Valentina Petrova.
Me había tomado el tiempo de elegir lo que me podría y como me vería, habían traído el almuerzo para mí mientras me arreglaba supongo que Nicolás no quería que bajara. Al inicio pensé en colocarme el vestido más feo pero luego me di cuenta que no tenía porque seguir vistiendo así, yo ya no vivía con ellos, no tenía por qué pensar así, ellos no podían pegarme más ¿O si? No, claro que no. Escuché la puerta abrirse y ahí estaba Nicolás, vestía un traje negro sin corbata viéndose algo casual pero a la vez formal, yo por otro lado había tomado un vestido rojo que acentuará mi figura. Sus ojos recorrieron mi cuerpo y luego se volvió a soltar y mis ojos azules. — ¿estás lista? — Pregunto serio, asentí.— Vamos que el camino es largo. Ninguno de los dos dijo nada mientras bajábamos a las escaleras y al salir de casa y subirnos a la camioneta color negro él iba de chofer y yo de copiloto. Mientras salíamos del pueblo no pude evitar divisarlo un poco, se veía colorido a pesar de la oscuridad de la noche, aún había personas recorriendo el lugar, sonreí levemente se veía que era un lugar tranquilo quizás un lugar bueno para vivir. Saqué aquellos pensamientos en mi cabeza El buen lugar para vivir estaba lejos de todo el desastre, de todas aquellas personas que me conocen, quería empezar desde cero. No sé cuánto tiempo duró el camino solo sé que venía tan centrada en mis pensamientos que Nicolás tuvo que tocar mi hombro para hacerme saber que habíamos llegado a la casa de mis padres. La casa del terror. Sentí como mi corazón se aceleraba nuevamente y como el miedo se apoderaba de mi cuerpo, no quería bajar de esta camioneta para ser sincera me sentía más segura aquí que con las personas que me habían criado. Nicolás abrió la puerta para mí y estiró sus manos esperando que yo la tomara, suspire un par de veces y con la mano temblando la acerqué a la suya. Nicolás frunció el ceño y me miró confundido. — ¿Estás bien?— Preguntó asentí Ninguno de los dos volvió a decir nada, sin embargo caminamos hacia la puerta tomados de la mano fui yo quien tomó valor y tocó el timbre. Cuando la puerta se abrió Susana apareció con su uniforme color negro. La sorpresa se reflejo en sus ojos. — Niña Valentina — sus palabras estaban llenas de tristeza, supongo que al darse cuenta que mi plan no había funcionado que nuevamente estaba en este lugar. Le regalé una sonrisa completamente falsa pero me acerqué a ella y no pude evitar abrazarla era la única fuente de amor y cariño que había tenido en mi vida. — estoy bien, no te preocupes— le susurré al oído esperando que Nicolás no escuchara. Me alejé de ella y vi cómo se apartaba para que ambos pudiéramos entrar, le sonreí una vez más y volvi a mi posición junto a Nicolás, él una vez más tomó mi mano y ambos nos adentramos a la mansión de mis padres. Susana nos dio hasta la sala ahí se encontraban ellos sentí como mi cuerpo se estremecía de la peor manera. "— ven aquí mocosa!!!— Apenas me alcanzó la correa se estampó contra mi rostro haciendo que lo girara— No era ahí donde quería pegarte — Ahora fue en mi espalda" "— Te odio!! Te odio!! Si no hubieras llegado a mi vida, no tendría que ser miserable— Grito mi madre cerrando la puerta del oscuro ático — Aquí vas a quedarte?— Grito. Me dejé caer al suelo cerca de la puerta mientras lloraba sintiendo el terror Todo estaba tan oscuro voy a sentir algo caminar por mi cuerpo es lo que hizo que me moviera rápidamente asustada — Por favor mamá, por favor no me dejes aquí!— Grité" — ¡Valentina hija!— la voz de mi madre me hizo salir de mis pequeños recuerdos. No dije nada tenía un enorme nudo en la garganta y quería huir de este lugar no querías regresar. ¡Quería irme ahora! — gracias por la invitación— fue Nicolás quien habló. — Nos tomó de sorpresa pero aquí estamos — queríamos ver a Valentina nuestra primogénita, sabrás que no tuvimos la oportunidad de despedirnos de ella — dijo mi padre sin siquiera dirigirme la mirada, detrás de ellos estaba Catalina con los brazos cruzados y mirándome como si quisiera asesinarme.