KATHERINECon pantomimas, de nuevo entendí que deseaba arrojar la alfombra dentro del forro de tela al suelo, y el agua era para quitar el polvo de las frías baldosas.—Yo lo hago —me rugió cuando intenté ayudarlo— Bueno, bueno, salvajito, está bien…Presenciar la escena de ese enorme cosote pasando con torpeza un trapo mojado en el espacio frente a la chimenea, por poco causa que me ría en su cara a carcajadas.Se me escapó una risita al verlo fregar con ahínco, todo concentrado, como una sirvienta consumada.Subió entonces la cabeza para mirarme agraviado.—Yo… —disimulé la risa a duras penas—. Se te quedó un pedacito ahí.Le señalé el sitio donde se apoyaban sus rodillas, como toda una patrona… ¡y me hizo caso!Jajajaja, el Duque Doncello… ay, no, no, el Duque Bestiecita Friega Suelos, jajajaja…Las mejillas me dolían de aguantarme.Esta, se la guardo para el futuro junto con el rodeo de puercos.El calor del fuego evaporó enseguida el agua.No sé si por su fuerza, pero de verdad l
***ADVERTENCIA*** En este capítulo aparecen referencias a actos un poco extremos entre el Lycan de Elliot y Katherine, que se puede interpretar con bestialidad, así que, si piensa que le va a incomodar, por favor sáltese los capítulos relacionados.*****ELLIOT “Ggggrrr… mmmm, qué rico, más cariño, ofréceme más… ssshhhh, sabes a pura gloria, pequeña… mmm… mucho mejor que sentirte a través del idiota de mi humano…”Ni siquiera respondí a los insultos de mi lobo, ido en su lujuria descarada, comiéndose los pechos de mi mujer.Experimentaba a través de sus sensaciones y mierd4, esto era tan caliente.Gemía con él, sentía las mismas ganas desesperadas de montarla que Vorath, nuestro cuerpo vibrando y endureciéndose.Los jadeos bajos que salían de entre sus labios abiertos nos tenían con la polla cada vez más firme."Sshhhh… baja más, más… " mi voz ronca pedía lo que nuestros pensamientos impuros anhelaban."No me digas… mmmm… cómo tengo que follarme a mi hembra… maldito traidor… sshhhh,
KATHERINEMis piernas por completo abiertas, sentada sobre sus muslos, mi coño cayó justo encima de ese duro eje.—Mmm… —me estremecí con la calentura que desprendía, su gruñido retumbó por encima de mi cabeza, sus garras en mis caderas me urgían a cabalgarlo más íntimamente.Sentía su lujuria palpitar entre mis pétalos abiertos.—Sshhh… —gemí metiéndome en el pelaje de su pecho, oliendo ese aroma a cítricos dulces que me llevaba a desear locuras—. Eres muy… muy grande en esta forma, yo no puedo… mmm, cariño, sshh… tan caliente… aahh…Comenzó a dirigir mis movimientos, a dominar mis caderas, a obligarme a pasar toda mi empapada intimidad arriba y abajo, pintando mis jugos sobre esa polla gigantesca.Lo peor de todo es que llegué a hacerlo por propia iniciativa.Me aferré a sus pectorales y empecé a menearme sobre él, a calentarme por completo con ese juego retorcido, con solo la fricción de nuestros genitales.—Ah, ah, ah… —mi boca entreabierta no paraba de jadear contra su torso.El
ELLIOTLas embestidas comenzaron a tornarse más frenéticas, la mano del lycan se desplazaba más y más atrás, metiéndose profundamente en la hinchada y tierna ranura.Un grito ronco y con tintes dolorosos nos despertó, Vorath enseguida se incorporó para ver bajar el hilo de sangre entre los pétalos de Katherine.“No, no, la he lastimado, ¡he lastimado a mi hembra!” — rugió preocupado, entrando en pánico, haciendo por retirarse, pero ella…—No, no pares lobito, estoy bien, no te asustes mmm - llevó su mano atrás acariciando el muslo de mi lycan.— Solo no tan brusco… ahh… no te detengas ahora, estoy cerca, cariño, fóllame más, dámelo de nuevo… mmm… —su voz demandante, incitándonos a continuar.Ella misma se incorporó de rodillas, sus dedos acariciaron el pelaje, su cabello suave abanicando contra el pecho de Vorath, hechizándolo con sus gemidos, con sus meneos eróticos, aun tomándonos en su interior, penetrándose.La cabeza elevada y los ojos entornados del placer, pero mi lobo no podía
