— ¿Qué es lo que has dicho? — preguntó Anastasia a Dominic sin querer darle un sorbo a su cóctel porque estaba demasiado nerviosa como para reaccionar, y haberlo hecho.
Dominic le dio un gran sorbo a su cóctel, estuvo a punto de acabarlo de un solo trago, pero decidió guardar el último sorbo para más rato, para cuando Anastasia quisiera brindar.
— Anastasia, sé que estás esperando un hijo, no me preguntes cómo, pero lo sé, mi instinto de hombre lobo me dice que estás embarazada, se siente como si yo pudiera oler a tu bebé, y de una vez te lo diré, será un niño, de eso estoy completamente seguro — insistió Dominic, mirando con tranquilidad a Anastasia.
Anastasia suspiró, ella no quería, pero una voz interna le exigía que era el momento de decirle la verdad a Dominic.
Ella no quería saber cómo era que él iba a reaccionar al darse cuenta de lo que ella iba a decirle, pero no tenía más alternativa, él debía de saber qué ella está esperando, un hijo de él, un hijo de su sangre que ella no sabía con certeza si estaría segura de que él lo iba a querer así como lo haría ella a pesar de todo.
— Dominic… Tengo que confesarte una verdad que me está consumiendo desde el momento en que me enteré de ella, créeme que esto es algo que yo no esperaba que ocurriera, es decir, sí, yo deseaba con todas mis fuerzas ser madre, pero todo ocurrió de una manera muy… alocada, y no sé cómo sobrellevar esto con tranquilidad como si nada malo sucediera.
Dominic permaneció en silencio y con la mirada fija en Anastasia, tratando de descifrar los motivos del porqué ella estaba, sintiéndose así en ese momento tan importante de toda su vida.
Anastasia se tomó un momento para calmarse, respiró profundamente, y luego, dejó salir todo ese aire retenido del interior de su cuerpo, ella estaba buscando las palabras más adecuadas para expresar todo aquello que sentía.
Antes de hablar, ella apretó su copa con todas sus fuerzas para que esta no terminara cayéndose al suelo y rompiéndose en mil pedacitos.
— Dominic, verás, el bebé que estoy esperando… — titubeó ella por unos segundos, sus labios apenas lograban conseguir la manera de abrirse para hablar — Este hijo es tuyo.
El silencio entre ambos se percibió como si este hubiera sido un muro invisible que apareció de la nada en medio de ellos. Dominic parpadeó, no sabía qué decir, qué pensar, estaba tratando de asimilar lentamente lo que acaba de escuchar. Sus ojos se abrieron de golpe, expresando sorpresa e incredulidad con ellos frente Anastasia.
— ¿Qué? ¿Un hijo mío? — susurró, finalmente, buscando la confirmación y credulidad en el rostro de Anastasia.
Ella asintió, agachó la mirada, incapaz de mantenerse firme y mirarle a los ojos de Dominic.
Pronto, el ambiente se volvió pesado, ambos no sabían cómo sentirse en ese momento que ahora se ha convertido incómodo para los dos.
— Anastasia, yo no sé qué decir… — comenzó a decir Dominic, en su voz, Anastasia pudo escuchar que él sentía una mezcla de confusión y sorpresa incontrolable — Anastasia, esto es algo inesperado, sé qué probablemente, te has embarazado de mí por medio de una inseminación, lo sé por qué en un día de locura, fui a uno de estos centros de fertilidad, doné mi esperma, y me marché sin llegar a creer que algún día, de verdad, usarían mi esperma en una mujer.
Luego de esta asombrosa revelación, el silencio se hizo aún mucho más incómodo y profundo. Anastasia estaba atónita por la confesión de Dominic, ella jamás llegó a imaginarse que él hubiera sido donador de esperma solo por un ataque de locura, sin imaginarse que su locura, daría éxito
Dominic y Anastasia se quedaron sin palabras en ese momento.
Ninguno de los dos sabía qué era lo mejor que podrían decirse por ese instante.
— Yo, en serio, no esperaba recibir una noticia de estas hoy. De verdad, jamás me imaginé que… — ella titubeaba, se sentía como si de su boca, no pudiera encontrar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos esa noche frente a Dominic Sinclair.
La confusión se hizo más evidente en el ambiente, este se tornó más tenso, pero este tema, no podía dejar pasarse, esto era una cosa que entre ambos, debían hablarlo y darle solución, y rápida.
— Sé, qué ahora te sientes abrumado, sin saber qué decirme, pero no te preocupes, este hijo lo quería yo, yo lo tendré, y me encargaré de criarlo, yo sola, de mí y de mi hijo no sabrás nunca más, puedes irte y hacer tu vida como quieras hacerlo con toda la seguridad de que nosotros estaremos bien y que no te necesitaremos en nuestras vidas — dijo Anastasia con firmeza y seguridad en su voz.
