No puedo quedarme con ella
Sebastian entró en su lujoso despacho de Industrias Blackwood y encontró a su hermano pequeño, Adrian, sentado en su sillón con una sonrisa traviesa en la cara."Ah, hermano querido, he oido rumores interesantes sobre ti y la encantadora chica pelirroja. Parece que estás dejando la oficina patas arriba".Sebastian frunció el ceño, irritado por los comentarios y las posturas juguetonas de Adrian."Adrian, basta ya. Estos comentarios no tienen base alguna, y cualquiera que esté difundiendo estos chismes será severamente reprendido y posiblemente despedido."Adrián, al notar la seriedad en el tono de voz de su hermano, cambió rápidamente de expresión."Lo siento, Sebastián", pero hizo alguna payasada más y su hermano se puso furioso.Sebastián suspiró, tratando de controlar su ira."Sé que te gusta hacer bromas, Adrian, pero esta situación no tiene gracia. Es importante mantener la reputación de la empresa y desmentir los chismes infundados.Adrián agachó la cabeza, comprendiendo la gravedad de la situación."Los cotilleos sobre Lira y tú no sólo circulan por la empresa, sino que han llegado también a nuestra manada. Algunos de los ancianos están preocupados por esta situación, ya que estáis incumpliendo el Acuerdo."Los ojos de Sebastian se abrieron de par en par, sorprendido por la revelación de Adrian. No esperaba que las habladurías se extendieran tan rápido y llegaran incluso a su manada. Sintió una mezcla de frustración y rabia ante la situación."Eso es absurdo", respondió Sebastián, tratando de contener su irritación. "¡No estoy rompiendo El Acuerdo! Lira es sólo mi asistente personal, y no hay nada entre nosotros más allá de eso. A la gente le encanta crear historias sin fundamento".Adrián suspiró, notando la frustración de su hermano. Sabía que los chismes podían ser perjudiciales, y que las consecuencias podían ser graves si no se manejaban adecuadamente."Sebastián, entiendo tu indignación, pero tenemos que manejar esta situación con diplomacia", explicó Adrián, tratando de calmar los ánimos. "La reputación de nuestra manada está en juego, al igual que las alianzas que tenemos con todo el mundo. Sabéis que no podemos, incluso yo que soy un lobo perdido bromeo a veces, pero no dejaré que se convierta en algo peligroso para mí. Debemos considerar cuidadosamente los próximos pasos".Sebastian respiró hondo, tratando de controlar su ira. Sabía que Adrian tenía razón, y que actuar impulsivamente sólo empeoraría las cosas."Abordaré este asunto con seriedad. Tenemos que acabar con este cotilleo de una vez por todas, antes de que afecte negativamente a nuestra manada y cause más daños."Adrian asintió, aliviado al ver que su hermano estaba dispuesto a actuar con responsabilidad. Sabía que Sebastian era capaz de afrontar los retos y manejar la situación con madurez."Estoy aquí para apoyarte, Sebastian", afirmó Adrian, poniendo la mano en el hombro de su hermano. "Juntos encontraremos una solución para proteger a nuestra manada, pero ¿de verdad estás saliendo con la chica?".Adrián observó detenidamente a su hermano, notando la tensión que se apoderaba de Sebastián, y sus ojos en ese momento revelaron una verdad que no quería admitir."Sebastián, no tienes por qué mentirme", dijo Adrián, con tono serio. "Tus ojos muestran la verdad. Te conozco desde hace mucho tiempo, somos hermanos y tenemos la misma sangre. Y estás enamorado de Lira, ¿verdad?".Sebastian dudó un momento, sintiendo una mezcla de emociones contradictorias. No quería admitir su amor por Lira, ni a su hermano ni a sí mismo, temiendo las consecuencias y las implicaciones que traería a su posición como Alfa de la manada."I... No puedo estar enamorado de ella", respondió Sebastián, su voz mostraba su frustración. "No puedo permitirme involucrarme