Todavía me estaba riendo de lo que pasó con el Delta cuando me entró una llamada de Maxwell y contesté rápidamente."Hola." Lo saludé."Mi manada..." Comenzó a decir, pude escuchar que estaba corriendo. "Voy hacia la Montaña con los miembros de mi manada." Quedé impactado y tuve que sentarme derecho para concentrarme."¿Por qué? ¿Qué fue lo que sucedió?" Le pregunté."Pues que otro Alfa me retó, estaba con algunos exmiembros de mi manada. ¿Te acuerdas que hace un año te conté que algunos miembros de mi manada se estaban yendo? Bueno, ahora volvieron con ese imbécil." Dijo con rencor, sí lo recordaba."Las cosas fueron empeorando, pero me quedé callado porque no quería molestar a nadie más con mis problemas, pensé que podría controlarlo. Pero, esta mañana en el reto por el puesto de Alfa, perdí y él se quedó con todo, lo peor es que sé que hizo trampa." Me explicó, haciéndome preguntar quién sería ese Alfa"¿Sabes su nombre?" Inquirí."Alexei Kuznetsov." Respondió, era obvio que venía
Mientras pensaba en el problema de Max, recordé que la siguiente reunión del consejo sería la próxima semana."Necesito que empieces a empacar algunas cosas, la próxima semana vamos a ir al Norte. Tengo una reunión del consejo, además Tamia quiere conocerte." Le informé, pero ella abrió los ojos de par en par."Sin presión, Lunita. Eres perfecta y estoy seguro que te gustará estar allá. Tamia, Avery y Linda son muy amables, sé que son mayores que tú, pero son increíbles. Estoy seguro de que te vas a llevar bien con ellas." Le dije mientras besaba su cuello. Ella gimió suavecito, y quise hacerla mía en ese momento. Unos días atrás, el miedo arruinó nuestro momento de pasión y ahora, el problema de Max arruinaría el de hoy. Anhelaba que fuera un momento inolvidable para los dos, así que quise esperar un poco para que fuera perfecto y por ahora, me conformaba tan solo con besarla.Sentí a Black tratando de tomar el control, pero lo detuve, no lo dejaría tenerla hasta que Amelia y yo est
~ Leo ~Max y yo nos quedamos en la sala mientras me contaba lo que le había pasado y me sentí mal por mi amigo, pero ambos sabíamos que no podía hacer mucho, porque fue un desafío justo y muchas personas lo presenciaron. Ahora solo le quedaba encontrar una forma de volver a salir adelante."Max," empecé a decir, después de que terminó de contarme todos sus problemas. "Entiendo tu situación, pero ambos sabemos que no puedo defenderte. Si los miembros de tu antigua manada dicen que fue una pelea justa, no puedo hacer nada al respecto."Le dije lo que ambos sabíamos, pero él intentó convencerme."No me lo estoy inventando, Leo. Ese maldito me hizo trampa, no podía transformarme, ni tenía acceso a mi lobo, fue muy extraño. Tal vez tú si habrías podido vencerlo, porque llevas un tiempo entrenando con plata, así como los guerreros del Norte. Pero, en serio Leo, Black no podría salir cerca de él. Solo quiero que lo investigues." Exigió, por lo que suspiré.Sabía que eso sería lo mínimo que p
"Entiendo que tuviste un mal día, pero no tienes por qué venir a arruinar el mío. Amelia y yo estamos juntos, así que deberías enfocarte en tus problemas." Le dije con un tono firme.."Solo estaba preguntando porque me preocupo por ti." Dijo con molestia, preferí no responderle para no pelear."Sus ojos, Leo. Parecen lunas, sus pupilas son tan pequeñas que se ve como de otro mundo. ¿De dónde es?" Preguntó.Sonreí; me gustó la descripción de Amelia como alguien de otro mundo, era como si fuera una diosa."Gad." Respondí, pero él no lo creyó."Se ve como una mujer del Norte, Leo. Te está mintiendo, aparte de los ojos que quién sabe de dónde los sacó, su cara parece del Norte. Pensé que sabias que meterte en una relación tan rápido no es una buena idea." Me aconsejó, pero no me gustaba su actitud.Suspiré mientras lo miraba, serio. En especial porque sabía que hablar sobre mis asuntos lo ayudaba a olvidar su situación."Ya sé todo lo que necesito saber sobre mi mujer, Max, estoy feliz con
Me pregunté qué había estado pensando todo el tiempo que perdí al contenerme con ella, ya que no había esperado que llegáramos a esto tan rápido.Desabroché ese sexy brasier por delante, luego me incliné para saborear sus senos y pezones duros. Ella gemía tan rico que hizo que la deseara aún más, mientras tanto, Amelia pasó sus dedos por mi cabello y lo agarró con fuerza, pude oler lo excitada que estaba. Había dejado que Black tomara parte del control de mi cuerpo, y sabía que tal vez terminaría perdiendo el control por completo.Me levanté y suspiré, luego la levanté en mis brazos para trasladarla desde el mesón hasta su habitación, al llegar allí la recosté sobre la cama. Sus ojos eran azules, por lo que me di cuenta de que su loba también estaba al mando. Me quité la camisa y desabroché mi cinturón, para bajarme los jeans y quitármelos, solo me quedaban los boxers puestos, la miré con deseo y me incliné sobre ella, quería sentir su piel contra la mía.Le quité la blusa y el brasier
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas