Capítulo43
Pero cuando Faustino intentó ir más abajo, ¡Ximena lo empujó con fuerza!

—¡No! ¡Ni de broma! Ya no puedes aprovecharte de mí, tienes novia. ¡Y la próxima vez que me veas, compórtate!

Ximena respiró hondo y se arregló la ropa. Tenía la piel muy blanca, con un tono rosado como de durazno.

—Te llevaré a casa y luego tendré que irme —dijo Ximena, sacudiendo su mano adolorida y arrancando el auto para dar la vuelta.

—¿Vendrás mañana? —preguntó Faustino con cierta añoranza.

Pensaba que Ximena era más fácil de complacer que Larisa y le gustaba pasar más tiempo con ella.

—Mañana quizás no tenga tiempo, pero pasado mañana tal vez pueda venir. Si no tienes nada que hacer estos dos días, ayúdame a recolectar más hierbas medicinales. Pasado mañana vendré a recogerlas —dijo Ximena después de pensarlo un momento.

—De acuerdo, pues pasado mañana puedes venir directamente a la clínica a buscarme —Faustino asintió con la cabeza. ...

Larisa acababa de terminar de comer y se preparaba para subir a descan
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