Un mes después. — Señorita, tiene que desayunar, el señor está muy preocupado por usted, ha perdido mucho peso, intente comer un poco por favor. La amable sirvienta le pedía a Samantha probar bocado, pero la joven solo veía fijamente la comida en el plato. "¿Cuando tiempo tengo ya de estar aquí? Desde que desperté los días pasan y ni siquiera he vuelto a ver al señor Campbell, no se nada de la investigación de mi padre o si ya han dado con el paradero de mi hermano… Soy… Una prisionera" Con esos pensamientos en mente, Samantha se levantó de su asiento sin comer su desayuno un día más. — ¿A dónde se dirige señorita? Solo tiene permiso de salir si es con un escolta, sabe que es por su seguridad.— ¿Mi seguridad? No querrá decir ¿Una orden de su amo para evitar que escape? Saldré al jardín frontal, solo quiero un poco de aire fresco.— Enviaré a un escolta con usted de inmediato.Una vez dicho eso la sirvienta se marchó a prisa del salón comedor. Samantha ignoró el hecho, dirigiénd
"Estoy segura que Leonard no me ama, simplemente odia perder, ¿Por qué no estuvo durante los ocho meses después de la muerte de Johan? Me da mucho que pensar, como que solo por la muerte de mi padre creyó que podría ganar está vez a como de lugar" El pensamiento de Samantha la hacía darse cuenta que no saldría tan fácilmente de las garras de ese hombre. ¿Quería ser libre? ¡Por supuesto que quería! ¿La manera más confiable y menos riesgosa? La mentira, los engaños, jugar a ser la "niña hermosa" que ese hombre quería. "Seré el mejor objeto que pueda adornar su vida, me convertiré en el trofeo que quiere ¿Eso necesita él para estar en paz? ¡Lo tendrá! ¡Yo haré que ese hombre bajé su guardia y voy a volverlo loco por mi" Samantha Thompson no entendía como su hermano desapareció, ni como todas las posesiones de la familia terminaron legalmente en las manos del señor Campbell; pero de una cosa estaba completamente segura, su padre Óliver si la amó demasiado y su hermano también la ve
Ese jueves en la noche, apenas llegó el avión privado de los Campbell, fueron atendidos con toda la amabilidad y elegancia perfecta de los empleados del hotel " IvaGold" en Miami. Sin embargo, por más excelente trato, buen clima, hermoso y lujoso lugar que hiciera sentir cómodos a todos los invitados de honores para el evento de la familia Ivanov; Samantha se sintió profundamente incómoda ante la sorpresa que le esperaba. — ¡¿Que se supone que es esto?! — Gritó enojada viendo a Leonard quien sonrió al instante.— Nuestra habitación cariño ¿No te gusta? Es la VIP del IvaGold, se supone que es de las mejores, pero las de mis hoteles siguen superando estas.— El apuesto y alto hombre decía aquellas palabras mientras se quitaba poco a poco su saco, chaleco y corbata.— ¡No hablo de la habitación señor Campbell! ¡Se que lo entiendes perfectamente! Hablo de por qué nuestras cosas están aquí, todas juntas.— Eres muy quisquillosa con tus pertenencias, así que pedí que no tocaran nada hasta
Samantha salió del tocador rápidamente para dirigirse al jardín donde se estaba llevando a cabo el evento; fue en ese instante que vió a una amiga suya."Oh, es Madison, podría hablar con ella al respecto, quizá sepa algo de Andrew o podría ayudarme, lo último que escuché es que se casaría con el abogado Gerald Taylor, hombre bastante conocido y de buena reputación en la ciudad"Madison era una vieja amiga de Samantha desde sus inicios en la universidad, amiga que ella apreciaba mucho al punto de ayudarla a qué comenzará una relación con el hombre que a ella le atraía, Andrew Thompson, con quien logró tener un largo noviazgo que terminó de buena manera por parte de ambos. Samantha paseaba su mirada por los alrededores mientras caminaba hacía Madison, esto para asegurarse que ninguno de los hombres que trabajaban para Leonard estuvieran vigilando sus movimientos. "No creo que Leonard sea tan desconfiado para enviar a sus hombres a seguir cada uno de mis pasos incluso en una fiesta de
