VICTORIA Siento mi cara hinchada y el dolor en mi pierna está haciéndose molesto. El frío parece querer matarme y sé que no soportaré mucho más despierta. Volteo a ver por la ventana, las luces de la calle que alumbran esta vía sola y vacía. ¡Perdón, madre, traté de mantenerme a salvo, pero pronto estaré contigo! Volteo de nuevo al frente y observo como unas luces a la distancia vienen en nuestra dirección. Talvez debería intentar estrellar el carro contra ese y salir de esto, pero con lo débil que estoy estos hombres me controlaran antes que eso. De pronto, unas luces se aproximan desde el lado izquierdo y cuando volteo, este impacta directo contra nosotros. Rufus trata de mantener el control, pero el carro que viene al frente vuelve a impactarnos y eso fue todo lo que supe antes de que la oscuridad me llevara. ***** Me despierto, pero no puedo abrir los ojos, trato de escuchar lo que me rodea y no hay nada. Siento algo en el brazo, parece una aguja. Me fuerzo a a
VICTORIA Bajo con cuidado hasta el pequeño filo de la pared, una puntada en la pierna vendada me hace detenerme un segundo. Debo llegar a las escaleras de escape, pero no sé como lo haré. Con cuidado, sigo avanzando, agarrándome fuerte de las rejas de las ventanas. Llego hasta la escalera de escape y me quedo ahí un rato pasando el dolor de mi pierna. Debo avanzar, no puedo quedarme. Aprieto los dientes del dolor al bajar escalón por escalón, son demasiadas escaleras, solo espero no caerme y ya no la contaré. Al llegar abajo, me detengo solo un momento, el dolor me está matando y el sudor frío corre por mi espalda. Unos gritos llaman mi atención y al ver hacia arriba, están los hombres esos mirando por la ventana. Tomo aire y comienzo a correr como puedo, salgo a la calle y las miradas curiosas caen en mí, sé que estoy llamando demasiado mi atención con mi cara, pero no puedo hacer más. Debo escapar de ellos, a como de lugar, irme lejos, necesito escapar de todo esto. *****
LUCIEN Me aferro a ella como si pudiera irse en cualquier momento, extrañaba tanto su olor, su presencia. Clavo mi nariz en su cabello embriagándome con su delicioso olor, mis dedos se aferran a su pequeño cuerpo y mi piel se eriza por el contacto. ¡¡Mía!! Un suave gruñido escapa de mi pecho, pegando más su pequeño cuerpo al mío. ¡Ya estás conmigo pequeña, prometo que arreglaré todo esto! Llegamos a una mansión fuertemente custodiada por mis hombres, estamos aquí de paso en lo que podamos volver a la manada. La levanto con cuidado para no lastimar más su pierna y salgo con ella, llevándola adentro. La dejo con cuidado en la cama y le arranco el vestido que trae. Odio ese olor en ella, no sé quién sea, pero es obvio que estaba dejando un mensaje claro al impregnar su olor en esa prenda. Pues ella es mía y solo mi olor es el que puede llevar. Voy al baño y regreso con una pequeña toalla para pasarla por su cuerpo, la limpio con cuidado y coloco una sábana sobre ella
VICTORIA —No... no te atreves a acercarte a mí. Retroceso hasta que choco con el cristal que nos divide de la ducha, su cuerpo se alza sobre el mío, posando sus manos a cada lado de mi cabeza. —Eres muy rebelde Victoria, puedo con eso. Baja sus manos, deslizándola por mi cuerpo sobre la tela. Toma el borde de la bata y de un tirón la saca de mi cuerpo. Cubro mis pechos ante él, respirando, agitada y con mi cuerpo temblando a más no poder. ¿Qué es lo que pretende?, me rechazó, jamás olvidaré eso, no olvidaré el enorme dolor que causó en mi cuerpo. —No tienes derecho sobre mi Lucien, lo perdiste cuando me rechazaste. Sentí que su cuerpo se puso rígido y luego sus ojos encontraron los míos. Me aparté de él y entré a la ducha abriendo el agua, lo único que me quedaba era la diminuta prenda que apenas cubría mi zona íntima. La puerta volvió a abrirse y unos fuertes brazos comenzaron a envolverme desde atrás. —Lo siento Victoria, yo... me arrepentí, apenas lo hice, inte