Dominic quiso detenerla, pero no consiguió hacerlo porque Anastasia fue mucho más rápida, ella dejó su copa de cóctel encima de la manta en la que ellos están sentados, y rápidamente, se puso de pie para irse corriendo lejos de allí.
Dominic pensó en seguirla, más no lo hizo, decidió quedarse allí, porque sabía que si lo hacía, ella podría alterarse más de lo que ya estaba con su noticia del embarazo.
Anastasia corrió hasta el final del parque, miró a ambos lados de la calle, y al ver que desde lejos, se avecinaba un taxi que, aparentemente, estaba vacío, ella puso la mano enfrente, y el taxista se acercó hasta su ubicación.
Anastasia subió al taxi, le dijo su dirección al hombre que conducía, y este se puso en marcha, mientras que Anastasia solo se ha quedado mirando a la ventana con la mirada perdida en la calle.
En cuestión de minutos, Anastasia llegó a su casa, y justo cuando llegó, ella recordó que había dejado su auto estacionado en el parqueadero del restaurante. Pero ya era muy tarde en la noche para regresar, así que dejó que el taxista siguiera su camino a dejarla a ella a su casa, y entonces, cuando llegó, simplemente, ella se fue a su habitación, y se tumbó en la cama para llorar el resto de la noche hasta que no pudiera hacerlo más.
Dominic salió del parque después de haber perdido por completo a Anastasia de su camino. Él no podía asimilar con rapidez lo que había acabado de escuchar. Se sentía abrumado por toda esa situación, sorpresa que había aparecido así tan repentinamente de su vida en ese momento. En lugar de querer saber cuál fue el camino que Anastasia usó para llegar a su casa e ir tras ella porque su olfato de hombre lobo era tan poderoso que podría haberlo hecho, él decidió que lo mejor en ese momento era dejar que ella estuviera un momento a solas, ya luego, como pudiera hacerlo, Dominic se encargaría de buscarla para conversar acerca de lo sucedido porque ese era un tema que no podía dejarse pasar. Dominic se adentró en lo más profundo del bosque para cuando siguió su camino. Su casa era una mansión ubicada en medio de un bosque frondoso, oscuro y frío. Al llegar a casa, Dominic se ha encontrado con la calidez de quienes eran integrantes de su manada. El aire fresco y helado de la noche le
Dominic no dijo nada frente a la burla de los demás hombres lobos, porque al final, él sabía que solo se trataba de eso; era una simple broma de la que nada más no tendría era que hacerle caso. Lo único que Dominic hizo fue mirar a sus compañeros con una mirada bastante sería para que ellos dejaran de decir estupideces porque él no quería que Sara fuera a sentirse peor de lo que ya se encontraba por culpa de las burlas de sus compañeros. Aunque la verdad era que a Dominic, en el fondo, sin tener que decírselo a nadie, a él le dolía mucho la situación Sara, él sabía que este no era el momento adecuado, peor en cualquier ocasión, él debía de conversar con ella y deberían aclarar todo esto para que no siga habiendo malos entendidos entre ellos, puesto que Dominic solo quería a Sara como a una gran amiga, y él no quería que ella tuviera que sufrir por un amor no correspondido de su parte para cuando, es posible que, ella pueda llegar a encontrar el amor en alguien más dentro de la manad
La conversación con Sara, finalmente, ha dejado a Dominic Sinclair, un poco más tranquilo, un poco más relajado de lo que podría haber deseado que él estaría. Parece que ahora sí, las cosas entre ambos se han arreglado como él esperaba que así hubiera sido, pues la verdad es que por una mala confusión de amores, él no hubiera querido desear tener a Sara de enemiga dentro de la manada, y más para cuando él, pronto, iba a ser el alfa. Finalmente, Dominic ha conseguido regresar a su habitación luego de haberse despedido de Sara con un delicado y pequeño abrazo. Sara se había regresado a su habitación, no sin antes, haberse quedado viendo a Dominic marcharse a su habitación sin que este se hubiera dado cuenta; ella le miró fijamente, sintiéndose atraída por él, mirando fijamente como se meneaba el trasero de aquel hombre alejándose poco a poco de su vista. Luego de haberse asegurado de que Dominic se había metido dentro de su habitación, Sara volvió a refugiarse dentro de la de ella,
