Narra Kilian.
Las palabras de Adolf me entran por una oreja y me salían por la otra, me siento en mi escritorio y espero a que termine su discurso de la semana porque está más que claro que fue enviado por mi padre.
— En conclusión, tu padre te mandara a citas a ciegas si no te casas antes de que termine el año, no importa si no conoces a la mujer, cásate — ruedo los ojos y tomo una carpeta para ignorarlo por completo — Oh vamos, Kilian, no me hagas esto, tú sabes que el señor no te dará nada sino te casas, aprovecha que no se podrá chiquilloso con quien te cases — levanto la mirada por un momento y camino hacia mi silla.
— Desde hace tiempo que me importa poco la herencia que me vaya a dejar mi padre, me case o no, encima de que no estoy interesando en las mujeres desde hace años — termino por revisar el documento y lo firmo — Así que, Adolf, no hagas que mi humor se vaya a la… tú sabes — lo veo respirar con mucho tranquilidad y asiente.
— Bien, la semana entrante tienes una entrevista privada con Vogui — lo miro confundido sabiendo que no acepto entrevistas privadas desde mucho tiempo, tampoco estoy interesado sabiendo que solo querrán hablar de mi vida amorosa la cual no tengo. — Hubo muchas insistencia… hasta dijeron que la mujer que te hará la entrevista no es alemana, así que es una extranjera — me deja una carpeta mientras toma la otra y se retira de mi despacho.
Observo un poco la carpeta y suspiro dejándola de lado, no quiero ni saber quién es la mujer que acepto entrevistarme conociendo mi hermoso historial.
(…)
Siento la mirada de mi padre, me invitó a cenar por lo tanto no pude rechazarlo como siempre, más conociendo ahora el motivo de su invitación e insistencia. Miro a un lado a mi hermano mayor que toma de una copa, a mi otro lado a mi hermano menor y suspiro.
— Quiero creer que es una cena familiar y no de negocio — suelto tomando de mi copa de vino, mis hermanos se miran y suspiran cuando padre deja los cubiertos para luego limpiar con elegancia su boca antes de decir barbaridades de las cuales me molestaran y harán que me retire de esta cena.
— Kilian, no comiences — me intenta callar kaspar, mi hermano mayor, lo miro por un momento y lo ignoro.
— Padre, ¿Ya te conté que Sara y yo estamos intentando tener un bebé? — interrumpe Káiser haciendo que nuestro padre desvíe su atención a mí, mis dos hermanos tienen esposas y claro que ninguno de los dos ha querido dar el primer nieto porque se encuentran ocupados sus empresas y yo como el hijo del medio y la oveja negra de los Fritzenwalden no me veo a futuro casado y menos con hijos.
— Me importa, lo que me importa es que este muchacho se casé antes de que cumpla 35 años y me dé un nieto — me apunta a la cara mi padre, si mi madre aun viviera, no tendríamos este tipo de discusión. Me levanto de la silla y Kaspar me mira con seriedad, somos hombres adultos, ya no le tengo miedo como antes.
— Me niego — salgo del restaurante escuchando los gritos de mi padre, entro a mi carro traído por el guardia y conduzco a mi casa algo fuera de la ciudad, este fin de semana antes de que Adolf se aparezca y me arruine todo. Estaciono apenas llego y entro a la casa con vista al mar, me siento en el sofá y noto un documento que no sabía que estaba ahí pero me huele a que mi secretario estuvo aquí y lo dejó.
Ya que me encuentro solo lo tomo y comienzo a ver la información de la mujer que me va a entrevistar la otra semana, reviso su nombre y de donde es, en sí, es una extranjera como lo mencionó Adolf esta mañana pero no veo foto de ella por ningún lado a pesar de que está en sus 30 años, al parecer Adolf quiere que sienta curiosidad por la mujer pero no lo va a lograr.
(…)
Entro al ascensor junto a Adolf cuando de pronto entra un niño de unos 6 o menos años, las puertas se cierran y Adolf y yo lo miramos, el niño parecía serio y pensativo cuando mira los botones de los pisos, luego me mira a mí y puedo notar unos ojos ámbar.
— Disculpe, señor, ¿Podría presionar el piso 6, por favor? — pregunta en inglés, miro a Adolf y asiento presionando el botón ya que yo también me dirigía hasta allá a la sala de reunión en donde me encontraría con la mujer que me entrevistara.
— Señor, si le molesta seguir subiendo podemos sacar al niño en el siguiente piso… — levanto la mano para que Adolf se calle, no me molestaba para nada el pequeño, parecía educado y muy tranquilo para un niño de su edad, puede que no sea muy tolerante de los niños pero tampoco es que los odie. El ascensor se detiene en el piso y el niño me mira.
