Había sido un día muy agitado de trabajo para ella, desde que había llegado a su oficina, no hizo más que permanecer de reunión en reunión, solo tuvo quince minutos que fue el tiempo que utilizó para su hora del almuerzo.
De hecho, fue tan agitado para ella que tuvo que almorzar en su escritorio, no pudo siquiera descansar para irse a la cafetería a respirar otro aire que no fuera el de su oficina.
Por fin, se ha aproximado el final de una jornada laboral agotadora, y ella se marchó a casa.
Al llegar, dejó caer su bolso en el sofá, se quitó los pesados tacones que siempre tenía que lucir para dar una buena impresión a los demás, y se recostó en el sofá, usándolo como si fuera su cama.
Suspiró para relajar la presión de su cuerpo.
Los rayos anaranjados del atardecer se filtraron entre las ventanas del apartamento que tenían sus cortinas abiertas de par en par para dejarse asomar por el lugar.
Mientras ella disfruta de su soledad y su descanso, con un nudo en la garganta y la mirada fija en el techo, ella recordó el día en que tomó una de las decisiones más importantes de toda su vida: querer ser madre.
Luchó por años contra la infertilidad, llegando al punto de que su noviazgo de cinco años a punto de ser un matrimonio se fue al carajo porque su novio no tuvo más paciencia para querer seguir intentando con ella y prefirió buscar a otra mujer que si pudiera calmar su deseo de querer ser padre.
Ella tuvo que superar varios desafíos crueles del destino, ella creyó que todo había terminado, y que no le quedaba más de otra que resignarse a tener que aceptar una cosa: estaba seca, era una mujer seca que, naturalmente, no podía concebir hijos.
Sin embargo, nada la habría preparado para lo que estaba por venir en su vida.
Aquella tarde, cuando pensó que su celular finalmente iba a dejarla descansar, esa misma tarde, el aparato volvió a sonar anunciándole una llamada del centro médico de fertilidad.
Al contestar, de inmediato supo que se trataba de una noticia impactante, y al mismo tiempo, desconcertante.
— Lo siento por tener que decirte esto, Anastasia, pero has sido inseminada con una muestra de esperma incorrecta — escuchó Anastasia decir de la voz de su doctora, quién fue ella la que le marcó personalmente para darle la noticia.
La noticia para Anastasia había sido un shock, pues ella esperaba haber sido inseminada con alguien que cumplía con las características de ser un médico de familia multimillonaria que le heredaría muy buenos genes físicos a su hijo.
Porque aquello era lo único que le interesaba a ella, que su hijo fuera a ser todo un partido, y naciera saludable, sin ninguna complicación.
Anastasia intentó aferrarse a la idea de que todo saldría bien, que todo tendría una solución, sin embargo, la voz de su doctora, mientras hablaban por teléfono, le indicaba que era todo lo contrario a lo que ella pensaba.
Anastasia se ha levantado del sofá, caminó de un lado para el otro con el celular pegado a su oreja, intentando calmarse.
— Anastasia, mi enfermera me ha indicado que el nombre de la muestra de esperma incorrecta, es la de un multimillonario, Dominic Sinclair. No entiendo como esta muestra pudo terminar metiéndose en tu cuerpo sin que yo me asegurara que era la correcta. Ahora, lo que me preocupa, es tu destino, y el destino de tu bebé que viene en camino — siguió hablando la doctora.
Dominic Sinclair, tenía fama de ser un magnate, y no era un hombre multimillonario cualquiera, él era un hombre lobo, su manada era una de las más poderosas y de las que más terror causaba en la ciudad.
El corazón de Anastasia no paraba de latir con fuerza como si de su interior fuera a querer explotar, mientras que en su cabeza no dejaba de resonar el nombre de Dominic Sinclair.
Por supuesto, y como todos en la ciudad, ella conocía las historias sobre su familia y la sombra misteriosa que le perseguía a su persona.
En la ciudad, se había transcurrido el rumor acerca de cómo este había conseguido su riqueza y de su naturaleza sobrenatural.
Todo era como un secreto a voces sin control.
Ella intentó mantener la calma, quería asimilar la magnitud de la situación.
¿Cómo una muestra de un hombre lobo de esa clase pudo haber terminado por equivocación sumergida en su cuerpo para concebir un hijo?
Ella estaba completamente confundida y preocupada por su bebé.
— Doctora, ¿Qué significa esto para mí y para mi hijo? ¿Corremos peligro? — preguntó Anastasia, intentando mantener la calma ante la situación, aunque sus pensamientos no le dejaban hacerlo.
La doctora se ha quedado callada al otro lado de la línea, por un momento, mientras pensaba en las mejores palabras para antes de responder a la pregunta de su paciente.
