Miro el papel de divorcio y luego a mi ex marido a mi lado quien comienza a firmar sin dudar el papel, estaba viendo pasar 10 años de relación y con ello 5 años de casado del cual salió un niño al cual no le quiso dar el apellido pero no, eso no me duele tanto como haber perdido mis mejores años de vida a lado de un hombre que creí que era el amor de mi vida pero todo eso solo fue una farsa.
Mi madre tenía razón cuando decía que uno no terminaba de conocer a tu pareja hasta en el momento en que se termina todo, incluso el amor que creí que teníamos, el amor que solo daba yo para los dos.
— Vivían… — parpadeo un poco al escuchar al abogado que me ofrece el lapicero, lo tomo y firmo soltando mi último aliento de esperanza, termino y el abogado cierra la carpeta del divorcio, nos levantamos y mire por última vez a Mario para luego salir de la sala y encontrarme a una joven chica vestida de rojo, veo salir a Mario y esa chica lo abraza besándolo.
Había sido tonta todo este tiempo, no me había dado cuenta que me habían cambiado por una chica más joven que yo, podía sentir la rabia entrar en mis venas pero no me iba a rebajar a su mismo nivel, salgo del tribunal y veo a mi madre fuera del carro con Eliezer en brazo, mi pequeño hombrecito de 3 años, mi mamá me mira y suspiro mostrándole con mucho esfuerzo mi mejor sonrisa.
— Ya encontrara a un hombre que si te valores, Mario desde un principio no era un hombre hecho y derecho — dice ella, tomo a mi hijo aliviada de que Mario me dejara la custodia por completo a pesar de que es su hijo y que nunca lo engañé con alguien más.
— Creo que las relaciones ya no son lo mío, mamá, estaré bien estando sola — entro al carro y ella hace lo mismo entrando de piloto, arranca y me lleva a su casa en donde me quedare por un tiempo antes de conseguir un trabajo que pueda mantenerme a mí y a mi pequeño.
3 años después.
Aplaudo contenta de terminar mi columna de historia de romance anónima de la semana, hace tres años que había creído que mi vida había acabado por completo pero a mis 30 años, me doy cuenta que mi vida apenas había comenzado y bien que así fue, logré entrar a una buena revista en donde me dejan trabajar a distancia y me pagan mucho solo por entrevistar a personas y ser escritora anónima en donde recibo a diaria historia de mujeres que tuvieron un buen amor o un mal amor pero claro que estoy escribiendo una historia de mi vida sin que nadie me conozca.
Nunca había creído que trabajar desde la comodidad de mi casa fuera tan bueno, logre muchas cosas y tengo tiempo de más para criar a mi hijo, no volví a saber nada de Mario y creo que eso me hizo avanzar de mucha manera aunque a veces me siento sola en cuanto a mi vida sexual hablo y a pesar de que mi madre intenta conseguirme citas a ciegas con un sinfín de hombres, ninguno me ha llamado la atención y menos para una sola noche alocada.
— Mamá, he terminado mi tarea — me volteo en mi silla giratoria y miro a mi niño de 6 años recién cumplidos, es un niño alegre que no ha necesitado de una figura paterna porque me tiene a mí y me alegro más porque no pregunta por su padre pero me preocupa que se encierre y no me diga nada ni de cómo se siente.
— A ver, veamos — tomo su cuaderno y reviso viendo que lo ha hecho muy bien — Un aplauso para Eliezer por culminar su tarea de hoy — dejo su cuaderno en mi regazo y aplaudimos juntos — Ahora vamos a salir a comer — asiente y me levanto dejando todo apagado por hoy, nos vamos al cuarto en donde nos cambiamos de ropa listos para salir pero recibo una llamada cuando llegamos al lobby del edificio en donde vivimos desde hace dos años.
— ¿Hablo con Vivían Guerrero? — pregunta una voz con acento muy marcado cuando contesto mi teléfono viendo que la llamada viene de un número extranjero.
— Si, ella habla — respondo siendo llevada por Eliezer fuera del edificio para ir al puesto de hamburguesas que hay en la cuadra.
— Le notificamos desde la revista Vogui que se le ha concedido una entrevista para el millonario Kilian Fritzenwalden en Alemania — me siento apenas llego al puesto de comida y miro a Eliezer. — Por favor, no te niegues a entrevistarlo, ninguna de nuestras chicas quiere hacerlo y por lo que veo en tu currículo eres buena en el inglés y hasta podemos pagarte el viaje y el hospedaje — sigo mirando a mi hijo y aunque la chica que me habla me está dando la oportunidad de mi vida, no podría dejar a mi bebé por al menos una semana.
