habitación era muy parecida pero no tenían la misma vista cosa que me entristecía era lo que más me encantaba de esa habitación— quieres hablar de lo que sucedió?— Preguntó pero yo no dije absolutamente nada, solo me senté en la cama en silencio sin siquiera mirarlo.— lo siento, sé que tuve que haber ido contigo sé que tuve que haber estado más pendiente pero estaba tan distraído quería llegar rápido porque pensé que querían atacarlo y de hecho fue así Y?!Quería gritarle que se largara de la maldita habitación y me dejara sola porque eso es lo que quería estar sola!!Me sentí engañada decepcionado y era irónico porque le había creído la primera como si no hubiese aprendido
Nicolás Harrison ¡¡Era su primer beso!! ¡¡¡Yo era su primer beso!!! no me podía sentir más afortunado. Se nota su inexperiencia y eso me encantaba, saber que yo sería el primero y el último me había sentir especial. Ella inconsciente había esperado por mi. — No me iré — Dijo al separar nuestras labios con sus ojos cerrados. Eso es lo que quería escuchar salir de sus labios que no se iría, la necesito aquí conmigo. — Voy a cuidarte te lo prometo — Le dije, pude notar la duda en sus hermosos ojos azules ¿No me creía? No podía culparla si era asi, después de todo eso también se lo había prometido el día de ayer y la había dejado sola en una camioneta claro que jamás pensé que esto iba a pasar pero lo había hecho había fallado mi palabra. Ella abrió la boca para decir algo sin embargo la puerta se abrió y Noah entro como si nada ¿Que diablos hacia él aquí?! Noah me tenía harto! Lo quiero lejos. Pude ver cómo Valentina lo miró y rápidamente apartó la mirada que ella me pareci
Valentina Petrova ¿Por qué me sentía así si había sido yo quien le había dicho que se fuera con ella?¿Por qué tenía tantos celos de ella? Quizás porque era una mujer hermosa era vampira y no era una humana débil como lo era yo, ella si podía darle lo que él quería, ella seguro era lo que él quería, a él no se le había impuesto estar con ella sin embargo conmigo la cosa era totalmente distinta no estaba conmigo porque quería sino porque un lazo extraño y mágico así se lo ordenaba. Recorrí la habitación para poder verla un poco, está parecía ser un poco más grande que la otra, el clóset era más grande al igual que el baño seguro que esta habitación podía acomodarla a mi gusto. Me gustaba.Me coloqué algo de ropa limpia entré al baño e hice mi rutina diaria, sentí vergüenza al recordar que había besado a Nicolás, era mi primer beso esperaba que él lo hubiese disfrutado aunque seguramente yo no era nada comparación a todas las mujeres con la que él había estado ya con experiencia. S
Valentina Petrova Después de pasar parte del día recorriendo la manada saludando a las personas, conociendo el lugar.Había estado pensando parte del día cómo le diría a Nicolás lo que está ocurriendo, quería usar las palabras correctas, no quería que él dudara de mí ni mucho menos que se alejara. Entró la mansión con la flor que la niña me había regalado en las manos y lo primero que oí fueron gritos.¿Ahora que estaba ocurriendo?¿Siempre era así en este lugar?A diferencia de esta mañana los gritos provenían de un hombre y por la voz sabía que era Nicolás.Decidí seguir los gritos y me llevó hasta lo que parecía ser en la oficina, esta vez decidí no colocar mi oído en la puerta sino abrirla ahí se encontraba Nicolás con el teléfono en el escritorio gritando. Se veía muy molesto ¿Con quién estaba hablando?— ¿crees que me importa una mierda que me puedas demandar? — Preguntó —¿Y qué vas a decir? ¿cuál fue tu contribución a la sociedad que quieres? Por qué yo iba a colocar todo e