LUCIEN Llegamos al pequeño aeropuerto de la manada original, bajo y ayudo a mi hermana a bajar los escalones. Me niego a tocarla a ella, así que puede bajar por sí sola, pero, en cambio, veo como los demás parecen pelear por ofrecerle su mano. Errick deja escapar un rugido furioso que se filtra a través de mí, deteniéndolos en el acto. Ella me mira por un instante con una mirada de total desprecio y solo ahí dibujo una sonrisa. Eso sí, es perfecto, que nos odie y sienta repugnancia, será más fácil cuando tenga que rechazarla. Observo como mi Beta viene corriendo a nosotros. —Lucien, que bueno que llegaste, hoy... bueno... Ben lastimó a otras dos doncellas que están graves en el hospital. Solo suspiré y me apresuré a llegar con él, al abrir la puerta de su habitación lo miro de nuevo enrollado entre el diario, gruñendo de forma amenazante. Observo como ella avanza sin nada de miedo mientras los jadeos de horror suenan a mi espalda. —Pequeño garras, todo está bien a
VICTORIA Camino de la mano de Ben por los pasillos desolados de esta mansión. Aquí al menos no hay peligro para él, pero no puedo decir lo mismo de mí. —Disculpe, el Alfa, quiere verla y Ben irá a su primera clase de lobos. Lo vi emocionado y corrió alado de la doncella antes de desaparecer de mi vista. Llegué frente a la puerta de la oficina del salvaje y toqué con toda la delicadeza posible. —Adelante. Sonó su voz fuerte y varonil del otro lado. La abrí y solo me quedé ahí parada contemplándolo. Sus fuertes brazos esculpidos haciéndose notar con cada movimiento que hacía, su rostro serio mirando con mucha concentración los papeles frente a él. Su cabello rubio peinado perfectamente hacia atrás con algunas hebras rebeldes que caían en su frente. En definitiva, él era un hombre grande, pero era un salvaje, lo atractivo no le quitará eso. —¿Ya terminaste de detallarme a tu antojo o quieres que me pare frente a ti para que puedas incluso fantasear más? —Talvez
VICTORIA Con mis brazos cruzados en mi pecho, mirando a otro lado, soportaba la presencia del salvaje en esta pequeña cabina. No puedo creer que Ben decidiera meternos en la rueda de la fortuna. Él literalmente ocupa todo el espacio aquí adentro y el pequeño lobo muy feliz a su lado mientras come helado y yo... yo bien pegaba al vidrio para que no me roce sus dedos. Ya sé de lo que son capaces. Al recordar eso mi cuerpo tiembla. Definitivamente, no es algo que quiera volver a sentir, se me revuelve el estómago de pensarlo. Y otra pequeña voz en mi cabeza me dice que quiere más. —Mami después de aquí... —Nos vamos. Sentí unos ojos afilados encima de mí, pero poco me importa, necesitaba salir de aquí o me iba a dar un ataque. Apenas la cabina se detuvo, arrastré a Ben a la salida. Cuando estuvimos cerca del auto, una mano enorme me tomó. —Es mi hijo al que arrastras, que no se te olvide cuál es tu posición aquí. Lo tomó de la otra manita y comenzó a j
LUCIEN He estado leyendo el mismo documento más veces de las que puedo contar, siento que no me estoy concentrando en nada desde esta mañana. Estoy feliz de que se haya ido, su olor me estaba atormentando, luchar contra el impulso primitivo de tenerla y marcarla, todos los días, era agotador. Errick no ha dicho nada en todo el día, pero sé que está enojado. Verla irse hizo que mi pecho se contrajera y talvez lo que le dije anoche no estuvo del todo bien, pero era lo que quería decir, ella jamás entendería mi vida. Observo a Ben algo desanimado, mirando sin nada de apetito la bandeja de comida que tiene al frente. —¿Quieres que pida otra cosa para ti? —¿Por qué la odias papá? —Yo no la odio... —Puedo sentirlo, la rechazas, no sabes nada por todo lo que tuvo que pasar mi mami para protegerme, no es justo para ella. Él solo se levantó y se fue como si nada, pero sus palabras llamaron mi atención y también a Errick. —"Deberíamos ir a ver cómo está" *****