— Lo siento, pero no creo poder, tengo un hijo que depende de mí y…
— Le pagamos el viaje al niño también, no hay problema con eso, pero por favor no nos rechaces, la revista te pagara muy bien, necesitamos esta exclusiva con este magnate en negocios internacionales — me quedo un poco muda pero trago saliva y miro la cartelera en donde están los precios de las hamburguesas.
— Vale, acepto… ¿Para cuándo está programado el viaje? — pregunto, tenía la suerte de que mi hijo y yo tuviéramos nuestros pasaportes aún vigente a pesar de que nunca habíamos salido del país pero si se me estaba atravesando este tipo de oportunidad, no la podía desaprovechar, menos si mi bebé tiene la oportunidad de conocer otro país y montarse en un avión.
— La otra semana, al finalizar la tarde, sus boletos serán enviados. Con ellos se le anexará la información respectiva de dónde se alojarán y la fecha en la que reunirá con el señor Fritzenwalden, gracias por aceptar esta propuesta, en verdad estábamos en aprietos, eres valiente, buenas noches — y cuelga, miro mi teléfono y me pareció extraño sus palabras pero me dedico a pedí mi cena junto a Eliezer que ya se encontraba impaciente por pedir pero que esperaba porque yo terminara mi llamada internacional.
— Bien, vamos a pedir…
Narra Kilian.Las palabras de Adolf me entran por una oreja y me salían por la otra, me siento en mi escritorio y espero a que termine su discurso de la semana porque está más que claro que fue enviado por mi padre.— En conclusión, tu padre te mandara a citas a ciegas si no te casas antes de que termine el año, no importa si no conoces a la mujer, cásate — ruedo los ojos y tomo una carpeta para ignorarlo por completo — Oh vamos, Kilian, no me hagas esto, tú sabes que el señor no te dará nada sino te casas, aprovecha que no se podrá chiquilloso con quien te cases — levanto la mirada por un momento y camino hacia mi silla.— Desde hace tiempo que me importa poco la herencia que me vaya a dejar mi padre, me case o no, encima de que no estoy interesando en las mujeres desde hace años — termino por revisar el documento y lo firmo — Así que, Adolf, no hagas que mi humor se vaya a la… tú sabes — lo veo respirar con mucho tranquilidad y asiente.— Bien, la semana entrante tienes una entrevis
Narra Vivían.Miro al hombre frente a mí, alto, bronceado, formado con anchos hombros, su rostro bien esculpido para la edad que tiene, su castaño cabello junto a unos ojos grises, lo miro confundida por lo que acaba de decir, puede que no entienda alemán, en sí, no entiendo el idioma, apenas y me sé defender con el inglés, miro a Eliezer y se va a sentar.— Un gusto, soy Vivían Guerrero, soy la entrevistadora de la revista Vogui — hablo acercando y dando mi mano presentándome, el hombre al lado de señor Fritzenwalden supongo que es el secretario con el que estuve implorándole por la entrevista, sabrá Dios como logre conseguir una entrevista con este hombre millonario conocidos por todos y yo que estoy metida en este mundo ni sabía de este hombre, supongo que tiene una identidad anónima.El señor Fritzenwalden me mira y me da la mano en modo de saludo para luego sonreírme.— Un gusto, lo que quise decirle fue si ¿Quiere casarse conmigo? — habla en inglés, su voz cambia por completo al
Narra Vivían. (…)Tomo mi pedido y salimos de la cafetería, mi bebé tomaba de su merengada cuando recibo una llamada de Yesica, contesto la llamada tomando la mano de mi hijo para comenzar a caminar por las calles de Hamburgo, ya tenemos una semana en la ciudad y comienzo acostumbrarme al clima, encima de que no me alejo mucho del hotel.— Hola, Yesica, ¿Sucede algo? — pregunto cruzando la calle para ir al pequeño parque que hay cerca.— Si sucede algo — frunzo el ceño sin entender a qué se refiere pero lo tomo tranquilo — El señor Fritzenwalden quiere verte… — hacia 3 días que se publicó la entrevista en todos lados y claro que no me puse a leerla por estar pendiente de mi columna romántica de la semana, tenía que sacar material de alguna manera y claro que saliendo del hotel, era buena idea.— ¿Hubo algún problema como para que el señor Fritzenwalden quiera verme? — pregunto con confusión, Eliezer me mira curioso cuando nombró al alemán.— Bueno, digamos que si — su respuesta no m
