ELLIOT “¿Ya estás feliz?”, le pregunté a mi lobo mientras hundía la nariz en el cabello de Kath.Ahora, con mi parte animal por completo despierta, podía sentir una atracción casi obsesiva por ella.El aroma a lavanda se hacía más intenso, quería tenerlo solo para mí, que su cuerpo siempre llevara mi esencia, que los otros machos supieran que esta hermosa mujer era solo mía.Algo bastante idiota considerando que los seres elementales no podían oler las advertencias."No lo suficiente feliz, quiero salir y estar con ella, abrazarla. Está haciendo frío, mi pelaje da mucho calor, vamos a cambiar""No" le respondí sin dudar, ya sintiendo el empuje en mi mente, férreo y dominante, obligándome a cederle el control."¿Crees que no puedo ver a través de tus trucos? Solo quieres ser tú el protagonista. Te recuerdo que en este reino nadie nos puede descubrirnos o podemos morir""Que lo intenten. Ahora que estoy despierto, ningún ser va a separarme de mi hembra" gruñó entre dientes y esa advert
ELLIOTDejé una nota dibujada en la baldosa de piedra con un carbón por si se despertaba de repente.Besándola en la cabeza, rellené la chimenea con más madera y la cubrí bien con su ropa un poco deshecha.Se quedó calentita junto al fuego y salí entonces al patio trasero.La vieja cerca de madera que colindaba con el bosque se estaba cayendo a pedazos, las enredaderas acampando como en su casa.Miré hacia atrás, a la imponente mansión que proyectaba sombras, a las paredes húmedas y llenas de exuberantes glicinas.Convoqué al cambio, mirando al cielo, a la enorme luna despejada de las nubes oscuras, su claridad iluminaba mi transformación en la poderosa bestia.Dientes afilados, mi maxilar y mandíbula remodelándose en un hocico, dolía como siempre cada hueso y tendón, mi columna vertebral traqueaba, los poros se cubría con el oscuro pelaje.«¡Auuuuu!»El aullido lobuno se escuchó en medio de la noche y a lo lejos, los sensibles oídos de lycan escucharon la réplica de una manada de lob
KATHERINE«Su boca sonreía, pero yo tenía miedo, era como una réplica de mí misma, di un paso atrás con temor.Su mirada de repente se tornó en tristeza, abrió los labios, me hablaba, pero no pude escuchar nada.El tiempo se acababa, lo sabía.En un pestañeo la vi saltar por la ventana de vidrio del segundo piso, estiré la mano en pánico, fragmentos de brillos como miles de mariposas volando nublaron mis iris.¡Va a morir si se arroja desde aquí!»—¡No! —me desperté de golpe, mi mano estirada como en ese sueño, intentando agarrar a esa… mujer tan parecida a mí.Algo mojaba mi rostro y toqué las lágrimas en mis mejillas con las yemas de los dedos.¿Eso fue un sueño? Demasiado raro, demasiado vívido y algo espeluznante.Miré entonces a mi alrededor, intentando calmarme, pero no vi a Elliot a mi lado y eso hizo regresar mi ansiedad.—¿Elliot? —lo llamé mientras me sentaba derecha, moviéndome hacia el borde de la alfombra.Pensé que estaría desarmada en piezas por el esfuerzo físico, pero
VALERIA — ¿Estás… estás segura Esther? – le pregunto con la voz quebrada. Mi corazón late apresurado, lleno de felicidad. — Muy segura Luna. Está embarazada. — ¿Por qué no he podido olerlo o su padre? – le pregunto preocupada. — Es muy reciente, quizás por eso, dele más días y debería percibir sus feromonas. Me responde y asiento, con los ojos nublados por las lágrimas. Soy la Luna de manada “Bosque de Otoño”. Hace tres años me casé con el hombre que amo con locura, a pesar de no ser mates destinados, mi Alfa Dorian. He dado todo por ser la Luna perfecta, el pilar al que pueda apoyarse, sin embargo, una sombra opaca mi matrimonio y era el tema del heredero. Nunca había podido salir embarazada y admito que no comparto mucho la cama con Dorian, pero sé que sus obligaciones de Alfa lo tienes demasiado ocupado y estresado. — Por favor, no le digas a nadie en la manada. Deseo sorprender a mi esposo. — Pierda cuidado Luna, no diré nada. ¡Felicidades! – me sonríe y le devuelvo la