KATHERINEMi pecho resonaba “boom”, “boom”, “boom” con los latidos apresurados de mi corazón.La imagen se volvió tan nítida y real en mi mente.Era hermoso, el pelaje brillaba en castaño oscuro, sus pupilas rojas salvajes parecían mirarme directo al alma.Me quedé muda por un instante, no sabía qué decirle, jamás pensé que esa presencia pudiese invadir así mis sentidos.“Yo… yo no te quise lastimar, cariño, solo… solo me gustas demasiado, mi hembra. Puedo parecer intimidante, pero lo de hoy, lo del bosque… yo solo soy así con nuestros enemigos”, comenzó a balbucear palabras en mi mente.Dio varios pasos dudosos, a pesar de ser un lobo poderoso, con una aura tan agresiva, podía ver la incertidumbre en sus orbes.Cosita linda, tan esponjoso y preocupado por mis sentimientos.“¿Me temes? ¿Tú… odias estar emparejada con una bestia sanguinaria?”—¡No! —respondí con mi boca—. Elliot, dile que no, amor, yo no lo odio.Comencé a responderle también apremiante, saliendo de mi estupefacción, i
VALERIA — ¿Estás… estás segura Esther? – le pregunto con la voz quebrada. Mi corazón late apresurado, lleno de felicidad. — Muy segura Luna. Está embarazada. — ¿Por qué no he podido olerlo o su padre? – le pregunto preocupada. — Es muy reciente, quizás por eso, dele más días y debería percibir sus feromonas. Me responde y asiento, con los ojos nublados por las lágrimas. Soy la Luna de manada “Bosque de Otoño”. Hace tres años me casé con el hombre que amo con locura, a pesar de no ser mates destinados, mi Alfa Dorian. He dado todo por ser la Luna perfecta, el pilar al que pueda apoyarse, sin embargo, una sombra opaca mi matrimonio y era el tema del heredero. Nunca había podido salir embarazada y admito que no comparto mucho la cama con Dorian, pero sé que sus obligaciones de Alfa lo tienes demasiado ocupado y estresado. — Por favor, no le digas a nadie en la manada. Deseo sorprender a mi esposo. — Pierda cuidado Luna, no diré nada. ¡Felicidades! – me sonríe y le devuelvo la
VALERIA Me muerde con saña en el muslo y me arrastra debajo de su cuerpo, controlándome sin piedad. Intento resistirme, pedir ayuda, mis manos sobre mi vientre tratando de defender a mi cachorro, pero sus garras, como armas mortales, perforan mi piel, destrozando todo mi pequeño cuerpo vulnerable. Tengo que subir los brazos por instinto, cuando sus garras afiladas se dirigen a mi rostro y grito en agonía debido a una profunda herida que atraviesa mi mejilla desde mi frente. Al dejar descubierta mi barriga, él arremetió contra nuestro hijo. — ¡¡¡NOOOO, el cachorro no, por favor Dorian, MI HIJO NO…!!! Las lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras le suplicaba, pero sus caninos devoraban mi carne y sus garras buscaban en las profundidades de mis entrañas a sangre fría, queriendo sacar la vida que llevaba dentro. No sé cuánto tiempo duró esta agonía, sollozaba implorándole mientras pude hablar. El dolor en todo mi cuerpo era insoportable, pero más mi alma, que sangraba destroz
VALERIA Escucho gritos estridentes, cristales que se rompen, un rugido animal, gruñidos de Alfa, forcejeo y pelea. Algo caliente me salpica la cara y los brazos, mis garras destrozan y mis caninos desgarran. No puedo detenerme, no puedo, la rabia me consume por dentro y grita liberación. No sé qué hago, no tengo consciencia de mí misma, solo sé, que cuando recupero el control de mi cuerpo lo primero que miro son mis manos llenas de sangre. Estoy de rodillas en el suelo, a mi alrededor todo se ve en rojo, destrozos y partes de lo que alguna vez fue un poderoso Alfa, de Dorian. ¿Qué hecho? ¡¿Qué he hecho por la Diosa?! Miro la cabeza arrancada a un metro de mí. Los ojos mieles aún me miran con pánico y siento como las arcadas suben por mi garganta. Vomito a un lado sin poderlo evitar, asqueada por toda esta escena llena de muerte y violencia. ¿Yo hice todo esto? Aquí no hay nadie más. Miro a mi alrededor, no sé a dónde fue Sophia, solo sé que alguien fue arrojado por la venta