Reunión épicaLucius sintió que una mezcla de excitación y determinación recorría su cuerpo cuando su secretaria pronunció el nombre que había estado esperando: Sebastian Blackwood estaba en la empresa. Era el momento que tanto había esperado, el comienzo de su ansiada venganza.Lucius echó mano a su teléfono, que era su salvación en aquel momento, mientras Lira le hacía preguntas que no quería responder. Llevaba tanto tiempo queriendo enfrentarse a Sebastián y no quería que nadie a su alrededor se interpusiera en sus planes. Rápidamente, dejó a Lira y a Selena en su habitación, y caminó por los pasillos del castillo y sonrió, sabía que había hecho lo correcto al traer a esa mujer a su casa. La pelirroja que también lo había hechizado. Tenía una banshee en sus manos, y lo que más le complacía era saber que además de robarle el amor de su vida a Sebastian la tenía para siempre. Quería correr hasta allí, usar su habilidad sobrenatural, pero no podía dejar ningún resquicio, así que cogi
Secretos reveladosSebastian Blackwood estaba furioso, el calor de la ira burbujeaba por sus venas mientras Adrian lo arrastraba fuera de la imponente sede de la empresa Noctis Essence. La acalorada discusión con Lucius Nightshade no había hecho más que confirmar sus peores temores: Lira, su amada, estaba ahora en las garras del inescrupuloso Lucius.La adrenalina latía en su pecho, y Sebastian apenas podía contener la rabia que amenazaba con desbordarse. Antes de que tuvieran siquiera la oportunidad de subir al coche y trazar un plan para rescatar a Lira, apareció una figura inesperada. Morgana, la chica del pub, de mirada penetrante, salió en su coche completamente negro, bajó la ventanilla y llamó a los hermanos para que subieran."Venga subid al coche, necesito hablar con vosotros"Con recelo, Sebastian y Adrian aceptaron la oferta de Morgana, entrando en el coche. La tensión en el ambiente era palpable, pero la promesa de seguridad en el pub que ella poseía, les hizo subir, ya qu
VeteSebastian sintió que la tensión aumentaba mientras se abría paso por las concurridas calles de Shadow Hills. Mientras humanos y vampiros se mezclaban, unos cuantos ojos curiosos y perplejos se volvieron hacia él al ver correr al gran lobo. El miedo se extendió entre la gente, y gritos de sorpresa y pavor llenaron el aire.Mientras tanto, Sebastian seguía decidido en su misión. Se dirigía a la casa de Lucius, a pesar de todos los peligros a los que se enfrentaría. Los vampiros se dieron cuenta de su presencia y en lugar de temerle, como los humanos, corrieron hacia él, pues sabían que era una gran amenaza.Sabía que no podría enfrentarse solo a tantos vampiros, pero tenía un objetivo en mente. Lira estaba allí, necesitaba ser salvada por él, una banshee. ¿Por qué nunca se lo había dicho? ¿Y cómo esperaba un bebé de él? ¿Cómo había sucedido?Estaba seguro de que ella no se había liado con otro hombre, pues sabía que le quería y no le traicionaría. Sebastian se estaba odiando a sí m
OponenteLira entró en el castillo de Lucius, cerrando la puerta tras de sí. Su corazón estaba roto por las palabras que le había dicho a Sebastian, y lamentaba profundamente haberse visto obligada a enviar lejos a su gran amor. Ante ella, el hombre que había forzado esta separación sonreía con aire victorioso. Lira se acercó a él, sus ojos reflejaban un odio visible. Su respiración se agitó y, en un acto impulsivo, golpeó el pecho del hombre, que parecía tan sólido como una roca.Lucio le sujetó las manos para evitar que se hiciera daño, mirándola a los ojos con una mezcla de superioridad y perversidad."Sabes que no puedes oponerte a mí, Lira. El pacto de lealtad que hiciste conmigo garantiza que obedecerás mis órdenes, y eso incluye echar a Sebastian." Lira luchó contra las emociones contradictorias de su interior, atrapada entre el amor que sentía por Sebastian y la obligación de lealtad que le imponía el pacto."Te odio, Lucius, por ponerme en esta situación. Nunca habría abandon
