El primer beso
Lira miró a Sebastián con una mezcla de sorpresa y felicidad cuando escuchó su petición de convertirse en su asistente personal. Sabía que esta oportunidad no sólo le permitiría estar más cerca de él, sino que también le abriría las puertas a un futuro prometedor en su carrera.Con una sonrisa radiante, aceptó la propuesta, sintiendo que su corazón se aceleraba ante la perspectiva de trabajar al lado del hombre que la encandilaba. Pasaron los días y la rutina de trabajo se estableció, con la pelirroja realizando sus tareas con eficiencia y dedicación.Mientras trabajaban juntos, Lira y Sebastian desarrollaron una dinámica especial. Con cada encuentro, con cada proyecto que compartían, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Con el tiempo, la atracción que existía entre ellos se hizo innegable, y cada mirada y cada sonrisa que intercambiaban tenían un significado profundo.Tras una intensa reunión, todos los demás empleados abandonaron la sala, dejándolos solos. El silencio envolvió la sala, creando una atmósfera cargada de electricidad. Sebastian se acercó lentamente a ella, sus ojos expresaban una mezcla de deseo y seducción.Lira sintió que su cuerpo reaccionaba instantáneamente a la proximidad de Sebastian. Su corazón latía deprisa, sus manos temblaban. Sabía que era un momento decisivo, en el que la línea entre profesionalidad y deseo se difuminaba.Movida por la intensidad de sus sentimientos, posó una suave mano en la mejilla de Lira, acariciándola con ternura. Sus miradas se encontraron y la tensión en el aire era palpable.En un gesto valiente y lleno de pasión, Sebastián se inclinó hacia Lira y sus labios se encontraron en un apasionado beso. El mundo pareció desaparecer a su alrededor mientras se entregaban a ese momento de pura conexión.El beso estaba lleno de deseo y emoción, cada movimiento de sus labios expresaba la intensidad del amor que había florecido entre ellos. El tiempo pareció suspenderse y se perdieron en aquel abrazo íntimo y ardiente.Cuando por fin se separaron, sus ojos se encontraron, los de él ya no eran claros sino de un rojo intenso, lo que causó extrañeza en ella, pero no miedo. Las palabras se hicieron innecesarias, ya que el silencio transmitía todo lo que necesitaban decirse.Aunque Sebastián sentía algo por Lira, prefirió mantener su relación en secreto, lejos de miradas indiscretas. Disfrutaba de su compañía y de los momentos íntimos que compartían, pero no quería que su relación quedara expuesta al mundo.Lira, por su parte, comprendía la postura de Sebastian y respetaba su decisión. Sabía que era un hombre poderoso y lleno de responsabilidades, y comprendía que la discreción era necesaria para preservar su imagen y evitar cualquier repercusión no deseada.Así que se reunieron en secreto, buscando refugio el uno en el otro. Los momentos que pasaron juntos fueron intensos y llenos de pasión, pero fuera de aquellos muros, mantuvieron la apariencia de ser sólo amigos, sin demostraciones públicas de afecto.Disfrutaban de encuentros furtivos, escapando a lugares apartados donde podían ser ellos mismos, sin miedo a ser juzgados o cuestionados. Estos momentos a escondidas se convirtieron en algo precioso para ambos, un escape de la realidad en la que vivían.A veces, Lira se sentía necesitada por no poder compartir con el mundo su amor por Sebastián. Añoraba las demostraciones públicas de afecto, poder caminar a su lado sin reservas, sin miedo a lo que pensaran los demás.Sin embargo, el amor que compartían en los momentos íntimos era tan intenso y genuino que Lira se sentía agradecida por tenerlo, aunque fuera en secreto y en la intimidad.Sabían que aquella situación no era la ideal, que no podrían vivir plenamente su amor debido a las circunstancias que les rodeaban. Pero en el fondo existía la esperanza de que algún día, tal vez, las cosas cambiaran, de que pudieran vivir su amor abiertamente, sin restricciones.Mientras tanto, seguían encontrándose en la sombra, buscando la comodidad el uno en el otro, encontrando refugio y consuelo en los brazos del otro. Su relación secreta era como un fuego abrasador que ardía en sus corazones y los mantenía unidos a pesar de las adversidades.Sebastian estaba de pie frente a la ventana del piso de Lira, perdido en pensamientos contradictorios. Sabía que la noticia de su embarazo le ponía en una situación delicada, pues su posición y los secretos que guardaba no permitirían que ese niño viniera al mundo.Se sentía presionado por las expectativas puestas en él, por las responsabilidades que debía cumplir. Su mente estaba llena de dilemas e incertidumbres, debatiéndose entre el amor que sentía por Lira y las consecuencias que la llegada de este bebé traería a su vida.Mientras contemplaba el vacío más allá