Narra Kilian.Adolf me mira esperando a que termine de leer el artículo de mi entrevista que había salido hace 3 días, claro que no había tenido tiempo de leer algo tan obvio, el trabajo era más importante que saber lo que dicen de mí una tonta revista que solo quiere saber de mi vida personal. Termino de leer y comienzo a reírme y no porque me pareciera gracioso lo que leía, sino que me parecía una falta de respeto a mi reputación bien cuidada por 10 años. Adolf aparta la vista a otro lado cuando lo observo al terminar la lectura.— Estuve tres días aguantando periodistas y a mis hermanos junto a mi padre a los cuales no les respondía la llamada y todo eso fue por este estúpido artículo de segunda, ¿Eh? — asiente a lo que digo mirándome con timidez — Llama a Vogui, vamos para allá — me levanto de la silla dándole la revista a Adolf quien la toma y me sigue el paso hacia fuera de la oficina.Bajamos por el ascensor hasta el estacionamiento subterráneo en donde saco las llaves del carr
Narra Vivían.Me he vuelto loca, hace menos de dos horas firme un contrato de matrimonio con un millonario alemán al cual no le conozco nada más que el nombre, la edad y a que se dedica, encima de que me cae un poco mal, sí, vendí mi alma al diablo y a uno muy guapo pero igual, firme mi condena.Pero claro que había una razón para que yo terminara firmando y era que mi ex esposo apareció con la excusa de querer la custodia de Eliezer cuando hace más de 6 años lo estaba negando hasta que nació, fue en ese momento que no lo pensé mucho y fui a buscar al señor Fritzenwalden.— Mamá — me volteo a mirar a mi hijo, dejando de mirar la ventana de la habitación del hotel — ¿Por qué te ves tan triste? — pregunta mirándome con preocupación.¿Cómo le podría decir a mi propio hijo que me caso para no perderlo de mi lado? Es algo que no me atrevo a decirlo. Sé que lo estoy privando de que este con su padre pero Mario no se merece ser llamado padre después de todo lo que le hizo a mi bebé, en los p
Narra Kilian.— Cuanto tiempo… — el hombre frente a nosotros mira de más a Vivían que parece tensarse cuando se nos acercó, al parecer hay cosas que debo saber de mi futura esposa y una de esas, es saber quién es este hombre que apareció junto a una muchacha que podría ser su hija. Siento su mirada por un momento.— Oh… Vivían, cuanto tiempo, querida — escucho hablar a la chica que comienza a reír un poco sin dejar de mirarme a mí — ¿Quién es tu amigo? — pregunta soltándose de su pareja.— Mi prometido — responde sin pensarlo, sonrío con orgullo, a ambos se le borra la sonrisa enseguida — Se los presento… Kilian Fritzenwalden — me sentía demasiado bien al escucharla pronunciar mi nombre y no sé por qué pero me comienza a gustar.— Vaya, veo que no pierdes el tiempo — dice en español, lo que no saben es que sé más de 3 idiomas — Soy Mario Gonzales… oh verdad, no hablas español — me mira con burla, Vivían esta por decir algo pero la detengo.— He escuchado hablar de usted… no hace más q
Narra Vivían.Me siento en la cama viendo en donde me encuentro, supongo que bebí de más anoche, puedo recordar hasta el momento en el que llore delante de Fritzenwalden, de solo recordar muero de vergüenza. Comienzo a levantarme y buscar mis cosas para irme, sí, así vestida con el vestido me voy, pero me detengo al ver una bolsa en la silla, curiosa me acerco y veo que tiene ropa de mi talla, miro a los lados y no lo pienso mucho para irme a dar un baño antes de bajar a buscar a Eliezer.Ya bajando por las escaleras me pongo a buscar a mi bebé y no lo encuentro hasta que empiezo a escuchar risas provenientes de lo que creo que es la sala de juegos, me acerco con cuidado viendo que la puerta está a medio cerrar, me detengo a mirarlos y sonrío viendo como juegan un juego en la pantalla, Eliezer se voltea a verme dándose cuenta de que estoy ahí, pausa el juego y corre a mí dejando los audífonos junto al control remoto.— Mami, despertaste — me abraza emocionado, miro un poco a Fritzenwa
Narra Vivían.Me relajo tomando una copa de champaña al parecer para luego mirar bien a Kilian, respiro un poco profundo al ver que su padre se acerca a nosotros, yo debería de fingir que la fiesta no es un compromiso, pero ciertas cosas en sí parecieran que sí.— Llegaron, que bueno que por fin mi hijo me deje conocer a mi futura nuera — me sonríe el señor cuyo nombre se me acaba de olvidar.— Buenas noches, Kilian me ha hablado mucho de usted, señor Fritzenwalden — le doy la mano y parece sorprendido que la toma también para luego darme un beso de mejillas.— Es gusto saber que mi hijo habla de mí — lo mira y luego a mí, pero con una sonrisa — Me pareces una mujer muy encantadora — y se retira, miro a Kilian recuperando el aire que tenía atorado.— ¿No pasa nada si no sé alemán? — pregunto y niega pasándole un plato con dulces a Eliezer que se encuentra sentando en la mesa a un lado de nosotros, solo que estamos parados.— No tienes que preocuparte, la mayoría saben inglés, alégrate