— La situación es delicada, Anastasia, la verdad es que no tenemos antecedentes de un caso similar como el tuyo, este es nuevo en toda mi vida profesional, lo cierto es que no sé como reaccionar, Dominic Sinclair es una figura muy poderosa, su legado y su manada… no son asuntos con los cuales cualquiera puede tratar tan fácilmente. Pero si te puedo hacer una sugerencia, y es que pongamos tu caso con un amigo mío que es especialista en genética y es especialista en el mundo de los hombres lobo para saber como ayudar en el caso en que ocurriera una situación de esta magnitud. Por ahora, te recomiendo que debes estar tranquila, alimentarte bien, no hacer mucho esfuerzo, y cuidarte mientras encontremos una solución para esto. ¿De acuerdo?
Anastasia suspiró, manteniendo la calma, acercó su mano a su vientre, queriendo acariciar algo que apenas era una semilla en su interior.
Ella no dejaba de preguntarse: ¿Cómo podía ella, una mujer con una vida tranquila, serena, pacífica y profesional, con buen estrato económico para salir en la vida, va a tener ahora que enfrentarse a la realidad de tener un hijo vinculado al linaje de Dominic Sinclair?
¿Cómo haría ella para ocultar esto a la humanidad y proteger a su hijo de lo que podría llegar a suceder si alguien más descubriera su secreto de su linaje?
Ahora, Anastasia se encontraba viviendo un torbellino de emociones incontrolables. Ella intentaba asimilar la magnitud de la situación. La idea de tener un hijo de sangre, un hijo vinculado al linaje de Dominic Sinclair, le parecía abrumadora, perturbadora, y aterradora, y al mismo tiempo, le estaba provocando que su estómago se le revolviera. Su mente se llenó de preguntas que ella, muy bien sabía, no tendrían respuesta fácilmente: ¿Podría ella proteger a su hijo de lo que podría llegar a suceder donde su secreto fuera a ser descubierto por un humano? ¿Qué van a pensar los de la manada de Dominic cuando se enteren de que por medio de una inseminación él embarazó a una humana? ¿Asesinarían a Anastasia y a su hijo? ¿Le robarían a su hijo para hacerlo a su imagen y semejanza? La cabeza de Anastasia daba muchas vueltas. Y solamente le quedaba, era esperar, y suplicar que el proceso de inseminación en su cuerpo fallara y le permitiera no quedar embarazada. Si sucedía lo contrario
Anastasia asintió, y le indicó a Dominic que podía sentarse en la silla vacía que estaba justo enfrente de ella.Ella estaba sorprendida por su educación, su cortesía, no esperaba que él fuera a ser así después de todo.Además, ella percibió que Dominic era un hombre encantador, a pesar de su condición de hombre lobo y del lazo inimaginable que él tenía con ella.Del cual, ella era la única que tenía conocimiento de él.— Por supuesto, no hay problema. Tómalo, como un intercambio de favores, parece que estábamos en busca de lo mismo para esta noche — respondió Anastasia con una sonrisa, tratando de mantener la calma después de todo lo que ha sido ese día para ella.Dominic siguió sonriente, y se acercó a la silla para acomodarse en ella.Anastasia estaba sorprendida, él no parecía para nada ser aquel hombre lobo feroz del que todo el mundo hablaba, y eso le estaba dando cierta tranquilidad en medio de la incertidumbre que la presencia de Dominic había dejado marcada en muchas de las pe
Dominic se ha quedado mirando a Anastasia con determinación, notando que ella siente un agotamiento en su mirada, más él sabía que dicho agotamiento no era por el trabajo. — Entiendo, es normal que todos tengamos días difíciles, no todo en esta vida es fácil, o se consigue con un chasquido de dedos y ahí mismo aparece — comentó Dominic, tratando de seguir con la conversación. Anastasia levantó la mirada, ella había estado todo ese tiempo mirando a su plato, y dando un pequeño sorbo a su soda italiana. — Sí, así es, son cosas que a todos nos suceden, no todos llevamos una vida muy fácil, así tengamos las mejores comodidades — respondió Anastasia. Dominic sonrió con suavidad, como si intuyera que había una especie de mensaje detrás de la respuesta de Anastasia. Pero ha decidido no querer presionarla más, porque era más que evidente que si le sucedía algo, más ella no lo quiere soltar tan fácilmente. La cena terminó, aunque ninguno de los dos parece haber querido seguir comiendo má
