Narra Vivían.
Miro al hombre frente a mí, alto, bronceado, formado con anchos hombros, su rostro bien esculpido para la edad que tiene, su castaño cabello junto a unos ojos grises, lo miro confundida por lo que acaba de decir, puede que no entienda alemán, en sí, no entiendo el idioma, apenas y me sé defender con el inglés, miro a Eliezer y se va a sentar.
— Un gusto, soy Vivían Guerrero, soy la entrevistadora de la revista Vogui — hablo acercando y dando mi mano presentándome, el hombre al lado de señor Fritzenwalden supongo que es el secretario con el que estuve implorándole por la entrevista, sabrá Dios como logre conseguir una entrevista con este hombre millonario conocidos por todos y yo que estoy metida en este mundo ni sabía de este hombre, supongo que tiene una identidad anónima.
El señor Fritzenwalden me mira y me da la mano en modo de saludo para luego sonreírme.
— Un gusto, lo que quise decirle fue si ¿Quiere casarse conmigo? — habla en inglés, su voz cambia por completo al hablar en otro idioma pero eso no me impresiona sino la descabellada pregunta que acaba de soltarme, en sí, los rumores que había escuchado en la empresa de la revista Vogui era más que reales pero claro aquí estoy yo intentando no juzgar un libro por su portada.
— Lo siento, señorita, por favor sentémonos — interrumpe nuestra mirada el secretario, asiento sin parecer incomoda, más porque Eliezer sabe inglés y no deja de mirar al señor, me siento y veo que el secretario saca una foto sin que se vea el rostro a Kilian Fritzenwalden, como lo había previsto, mantiene su identidad.
— ¿Estas casada? — pregunta haciendo que su secretario se golpee la cabeza con su mano, a mí solo me incomoda el hecho de que se ponga a jugar al coqueto, respiro profundo y pienso en si es esta razón por la que las otras mujeres no quisieron entrevistarlo, si es así, no le veo lo malo, es atractivo pero algo coqueto.
— Comencemos… Si pudieras comenzar de nuevo, ¿Qué harías diferente? — pregunto, se pone serio por un momento y analiza mi pregunta viendo que le he ignorada la suya, no me encontraba ahí para coquetear, menos para seguir juegos que no tenía nada que ver con mi trabajo. Las preguntas que me había dado Yesica no era para nada de mi interés, menos sabiendo que solo preguntaban de la vida privada del millonario y como soy una persona que no le gusta que le pregunte de su vida personal un completo desconocido, entonces yo no quería hacer lo mismo.
Aunque intente investigar mucho sobre este hombre, no logré encontrar mucho, habían muchas noticias de sus exitosos negocios pero nada de su vida personal ni amorosa, está en claro que no es una persona de escándalos pero muchos se preguntan si en verdad es gay o simplemente no está interesado en las relaciones amorosas.
(…)
Estrechamos nuestras manos levantándonos.
— Te invito a cenar, señorita Guerrero — dice de pronto.
— Rechazo su intención — recojo todo y miro a Eliezer que se levanta del sofá y salimos de la sala, entramos al ascensor y respiro profundo.
— Es millonario, mamá, ¿Por qué no aceptaste su invitación? No le vi malas intenciones — miro a mi pequeño y le sonrío.
— Mami está bien sola como está, no necesito que un hombre me pretenda en estos momentos, así que no hablamos más de este hombre, ¿sí? — me mira con curiosidad y salimos del ascensor, una vez fuera de la empresa huelo el aire fresco y el lugar lleno de rascacielos hermosos — Bien, primero regresemos al hotel y luego saldremos a divertirnos, ¿Va? — asiente con energía.
— Si, mami — pido un taxi y entramos, le doy la dirección del hotel que por suerte me lo memorice y nos llevan, mi teléfono vibra y veo la llamada de Yesica, esta mañana me dio un numero alemán para estar comunicada y eso me gustó porque así podía esta comunicada con mi madre sin necesidad de buscar una red de internet a la cual conectarme.
— Hola, Yesica — saludo mirando por la ventana.
— Saliste viva, ¿Ya tienes todo? — pregunta y miro mi tablet, hice lo que más pude y pregunte lo que querían, tuve algo de suerte que el hombre respondiera sin molestarse mucho alguna preguntas personales que no tenían nada que ver con la empresa sino con su vida personal.
— Si, apenas entre la noche, lo editare y te lo pasare — la escucho chillar y respiro profundo.
— Eso es genial, ya se te presentaran otras entrevista, note que eres muy capaz — cuelga y me quedo mirando el teléfono pensando en sí esta es la vida soñada que quería desde un principio. El taxi se estaciona y nos bajamos sin antes pagarle, entramos al hotel en donde estaremos hospedados 3 meses y es suficiente como para visitar varios lugares y disfrutar unas buenas vacaciones a pesar de que tengo que trabajar de a momento en el que me necesiten.