LUCIEN Llegamos a la ciudad y mando a rodear todo un perímetro de más de cinco cuadras, no voy a poner en riesgo a ninguno por esto. —"Eso significa que nos quedamos con ella" —"Es importante para Ben" —"Vi la forma en la que la torturabas en el auto, no me vengas con eso" —"Fue divertido jugar con ella" Camino como si nada por el centro comercial y entramos a una tienda, me siento a esperar a ver la selección de ropa de Ben hasta que ella llama mi atención. Está mirando varios vestidos, pero no se atreve a tomar ninguno. Me coloco de espaldas a ella y se asusta cuando estiro el brazo y tomo un vestido azul claro brillante. —Prueba este, se te verá bien. Me lo arranca de la mano y se va al probador cerrando la cortina. Pasado los minutos decido entrar y ella está solo con su ropa interior. —¿Qué demonios haces aquí, largo? Me dice con la voz baja mirando las estrechas paredes que nos rodea. —Quería venir a ver cómo te quedaba el vestido. —No m
VICTORIA Me paro frente al espejo y miro mi aspecto, el vestido se ajusta perfectamente a mis curvas y una pequeña sonrisa aparece en mi rostro. La última vez que me vi con un vestido así; fue cuando mamá me celebro mis 16 años, fue algo sencillo. Solo nosotras dos. Bailamos y reímos como locas, agarramos el pastel como arma mortal para atacarnos, llenando todo de glaseado, incluso nuestro cabello y eso sí fue un desastre. Me seco una lágrima a punto de caer recordando esos momentos felices con ella y ahora... ella ya no está. —Bueno, ahora tengo a Ben y a mí... —me quedo pensando en lo último de estos días con él, —mi compañero. Mi madre decía que las uniones entre lobos era más especial que entre humanos, eran protectores y su amor era incondicional. Supongo que debería dejar de Lucien entre en mi vida. No puede ser tan malo, ¿o sí? Salgo de la pequeña casa y camino a la manada algo incómoda por los tacones, al llegar, veo a Ben esperándome con un pequeño traje de ga
NARRADOR Victoria soportaba un dolor muy desconocido para ella. Caminaba por entre el bosque, sin rumbo fijo, con la mente nublada, algo en ella se agitaba de forma dolorosa, al igual que su cuerpo. No sabe cuánto tiempo había pasado, pero seguía caminando con la mano en el pecho, tratando de aliviar el dolor en su pecho. Después de un rato caminar por aquella vía sola, logró ver los faros de un auto que se acercaban lentamente. Cayó de rodillas al suelo, sintiendo como el oxígeno escapaba de sus pulmones, puntos negros comenzaron a danzar en sus ojos y estos estaban por cerrarse. El auto se detuvo al frente, Victoria trato de tapar la luz de los faros para ver más allá de ella. Un hombre se bajó del auto y se arrodilló ante ella, levantando su cabeza por la barbilla. Allí supo quién era, su adorado hermano mayor. —Mira nada más lo que el destino puso en mi camino, en realidad no, tenemos hombres en todas partes. —Si vas a matarme solo hazlo. La respiración de Victoria e
VICTORIA Siento mi cara hinchada y el dolor en mi pierna está haciéndose molesto. El frío parece querer matarme y sé que no soportaré mucho más despierta. Volteo a ver por la ventana, las luces de la calle que alumbran esta vía sola y vacía. ¡Perdón, madre, traté de mantenerme a salvo, pero pronto estaré contigo! Volteo de nuevo al frente y observo como unas luces a la distancia vienen en nuestra dirección. Talvez debería intentar estrellar el carro contra ese y salir de esto, pero con lo débil que estoy estos hombres me controlaran antes que eso. De pronto, unas luces se aproximan desde el lado izquierdo y cuando volteo, este impacta directo contra nosotros. Rufus trata de mantener el control, pero el carro que viene al frente vuelve a impactarnos y eso fue todo lo que supe antes de que la oscuridad me llevara. ***** Me despierto, pero no puedo abrir los ojos, trato de escuchar lo que me rodea y no hay nada. Siento algo en el brazo, parece una aguja. Me fuerzo a a