Sebastian se sumergió profundamente en la mente de la loba, transportado a un momento de felicidad familiar. Podía ver cada detalle del ambiente, desde las sonrisas sinceras hasta el sonido de la música que resonaba en las habitaciones. El padre de la loba entonaba una melodía suave mientras tocaba un instrumento de cuerda, encantando a todos los presentes. La madre, llevando platos de comida fresca desde la cocina, caminaba con gracia por la pequeña casa. Las hermanas, felices e despreocupadas, jugaban alrededor de la mesa. El hermano, cuidadoso, llevaba leña hacia dentro de la casa.Sin embargo, la felicidad se interrumpió abruptamente cuando una de las chicas llamó al padre y señaló por la ventana. Un hombre alto, grande y rubio caminaba como una fiera salvaje hacia la pequeña casa de la familia. Todos corrieron hacia donde estaban los padres, y la loba, con una mezcla de curiosidad y preocupación, guio a sus hermanas hacia dentro de la casa siguiendo las instrucciones de la madre.
Sebastian Blackwood estaba sentado en medio del denso bosque, con la mirada fija en la loba que lo observaba, y ella esperando la respuesta que le había dado: ¿Qué había hecho Lucius Nightshade? La ansiedad se apoderaba de su cuerpo mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para contarle a la loba sobre la situación de su amada, Lira. Después de un largo suspiro, Sebastian comenzó a hablar, su voz cargada de preocupación."Loba, vine aquí para saber quién es el vampiro que se llevó a Lira como su prisionera, ella está esperando un hijo mío y actué como un idiota, dije cosas horribles cuando ella me dijo que estaba esperando un bebé. Él la está usando de alguna manera, estoy seguro.""¿Un bebé? Pero ¿cómo un hombre lobo como tú puede tener...?""Yo tampoco lo sé, pero ella está esperando un hijo y estoy seguro de que es mío.""¿Ella es un ser sobrenatural?""No, loba, ella es humana. Si lo fuera, lo sabría.""Sebastian, joven mío, siéntate. He visto esto suceder hace mucho ti
La travesía"Aquí está mi máquina", Adrian quitó el paño que cubría el coche."No estás pensando en viajar en ese cacharro viejo, ¿verdad?" Morgana se rió de él."¿Estás seguro de que este coche llegará a la costa?" Sebastian le dijo a su hermano mientras miraba el coche. "Creo que sería mejor que vayamos en mi coche.""No, 'Lujuria' se encargará", él golpeó la carrocería del coche azul. "Siempre se las arregla."A medida que el día se desvanecía lentamente, iluminando el cielo con delicados matices de naranja y rosa, el trío compuesto por Sebastian, Adrian y Morgana continuaba en busca de respuestas. Las carreteras sinuosas cortaban paisajes idílicos y pequeñas villas, creando una sensación de escapismo y descubrimiento.Con una sonrisa de anticipación en los labios, Adrian dirigía el volante de su querido vehículo de lujo, una creación automovilística a la que cariñosamente llamaba "Lujuria". Cada curva del camino era una oportunidad para que Adrian realzara las características únic
La isla envolvió a Sebastian en una atmósfera densa y desconocida. Mientras seguía a Penglog a través de los oscuros senderos y la alta vegetación, una sensación de aprensión lo dominaba. Ya había estado allí en el pasado con su abuelo, pero esta vez todo parecía más intrigante, aunque Sebastian estaba inquieto. La voz de Adrian, siempre juguetona, resonó en su mente, ecoando la incertidumbre del momento."¿Será que ese montón de huesos allí adelante sabe hacia dónde nos está llevando?" Penglog sacó una de sus espadas y en un instante la tenía en el cuello de Adrian, quien gruñó ferozmente. "Solo estaba bromeando."Sabía que el filo de la espada de esa criatura contenía un veneno que inmoviliza a su víctima, así que Sebastian intervino."Él solo estaba bromeando, mi hermano no sabe comportarse", el líquido pegajoso que salía de Penglog se pegó en la mano de Sebastian, quien lo limpió en la camisa de su hermano, cuyos ojos se volvieron rojos y su rostro se endureció aún más. "Adrian, p
