BRENDAAgazapada, fui moviéndome a rastras hacia atrás, sobre las frías baldosas, para evitar ser descubierta.Entré por las puertas dejadas medio abiertas y corrí entonces hacia el espejo, examinándome, no fuese que tuviera hojas del bosque o algo que me delatara.Con el corazón desbocado, me lancé prácticamente a la cama, escuchando las botas por el pasillo.La puerta se abrió y el Duque Thesio entró a la habitación.Sus pasos enseguida se dirigieron hacia mí.Regulé mi respiración, él se detuvo en el borde y me examinaba, hasta que se cercioró y se marchó al baño.Abrí los ojos, llenos de cálculos en la oscuridad.Maldito idiota, ¿de qué le servía ser Duque si era solo un elemental? Nunca estarían a la altura de los poderes de los seres sobrenaturales.Mañana iría a reunirme con ese vampiro.Los días de Thesio estaban contados.*****NARRADORAA varios kilómetros de la capital del Ducado de Thesio…—Joder, creí que palmaba esta noche, parecía interminable —Tomás rezongaba subido en
KATHERINE Cualquiera que fuera el misterio que guardaba ese mini cofre, lo tendría que averiguar luego. Primero, porque nos teníamos que regresar a casa. Y segundo, tampoco se pudo abrir tan sencillo, como era lógico. —Mamá, ¿es seguro salir? La… la Sra. Prescott, ¿no estará en el bosque con su hijo malo? —Lavinia se agarraba de mi falda con nerviosismo, mirando al jardín en ruinas y más allá del cercado. —Tranquila, hija, yo estoy aquí para protegerlas, nadie les hará daño jamás —Elliot fue quien respondió por mí, cargándola protectoramente. Mi corazón no podía estar más cálido. —Pero, padre Duque, hay un monstruo allá afuera, tienes que tener cuidado, es… es muy fiero… —torcí la boca al escucharla. ¡Hija, ese “monstruo” es el mismo que tienes a tu lado, tu papá postizo! Una risa sutil apareció en los ojos de Elliot, que me miró por un segundo. —Lavinia, no vimos ningún monstruo, seguro fue un animal grande y te confundiste por el miedo —le explicó restándole importancia al
KATHERINE “Kath, Vorath me dijo que Lavinia es como tú y muy poderosa, por eso se atrevió a alimentarla” —Elliot me explica. “¿Una bruja poderosa?” —la miro hasta con miedo, tenía la esperanza de que fuese “normal”, ahora más que nunca debo cuidarla. “Debemos, nena, ya no estás sola, Kath. Tenemos que protegernos más” —Elliot me asegura. “Necesito que me ayudes a reorganizar todo el personal del castillo, haremos una limpieza general en el ducado, traeré a Aldo, Tomás y sus familias para que se queden en el castillo.” Asiento de acuerdo, esas son gente buena y leales. La estructura del castillo ya se dibuja, estamos entrando a los jardines y esta vez me siento con todo el sentido de pertenencia del mundo. Ahora ya no soy la falsa Duquesa, tomaré el puesto de manera legítima, no permitiré que más serpientes conspiren justo dentro de mi casa. ***** NARRADORA En el Ducado de Thesio… Salvatore tomó forma corpórea en una esquina oculta de la caballeriza detrás de la taberna Monta
NARRADORASacó los viejos papeles de registros con retratos de los empleados.Ese hombre en particular era el que más le interesaba, la mujer se lo señaló como el cuidador de la hermana de la Duquesa.Alzó sus ojos con disimulo para cerciorarse, mientras más lo comparaba, más se le parecía.¡Esto era una bendición, qué buena suerte!Sin embargo, cuando se fue a levantar, reparó en que el hombre ya no estaba solo, lo acompañaba otro señor que llegó en algún momento.Frunció el ceño y se volvió a acomodar, pensando en cómo abordarlo.Necesitaba que estuviese solo, este tema era muy delicado.Preparó incluso el dinero para sonsacarle información de su ex paciente.Todos sus esfuerzos fueron en vano.Los vio a ambos levantándose de la mesa y dirigirse con rapidez al exterior de la taberna.Rosendo guardó todo en su bolsa con premura, dejó las monedas sobre la mesa y echó a correr para no perderlos de vista.Salió por la puerta de madera de vaivén que crujía al abrirse y cerrarse bruscamen