de la ventana, se preguntó si era capaz de renunciar a todo por el bien de este niño, si estaba dispuesto a afrontar las consecuencias de asumir esta paternidad y renunciar a su mundo perfecto y controlado.Por mucho que se le estrujara el corazón al pensar en abandonar a Lira y al bebé, sabía que no podía permitir que esta historia siguiera adelante. Había oscuros secretos que no podía revelar, un pasado que le atormentaba y que podía afectar a las vidas de todos los que le rodeaban.La voz interior que le decía que protegiera su linaje, sus responsabilidades como líder, resonaba en su mente, creando una tormenta emocional. Se sentía dividido entre la lealtad que debía a su legado y el amor que sentía por Lira.Levantó una mano temblorosa para tocar el frío cristal de la ventana y suspiró profundamente. Sabía que, por difícil que fuera, necesitaba distanciarse de Lira y tomar una decisión que los protegiera a ambos de futuros conflictos y peligros.Mientras miraba al horizonte, deseaba poder ser diferente, deseaba poder dar a Lira y a su hijo el amor y la protección que se merecían. Pero en el fondo de su alma, sabía que ésa no era la realidad que podía ofrecer.Con el corazón encogido, Sebastián se alejó de la ventana, dejando atrás a la mujer que amaba y la vida que podrían haber tenido juntos. Tuvo que enfrentarse a su solitario destino, llevando consigo el peso de sus decisiones y la esperanza de que algún día, tal vez, el amor pudiera ser más fuerte que sus obligaciones y secretos. Y la única certeza que tenía era que el embarazo de Lira no podría llevarse a cabo.No puedo quedarme con ellaSebastian entró en su lujoso despacho de Industrias Blackwood y encontró a su hermano pequeño, Adrian, sentado en su sillón con una sonrisa traviesa en la cara."Ah, hermano querido, he oido rumores interesantes sobre ti y la encantadora chica pelirroja. Parece que estás dejando la oficina patas arriba".Sebastian frunció el ceño, irritado por los comentarios y las posturas juguetonas de Adrian."Adrian, basta ya. Estos comentarios no tienen base alguna, y cualquiera que esté difundiendo estos chismes será severamente reprendido y posiblemente despedido."Adrián, al notar la seriedad en el tono de voz de su hermano, cambió rápidamente de expresión."Lo siento, Sebastián", pero hizo alguna payasada más y su hermano se puso furioso.Sebastián suspiró, tratando de controlar su ira."Sé que te gusta hacer bromas, Adrian, pero esta situación no tiene gracia. Es importante mantener la reputación de la empresa y desmentir los chismes infundados.Adrián agachó la ca
En busca de venganzaLucius Nightshade, propietario de Noctis Essence, estaba inmerso en una importante reunión de negocios cuando su teléfono móvil vibró insistentemente. Desvió brevemente su atención del asunto que estaba tratando y consultó el mensaje. Una foto mostraba a Sebastian Blackwood, acompañado de una misteriosa mujer pelirroja, entrando en un edificio del suburbio de Domino's Vale.Aunque Lucius se encontraba en medio de una reunión crucial, su curiosidad se despertó de inmediato. La intrigante imagen y la presencia de Sebastian Blackwood -un nombre que resonaba en su mente- despertaron su interés. Sentía una conexión indescriptible con la figura pelirroja, una sensación que no podía ignorar.Mientras los demás participantes en la reunión seguían discutiendo asuntos relacionados con los negocios, la mente de Lucius divagaba, preguntándose quién era aquella mujer y cuál era su relación con Sebastian Blackwood. Sentía una inquietud en su interior, un deseo ardiente de desen
¿No sabes quién es?Selena dejó escapar una risa irónica al ver que el hombre que tenía delante no respondía. "Lucius Nightshade, después de todos estos años, ¿has perdido por completo el olfato para los seres sobrenaturales? Esa mujer que yace en tu cama es algo que no había visto en mucho tiempo. Esta especie sobrenatural fue aniquilada hace cientos de años, pero pensé que la reconocerías. Ya que no lo hiciste, mírala. El color de su pelo, ¿no te recuerda a alguien?".Los ojos de Lucius se abrieron de par en par, comprendiendo por fin la magnitud del descubrimiento. "¿Una banshee? Pero yo creía que se habían extinguido hace siglos. ¿Cómo es que sigue viva?"Selena sacudió la cabeza, aún incrédula. "Parece que al menos una sobrevivió. Puede que ayudara, a una o a otra. Las banshees eran temidas y perseguidas, sobre todo en la época de la caza de brujas, junto con mis antepasados de Salem. Creía que ya no existían".Lucius miró a la banshee que yacía en su cama, lleno de curiosidad y