— también me gustaría que revisáramos algo en el contrato Nicolás me miró intenté decirle que no que no me dejaras a solas con ella, que se quedara conmigo sin embargo él no entendió mi mirada, miró a mi padre para luego asentir con la cabeza. "Por favor no" rogué en mi mente deseando que pudiera leerla. Como es que fuera de este lugar parecía tener voz pero al estar nuevamente aquí era como revivir cada una de mis pesadillas una y otra vez. Lo vi irse junto a mi padre apenas desaparecieron de nuestra vista Catalina llegó hacia mí y me tomó por el brazo. — ¿Crees que me importa que vaya hacer tu esposo?! ¡¡El va hacer mío!!— Chillo.— MIS padres lo consiguieron para MI! Tu no tienes derecho de que dártelo, mamá dile algo!!— Exigió. Hablaba de Nicolás como si fuera un muñeco. — No, tu puedes... — Claro que puede— Me interrumpió mi madre— Quiero que le digas que lo odias y que es mejor opción tu hermana Catalina, quiero que hagas que el venga y pida estar con tu hermana ¿Entiendes?! Haz que te odie, se insoportable como siempre, pero hazlo!— Asentí asustada. Mis ojos se cristalizaron pero no dejé que ninguna lágrima cayera por mis mejillas— ¡No llores Valentina!— me abofeteó — ¿No te parece que ya estás grande para estos malditos shows?! ¡Odio las malditas lágrimas, yo si tengo razón para hacerlo, destruiste la vida mi bebé, una vida que su padre y yo tenemos meses planificando — Chillo molesta.— Y como siempre tu arruinando todo ¡¿Por qué te empeñas en arruinar todo?! — Mamá yo no quería.. — Claro que querías— Me interrumpió— haciéndote todo el tiempo la m*****a inocente, cuando solo eso te hace feliz arruinar nuestras vidas!! Catalina tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, mientras yo ya no había podido contener mis lágrimas. — Mamá... — Mamá nada— Volvió acercarse a mi, me tomó del brazo— Tu harás lo que te ordene, tu hermana se irá con él y tú regresaras aquí Valentina Regresar aquí... No, cualquier cosa menos regresar a esta casa. — ¡¿que está pasando aquí?!— La voz de Nicolás retumbó en toda la casa, apenas nuestros ojos se conectaron pude ver esas manchas rojas. Ay no! Su lobo no! ¡¿Y si mata a mis padres?! No puedo dejar que eso pase pero si solo retrocedo y... No Valentina, no importa son tus padres, no puedes dejar que él los lastime. Su mirada bajó a mi brazo en donde mi madre me tenía tomada fuertemente, mi padre venía detrás de él — Es un descontento de madre e hija, no te preocupes nicolas— Oí a mi padre decir. Mi madre me soltó y fingió unas sonrisa. — No es nada Nicolás. Nicolás se acercó a mí limpió mis lágrimas — Nos vamos!— anuncio, tomando mi mano, lo dejé. Lo miré con agradecimiento. — No hace falta Nicolás, por favor vayamos a cenar — Dijo mi madre tratando de arreglar la situación. Sin embargo Nicolás y yo comenzamos a caminar. — No! Nicolás aún tenemos un trato, por favor solo acomodalo — Oí a mi padre perseguirnos, pero Nicolás no se detuvo y yo tampoco. — Fue tu error, no el mío! Es más en este momento rompo relaciones contigo — una mano en mi brazo me hizo detenerme instantáneamente. Mi padre me había jaloneado para separarme de Nicolás, este se detuvo y se giró para ver a mi padre. — Ella entonces se queda, teníamos un trato — Valentina vámonos— Ordenó Nicolás. No podía quedarme aquí, me solté de mi padre escuchando como maldecía y prácticamente corrí saliendo de casa y me subí al carro con el corazón en la boca. No me iba a quedar ahí ni un segundo más, no podía. Mi respiración era agitada y en la soledad de la camioneta comencé a llorar. Estaba en una crisis casi ni podía respirar Minutos después Nicolás entro hecho furia y yo seguí llorando y tratando de respirar, el colocó sus manos en mi rostro y comenzo a respirar de forma profunda lo imite aquello hizo que mi corazón se calmara un poco y que mi respiración volviera a ser la de antes. — Lo siento — Susurré aún llorando. — Te pronto que jamás van a volver a tocarte ni