emocionalmente con alguien, especialmente con una simple humana. Eso sería un riesgo para todos nosotros".Adrian suspiró, moviendo la cabeza en señal de desaprobación. Conocía bien a su hermano y sabía que aquella negación no era saludable ni para él ni para Lira."Sebastián, no puedes negar tus sentimientos", argumentó Adrián, mirando directamente a los ojos de su hermano. "El amor no elige quiénes somos ni nuestra posición en la sociedad. Es algo que sucede de forma natural, y tenemos que aprender a lidiar con ello."Sebastian sintió una ira creciente en su interior, la frustración mezclada con la sensación de estar atrapado. Dio un fuerte puñetazo en la mesa, haciéndola temblar."¡He dicho que no estoy enamorado de ella!", exclamó Sebastian, con la voz cargada de ira. Sus ojos empezaron a brillar en un tono rojo intenso, su respiración se hizo entrecortada.Adrian mantuvo la calma y se mantuvo firme ante el arrebato de su hermano. Sabía que Sebastián estaba luchando con sus propios sentimientos y que necesitaba apoyo."Sebastián, no estoy aquí para juzgarte", dijo Adrián, manteniendo la calma. "Estoy aquí para apoyarte, pase lo que pase".Adrián envolvió a su hermano en un abrazo reconfortante, sabiendo que ese gesto era más valioso que cualquier felicitación por su cumpleaños. Entendía las restricciones impuestas por Sebastián, pero también comprendía la dificultad a la que se enfrentaba para renunciar a sus sentimientos por Lira. Y así como él ya había sufrido por tener sentimientos con una humana, su hermano también sufriría.Mientras los hermanos compartían ese momento de silenciosa conexión, Sebastian tomó una difícil decisión. Sabía que debía alejarse de Lira, por doloroso que fuera. El Acuerdo los ponía en lados opuestos, ella probablemente ni siquiera sabía de qué se trataba ese Acuerdo, pero hacía de su relación un desafío imposible de superar.Cuando Lira le invitó a su piso, Sebastián sintió una mezcla de ansiedad y tristeza. Quería negar la invitación, romper todos los lazos con ella y evitar el inevitable dolor que surgiría. Sin embargo, sabía que no podría resistir la mirada de tristeza en sus ojos. Así que le concedió un día más, para poder despedirse de la pelirroja.Con un suspiro resignado, Sebastián aceptó la invitación de Lira. Se preparó para la noche que marcaría el final de todo entre ellos, mientras luchaba contra las emociones encontradas que lo consumían. Estaba decidido a cumplir su palabra y respetar las tradiciones y "El Acuerdo" que regían sus vidas, aunque eso significara sacrificar su propia felicidad.Mientras caminaba hacia el piso de Lira, Sebastián sintió el peso de la inminente despedida. Sabía que sería la última vez que estarían juntos, y esa idea le desgarraba el corazón. Se preguntó si alguna vez encontraría la paz en su elección o si cargaría para siempre con el peso de aquella decisión.El destino estaba marcado, y Sebastian estaba dispuesto a seguirlo, aunque eso significara renunciar al amor que sentía por Lira. Estaba decidido a cumplir su papel, a honrar el acuerdo y a mantener la seguridad de su manada por encima de todo. La noche prometía estar marcada por las despedidas, y ambos se enfrentarían al doloroso camino de dejar ir al amor de sus vidas. La única certeza que tenía Sebastian era que debía encontrar una novia en su manada, casarse y procrear un nuevo heredero.En busca de venganzaLucius Nightshade, propietario de Noctis Essence, estaba inmerso en una importante reunión de negocios cuando su teléfono móvil vibró insistentemente. Desvió brevemente su atención del asunto que estaba tratando y consultó el mensaje. Una foto mostraba a Sebastian Blackwood, acompañado de una misteriosa mujer pelirroja, entrando en un edificio del suburbio de Domino's Vale.Aunque