PrediccionesLucius estaba sentado en su despacho, el sillón de cuero negro crujía cuando su corpulento cuerpo descansaba allí. Echó la cabeza hacia atrás y sonrió, sintiendo el peso del primer paso para acabar con Sebastian Blackwood. La mujer a la que amaba su adversario estaba ahora en su habitación, atada a Lucius. Hacía mucho tiempo que no dormía allí, pues pasaba las noches merodeando por la ciudad o trabajando en su compañía; al fin y al cabo, un vampiro no tenía necesidad de dormir.Pero las cosas habían cambiado. Sus planes estaban en marcha, y por fin tenía una ventaja contra su enemigo. Aquella familia le había causado mucho dolor y ahora era el momento de hacer justicia, de pagar por todo lo que habían hecho. Habían sido siglos de espera.Mientras contemplaba su estrategia, Lucius recordó tiempos más felices, cuando podía sonreír y ser un humano, tener placeres que nunca más podría sentir, pero los Blackwood, ellos lo arruinaron todo. Desde entonces, Lucius ha corrido tras
LimboEn el mundo de los sueños, Lira se encontró atrapada en una visión aterradora. Era como si la oscuridad envolviera cada centímetro de Shadow Hills, proyectando sombras siniestras sobre cada rincón. El aire estaba cargado de un silencio sepulcral, que anunciaba la inminente llegada de una entidad oscura y malévola.Los árboles retorcidos parecían retorcerse bajo la influencia de una fuerza maligna, y el viento aullaba como un lamento melancólico. Las luces de las estrellas se apagaron, sumiendo la escena en una inquietante penumbra, como si la propia noche hubiera sido engullida por una profunda oscuridad.Y entonces, en la sombría penumbra, Lira pudo vislumbrar una figura que se acercaba. Un hombre apuesto y atractivo surgió de la oscuridad, sus rasgos eran irresistibles, pero su mirada desprendía un aura siniestra. Cada paso que daba resonaba en la habitación, provocando escalofríos en la espina dorsal de la banshee.El corazón de Lira latía frenéticamente en su pecho, una comb
DecididoSebastián corre por el bosque, con los pies golpeando frenéticamente el suelo húmedo. Le pesa el corazón y su mente está llena de dudas y desesperación. Sabe que Lira no habría dicho esas palabras si no hubiera estado bajo la influencia de Lucius. Cada gruñido ronco que escapa de sus labios resuena en la noche, revelando su dolor interior.Su hermano, Adrian, un hombre lobo negro de ojos preocupados, corre tras él, intentando alcanzarle. Sin embargo, incluso con sus veloces piernas, tiene problemas para seguir el ritmo de la agonía y la furia que impulsan a Sebastian."¡Sebastián, espera! ¡Tenemos que pensar con calma!", grita Adrian.Pero Sebastian no se calma. Su mente es una tormenta de emociones contradictorias. Quiere creer que Lira le ama y que sus palabras no son ciertas, pero el dolor del rechazo resuena en lo más profundo de su alma. Teme perder a la mujer que ama en las malvadas garras de Lucius.La luna llena brilla en el cielo, proyectando sombras danzantes entre
Recuerdos del loboLas altas e imponentes árboles se cerraban sobre Sebastian Blackwood mientras adentraba en el bosque. Seguía su instinto, guiado por la necesidad de descubrir el motivo por el cual Lucius Nightshade había aprisionado a Lira en su oscuro castillo. Sebastian sabía que necesitaba información, y el único ser capaz de proporcionársela era la loba reclusa, una de las más antiguas de su manada.Las retorcidas ramas del bosque creaban trampas ocultas, pero Sebastian, un alfa fuerte y habilidoso, se deshacía fácilmente de ellas. Su objetivo estaba claro, y nada lo detendría para alcanzarlo. Después de atravesar los peligros del bosque, finalmente llegó a la clareira donde la loba reclusa reside.Allí estaba la pequeña y sombría casa, él ya había estado allí de niño acompañando a su abuelo, no recordaba mucho, solo que le pidió que esperara por él lejos de la casa, era otro de los entrenamientos que su abuelo le enseñaba, pues él sería el alfa algún día y se encargaría de tod