La travesía"Aquí está mi máquina", Adrian quitó el paño que cubría el coche."No estás pensando en viajar en ese cacharro viejo, ¿verdad?" Morgana se rió de él."¿Estás seguro de que este coche llegará a la costa?" Sebastian le dijo a su hermano mientras miraba el coche. "Creo que sería mejor que vayamos en mi coche.""No, 'Lujuria' se encargará", él golpeó la carrocería del coche azul. "Siempre se las arregla."A medida que el día se desvanecía lentamente, iluminando el cielo con delicados matices de naranja y rosa, el trío compuesto por Sebastian, Adrian y Morgana continuaba en busca de respuestas. Las carreteras sinuosas cortaban paisajes idílicos y pequeñas villas, creando una sensación de escapismo y descubrimiento.Con una sonrisa de anticipación en los labios, Adrian dirigía el volante de su querido vehículo de lujo, una creación automovilística a la que cariñosamente llamaba "Lujuria". Cada curva del camino era una oportunidad para que Adrian realzara las características únic
La isla envolvió a Sebastian en una atmósfera densa y desconocida. Mientras seguía a Penglog a través de los oscuros senderos y la alta vegetación, una sensación de aprensión lo dominaba. Ya había estado allí en el pasado con su abuelo, pero esta vez todo parecía más intrigante, aunque Sebastian estaba inquieto. La voz de Adrian, siempre juguetona, resonó en su mente, ecoando la incertidumbre del momento."¿Será que ese montón de huesos allí adelante sabe hacia dónde nos está llevando?" Penglog sacó una de sus espadas y en un instante la tenía en el cuello de Adrian, quien gruñó ferozmente. "Solo estaba bromeando."Sabía que el filo de la espada de esa criatura contenía un veneno que inmoviliza a su víctima, así que Sebastian intervino."Él solo estaba bromeando, mi hermano no sabe comportarse", el líquido pegajoso que salía de Penglog se pegó en la mano de Sebastian, quien lo limpió en la camisa de su hermano, cuyos ojos se volvieron rojos y su rostro se endureció aún más. "Adrian, p
La MaestraA las serenas orillas de un lago azul, la belleza trascendental del lugar los envolvió de tal manera que las palabras se volvieron superfluas ante la magnificencia que presenciaron."Esto es... Magnífico", dijo Morgana con los labios entreabiertos."Es muy hermoso, y nada parecido a aquella isla sombría. Y esto me está dando miedo", se manifestó Adrian también.Una voz suave, casi etérea, resonó suavemente en la brisa, como si las propias palabras fueran tejidas con hilos de encantamiento. Este sonido hipnótico susurró a través del aire, envolviendo a los presentes en un trance de reverencia silenciosa.El lago estaba abrazado por una atmósfera mágica; sus aguas serenas reflejaban el azul del cielo de manera tan clara que parecían espejos hacia un mundo divino. Sin embargo, nada se comparaba con el imponente árbol que se alzaba majestuosamente en el centro del lago. Sus ramas se extendían en patrones intrincados e inimaginables, como si fueran las esculturas de una divinida
"La venganza es un plato que se come frío y aún así me vengaré de ti". - fueron las palabras que alguien dijo.LIRA CLARK La noche cae sobre Domino's Vale, envolviendo el pueblo con su manto oscuro y misterioso. Lira, una joven pelirroja de corazón sencillo, se encontraba en su modesto piso, preparando una cena especial para celebrar el cumpleaños de Sebastian Blackwood, el poderoso hombre lleno de secretos que ha conquistado su corazón.Mientras ponía los platos sobre la mesa, sintió que una mezcla de ansiedad y amor se desbordaba en su pecho. Quería hacer de esa noche una ocasión inolvidable para Sebastian, aun conociendo las barreras que los separaban.Cuando sonó el timbre, Lira se apresuró a abrir la puerta, revelando a un Sebastián con expresión inescrutable."Feliz cumpleaños, mi amor", dijo sonriendo cálidamente. "Lo he preparado todo con gran esmero para ti".Sebastian miró alrededor del piso, examinando cada detalle cuidadosamente planeado por la pelirroja. Aunque su expres
