El profundo dolor que invadía su ser era aplastante, la sensación asfixiante acompañada de ese nudo en la garganta, el mar de lágrimas que bañaba su rostro sintiendo el salado sabor de las mismas al caer por sus labios color cereza, los cuales estaban semi abierto debido al grito entre cortado que salía de su boca, el temblor de su delgado y frágil cuerpo que no podía ocultar frente a esos policías y detectives que la veían con lástima. — Señorita Thompson, lamentamos mucho lo sucedido, pero necesitamos hacerle algunas preguntas. — La voz gruesa y sonora del detective era como un ligero susurro ante la mujer castaña sentada frente a el. Era como si nadie existiera en ese lugar más que ella, en su mente incontables momentos pasaban como la reproducción de un vídeo mudo; dulces recuerdos desde niña junto al CEO de las compañías Thompson y a su vez, su amado padre de solo cincuenta y ocho años. Uno que lamentablemente había perdido su vida esa madrugada. Una detective morena extend
¡PLAF! La bofetada que Samantha le dió al señor Campbell ante tal comentario le dejó la mejilla roja, pero el hombre de hermosos ojos azules no se enojó mucho menos le reprochó, simplemente sonrió con su típica personalidad engreída. — Tan salvaje como siempre mi hermosa niña.— ¡No vuelvas a hablar así de mi hogar ni de mi familia! ¡Vete ya mismo! ¡Guardias! Gritó Samantha para que ese hombre se marchara a las buenas o a las malas, pero antes de que ellos llegaran hasta el elegante e importante hombre de negocios, este tomó de la muñeca derecha a Samantha acercándola hasta que su cuerpo pegara con el de él y susurrando al oído de la bella señorita.— Se dónde está tu querido hermano mayor, ¿Segura que no quieres venir conmigo? — La sorpresa invadió el rostro de la señorita Thompson. — ¡Alto! — Gritó Samantha a sus hombres quienes ya estaban por acercarse al señor Campbell. — Pueden retirarse.Ante la última orden de Samantha, Leonard sonrió a la mujer que tenía entre brazos.— S
Un mes después. — Señorita, tiene que desayunar, el señor está muy preocupado por usted, ha perdido mucho peso, intente comer un poco por favor. La amable sirvienta le pedía a Samantha probar bocado, pero la joven solo veía fijamente la comida en el plato. "¿Cuando tiempo tengo ya de estar aquí? Desde que desperté los días pasan y ni siquiera he vuelto a ver al señor Campbell, no se nada de la investigación de mi padre o si ya han dado con el paradero de mi hermano… Soy… Una prisionera" Con esos pensamientos en mente, Samantha se levantó de su asiento sin comer su desayuno un día más. — ¿A dónde se dirige señorita? Solo tiene permiso de salir si es con un escolta, sabe que es por su seguridad.— ¿Mi seguridad? No querrá decir ¿Una orden de su amo para evitar que escape? Saldré al jardín frontal, solo quiero un poco de aire fresco.— Enviaré a un escolta con usted de inmediato.Una vez dicho eso la sirvienta se marchó a prisa del salón comedor. Samantha ignoró el hecho, dirigiénd
"Estoy segura que Leonard no me ama, simplemente odia perder, ¿Por qué no estuvo durante los ocho meses después de la muerte de Johan? Me da mucho que pensar, como que solo por la muerte de mi padre creyó que podría ganar está vez a como de lugar" El pensamiento de Samantha la hacía darse cuenta que no saldría tan fácilmente de las garras de ese hombre. ¿Quería ser libre? ¡Por supuesto que quería! ¿La manera más confiable y menos riesgosa? La mentira, los engaños, jugar a ser la "niña hermosa" que ese hombre quería. "Seré el mejor objeto que pueda adornar su vida, me convertiré en el trofeo que quiere ¿Eso necesita él para estar en paz? ¡Lo tendrá! ¡Yo haré que ese hombre bajé su guardia y voy a volverlo loco por mi" Samantha Thompson no entendía como su hermano desapareció, ni como todas las posesiones de la familia terminaron legalmente en las manos del señor Campbell; pero de una cosa estaba completamente segura, su padre Óliver si la amó demasiado y su hermano también la ve