La MaestraA las serenas orillas de un lago azul, la belleza trascendental del lugar los envolvió de tal manera que las palabras se volvieron superfluas ante la magnificencia que presenciaron."Esto es... Magnífico", dijo Morgana con los labios entreabiertos."Es muy hermoso, y nada parecido a aquella isla sombría. Y esto me está dando miedo", se manifestó Adrian también.Una voz suave, casi etérea, resonó suavemente en la brisa, como si las propias palabras fueran tejidas con hilos de encantamiento. Este sonido hipnótico susurró a través del aire, envolviendo a los presentes en un trance de reverencia silenciosa.El lago estaba abrazado por una atmósfera mágica; sus aguas serenas reflejaban el azul del cielo de manera tan clara que parecían espejos hacia un mundo divino. Sin embargo, nada se comparaba con el imponente árbol que se alzaba majestuosamente en el centro del lago. Sus ramas se extendían en patrones intrincados e inimaginables, como si fueran las esculturas de una divinida
"La venganza es un plato que se come frío y aún así me vengaré de ti". - fueron las palabras que alguien dijo.LIRA CLARK La noche cae sobre Domino's Vale, envolviendo el pueblo con su manto oscuro y misterioso. Lira, una joven pelirroja de corazón sencillo, se encontraba en su modesto piso, preparando una cena especial para celebrar el cumpleaños de Sebastian Blackwood, el poderoso hombre lleno de secretos que ha conquistado su corazón.Mientras ponía los platos sobre la mesa, sintió que una mezcla de ansiedad y amor se desbordaba en su pecho. Quería hacer de esa noche una ocasión inolvidable para Sebastian, aun conociendo las barreras que los separaban.Cuando sonó el timbre, Lira se apresuró a abrir la puerta, revelando a un Sebastián con expresión inescrutable."Feliz cumpleaños, mi amor", dijo sonriendo cálidamente. "Lo he preparado todo con gran esmero para ti".Sebastian miró alrededor del piso, examinando cada detalle cuidadosamente planeado por la pelirroja. Aunque su expres
Cuando te veasSebastian Blackwood caminaba con paso decidido por el opulento pasillo de la sede de su empresa. La rutina de un multimillonario nunca le concedía momentos de descanso, pero se sentía en control de cada detalle. Cuando llegó al ascensor privado, pulsó el botón y esperó pacientemente a que se abrieran las puertas.Al entrar en el ascensor, sus ojos se fijaron en una figura inesperada. Una chica pelirroja y con gafas, evidentemente tímida, sostenía una caja en las manos. Sebastian frunció el ceño, sorprendido por la presencia de la desconocida en su ascensor privado.Al mirarla, se dio cuenta de que la chica estaba visiblemente triste. Su mirada parecía perdida y su rostro mostraba una expresión abatida. La curiosidad se despertó en el interior de Sebastian, que no pudo ignorar el aura melancólica que rodeaba a la joven.Meditó por un momento si debía interrogarla sobre su presencia allí, pero una repentina bondad se apoderó de su corazón y su aroma era una mezcla de vida
El primer besoLira miró a Sebastián con una mezcla de sorpresa y felicidad cuando escuchó su petición de convertirse en su asistente personal. Sabía que esta oportunidad no sólo le permitiría estar más cerca de él, sino que también le abriría las puertas a un futuro prometedor en su carrera.Con una sonrisa radiante, aceptó la propuesta, sintiendo que su corazón se aceleraba ante la perspectiva de trabajar al lado del hombre que la encandilaba. Pasaron los días y la rutina de trabajo se estableció, con la pelirroja realizando sus tareas con eficiencia y dedicación.Mientras trabajaban juntos, Lira y Sebastian desarrollaron una dinámica especial. Con cada encuentro, con cada proyecto que compartían, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Con el tiempo, la atracción que existía entre ellos se hizo innegable, y cada mirada y cada sonrisa que intercambiaban tenían un significado profundo.Tras una intensa reunión, todos los demás empleados abandonaron la sala, dejándolos solos. El