— Pidamos el almuerzo y nos cambiamos — asiente y entramos al ascensor que nos deja en nuestro piso.
(…)
Me estiro en mi asiento y envío el documento de la entrevista con el señor Fritzenwalden, al principio se me hacía un poco difícil pronunciar su apellido pero después de escucharlo tanto de Eliezer que no dejaba de señalarme cosas que le hacía recordar al señor, me lo aprendí a la fuerza y en contra de mi voluntad pero ahora que veo a mi pequeño, me hago la pregunta de si ya había visto al alemán antes de que yo lo conociera.
Ya que si no mal recuerdo, fue al baño, supongo que chocaron y se vieron, supongo, no me puedo hacer una escena en la cabeza si no estuve ahí para presenciarlo, aunque recordando un poco las palabras de Yesica, me di cuenta que estaba equivocada ya que el señor Fritzenwalden no pareció molesto ni nada con la presencia de mi hijo en la sala, hasta el secretario parecía curioso por el comportamiento tranquilo que tiene Eliezer.
Pero bueno, tengo que dejar de pensar en ese millonario, aunque lo que me había dicho apenas me vio, era como sacado de una novela romántica y claro como la propia escritora romántica y anónima que soy, usare este material a mi disposición, ganar un poco de dinero no le hará mal a nadie.
Narra Vivían. (…)Tomo mi pedido y salimos de la cafetería, mi bebé tomaba de su merengada cuando recibo una llamada de Yesica, contesto la llamada tomando la mano de mi hijo para comenzar a caminar por las calles de Hamburgo, ya tenemos una semana en la ciudad y comienzo acostumbrarme al clima, encima de que no me alejo mucho del hotel.— Hola, Yesica, ¿Sucede algo? — pregunto cruzando la calle para ir al pequeño parque que hay cerca.— Si sucede algo — frunzo el ceño sin entender a qué se refiere pero lo tomo tranquilo — El señor Fritzenwalden quiere verte… — hacia 3 días que se publicó la entrevista en todos lados y claro que no me puse a leerla por estar pendiente de mi columna romántica de la semana, tenía que sacar material de alguna manera y claro que saliendo del hotel, era buena idea.— ¿Hubo algún problema como para que el señor Fritzenwalden quiera verme? — pregunto con confusión, Eliezer me mira curioso cuando nombró al alemán.— Bueno, digamos que si — su respuesta no m
Narra Kilian.Adolf me mira esperando a que termine de leer el artículo de mi entrevista que había salido hace 3 días, claro que no había tenido tiempo de leer algo tan obvio, el trabajo era más importante que saber lo que dicen de mí una tonta revista que solo quiere saber de mi vida personal. Termino de leer y comienzo a reírme y no porque me pareciera gracioso lo que leía, sino que me parecía una falta de respeto a mi reputación bien cuidada por 10 años. Adolf aparta la vista a otro lado cuando lo observo al terminar la lectura.— Estuve tres días aguantando periodistas y a mis hermanos junto a mi padre a los cuales no les respondía la llamada y todo eso fue por este estúpido artículo de segunda, ¿Eh? — asiente a lo que digo mirándome con timidez — Llama a Vogui, vamos para allá — me levanto de la silla dándole la revista a Adolf quien la toma y me sigue el paso hacia fuera de la oficina.Bajamos por el ascensor hasta el estacionamiento subterráneo en donde saco las llaves del carr
Narra Vivían.Me he vuelto loca, hace menos de dos horas firme un contrato de matrimonio con un millonario alemán al cual no le conozco nada más que el nombre, la edad y a que se dedica, encima de que me cae un poco mal, sí, vendí mi alma al diablo y a uno muy guapo pero igual, firme mi condena.Pero claro que había una razón para que yo terminara firmando y era que mi ex esposo apareció con la excusa de querer la custodia de Eliezer cuando hace más de 6 años lo estaba negando hasta que nació, fue en ese momento que no lo pensé mucho y fui a buscar al señor Fritzenwalden.— Mamá — me volteo a mirar a mi hijo, dejando de mirar la ventana de la habitación del hotel — ¿Por qué te ves tan triste? — pregunta mirándome con preocupación.¿Cómo le podría decir a mi propio hijo que me caso para no perderlo de mi lado? Es algo que no me atrevo a decirlo. Sé que lo estoy privando de que este con su padre pero Mario no se merece ser llamado padre después de todo lo que le hizo a mi bebé, en los p