un pelo Valentina No sé porque pero creí cada palabra que salió de sus labios.Valentina Petrova Llegamos a un edificio elegante, Nicolás estacionó el carro y ambos nos bajamos en silencio.Caminamos hacia el ascensor, nos subimos y este nos llevó hasta el penthouse nos bajamos y solo me senté en el sofá y me quité mis tacones suspiré dejándome caer Yo me sentía mucho más tranquila pero no podía dejar de pensar en lo que había dicho mi padre que ya no había trato eso decía que tenía que regresar a la casa de ellos. Tenía que escapar, ahora con más ganas lo intentaría, no iba a regresar esa casa nunca. — ¿Por qué no me lo dijiste?— la voz de Nicolás me sacó de mis pensamientos centré mi vista en él que estaba sentado junto a mí. Esta vez su voz no era de reclamo podía llegar a creer que incluso era de lástima y era lo que no quería. No quería que él me tuviera lastima.— ¿Decirte que?— intenté hacerme la tonta, no quería hablar del tema. — ¡Basta ya Valentina!— exclamó Nicolás levantándose del sofá y quedando frente a mí— ¡¿Por qué no me dijiste que te mal
Valentina Petrova Luego de aquello, compramos solo lo necesario me sentía incomoda con lo que él había dicho y es que no sabía cómo actuar ni que decir ahora.¿Él tenía razón?Quizás si, quizás lo que estaba sintiendo era celos ¿Y si era esa cosa mágica que él decia?Traté de dejar eso a un lado y olvidarlo.Nos subimos al auto y el manejo hasta donde dijo estaba su oficina, el edificio era enorme y muy elegante, no esperaba menos de alguien con su estatus social, estacionó y en silencio subimos en el ascensor.Nos llevó al último piso.— Buenos días Señor Harrison — Saludo una mujer con uniforme, regalandole una sonrisa.— Buen día— saludo serio sin siquiera mirarlaVeníamos tomados de la mano pero apenas diviso a una mujer pelinegra cerca de la puerta me soltó.Fruncí el ceño.— Nicolás, al fin llegaste pensé que no lo harías — Dijo ella mientras se acercaba y corrí abrazarlo.— Pensé que no ibas apoyarme en esto, yo no sé que hacer Tenía muchas ganas de alejarlos pero me quedé est
Valentina Petrova Llegamos a una especie de casa abandonada fui la segunda en bajar de la camioneta me dejaron caer en una cama sucia. Me amarraron a una ventana que tenía rejas. — yo no sé absolutamente nada Yo solo soy humana no debería ni siquiera estar aquí— dije tratando de que quizás él me soltara pero sin embargo él solamente soltó una carcajada para luego dejarme sola. Entonces de esto se trataría mi vida de que personas me tomaran y ya? Me preguntó si él se dará cuenta que no estoy. Nicolás...Prometiste que nadie iba a hacerme daño prometiste que ibas a acabar con cualquiera que se atreviera a tocarme ¿Dónde estás?Me acosté en aquella cama sucia, no sé cuánto tiempo pasó pero escuché como más personas iban llegando. — Dónde está?— Preguntó alguien era un hombre — En el cuarto No creo que sepa nada Creo que solo conseguimos a alguien que no tiene nada de información — Claro que tiene información Ella es la compañera de vida de Nicolás, ella es importante para él —
Valentina Petrova — Valentina tengo una nueva habitación para ti Sarah creyó que esta sería más cómoda para ella y para el bebé — dijo Nicolás llegando hasta mí, no dije absolutamente nada no valía la pena después de todo esto no era mi casa y no pensaba quedarme por mucho tiempo. Seguí a Nicolás me llevó a otra habitación era muy parecida pero no tenían la misma vista cosa que me entristecía era lo que más me encantaba de esa habitación— quieres hablar de lo que sucedió?— Preguntó pero yo no dije absolutamente nada, solo me senté en la cama en silencio sin siquiera mirarlo.— lo siento, sé que tuve que haber ido contigo sé que tuve que haber estado más pendiente pero estaba tan distraído quería llegar rápido porque pensé que querían atacarlo y de hecho fue así Y?!Quería gritarle que se largara de la maldita habitación y me dejara sola porque eso es lo que quería estar sola!!Me sentí engañada decepcionado y era irónico porque le había creído la primera como si no hubiese aprendido