Lucius se encontraba en medio de una reunión crucial, su curiosidad se despertó de inmediato. La intrigante imagen y la presencia de Sebastian Blackwood -un nombre que resonaba en su mente- despertaron su interés. Sentía una conexión indescriptible con la figura pelirroja, una sensación que no podía ignorar.Mientras los demás participantes en la reunión seguían discutiendo asuntos relacionados con los negocios, la mente de Lucius divagaba, preguntándose quién era aquella mujer y cuál era su relación con Sebastian Blackwood. Sentía una inquietud en su interior, un deseo ardiente de desen
¿No sabes quién es?Selena dejó escapar una risa irónica al ver que el hombre que tenía delante no respondía. "Lucius Nightshade, después de todos estos años, ¿has perdido por completo el olfato para los seres sobrenaturales? Esa mujer que yace en tu cama es algo que no había visto en mucho tiempo. Esta especie sobrenatural fue aniquilada hace cientos de años, pero pensé que la reconocerías. Ya que no lo hiciste, mírala. El color de su pelo, ¿no te recuerda a alguien?".Los ojos de Lucius se abrieron de par en par, comprendiendo por fin la magnitud del descubrimiento. "¿Una banshee? Pero yo creía que se habían extinguido hace siglos. ¿Cómo es que sigue viva?"Selena sacudió la cabeza, aún incrédula. "Parece que al menos una sobrevivió. Puede que ayudara, a una o a otra. Las banshees eran temidas y perseguidas, sobre todo en la época de la caza de brujas, junto con mis antepasados de Salem. Creía que ya no existían".Lucius miró a la banshee que yacía en su cama, lleno de curiosidad y
Un Banshee"No, no creo en lo sobrenatural" responde Lira a la pregunta de la mujer que tiene delante.Selena miró a Lira a los ojos con una sonrisa serena. Comprendía la resistencia de la chica a creer en lo sobrenatural, pero estaba decidida a mostrarle una perspectiva diferente. Lira no tenía ni idea de que ella también formaba parte de ese mundo. Un mundo en el que los humanos no viven, y mucho menos saben de su existencia. Selena comenzó a hablar suavemente sobre el poder trascendental de la naturaleza y cómo los elementos naturales pueden envolvernos en un mundo mágico de maravillas."Lira, entiendo que tengas tus dudas, pero piensa en cómo la naturaleza nos envuelve a cada instante. Mira los majestuosos árboles que se extienden hacia el cielo, los ríos que fluyen en armonía y los vastos océanos que albergan innumerables formas de vida. Estos son los elementos naturales que nos rodean, y en ellos reside una magia inexplicable".Mientras hablaba, Selena gesticulaba con las manos,
Reunión épicaLucius sintió que una mezcla de excitación y determinación recorría su cuerpo cuando su secretaria pronunció el nombre que había estado esperando: Sebastian Blackwood estaba en la empresa. Era el momento que tanto había esperado, el comienzo de su ansiada venganza.Lucius echó mano a su teléfono, que era su salvación en aquel momento, mientras Lira le hacía preguntas que no quería responder. Llevaba tanto tiempo queriendo enfrentarse a Sebastián y no quería que nadie a su alrededor se interpusiera en sus planes. Rápidamente, dejó a Lira y a Selena en su habitación, y caminó por los pasillos del castillo y sonrió, sabía que había hecho lo correcto al traer a esa mujer a su casa. La pelirroja que también lo había hechizado. Tenía una banshee en sus manos, y lo que más le complacía era saber que además de robarle el amor de su vida a Sebastian la tenía para siempre. Quería correr hasta allí, usar su habilidad sobrenatural, pero no podía dejar ningún resquicio, así que cogi