UNOS DÍAS DESPUÉS…ELLIOTEstampo mi firma en la línea con sentimientos encontrados.En realidad, me siento algo culpable. Acusé y torturé a un hombre inocente, hasta cierto punto.Pero yo fui el primero en cometer el error de confiar por completo en él.Comenzó como mayordomo al servicio de mis padres y lo conocía desde hace años.Sin embargo, al final, toda esta confianza, incluyendo la de él con el ama de llaves, terminó en la más vil traición.Tomo mi sello y al fin termino de oficializar la jubilación del Sr. Wallace.Se irá al campo a vivir con su hija, le di una sustanciosa pensión, en parte para limpiar mi conciencia.El adiós fue bastante rígido y confieso que me dejó un sabor amargo en la boca.Toc, toc, toc.La puerta de repente es tocada con suavidad.“Es mi hembra.” Vorath enseguida se yergue después de estar apático y resoplando, aburrido todo el día.—Pasa adelante —le pido apartando los papeles.Enseguida, el aroma a lavanda nos hace salivar en cuanto entra al estudio
ELLIOT —¡Me voy, me dijiste que nunca más mencionarías eso tan vergonzoso! —comenzó a forcejear para escaparse, pero la aprieto más contra mi cuerpo, riéndome de su apuro. —No te vayas, cariño, solo fue una broma, mujer —por primera vez era yo quien me burlaba de ella. Por Katherine había tenido que hacer tantas locuras ridículas… —¡Tú también te dejaste! ¿Qué pobre hombre de qué?, ¡Duque lujurioso! —Claro que me dejé —agarré su nuca y acerqué su hermoso rostro al mío, ambos agitados de reírnos, ella esquivando mi mirada intensa. El sonrojo en su delicada piel bajando por su cuello, me daba ganas de comérmela como a una manzana. —Y estoy desesperado porque me vuelvas a violar, mi brujita. No te puedes imaginar lo que gemía esa noche en mi interior del placer que me dabas… mmm… —calentaba su mente con todos mis vívidos recuerdos de ese día. —Katherine, siempre me tuviste hechizado, mi hembra, desde el primer día que mis ojos se cruzaron con los tuyos —confesé la pura verdad. No
ELLIOTMe levanto de la silla, los muslos tensos, sintiendo sus resoplidos apresurados sobre mi abdomen, sus uñas clavándose en mis nalgas, la estrechez de su garganta vibrando alrededor de mi polla.Cierro los ojos a un paso de caer, de venirme, ya la imagino tragándose toda mi corrida.“Grrr, joder, no puedo más, Kath, mi hembra…” Mi lobo aúlla excitado, forzándome siempre al cambio.Veo a Katherine llevarse la mano entre las piernas, de rodillas, subiendo su vestido obscenamente.Sé que se masturba mientras me da placer, puedo olerla y escucharla en mi mente.Ella se acaricia el coño imaginando que son mis dedos y su cabeza baja y sube de mi firme entrepierna.Su boca lujuriosa me trabaja hasta arrojarme por el precipicio.—Nmmm… sí, me vengo, Kath… me vengo… —gruño entre dientes como una bestia, acelerando mis embestidas, de pie frente a ella, apretando en un puño su cabello.Mis bolas pulsan llevando mi semilla al exterior… tan placentero y liberador… tan… tan…«¡Voy a buscar a m
NARRADORA“Nora, ya hablamos de esto…”“Tengo miedo, ¡esto parece un milagro! Ay, Aldo, ¿y si es una trampa para atraparnos porque somos seres sobrenaturales?”Ambos se miraban haciendo muecas con los ojos y solo hablándose en su mente, los niños dormidos al no estar acostumbrados a los viajes tan largos.“El Duque es un hombre honorable, créeme que lo comprobé antes de dar este paso” —le aseguró convencido, la impresión de Elliot en su mente era muy fuerte y vívida.“¡Decías hasta hace menos de un mes que era un idiota pomposo!” —le recordó el insulto más fino que le había dedicado al noble cuando creía que era el culpable de sus desgracias.“Él solo se confió un poco, ¡pero ya lo arregló y deja de cacarear como gallina, mujer!” —la reprendió bufando“Y mira a ver si no se te sale algo y él lo escucha en su mente. Recuerda, Nora, él es un lycan.”Y eso era otro asunto que la tenía sin dormir.Diosa, nunca había visto a una criatura tan poderosa.Ellos descendían de híbridos más débil