Nicolás Harrison ¡¡Era su primer beso!! ¡¡¡Yo era su primer beso!!! no me podía sentir más afortunado. Se nota su inexperiencia y eso me encantaba, saber que yo sería el primero y el último me había sentir especial. Ella inconsciente había esperado por mi. — No me iré — Dijo al separar nuestras labios con sus ojos cerrados. Eso es lo que quería escuchar salir de sus labios que no se iría, la necesito aquí conmigo. — Voy a cuidarte te lo prometo — Le dije, pude notar la duda en sus hermosos ojos azules ¿No me creía? No podía culparla si era asi, después de todo eso también se lo había prometido el día de ayer y la había dejado sola en una camioneta claro que jamás pensé que esto iba a pasar pero lo había hecho había fallado mi palabra. Ella abrió la boca para decir algo sin embargo la puerta se abrió y Noah entro como si nada ¿Que diablos hacia él aquí?! Noah me tenía harto! Lo quiero lejos. Pude ver cómo Valentina lo miró y rápidamente apartó la mirada que ella me pareci
Valentina Petrova ¿Por qué me sentía así si había sido yo quien le había dicho que se fuera con ella?¿Por qué tenía tantos celos de ella? Quizás porque era una mujer hermosa era vampira y no era una humana débil como lo era yo, ella si podía darle lo que él quería, ella seguro era lo que él quería, a él no se le había impuesto estar con ella sin embargo conmigo la cosa era totalmente distinta no estaba conmigo porque quería sino porque un lazo extraño y mágico así se lo ordenaba. Recorrí la habitación para poder verla un poco, está parecía ser un poco más grande que la otra, el clóset era más grande al igual que el baño seguro que esta habitación podía acomodarla a mi gusto. Me gustaba.Me coloqué algo de ropa limpia entré al baño e hice mi rutina diaria, sentí vergüenza al recordar que había besado a Nicolás, era mi primer beso esperaba que él lo hubiese disfrutado aunque seguramente yo no era nada comparación a todas las mujeres con la que él había estado ya con experiencia. S
Valentina Petrova Después de pasar parte del día recorriendo la manada saludando a las personas, conociendo el lugar.Había estado pensando parte del día cómo le diría a Nicolás lo que está ocurriendo, quería usar las palabras correctas, no quería que él dudara de mí ni mucho menos que se alejara. Entró la mansión con la flor que la niña me había regalado en las manos y lo primero que oí fueron gritos.¿Ahora que estaba ocurriendo?¿Siempre era así en este lugar?A diferencia de esta mañana los gritos provenían de un hombre y por la voz sabía que era Nicolás.Decidí seguir los gritos y me llevó hasta lo que parecía ser en la oficina, esta vez decidí no colocar mi oído en la puerta sino abrirla ahí se encontraba Nicolás con el teléfono en el escritorio gritando. Se veía muy molesto ¿Con quién estaba hablando?— ¿crees que me importa una mierda que me puedas demandar? — Preguntó —¿Y qué vas a decir? ¿cuál fue tu contribución a la sociedad que quieres? Por qué yo iba a colocar todo e
Valentina Petrova Nicolás y yo salimos de la mansión tomados a la mano, la mirada de las personas que pasaban por ahí estaba fija en nosotros, podía ver a un paro sonreír lo cual me hacía sonreír a mí también.Quería creer que a ellos les gustaba vernos juntos.Esto era una nueva experiencia para mí, caminar tomada de la mano con alguien mientras las personas nos miraban.En este punto me pregunto ¿que éramos Nicolás y yo? ¿Tenía que preguntarle o simplemente guardar silencio? Nos sabia como actuar ante una situación como está.¿Acaso esto era algo que solía sucederle a las parejas en general o solo me sucedía a mí? Quizás solo me sucedía a mí porque era una experta en el tema, me daba pena preguntarle a Nicolás, no quería que él pensara que yo era muy intensa o que si respuesta no me gusta después de todo tenía que recordar que Sarah existía también en su vida ¿Que era ella de él? ¿Solo la madre de su hijo o algo más?Suspiré llamando así la atención de Nicolás quien dirigió su m