"Ella es mi amiga." Replicó con un tono de niña consentida, así que ambas nos reímos."¿Y qué es lo que está pasando?" Me preguntó refiriéndose a los niños."Lo mismo de siempre." Respondí, ella sonrió entendiendo sin necesidad de explicarle nada más."¿Que se siente ser Reina?" Me pregunto."La verdad, quitando las reuniones y el hecho de estar más cerca a Sylvester, no es nada del otro mundo." Le dije, ella blanqueó los ojos."Ni me hables de esas reuniones, Tamia. Ahora que tengo un caso, no quiero ir al salón del Rey. Odio tener que ver a ese idiota, se cree mejor que todos, ¿te imaginas el descaro que tiene al decir que yo le regalé esas cosas y que, porque ya no vivo en el Este, tiene derecho a quedárselas?" Expresó su molestia.Sabía que las palabras y el comportamiento de Kyle la habían afectado, pero no podíamos hacer nada al respecto. Sylvester podría dar una orden y ya, pero queríamos que él le devolviera las cosas sin tener que usar la fuerza. Aunque no parecía que el asunt
“Provienen de Adrik Stepanov." Dije.De inmediato, Linda abrió los ojos y preguntó sorprendida, "¿El rey de ojos plateados?" Supuse que prestó más atención en las clases de historia que yo."Sí, también lo apodaban como 'el Rey Plateado' y 'el Rey de Ojo de Plata," dije haciendo gala de mis conocimiento, por lo que se echó a reír."Eso nos lo enseñaron en el colegio, Tamia. Fue uno de los linajes forzados a la extinción por cometer traición." Comento, así que le pedí que me explicara un poco más. "Era una clase opcional, solo unos cuantos vimos ese tema." Me explicó, haciéndome sentir un poco mejor. Igual la historia no era mi fuerte, me gustaba más el combate y la estrategia. Linda y Avery eran mayores que yo, así que esas clases de historia seguramente fueron canceladas al ver que a nadie le interesaban."¿Conoces la tradición de los Volkovs?" Preguntó, a lo que asentí."Solo el heredero al trono, o al título de Lord, según sea el caso, puede tener el apellido Volkov. Los demás de
~ Leo ~La mañana llegó, era hora de ir al salón del Rey para la audiencia. Aunque sabía que debía asistir y había temas que me interesaban, no me gustaba la idea de tener que discutir el asunto de Kyle y Linda. Eso sería un completo desastre, Kyle era tan idiota que no se daba cuenta de que no había forma de que saliera ganando, la verdad era que las propiedades y el dinero le pertenecían a Linda, y no había ningún argumento que él pudiera decir que cambiará las cosas."¿Podemos ir a una tienda para poder comprar una tintura para mi cabello?" Me preguntó Amelia saliendo del baño, tenía una bata puesta y una toalla envuelta en la cabeza.También me di cuenta de que llevaba puestos sus lentes de contacto y entendí que aún le preocupaba que la gente la mirara raro."¿Es en serio, otra vez con esto?" Le pregunté con un suspiro, ella me sonrió."La primera impresión es muy importante, Leo, y no quiero que me miren raro." Dijo haciendo un puchero, por lo que suspiré."Nadie va a hacer eso,
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o