— Gracias, señor — agradece y sale del ascensor, salgo y comienzo a seguirlo porque daba la casualidad de que iba al mismo lugar que yo, miro a Adolf que parecía confundido de ver que el pequeño entró a la sala de reuniones donde se supone tengo mi entrevista, al entrar miro la espalda de una mujer agachada a la altura del niño hablando con él, quien le sonríe mostrándole algo.
— El señor Fritzenwalden ha llegado — anuncia Adolf, veo que la mujer se levanta de manera elegante y se voltea a mirarme, la mujer pelinegra, de ojos ámbar y de curvas marcadas me mira con una sonrisa en su rostro que me deja claro que si me gustaría casarme.
— ¿Quiere casarse conmigo? — pregunto de la nada dándome cuenta de lo que acabo de hacer, Adolf me mira sorprendido al igual que la mujer cuyo nombre es hermoso al igual que ella.
— ¿Casarme? — pregunta confundida en alemán.
Narra Vivían.Miro al hombre frente a mí, alto, bronceado, formado con anchos hombros, su rostro bien esculpido para la edad que tiene, su castaño cabello junto a unos ojos grises, lo miro confundida por lo que acaba de decir, puede que no entienda alemán, en sí, no entiendo el idioma, apenas y me sé defender con el inglés, miro a Eliezer y se va a sentar.— Un gusto, soy Vivían Guerrero, soy la entrevistadora de la revista Vogui — hablo acercando y dando mi mano presentándome, el hombre al lado de señor Fritzenwalden supongo que es el secretario con el que estuve implorándole por la entrevista, sabrá Dios como logre conseguir una entrevista con este hombre millonario conocidos por todos y yo que estoy metida en este mundo ni sabía de este hombre, supongo que tiene una identidad anónima.El señor Fritzenwalden me mira y me da la mano en modo de saludo para luego sonreírme.— Un gusto, lo que quise decirle fue si ¿Quiere casarse conmigo? — habla en inglés, su voz cambia por completo al
Narra Vivían. (…)Tomo mi pedido y salimos de la cafetería, mi bebé tomaba de su merengada cuando recibo una llamada de Yesica, contesto la llamada tomando la mano de mi hijo para comenzar a caminar por las calles de Hamburgo, ya tenemos una semana en la ciudad y comienzo acostumbrarme al clima, encima de que no me alejo mucho del hotel.— Hola, Yesica, ¿Sucede algo? — pregunto cruzando la calle para ir al pequeño parque que hay cerca.— Si sucede algo — frunzo el ceño sin entender a qué se refiere pero lo tomo tranquilo — El señor Fritzenwalden quiere verte… — hacia 3 días que se publicó la entrevista en todos lados y claro que no me puse a leerla por estar pendiente de mi columna romántica de la semana, tenía que sacar material de alguna manera y claro que saliendo del hotel, era buena idea.— ¿Hubo algún problema como para que el señor Fritzenwalden quiera verme? — pregunto con confusión, Eliezer me mira curioso cuando nombró al alemán.— Bueno, digamos que si — su respuesta no m
Narra Kilian.Adolf me mira esperando a que termine de leer el artículo de mi entrevista que había salido hace 3 días, claro que no había tenido tiempo de leer algo tan obvio, el trabajo era más importante que saber lo que dicen de mí una tonta revista que solo quiere saber de mi vida personal. Termino de leer y comienzo a reírme y no porque me pareciera gracioso lo que leía, sino que me parecía una falta de respeto a mi reputación bien cuidada por 10 años. Adolf aparta la vista a otro lado cuando lo observo al terminar la lectura.— Estuve tres días aguantando periodistas y a mis hermanos junto a mi padre a los cuales no les respondía la llamada y todo eso fue por este estúpido artículo de segunda, ¿Eh? — asiente a lo que digo mirándome con timidez — Llama a Vogui, vamos para allá — me levanto de la silla dándole la revista a Adolf quien la toma y me sigue el paso hacia fuera de la oficina.Bajamos por el ascensor hasta el estacionamiento subterráneo en donde saco las llaves del carr
Narra Vivían.Me he vuelto loca, hace menos de dos horas firme un contrato de matrimonio con un millonario alemán al cual no le conozco nada más que el nombre, la edad y a que se dedica, encima de que me cae un poco mal, sí, vendí mi alma al diablo y a uno muy guapo pero igual, firme mi condena.Pero claro que había una razón para que yo terminara firmando y era que mi ex esposo apareció con la excusa de querer la custodia de Eliezer cuando hace más de 6 años lo estaba negando hasta que nació, fue en ese momento que no lo pensé mucho y fui a buscar al señor Fritzenwalden.— Mamá — me volteo a mirar a mi hijo, dejando de mirar la ventana de la habitación del hotel — ¿Por qué te ves tan triste? — pregunta mirándome con preocupación.¿Cómo le podría decir a mi propio hijo que me caso para no perderlo de mi lado? Es algo que no me atrevo a decirlo. Sé que lo estoy privando de que este con su padre pero Mario no se merece ser llamado padre después de todo lo que le hizo a mi bebé, en los p