— ¿Qué es lo que has dicho? — preguntó Anastasia a Dominic sin querer darle un sorbo a su cóctel porque estaba demasiado nerviosa como para reaccionar, y haberlo hecho. Dominic le dio un gran sorbo a su cóctel, estuvo a punto de acabarlo de un solo trago, pero decidió guardar el último sorbo para más rato, para cuando Anastasia quisiera brindar. — Anastasia, sé que estás esperando un hijo, no me preguntes cómo, pero lo sé, mi instinto de hombre lobo me dice que estás embarazada, se siente como si yo pudiera oler a tu bebé, y de una vez te lo diré, será un niño, de eso estoy completamente seguro — insistió Dominic, mirando con tranquilidad a Anastasia. Anastasia suspiró, ella no quería, pero una voz interna le exigía que era el momento de decirle la verdad a Dominic. Ella no quería saber cómo era que él iba a reaccionar al darse cuenta de lo que ella iba a decirle, pero no tenía más alternativa, él debía de saber qué ella está esperando, un hijo de él, un hijo de su sangre que
Dominic salió del parque después de haber perdido por completo a Anastasia de su camino. Él no podía asimilar con rapidez lo que había acabado de escuchar. Se sentía abrumado por toda esa situación, sorpresa que había aparecido así tan repentinamente de su vida en ese momento. En lugar de querer saber cuál fue el camino que Anastasia usó para llegar a su casa e ir tras ella porque su olfato de hombre lobo era tan poderoso que podría haberlo hecho, él decidió que lo mejor en ese momento era dejar que ella estuviera un momento a solas, ya luego, como pudiera hacerlo, Dominic se encargaría de buscarla para conversar acerca de lo sucedido porque ese era un tema que no podía dejarse pasar. Dominic se adentró en lo más profundo del bosque para cuando siguió su camino. Su casa era una mansión ubicada en medio de un bosque frondoso, oscuro y frío. Al llegar a casa, Dominic se ha encontrado con la calidez de quienes eran integrantes de su manada. El aire fresco y helado de la noche le
Dominic no dijo nada frente a la burla de los demás hombres lobos, porque al final, él sabía que solo se trataba de eso; era una simple broma de la que nada más no tendría era que hacerle caso. Lo único que Dominic hizo fue mirar a sus compañeros con una mirada bastante sería para que ellos dejaran de decir estupideces porque él no quería que Sara fuera a sentirse peor de lo que ya se encontraba por culpa de las burlas de sus compañeros. Aunque la verdad era que a Dominic, en el fondo, sin tener que decírselo a nadie, a él le dolía mucho la situación Sara, él sabía que este no era el momento adecuado, peor en cualquier ocasión, él debía de conversar con ella y deberían aclarar todo esto para que no siga habiendo malos entendidos entre ellos, puesto que Dominic solo quería a Sara como a una gran amiga, y él no quería que ella tuviera que sufrir por un amor no correspondido de su parte para cuando, es posible que, ella pueda llegar a encontrar el amor en alguien más dentro de la manad
La conversación con Sara, finalmente, ha dejado a Dominic Sinclair, un poco más tranquilo, un poco más relajado de lo que podría haber deseado que él estaría. Parece que ahora sí, las cosas entre ambos se han arreglado como él esperaba que así hubiera sido, pues la verdad es que por una mala confusión de amores, él no hubiera querido desear tener a Sara de enemiga dentro de la manada, y más para cuando él, pronto, iba a ser el alfa. Finalmente, Dominic ha conseguido regresar a su habitación luego de haberse despedido de Sara con un delicado y pequeño abrazo. Sara se había regresado a su habitación, no sin antes, haberse quedado viendo a Dominic marcharse a su habitación sin que este se hubiera dado cuenta; ella le miró fijamente, sintiéndose atraída por él, mirando fijamente como se meneaba el trasero de aquel hombre alejándose poco a poco de su vista. Luego de haberse asegurado de que Dominic se había metido dentro de su habitación, Sara volvió a refugiarse dentro de la de ella,
A la mañana siguiente, el reloj despertador del celular de Anastasia comenzó a sonar alrededor de las cinco y cincuenta y tres de la mañana. Era demasiado temprano, pero Anastasia debía de hacer mil y una cosas para organizarse y marcharse a su oficina antes de que llegara tarde y perdiera tiempo valioso de minutos de trabajo. Ella se sentía fatal, por un instante, ella creyó estar enferma, ella había dudado de si la comida que había cenado con Dominic en el restaurante había sido la culpable de toda una noche entera de desvelo porque ella se la ha permanecido vomitando en el baño. De hecho, por aquella mañana, Anastasia no había despertado en su cama, envuelta en el delicioso calor de su cobija y durmiendo plácidamente en su cómoda cama. Ella había amanecido en ese día estando sentada en el suelo de su baño, con la cabeza recostada en el borde del sanitario porque se sentía tan mal que no tuvo más aliento de querer volver a irse a su cama para seguir durmiendo allí, y tener que