Secretos reveladosSebastian Blackwood estaba furioso, el calor de la ira burbujeaba por sus venas mientras Adrian lo arrastraba fuera de la imponente sede de la empresa Noctis Essence. La acalorada discusión con Lucius Nightshade no había hecho más que confirmar sus peores temores: Lira, su amada, estaba ahora en las garras del inescrupuloso Lucius.La adrenalina latía en su pecho, y Sebastian apenas podía contener la rabia que amenazaba con desbordarse. Antes de que tuvieran siquiera la oportunidad de subir al coche y trazar un plan para rescatar a Lira, apareció una figura inesperada. Morgana, la chica del pub, de mirada penetrante, salió en su coche completamente negro, bajó la ventanilla y llamó a los hermanos para que subieran."Venga subid al coche, necesito hablar con vosotros"Con recelo, Sebastian y Adrian aceptaron la oferta de Morgana, entrando en el coche. La tensión en el ambiente era palpable, pero la promesa de seguridad en el pub que ella poseía, les hizo subir, ya qu
VeteSebastian sintió que la tensión aumentaba mientras se abría paso por las concurridas calles de Shadow Hills. Mientras humanos y vampiros se mezclaban, unos cuantos ojos curiosos y perplejos se volvieron hacia él al ver correr al gran lobo. El miedo se extendió entre la gente, y gritos de sorpresa y pavor llenaron el aire.Mientras tanto, Sebastian seguía decidido en su misión. Se dirigía a la casa de Lucius, a pesar de todos los peligros a los que se enfrentaría. Los vampiros se dieron cuenta de su presencia y en lugar de temerle, como los humanos, corrieron hacia él, pues sabían que era una gran amenaza.Sabía que no podría enfrentarse solo a tantos vampiros, pero tenía un objetivo en mente. Lira estaba allí, necesitaba ser salvada por él, una banshee. ¿Por qué nunca se lo había dicho? ¿Y cómo esperaba un bebé de él? ¿Cómo había sucedido?Estaba seguro de que ella no se había liado con otro hombre, pues sabía que le quería y no le traicionaría. Sebastian se estaba odiando a sí m
OponenteLira entró en el castillo de Lucius, cerrando la puerta tras de sí. Su corazón estaba roto por las palabras que le había dicho a Sebastian, y lamentaba profundamente haberse visto obligada a enviar lejos a su gran amor. Ante ella, el hombre que había forzado esta separación sonreía con aire victorioso. Lira se acercó a él, sus ojos reflejaban un odio visible. Su respiración se agitó y, en un acto impulsivo, golpeó el pecho del hombre, que parecía tan sólido como una roca.Lucio le sujetó las manos para evitar que se hiciera daño, mirándola a los ojos con una mezcla de superioridad y perversidad."Sabes que no puedes oponerte a mí, Lira. El pacto de lealtad que hiciste conmigo garantiza que obedecerás mis órdenes, y eso incluye echar a Sebastian." Lira luchó contra las emociones contradictorias de su interior, atrapada entre el amor que sentía por Sebastian y la obligación de lealtad que le imponía el pacto."Te odio, Lucius, por ponerme en esta situación. Nunca habría abandon
PrediccionesLucius estaba sentado en su despacho, el sillón de cuero negro crujía cuando su corpulento cuerpo descansaba allí. Echó la cabeza hacia atrás y sonrió, sintiendo el peso del primer paso para acabar con Sebastian Blackwood. La mujer a la que amaba su adversario estaba ahora en su habitación, atada a Lucius. Hacía mucho tiempo que no dormía allí, pues pasaba las noches merodeando por la ciudad o trabajando en su compañía; al fin y al cabo, un vampiro no tenía necesidad de dormir.Pero las cosas habían cambiado. Sus planes estaban en marcha, y por fin tenía una ventaja contra su enemigo. Aquella familia le había causado mucho dolor y ahora era el momento de hacer justicia, de pagar por todo lo que habían hecho. Habían sido siglos de espera.Mientras contemplaba su estrategia, Lucius recordó tiempos más felices, cuando podía sonreír y ser un humano, tener placeres que nunca más podría sentir, pero los Blackwood, ellos lo arruinaron todo. Desde entonces, Lucius ha corrido tras