Capítulo 5

VICTORIA

Veo como el hombre abre mucho los ojos sin esperar a que esa respuesta llegara a él.

En su asombro baja la guardia, dejando que Ben tome ventaja, clavándole los colmillos hasta el fondo, haciéndolo gritar de dolor mientras lo suelta.

Estiro mi mano a Ben y lo coloco detrás de mí, observando como el hombre lucha contra las venas negras que se van esparciendo desde la mordida.

—Es una lástima que no podrás advertirle a mi padre, pero después me encargaré de él.

Comienzo a alejarme con Ben abrazado a mi mano, oigo las maldiciones que me lanza, pero poco me importan viniendo de un cadáver.

Entro de nuevo al auto y doy marcha, hasta llegar a otro estacionamiento y recoger otro carro en lo que este es eliminado.

Ben se monta sobre mí enrollando sus piernitas en mi costado, hasta que su pelaje negro comienza a cubrirlo todo.

Acaricio suavemente el pelaje del pequeño lobo asustado, esta es su forma de protección cuando su lado humano está sufriendo mucho.

Sus garras se clavan en mi piel haciéndola sangrar, pero no me importa.

A pesar de que él contiene un potente veneno tanto en sus garras como en sus colmillos, a mí nunca me ha afectado.

—Gael, mi pequeño lobo, todo está bien, no llores, estás conmigo.

Siento mis ojos pesados de tanto conducir, pero necesito alejarme lo más que puedo.

Llego hasta la guarida de Santi, que ya nos espera, parado en la entrada.

Apago el motor y cierro los ojos por un segundo, antes de abrir la puerta y sostener a la bola de pelos oscura sobre mí.

—¿Victoria, cómo estás?

—Cansada y Ben, bueno... anda en su protección.

Él estira la mano acariciando su pelaje solo para ser recibido con un gruñido furioso, pero tierno.

—Parece que no anda de humor, sígueme.

*****

LUCIEN

Observo detenidamente cada maldit0 informe sobre mi escritorio, todos con resultados negativos.

Paso mi mano revolviendo mi cabello, tirando todo al suelo de la frustración.

Han pasado cinco maldit0s años y nadie sabe nada de mi cachorro, es como si simplemente se hubiese esfumado en el aire.

—"¿Errick, has logrado contactarlo?"

—"Lo he intentado, muchas veces, pero nunca hay respuesta, solo un profundo silencio"

Solo cierro los ojos, parándome frente a la ventana, dejando que la luz de la luna me cubra con su manto.

Escucho la puerta abrirse y no me volteo para ver a mi Beta, ya sé que tiene más malas noticias.

—Lucien, parece que... bueno... es posible que ahora si tengamos una esperanza.

Abro mis ojos y volteo a verlo, dejando que mi dominio Alfa salga para tomar el suyo y manipularlo a mi antojo.

—Logramos infiltrar a un hombre dentro de la organización de los cazadores, hace dos días mandaron a cuatro hombres a esta dirección.

Tomo la tablet y observo la dirección, la casa, los cuerpos muertos, las garras en las paredes y el suelo.

Frunzo el ceño mirando esto.

—¿Había lobos en esto?

—No señor.

¡Esto no puede ser!, si no había lobos como llegaron esas garras ahí.

—Continúa.

—Ellos trataron de revisar las cámaras de toda la ciudad y todo fue manipulado, parece que quien tiene a su hijo no es ni de los cazadores ni de los rebeldes.

—Además, según sus hombres y sus aliados, es posible que esa persona siga en la ciudad, están preparando algo grande, algo para terminar con...

Lo callé de un rugido, sea quien sea esa persona, me las pagará con sangre por haberme quitado lo único que me queda por aferrarme a este miserable mundo.

—Prepara a los hombres, iremos hasta allá, no dejaré que ellos pongan sus manos en mi hijo, y si alguien falla Axiel...

En eso la puerta se abre de golpe y entra mi hermana junto con esa anciana que odio.

—"Ella nos advirtió de lo que pasaría, fuiste tú quien no la escuchó"

—"Cállate Errick"

—Yo iré contigo, es mi sobrino y por supuesto que lo quiero a mi lado.

—¿Y ella?

—Muchacho grosero, yo iré porque es necesario y no harás nada contra eso.

Solo suspiro con molestia antes de pasar por sus lados y salir, llego a la habitación y comienzo a recoger unas cuantas prendas.

Esta vez te recuperaré mi cachorro, prometo que todo lo malo que viviste pasará, estaremos juntos como siempre debió ser.

Miro la foto de mi compañera embarazada, mi lobo la odia por no protegerlo, se supone que era nuestra Reina, tenía la capacidad suficiente, pero no sé que pasó en esas cuatro paredes.

Al día siguiente tomamos un jet privado hasta esa ciudad pobre, no sé cómo ni en qué condiciones esté mi cachorro.

Son cinco años lejos de los suyos, de su manada, su desarrollo pudo haberse visto afectado.

—Rey Alfa, es un gusto tenerlo con nosotros, ya tenemos un área privada solo para ustedes, la seguridad está al máximo.

—¿Algo más?

—Sí, hace unos días también llegaron lobos de Dementu, parece que todos ya saben de qué su cachorro está aquí.

Aprieto los puños sintiendo la rabia en mi interior, Errick acechando en mi mente con sus colmillos afuera.

Ambos sentimos lo mismo.

Llegamos a una sala donde otros más nos esperan, Alfas aliados a mí, que están dispuestos a ayudarme, pero siempre a cambio de algo.

—Rey Alfa, ya tenemos todo preparado, hombres a su disposición, carros y todo lo necesario.

—También hemos estado rastreando los movimientos de los cazadores, Black llegó aquí hace un par de días cuando hubo un alboroto en las calles.

—¿Eso a qué fue?

—Parece que los hombres de Black lograron atrapar al cachorro, pero la persona que lo tenía; los asesinos delante de todos y se lo llevó.

Solo me rio con ironía escuchando todo esto, los demás en la sala se callan al sentir mi aura salir, doblegándolos ante mí.

—Los asesinó a plena luz del día, en la calle, ¿y no hay testigos?

Si esa persona hizo eso, delante de tantas personas, no me imagino por los horrores que debe estar pasando mi hijo.

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