VICTORIA Con mis brazos cruzados en mi pecho, mirando a otro lado, soportaba la presencia del salvaje en esta pequeña cabina. No puedo creer que Ben decidiera meternos en la rueda de la fortuna. Él literalmente ocupa todo el espacio aquí adentro y el pequeño lobo muy feliz a su lado mientras come helado y yo... yo bien pegaba al vidrio para que no me roce sus dedos. Ya sé de lo que son capaces. Al recordar eso mi cuerpo tiembla. Definitivamente, no es algo que quiera volver a sentir, se me revuelve el estómago de pensarlo. Y otra pequeña voz en mi cabeza me dice que quiere más. —Mami después de aquí... —Nos vamos. Sentí unos ojos afilados encima de mí, pero poco me importa, necesitaba salir de aquí o me iba a dar un ataque. Apenas la cabina se detuvo, arrastré a Ben a la salida. Cuando estuvimos cerca del auto, una mano enorme me tomó. —Es mi hijo al que arrastras, que no se te olvide cuál es tu posición aquí. Lo tomó de la otra manita y comenzó a j
LUCIEN He estado leyendo el mismo documento más veces de las que puedo contar, siento que no me estoy concentrando en nada desde esta mañana. Estoy feliz de que se haya ido, su olor me estaba atormentando, luchar contra el impulso primitivo de tenerla y marcarla, todos los días, era agotador. Errick no ha dicho nada en todo el día, pero sé que está enojado. Verla irse hizo que mi pecho se contrajera y talvez lo que le dije anoche no estuvo del todo bien, pero era lo que quería decir, ella jamás entendería mi vida. Observo a Ben algo desanimado, mirando sin nada de apetito la bandeja de comida que tiene al frente. —¿Quieres que pida otra cosa para ti? —¿Por qué la odias papá? —Yo no la odio... —Puedo sentirlo, la rechazas, no sabes nada por todo lo que tuvo que pasar mi mami para protegerme, no es justo para ella. Él solo se levantó y se fue como si nada, pero sus palabras llamaron mi atención y también a Errick. —"Deberíamos ir a ver cómo está" *****
LUCIEN Llegamos a la ciudad y mando a rodear todo un perímetro de más de cinco cuadras, no voy a poner en riesgo a ninguno por esto. —"Eso significa que nos quedamos con ella" —"Es importante para Ben" —"Vi la forma en la que la torturabas en el auto, no me vengas con eso" —"Fue divertido jugar con ella" Camino como si nada por el centro comercial y entramos a una tienda, me siento a esperar a ver la selección de ropa de Ben hasta que ella llama mi atención. Está mirando varios vestidos, pero no se atreve a tomar ninguno. Me coloco de espaldas a ella y se asusta cuando estiro el brazo y tomo un vestido azul claro brillante. —Prueba este, se te verá bien. Me lo arranca de la mano y se va al probador cerrando la cortina. Pasado los minutos decido entrar y ella está solo con su ropa interior. —¿Qué demonios haces aquí, largo? Me dice con la voz baja mirando las estrechas paredes que nos rodea. —Quería venir a ver cómo te quedaba el vestido. —No m
VICTORIA Me paro frente al espejo y miro mi aspecto, el vestido se ajusta perfectamente a mis curvas y una pequeña sonrisa aparece en mi rostro. La última vez que me vi con un vestido así; fue cuando mamá me celebro mis 16 años, fue algo sencillo. Solo nosotras dos. Bailamos y reímos como locas, agarramos el pastel como arma mortal para atacarnos, llenando todo de glaseado, incluso nuestro cabello y eso sí fue un desastre. Me seco una lágrima a punto de caer recordando esos momentos felices con ella y ahora... ella ya no está. —Bueno, ahora tengo a Ben y a mí... —me quedo pensando en lo último de estos días con él, —mi compañero. Mi madre decía que las uniones entre lobos era más especial que entre humanos, eran protectores y su amor era incondicional. Supongo que debería dejar de Lucien entre en mi vida. No puede ser tan malo, ¿o sí? Salgo de la pequeña casa y camino a la manada algo incómoda por los tacones, al llegar, veo a Ben esperándome con un pequeño traje de ga