Ese jueves en la noche, apenas llegó el avión privado de los Campbell, fueron atendidos con toda la amabilidad y elegancia perfecta de los empleados del hotel " IvaGold" en Miami. Sin embargo, por más excelente trato, buen clima, hermoso y lujoso lugar que hiciera sentir cómodos a todos los invitados de honores para el evento de la familia Ivanov; Samantha se sintió profundamente incómoda ante la sorpresa que le esperaba. — ¡¿Que se supone que es esto?! — Gritó enojada viendo a Leonard quien sonrió al instante.— Nuestra habitación cariño ¿No te gusta? Es la VIP del IvaGold, se supone que es de las mejores, pero las de mis hoteles siguen superando estas.— El apuesto y alto hombre decía aquellas palabras mientras se quitaba poco a poco su saco, chaleco y corbata.— ¡No hablo de la habitación señor Campbell! ¡Se que lo entiendes perfectamente! Hablo de por qué nuestras cosas están aquí, todas juntas.— Eres muy quisquillosa con tus pertenencias, así que pedí que no tocaran nada hasta
Samantha salió del tocador rápidamente para dirigirse al jardín donde se estaba llevando a cabo el evento; fue en ese instante que vió a una amiga suya."Oh, es Madison, podría hablar con ella al respecto, quizá sepa algo de Andrew o podría ayudarme, lo último que escuché es que se casaría con el abogado Gerald Taylor, hombre bastante conocido y de buena reputación en la ciudad"Madison era una vieja amiga de Samantha desde sus inicios en la universidad, amiga que ella apreciaba mucho al punto de ayudarla a qué comenzará una relación con el hombre que a ella le atraía, Andrew Thompson, con quien logró tener un largo noviazgo que terminó de buena manera por parte de ambos. Samantha paseaba su mirada por los alrededores mientras caminaba hacía Madison, esto para asegurarse que ninguno de los hombres que trabajaban para Leonard estuvieran vigilando sus movimientos. "No creo que Leonard sea tan desconfiado para enviar a sus hombres a seguir cada uno de mis pasos incluso en una fiesta de
Ese mismo día, durante horas de la noches. — Es bastante hermoso, se nota que invirtieron mucho dinero en este hotel. — Decía Samantha cuando venía del externa del hotel. — No es la gran cosa. — Respondió aburrido Leonard mientras caminaba al lado de su prometida entrelazando su mano a la de ella. — ¿No será que sientes envidia? Jaja~ parece que los Ivanov pueden tener mejores hoteles que los tuyos, aún siendo extranjeros. — Nunca he tenido razón alguna para envidiar a alguien cariño. Además, ellos llevan tres décadas con sus negocios en el país, no es como si fuesen nuevos en el ámbito. — Respondió el señor Campbell viendo serio a la bella mujer que caminaba a su lado izquierdo. "¿Nunca ha sentido envidia? Que mentiroso… ¿Entonces por qué molestaba tanto a mi amado Johan? Nunca dejó de humillarlo delante de mi familia y de mi en cada oportunidad que tuvo"Pensó Samantha viendo seriamente al señor Leonard, hasta que unos pasos se escucharon venir del frente y su mirada se desvío
La hermosa Samantha Thompson vió con enojo su propia mano la cual tenía el bellísimo anillo en ella, para seguidamente suspirar y mirar directamente a los ojos de ese hombre que la arrinconó contra el sofá en una posición bastante incómoda, una en la que podía sentir el calor de su cercana respiración y el roce de sus cuerpos; Samantha suspiró desviando sus ojos verdes de los azules de Leonard. — Hablas como si estuvieras simplemente celoso, ya eres un hombre de más de treinta años, deberías actual como tal. — En ese instante las miradas de ambos se volvieron a encontrar y Samantha posó las palmas de sus manos en las mejillas de Leonard. — No volveré a interactuar con el señor Ivanov ¿Eso te hace sentir mejor? Por supuesto, era una mentira de Samantha, pero prefería calmar el temperamento de ese hombre que tenía encima de ella viéndola con frialdad a continuar una pelea y que el vaya a dejarla nuevamente prisionera en la mansión Campbell. Leonard sonrió, nuevamente mostró su sonri