A la mañana siguiente, el reloj despertador del celular de Anastasia comenzó a sonar alrededor de las cinco y cincuenta y tres de la mañana. Era demasiado temprano, pero Anastasia debía de hacer mil y una cosas para organizarse y marcharse a su oficina antes de que llegara tarde y perdiera tiempo valioso de minutos de trabajo. Ella se sentía fatal, por un instante, ella creyó estar enferma, ella había dudado de si la comida que había cenado con Dominic en el restaurante había sido la culpable de toda una noche entera de desvelo porque ella se la ha permanecido vomitando en el baño. De hecho, por aquella mañana, Anastasia no había despertado en su cama, envuelta en el delicioso calor de su cobija y durmiendo plácidamente en su cómoda cama. Ella había amanecido en ese día estando sentada en el suelo de su baño, con la cabeza recostada en el borde del sanitario porque se sentía tan mal que no tuvo más aliento de querer volver a irse a su cama para seguir durmiendo allí, y tener que
Para Anastasia, el tiempo parece haberse congelado mientras que ella yacía inmóvil en la cama, retorciéndose del dolor y preocupándose por la salud de su hijo, que en ese momento nada más era una pequeña semilla desarrollándose en su interior. Ella sentía como las punzadas en su estómago se hacían cada vez más fuertes. Anastasia se había aguantado, pero no había resistido las ganas que tuvo en ese instante de querer llorar, de tan solo pensar en el bienestar de su hijo. Cada segundo y cada minuto que pasaba, era para ella una eternidad, y solo ansiaba con inmensas ganas de que la ambulancia pronto llegara. Al poco tiempo de haber estado esperando, la ambulancia finalmente apareció, por suerte, Anastasia pudo hacer lo mejor que pudo para acercarse hasta la puerta y abrir a los paramédicos para que la atendieran. Fue tanto el esfuerzo que ella hizo que cuando llegó a la puerta y vio a los paramédicos, su cuerpo quiso desplomarse hacia el suelo, pero uno de los paramédicos fue vel
— ¿Sara? ¿Estás despierta? — ha preguntado Dominic a Sara, viendo que ella estaba acostada del otro lado de la cama, dándole la espalda a él. Sara seguía profundamente dormida, ella no quería levantarse de la cama, pero Dominic sí, pues él estaba sintiéndose demasiado raro con toda esta situación. ¿Habrá sido los efectos del alcohol de la noche anterior? Aunque, a decir verdad, Dominic se había sentido muy bien la noche anterior como para no recordar nada de lo que había sucedido; él sabía que había tomado más de una copa de un trago, pero aquello no había sido una excusa como para que él hubiera hecho lo que hizo con Sara inconscientemente. Por tanto, su noche de sexo ardiente, había sido producto consciente tanto de él como de Sara, ella había encontrado la manera saber cómo excitar a Dominic, y aquello era un atributo de mujeres que nadie conseguía hacer. — ¿Sara? ¡Despierta! — insistió Dominic. — ¿Mm? — murmuró Sara entre dientes. — Sara, despierta, ¿Qué carajos fue lo
Sara se ha quedado perpleja al haber escuchado las últimas palabras decisivas de Dominic salir de su boca. De hecho, hasta haber dicho esto último, había provocado que ella dejara de caminar alrededor de la habitación, así como lo ha hecho desde un principio. La mirada pícara de su cara se transformó a una mirada sería. — ¿Cómo? ¿De qué m****a estás hablando? ¿Es en serio, Dominic? ¿Vas a vetarme de la manada solo por una noche de pasión? Dominic pretendía querer mantenerse firme ante su decisión, y es que aunque él aún no era el alfa de su manada, de rodas maneras, ya estaba siendo completamente autorizado para querer tomar estas decisiones cuando fueran estrictamente necesarias de hacer. Su decisión estaba tomando un giro muy inesperado. — Sara, lo lamento, esto no debería haber sucedido, pero estamos afrontando las consecuencias de haber faltado al respeto de nuestra barrera de límite frente a nuestra relación. Hemos traicionado a nuestra palabra, y tú bien sabes que esto es al
Dominic se encontraba realmente en su sentido más estupefacto de la vida. Aquel bebé que él tiene cargado en sus brazos, aún envuelto en la placenta de su madre, este emitía un llanto desgarrador ante los oídos de hombre lobo de Dominic, sin embargo, a este no le importó porque sabía que aquel llanto de ese bebé no era solamente porque sí, simplemente, ese llanto era el anuncio de una nueva vida de un nuevo ser. Esta escena para Dominic se sentía tan real, que él llegó a pensar que no se iba a tratar de un sueño. Pronto, una voz suave y serena ha resonado en el interior de la habitación, esta se escuchó desde su espalda, y él se dio la vuelta para saber de dónde provenía aquella voz femenina y suave que él estaba escuchando, al darse la vuelta, Dominic se ha dado cuenta de que era Anastasia, la mujer que él conoció en aquel restaurante italiano no solo por casualidad de la vida sino por intención propia de él. Anastasia se encontraba acostada en una camilla de hospital, con las p