VICTORIA "Tu loba está dentro de ti, solo la marca de tu compañero puede despertarla y por eso estoy aquí" "Victoria, nunca te has preguntado por qué tus puntas platinadas siempre crecen después de que las cortas o por qué tu madre tiene el mismo mechón blanco que yo" "Tú también lo eres Victoria, eres como nosotros" "Ella siempre lo fue, pero su compañero estaba en este mundo, su real compañero, tu padre" Cierro los ojos y suspiro de frustración. No entiendo muchas cosas. Es imposible que lo que él diga sea verdad. Mi madre me hubiese dicho desde un principio quién era, ella jamás me ocultaba nada. Nunca la vi convertida en lobo, es que... no sé qué pensar. Llevo mi mano a los pequeños puntos en mi cuello y esa sensación rara cubre mi cuerpo. Si mi compañero me marcó y no pasó nada, eso significa que todo es mentira o que Lucien no sea mi compañero de verdad. Me paso la mano por la cara llena de frustración, todo esto es un desastre. —¿Estás bien? Doy un salto a
LUCIEN Entro a mi habitación y lo primero que veo son todas las cosas de mi pequeña compañera aquí. No es que tenga mucho, se niega rotundamente a qué me haga cargo de ella. Sé que la primera vez metí la pata hasta el fondo, pero no esta vez —"Esta noche debe ser completamente nuestra" —"Es más fácil decirlo, amigo, ella tiene sus propios muros levantados, es fuerte para soportar el vínculo" Frunzo el ceño pensado en eso, en muchas cosas de ella de hecho. Nuestro vínculo se restableció al poco tiempo que la marqué, caraj0, sé que lo hice a la fuerza, pero no iba a perderla. Nunca se me da lo romántico, pero por ella soy capaz de llenarla de flores. Saco una pequeña caja de regalo y la dejo sobre la cama. Esta noche tengo pensado llevarla a cenar, solo espero que no me rechace. Ha estado rara desde que se alejó temprano de nosotros, tengo que averiguar que fue lo que la puso así. Salgo a mi habitación y llego a mi oficina, para encontrarme con la miserable anciana esa
LUCIEN Le entrego el ramo que toma con algo de timidez, sé que ella no está acostumbrada a esto, puedo decir con mucho orgullo que soy el primero en hacer todo esto por ella y seré el único. —Sé que fui un idiot4 al principio, no te quería porque odiaba la idea de tener a alguien a mi lado que no fuera capaz de proteger. —Perdón una vez más por la forma tan miserable en como te rechacé, te juro que me arrepentiré cada día de mi vida por ese error y cada día de mi vida lo compensaré. Me acerco a ella secando sus lágrimas con mis labios, tomándola por la cintura, aferrándome a ella como uno de mis tesoros más valiosos y lo es, ella y Ben son mis dos hermosos tesoros. —No me importa lo que pase en el futuro, pero quiero seguir caminando contigo lado a lado, quiero que cada obstáculo lo superemos juntos. Te amo Victoria, te necesito, te necesito demasiado. Tomo sus labios con suavidad, sin apuro, un beso profundo, cargado de emociones, sin decir. Ella provoca cosas en mí com
VICTORIA Abro los ojos mirando los rayos de sol que entran por la ventana. Mi cuerpo se siente maravillosamente bien, menos mi cuello. Ese salvaje lo marcó dos veces más anoche, no sé cuál es la necesidad de clavarme los colmillos a cada rato. Levanto la sabana de mi cuerpo para observar todas las marcas en mi cuerpo. Si solo por probarme andaba así de intenso, no me quiero imaginar cuando quiera realmente meterse entre mis piernas. Doy un suspiro y me levanto yendo al baño. Frunzo el ceño al ver muchas cosas de mujer aquí. Desde cremas hasta diferentes tipos de champú. —Pequeño garras, deja que te vuelva a ver y te doy un par de nalgadas. Conspirador como su padre. Termino el baño y al abrir mi ropero no sé si reír o llorar. Toda mi ropa desapareció y fue reemplazada totalmente, desde vestidos hasta vaqueros. —Odiaba esa ropa, te veías sexy, pero esto va más contigo, mi futura Reina y Luna. Sus brazos rodean mi cintura y una pequeña sonrisa tira de mis labios. Espero no arre