NARRADOR Victoria soportaba un dolor muy desconocido para ella. Caminaba por entre el bosque, sin rumbo fijo, con la mente nublada, algo en ella se agitaba de forma dolorosa, al igual que su cuerpo. No sabe cuánto tiempo había pasado, pero seguía caminando con la mano en el pecho, tratando de aliviar el dolor en su pecho. Después de un rato caminar por aquella vía sola, logró ver los faros de un auto que se acercaban lentamente. Cayó de rodillas al suelo, sintiendo como el oxígeno escapaba de sus pulmones, puntos negros comenzaron a danzar en sus ojos y estos estaban por cerrarse. El auto se detuvo al frente, Victoria trato de tapar la luz de los faros para ver más allá de ella. Un hombre se bajó del auto y se arrodilló ante ella, levantando su cabeza por la barbilla. Allí supo quién era, su adorado hermano mayor. —Mira nada más lo que el destino puso en mi camino, en realidad no, tenemos hombres en todas partes. —Si vas a matarme solo hazlo. La respiración de Victoria e
VICTORIA Siento mi cara hinchada y el dolor en mi pierna está haciéndose molesto. El frío parece querer matarme y sé que no soportaré mucho más despierta. Volteo a ver por la ventana, las luces de la calle que alumbran esta vía sola y vacía. ¡Perdón, madre, traté de mantenerme a salvo, pero pronto estaré contigo! Volteo de nuevo al frente y observo como unas luces a la distancia vienen en nuestra dirección. Talvez debería intentar estrellar el carro contra ese y salir de esto, pero con lo débil que estoy estos hombres me controlaran antes que eso. De pronto, unas luces se aproximan desde el lado izquierdo y cuando volteo, este impacta directo contra nosotros. Rufus trata de mantener el control, pero el carro que viene al frente vuelve a impactarnos y eso fue todo lo que supe antes de que la oscuridad me llevara. ***** Me despierto, pero no puedo abrir los ojos, trato de escuchar lo que me rodea y no hay nada. Siento algo en el brazo, parece una aguja. Me fuerzo a a
VICTORIA Bajo con cuidado hasta el pequeño filo de la pared, una puntada en la pierna vendada me hace detenerme un segundo. Debo llegar a las escaleras de escape, pero no sé como lo haré. Con cuidado, sigo avanzando, agarrándome fuerte de las rejas de las ventanas. Llego hasta la escalera de escape y me quedo ahí un rato pasando el dolor de mi pierna. Debo avanzar, no puedo quedarme. Aprieto los dientes del dolor al bajar escalón por escalón, son demasiadas escaleras, solo espero no caerme y ya no la contaré. Al llegar abajo, me detengo solo un momento, el dolor me está matando y el sudor frío corre por mi espalda. Unos gritos llaman mi atención y al ver hacia arriba, están los hombres esos mirando por la ventana. Tomo aire y comienzo a correr como puedo, salgo a la calle y las miradas curiosas caen en mí, sé que estoy llamando demasiado mi atención con mi cara, pero no puedo hacer más. Debo escapar de ellos, a como de lugar, irme lejos, necesito escapar de todo esto. *****
LUCIEN Me aferro a ella como si pudiera irse en cualquier momento, extrañaba tanto su olor, su presencia. Clavo mi nariz en su cabello embriagándome con su delicioso olor, mis dedos se aferran a su pequeño cuerpo y mi piel se eriza por el contacto. ¡¡Mía!! Un suave gruñido escapa de mi pecho, pegando más su pequeño cuerpo al mío. ¡Ya estás conmigo pequeña, prometo que arreglaré todo esto! Llegamos a una mansión fuertemente custodiada por mis hombres, estamos aquí de paso en lo que podamos volver a la manada. La levanto con cuidado para no lastimar más su pierna y salgo con ella, llevándola adentro. La dejo con cuidado en la cama y le arranco el vestido que trae. Odio ese olor en ella, no sé quién sea, pero es obvio que estaba dejando un mensaje claro al impregnar su olor en esa prenda. Pues ella es mía y solo mi olor es el que puede llevar. Voy al baño y regreso con una pequeña toalla para pasarla por su cuerpo, la limpio con cuidado y coloco una sábana sobre ell