Capítulo 665
Instintivamente, Julio quiso intervenir para salvar a Faustino, pero el codazo de Sam ya estaba descendiendo. ¡Era demasiado tarde para detenerlo!

—¡Ja, ja! ¿Y este mediocre es a quien el maestro Diego llama maestro? ¡Qué vergüenza tan absoluta! —se burló Dylan al ver la escena.

—¡Maestro... tenga cuidado! —gritó Diego con el rostro descompuesto, intentando advertirle.

—Qué error haber permitido este combate... —murmuró Luisa con arrepentimiento.

Si Faustino resultaba gravemente herido, ¿cómo podría tratar a su abuelo?

En ese instante crítico, Faustino recibió de lleno el golpe de Sam.

—¡Ah...!

Sin embargo, para asombro de todos los presentes, quien debería haber caído al suelo apenas se tambaleó ligeramente, mientras que el atacante, Sam, retrocedió varios pasos gritando de dolor.

—¿Qué... qué llevas puesto? —preguntó Sam, atónito—. ¿Cómo puede ser tan duro?

Sam sentía como si hubiera golpeado una plancha de acero. ¡Todo su brazo parecía a punto de quebrarse! Miró a Faustino con una m
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