Cuando te veasSebastian Blackwood caminaba con paso decidido por el opulento pasillo de la sede de su empresa. La rutina de un multimillonario nunca le concedía momentos de descanso, pero se sentía en control de cada detalle. Cuando llegó al ascensor privado, pulsó el botón y esperó pacientemente a que se abrieran las puertas.Al entrar en el ascensor, sus ojos se fijaron en una figura inesperada. Una chica pelirroja y con gafas, evidentemente tímida, sostenía una caja en las manos. Sebastian frunció el ceño, sorprendido por la presencia de la desconocida en su ascensor privado.Al mirarla, se dio cuenta de que la chica estaba visiblemente triste. Su mirada parecía perdida y su rostro mostraba una expresión abatida. La curiosidad se despertó en el interior de Sebastian, que no pudo ignorar el aura melancólica que rodeaba a la joven.Meditó por un momento si debía interrogarla sobre su presencia allí, pero una repentina bondad se apoderó de su corazón y su aroma era una mezcla de vida
El primer besoLira miró a Sebastián con una mezcla de sorpresa y felicidad cuando escuchó su petición de convertirse en su asistente personal. Sabía que esta oportunidad no sólo le permitiría estar más cerca de él, sino que también le abriría las puertas a un futuro prometedor en su carrera.Con una sonrisa radiante, aceptó la propuesta, sintiendo que su corazón se aceleraba ante la perspectiva de trabajar al lado del hombre que la encandilaba. Pasaron los días y la rutina de trabajo se estableció, con la pelirroja realizando sus tareas con eficiencia y dedicación.Mientras trabajaban juntos, Lira y Sebastian desarrollaron una dinámica especial. Con cada encuentro, con cada proyecto que compartían, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Con el tiempo, la atracción que existía entre ellos se hizo innegable, y cada mirada y cada sonrisa que intercambiaban tenían un significado profundo.Tras una intensa reunión, todos los demás empleados abandonaron la sala, dejándolos solos. El
No puedo quedarme con ellaSebastian entró en su lujoso despacho de Industrias Blackwood y encontró a su hermano pequeño, Adrian, sentado en su sillón con una sonrisa traviesa en la cara."Ah, hermano querido, he oido rumores interesantes sobre ti y la encantadora chica pelirroja. Parece que estás dejando la oficina patas arriba".Sebastian frunció el ceño, irritado por los comentarios y las posturas juguetonas de Adrian."Adrian, basta ya. Estos comentarios no tienen base alguna, y cualquiera que esté difundiendo estos chismes será severamente reprendido y posiblemente despedido."Adrián, al notar la seriedad en el tono de voz de su hermano, cambió rápidamente de expresión."Lo siento, Sebastián", pero hizo alguna payasada más y su hermano se puso furioso.Sebastián suspiró, tratando de controlar su ira."Sé que te gusta hacer bromas, Adrian, pero esta situación no tiene gracia. Es importante mantener la reputación de la empresa y desmentir los chismes infundados.Adrián agachó la ca
En busca de venganzaLucius Nightshade, propietario de Noctis Essence, estaba inmerso en una importante reunión de negocios cuando su teléfono móvil vibró insistentemente. Desvió brevemente su atención del asunto que estaba tratando y consultó el mensaje. Una foto mostraba a Sebastian Blackwood, acompañado de una misteriosa mujer pelirroja, entrando en un edificio del suburbio de Domino's Vale.Aunque Lucius se encontraba en medio de una reunión crucial, su curiosidad se despertó de inmediato. La intrigante imagen y la presencia de Sebastian Blackwood -un nombre que resonaba en su mente- despertaron su interés. Sentía una conexión indescriptible con la figura pelirroja, una sensación que no podía ignorar.Mientras los demás participantes en la reunión seguían discutiendo asuntos relacionados con los negocios, la mente de Lucius divagaba, preguntándose quién era aquella mujer y cuál era su relación con Sebastian Blackwood. Sentía una inquietud en su interior, un deseo ardiente de desen