VALERIA Me muerde con saña en el muslo y me arrastra debajo de su cuerpo, controlándome sin piedad. Intento resistirme, pedir ayuda, mis manos sobre mi vientre tratando de defender a mi cachorro, pero sus garras, como armas mortales, perforan mi piel, destrozando todo mi pequeño cuerpo vulnerable. Tengo que subir los brazos por instinto, cuando sus garras afiladas se dirigen a mi rostro y grito en agonía debido a una profunda herida que atraviesa mi mejilla desde mi frente. Al dejar descubierta mi barriga, él arremetió contra nuestro hijo. — ¡¡¡NOOOO, el cachorro no, por favor Dorian, MI HIJO NO…!!! Las lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras le suplicaba, pero sus caninos devoraban mi carne y sus garras buscaban en las profundidades de mis entrañas a sangre fría, queriendo sacar la vida que llevaba dentro. No sé cuánto tiempo duró esta agonía, sollozaba implorándole mientras pude hablar. El dolor en todo mi cuerpo era insoportable, pero más mi alma, que sangraba destroz
VALERIA Escucho gritos estridentes, cristales que se rompen, un rugido animal, gruñidos de Alfa, forcejeo y pelea. Algo caliente me salpica la cara y los brazos, mis garras destrozan y mis caninos desgarran. No puedo detenerme, no puedo, la rabia me consume por dentro y grita liberación. No sé qué hago, no tengo consciencia de mí misma, solo sé, que cuando recupero el control de mi cuerpo lo primero que miro son mis manos llenas de sangre. Estoy de rodillas en el suelo, a mi alrededor todo se ve en rojo, destrozos y partes de lo que alguna vez fue un poderoso Alfa, de Dorian. ¿Qué hecho? ¡¿Qué he hecho por la Diosa?! Miro la cabeza arrancada a un metro de mí. Los ojos mieles aún me miran con pánico y siento como las arcadas suben por mi garganta. Vomito a un lado sin poderlo evitar, asqueada por toda esta escena llena de muerte y violencia. ¿Yo hice todo esto? Aquí no hay nadie más. Miro a mi alrededor, no sé a dónde fue Sophia, solo sé que alguien fue arrojado por la venta
VALERIASu actitud gritaba soy el puto amo de todo aquí, el dueño absoluto.Enseguida bajé la cabeza temblando, no importaba que no tuviese loba interior, el poder que emanaba de ese hombre parecía asfixiarte, estrangularte el alma y estaba incluso un poco distante de mí.Era un Lycan, la especie superior de los hombres lobos, la mayor evolución y estaba casi segura de que se trataba del más poderoso de todos, Aldric Thorne, el Rey Lycan.— Sasha, encárgate de sacar la basura y asegúrate de que mi próxima doncella personal no sea una zorra intrigosa o perderá más que la cabeza – su voz ronca, intimidante, fría, se escuchó y luego pasos alejándose.— Esto es un desastre, ya es la quinta en dos meses, no sé qué tienen estas niñas en la cabeza, mira que se los advierto.La Gobernanta, que es la señora que administra el castillo, se acerca y saca un pequeño frasco de entre las manos de víctima.— Otra que intenta darle un afrodisiaco al Rey, mujer idiota. Llamaré a un sirviente para que s
VALERIA— ¡Aahh, es horrible, está deforme!— ¡Envidiosa, por eso nos quieres alejar del Rey!— El señor ha dicho que ya se tienen que marchar – le vuelvo a comunicar impasible, parada al pie de la cama y ellas me están insultando, pero no me da ni frío ni calor.Pienso en cómo sacarlas porque debilitadas o no, son tres y yo solo una.En eso, unos golpes comienzan a sonar en la puerta lateral que da al pasillo y ni siquiera había notado, debe ser la persona que las sacará del castillo.Camino hacia allí y les abro a dos mozos fortachones que pasan sin decir palabras.Esas mujeres comienzan a resistirse, a taparse la desnudez, gritando que están viendo los cuerpos que son solo para el Rey, que rodaran nuestras cabezas.No tengo que llevar mucho tiempo aquí para darme cuenta de sus mentiras.Ese hombre las utilizó como algo desechable y ahora las está echando como basuras.La rubia corre hacia la puerta que da al comedor y me adelanto parándome en firme y cortándole el paso.— Tenga un