Narra Kilian.— Cuanto tiempo… — el hombre frente a nosotros mira de más a Vivían que parece tensarse cuando se nos acercó, al parecer hay cosas que debo saber de mi futura esposa y una de esas, es saber quién es este hombre que apareció junto a una muchacha que podría ser su hija. Siento su mirada por un momento.— Oh… Vivían, cuanto tiempo, querida — escucho hablar a la chica que comienza a reír un poco sin dejar de mirarme a mí — ¿Quién es tu amigo? — pregunta soltándose de su pareja.— Mi prometido — responde sin pensarlo, sonrío con orgullo, a ambos se le borra la sonrisa enseguida — Se los presento… Kilian Fritzenwalden — me sentía demasiado bien al escucharla pronunciar mi nombre y no sé por qué pero me comienza a gustar.— Vaya, veo que no pierdes el tiempo — dice en español, lo que no saben es que sé más de 3 idiomas — Soy Mario Gonzales… oh verdad, no hablas español — me mira con burla, Vivían esta por decir algo pero la detengo.— He escuchado hablar de usted… no hace más q
Narra Vivían.Me siento en la cama viendo en donde me encuentro, supongo que bebí de más anoche, puedo recordar hasta el momento en el que llore delante de Fritzenwalden, de solo recordar muero de vergüenza. Comienzo a levantarme y buscar mis cosas para irme, sí, así vestida con el vestido me voy, pero me detengo al ver una bolsa en la silla, curiosa me acerco y veo que tiene ropa de mi talla, miro a los lados y no lo pienso mucho para irme a dar un baño antes de bajar a buscar a Eliezer.Ya bajando por las escaleras me pongo a buscar a mi bebé y no lo encuentro hasta que empiezo a escuchar risas provenientes de lo que creo que es la sala de juegos, me acerco con cuidado viendo que la puerta está a medio cerrar, me detengo a mirarlos y sonrío viendo como juegan un juego en la pantalla, Eliezer se voltea a verme dándose cuenta de que estoy ahí, pausa el juego y corre a mí dejando los audífonos junto al control remoto.— Mami, despertaste — me abraza emocionado, miro un poco a Fritzenwa
Narra Vivían.Me relajo tomando una copa de champaña al parecer para luego mirar bien a Kilian, respiro un poco profundo al ver que su padre se acerca a nosotros, yo debería de fingir que la fiesta no es un compromiso, pero ciertas cosas en sí parecieran que sí.— Llegaron, que bueno que por fin mi hijo me deje conocer a mi futura nuera — me sonríe el señor cuyo nombre se me acaba de olvidar.— Buenas noches, Kilian me ha hablado mucho de usted, señor Fritzenwalden — le doy la mano y parece sorprendido que la toma también para luego darme un beso de mejillas.— Es gusto saber que mi hijo habla de mí — lo mira y luego a mí, pero con una sonrisa — Me pareces una mujer muy encantadora — y se retira, miro a Kilian recuperando el aire que tenía atorado.— ¿No pasa nada si no sé alemán? — pregunto y niega pasándole un plato con dulces a Eliezer que se encuentra sentando en la mesa a un lado de nosotros, solo que estamos parados.— No tienes que preocuparte, la mayoría saben inglés, alégrate
Narra Kilian. Adolf me va hablando de las actividades de hoy y los próximos días sabiendo que al día después habrá más cosas que hacer, pero lo más importante por hacer, ya estaba listas como para estar tranquilo por unos días, sin olvidar que hay que elegir fecha próxima, también hay que elegir la iglesia y acomodar ciertos papeles para alargar la estancia de ambos en el país, pero nada que el dinero no pueda arreglar en cuestión de segundos. — Este viernes hay una cena familiar organizada por su padre, al parecer puede que hablen sobre las fechas de casamientos y luna de miel, señor — lo miro y asiento, justo lo que estaba pensando — He seleccionado 3 academias de alto rendimiento para el niño Eliezer, si quiere que haga los papeles de adopción, no sería ningún problema — lo miro un momento. — ¿Descubriste algo que yo no sepa aun? — pregunto, lo veo mirar alrededor de la oficina y se acerca a mí. — Escuche cierta conversación de la señorita Vivian con un hombre, al parecer le es
Narra Vivian. Miro por el retrovisor viendo que Eliezer se ha quedado dormido después de jugar con los hermanos de Kilian y el padre de este, puedo ver que lo han querido en el poco tiempo que hemos estado aquí y hemos sido presentados, pero me da miedo que se encariñe con ellos, para un niño, el encariñarse mucho ya es un problema. — Vivian, sé que no quieres que Eliezer se encariñe con mi familia, entiendo eso, pero, podríamos conocernos… sé que podemos intentarlo si tú quieres… — miro a la ventana pensando en lo que ha dicho — Sé que Eliezer es tu prioridad, no estoy diciendo que tengamos que salir a solas, si es lo que piensas, quiero conocerlos a ambos, no solamente a ti, sé que debo ver por ambos… no sé si me expliqué en un poco, ya que hace mucho que no hablo español — me río un poco. Kilian a veces podría ser alguien extraño, con una personalidad única y rara, algo que le veía muy bien con su físico. — Entiendo lo que tratas de decir, vamos a tu casa — asiente y conduce, m