Narra Kilian.— Cuanto tiempo… — el hombre frente a nosotros mira de más a Vivían que parece tensarse cuando se nos acercó, al parecer hay cosas que debo saber de mi futura esposa y una de esas, es saber quién es este hombre que apareció junto a una muchacha que podría ser su hija. Siento su mirada por un momento.— Oh… Vivían, cuanto tiempo, querida — escucho hablar a la chica que comienza a reír un poco sin dejar de mirarme a mí — ¿Quién es tu amigo? — pregunta soltándose de su pareja.— Mi prometido — responde sin pensarlo, sonrío con orgullo, a ambos se le borra la sonrisa enseguida — Se los presento… Kilian Fritzenwalden — me sentía demasiado bien al escucharla pronunciar mi nombre y no sé por qué pero me comienza a gustar.— Vaya, veo que no pierdes el tiempo — dice en español, lo que no saben es que sé más de 3 idiomas — Soy Mario Gonzales… oh verdad, no hablas español — me mira con burla, Vivían esta por decir algo pero la detengo.— He escuchado hablar de usted… no hace más q
Narra Vivían.Me siento en la cama viendo en donde me encuentro, supongo que bebí de más anoche, puedo recordar hasta el momento en el que llore delante de Fritzenwalden, de solo recordar muero de vergüenza. Comienzo a levantarme y buscar mis cosas para irme, sí, así vestida con el vestido me voy, pero me detengo al ver una bolsa en la silla, curiosa me acerco y veo que tiene ropa de mi talla, miro a los lados y no lo pienso mucho para irme a dar un baño antes de bajar a buscar a Eliezer.Ya bajando por las escaleras me pongo a buscar a mi bebé y no lo encuentro hasta que empiezo a escuchar risas provenientes de lo que creo que es la sala de juegos, me acerco con cuidado viendo que la puerta está a medio cerrar, me detengo a mirarlos y sonrío viendo como juegan un juego en la pantalla, Eliezer se voltea a verme dándose cuenta de que estoy ahí, pausa el juego y corre a mí dejando los audífonos junto al control remoto.— Mami, despertaste — me abraza emocionado, miro un poco a Fritzenwa
Narra Vivían.Me relajo tomando una copa de champaña al parecer para luego mirar bien a Kilian, respiro un poco profundo al ver que su padre se acerca a nosotros, yo debería de fingir que la fiesta no es un compromiso, pero ciertas cosas en sí parecieran que sí.— Llegaron, que bueno que por fin mi hijo me deje conocer a mi futura nuera — me sonríe el señor cuyo nombre se me acaba de olvidar.— Buenas noches, Kilian me ha hablado mucho de usted, señor Fritzenwalden — le doy la mano y parece sorprendido que la toma también para luego darme un beso de mejillas.— Es gusto saber que mi hijo habla de mí — lo mira y luego a mí, pero con una sonrisa — Me pareces una mujer muy encantadora — y se retira, miro a Kilian recuperando el aire que tenía atorado.— ¿No pasa nada si no sé alemán? — pregunto y niega pasándole un plato con dulces a Eliezer que se encuentra sentando en la mesa a un lado de nosotros, solo que estamos parados.— No tienes que preocuparte, la mayoría saben inglés, alégrate
Narra Kilian. Adolf me va hablando de las actividades de hoy y los próximos días sabiendo que al día después habrá más cosas que hacer, pero lo más importante por hacer, ya estaba listas como para estar tranquilo por unos días, sin olvidar que hay que elegir fecha próxima, también hay que elegir la iglesia y acomodar ciertos papeles para alargar la estancia de ambos en el país, pero nada que el dinero no pueda arreglar en cuestión de segundos. — Este viernes hay una cena familiar organizada por su padre, al parecer puede que hablen sobre las fechas de casamientos y luna de miel, señor — lo miro y asiento, justo lo que estaba pensando — He seleccionado 3 academias de alto rendimiento para el niño Eliezer, si quiere que haga los papeles de adopción, no sería ningún problema — lo miro un momento. — ¿Descubriste algo que yo no sepa aun? — pregunto, lo veo mirar alrededor de la oficina y se acerca a mí. — Escuche cierta conversación de la señorita Vivian con un hombre, al parecer le es