Un Banshee"No, no creo en lo sobrenatural" responde Lira a la pregunta de la mujer que tiene delante.Selena miró a Lira a los ojos con una sonrisa serena. Comprendía la resistencia de la chica a creer en lo sobrenatural, pero estaba decidida a mostrarle una perspectiva diferente. Lira no tenía ni idea de que ella también formaba parte de ese mundo. Un mundo en el que los humanos no viven, y mucho menos saben de su existencia. Selena comenzó a hablar suavemente sobre el poder trascendental de la naturaleza y cómo los elementos naturales pueden envolvernos en un mundo mágico de maravillas."Lira, entiendo que tengas tus dudas, pero piensa en cómo la naturaleza nos envuelve a cada instante. Mira los majestuosos árboles que se extienden hacia el cielo, los ríos que fluyen en armonía y los vastos océanos que albergan innumerables formas de vida. Estos son los elementos naturales que nos rodean, y en ellos reside una magia inexplicable".Mientras hablaba, Selena gesticulaba con las manos,
Reunión épicaLucius sintió que una mezcla de excitación y determinación recorría su cuerpo cuando su secretaria pronunció el nombre que había estado esperando: Sebastian Blackwood estaba en la empresa. Era el momento que tanto había esperado, el comienzo de su ansiada venganza.Lucius echó mano a su teléfono, que era su salvación en aquel momento, mientras Lira le hacía preguntas que no quería responder. Llevaba tanto tiempo queriendo enfrentarse a Sebastián y no quería que nadie a su alrededor se interpusiera en sus planes. Rápidamente, dejó a Lira y a Selena en su habitación, y caminó por los pasillos del castillo y sonrió, sabía que había hecho lo correcto al traer a esa mujer a su casa. La pelirroja que también lo había hechizado. Tenía una banshee en sus manos, y lo que más le complacía era saber que además de robarle el amor de su vida a Sebastian la tenía para siempre. Quería correr hasta allí, usar su habilidad sobrenatural, pero no podía dejar ningún resquicio, así que cogi
Secretos reveladosSebastian Blackwood estaba furioso, el calor de la ira burbujeaba por sus venas mientras Adrian lo arrastraba fuera de la imponente sede de la empresa Noctis Essence. La acalorada discusión con Lucius Nightshade no había hecho más que confirmar sus peores temores: Lira, su amada, estaba ahora en las garras del inescrupuloso Lucius.La adrenalina latía en su pecho, y Sebastian apenas podía contener la rabia que amenazaba con desbordarse. Antes de que tuvieran siquiera la oportunidad de subir al coche y trazar un plan para rescatar a Lira, apareció una figura inesperada. Morgana, la chica del pub, de mirada penetrante, salió en su coche completamente negro, bajó la ventanilla y llamó a los hermanos para que subieran."Venga subid al coche, necesito hablar con vosotros"Con recelo, Sebastian y Adrian aceptaron la oferta de Morgana, entrando en el coche. La tensión en el ambiente era palpable, pero la promesa de seguridad en el pub que ella poseía, les hizo subir, ya qu
VeteSebastian sintió que la tensión aumentaba mientras se abría paso por las concurridas calles de Shadow Hills. Mientras humanos y vampiros se mezclaban, unos cuantos ojos curiosos y perplejos se volvieron hacia él al ver correr al gran lobo. El miedo se extendió entre la gente, y gritos de sorpresa y pavor llenaron el aire.Mientras tanto, Sebastian seguía decidido en su misión. Se dirigía a la casa de Lucius, a pesar de todos los peligros a los que se enfrentaría. Los vampiros se dieron cuenta de su presencia y en lugar de temerle, como los humanos, corrieron hacia él, pues sabían que era una gran amenaza.Sabía que no podría enfrentarse solo a tantos vampiros, pero tenía un objetivo en mente. Lira estaba allí, necesitaba ser salvada por él, una banshee. ¿Por qué nunca se lo había dicho? ¿Y cómo esperaba un bebé de él? ¿Cómo había sucedido?Estaba seguro de que ella no se había liado con otro hombre, pues sabía que le quería y no le traicionaría. Sebastian se estaba odiando a sí m
OponenteLira entró en el castillo de Lucius, cerrando la puerta tras de sí. Su corazón estaba roto por las palabras que le había dicho a Sebastian, y lamentaba profundamente haberse visto obligada a enviar lejos a su gran amor. Ante ella, el hombre que había forzado esta separación sonreía con aire victorioso. Lira se acercó a él, sus ojos reflejaban un odio visible. Su respiración se agitó y, en un acto impulsivo, golpeó el pecho del hombre, que parecía tan sólido como una roca.Lucio le sujetó las manos para evitar que se hiciera daño, mirándola a los ojos con una mezcla de superioridad y perversidad."Sabes que no puedes oponerte a mí, Lira. El pacto de lealtad que hiciste conmigo garantiza que obedecerás mis órdenes, y eso incluye echar a Sebastian." Lira luchó contra las emociones contradictorias de su interior, atrapada entre el amor que sentía por Sebastian y la obligación de lealtad que le imponía el pacto."Te odio, Lucius, por ponerme en esta situación. Nunca habría abandon