Ese mismo día, durante horas de la noches. — Es bastante hermoso, se nota que invirtieron mucho dinero en este hotel. — Decía Samantha cuando venía del externa del hotel. — No es la gran cosa. — Respondió aburrido Leonard mientras caminaba al lado de su prometida entrelazando su mano a la de ella. — ¿No será que sientes envidia? Jaja~ parece que los Ivanov pueden tener mejores hoteles que los tuyos, aún siendo extranjeros. — Nunca he tenido razón alguna para envidiar a alguien cariño. Además, ellos llevan tres décadas con sus negocios en el país, no es como si fuesen nuevos en el ámbito. — Respondió el señor Campbell viendo serio a la bella mujer que caminaba a su lado izquierdo. "¿Nunca ha sentido envidia? Que mentiroso… ¿Entonces por qué molestaba tanto a mi amado Johan? Nunca dejó de humillarlo delante de mi familia y de mi en cada oportunidad que tuvo"Pensó Samantha viendo seriamente al señor Leonard, hasta que unos pasos se escucharon venir del frente y su mirada se desvío
La hermosa Samantha Thompson vió con enojo su propia mano la cual tenía el bellísimo anillo en ella, para seguidamente suspirar y mirar directamente a los ojos de ese hombre que la arrinconó contra el sofá en una posición bastante incómoda, una en la que podía sentir el calor de su cercana respiración y el roce de sus cuerpos; Samantha suspiró desviando sus ojos verdes de los azules de Leonard. — Hablas como si estuvieras simplemente celoso, ya eres un hombre de más de treinta años, deberías actual como tal. — En ese instante las miradas de ambos se volvieron a encontrar y Samantha posó las palmas de sus manos en las mejillas de Leonard. — No volveré a interactuar con el señor Ivanov ¿Eso te hace sentir mejor? Por supuesto, era una mentira de Samantha, pero prefería calmar el temperamento de ese hombre que tenía encima de ella viéndola con frialdad a continuar una pelea y que el vaya a dejarla nuevamente prisionera en la mansión Campbell. Leonard sonrió, nuevamente mostró su sonri
Un día más en el que Samantha Thompson despertaba sola en su habitación, una enorme y lujosa en el hotel IvaGold la cual se supone compartiría con su prometido. Ese hombre del que no sabía prácticamente nada, si bien era cierto que lo conocía de varios años atrás e incluso hubo un tiempo en el que se llevaron lo suficiente bien para Samantha comenzar a llamarlo simplemente "Leo" todo eso cambiaría luego de la atrevida primer propuesta matrimonial de Leonard. Samantha recién terminaba de arreglarse sintiendo que ninguna de sus ropas compradas por Leonard le hacían sentir comodidad. "¿Por qué no pudo traer mis cosas de la mansión Thompson? ¿Se deshizo de todo? ¿Que sentido tendría algo así? ¡No entiendo en lo absoluto que tiene ese hombre en la cabeza!" — Cariño ~ ¡He vuelto! Saldrás conmigo hoy, podríamos pasar por la playa si quieres. Leonard ingresaba con una amplia sonrisa a la habitación mientras decía aquellas palabras acercándose hasta Samantha la cual veía su atuendo frente
Samantha continuaba caminando, mientras veía a sus alrededores las estatuas decorativas que había en ese largo pasillo; finalmente sus ojos verde oscuros se detuvieron viendo la puerta de un ascensor, el cual tenía un único destino. Ella dudó por unos instantes paseando su vista rápidamente a todos sus alrededores, pero al ver qué el señor Luka ya no se encontraba por ahí, supuso que había tomado el ascensor. "¿Debería ir? Parecía que quería hablar conmigo… ¿No es solo mi imaginación o si? Bueno… Sea como sea, yo sí quería hablar con el una vez más, sabe mucho de Leonard y tiene el suficiente poder para ayudarme, pero… No lo hará de gratis aún así puedo negociar, al menos intentar llegar a un acuerdo" Con esos pensamientos en su mente, Samantha Thompson había subido por el ascensor hasta el único piso donde se detuvo, cuando las puertas se abrieron, vió un amplio salón con algunas plantas decorativas y los grandes cristales que mostraban una preciosa vista del cielo. El salón ten