~ Amelia ~Ya estaba cansada de todo. Me di cuenta de que su rechazo hacía las relaciones no estaba relacionado conmigo cuando Leo me regañó por los lentes de contacto, pero no era mi culpa que alguien hubiera cometido errores en su pasado, ni tampoco haber nacido con ojos diferentes.Solo me compré esos lentes para que la gente, especialmente él, dejaran de mirarme como una mosca rara en la sopa si se me acercaban. Cuando la mayoría de las personas me hablaban, entrecerraban los ojos, como si intentaran descubrir algo. Yo tan solo anhelaba ser normal y que la gente me mirara sin sentirse extrañas. En realidad, tampoco estaba desesperada por conseguir amor, pero quería intentarlo, ya que nunca había tenido una relación, tampoco una familia, por lo que era lógico, que no iba a dejar ir así como así, a mi compañero destinado.Después de pasar casi dos meses con Leo, lo vi abrirse un poco y me di cuenta de que no era tan difícil de tratar como creía inicialmente, pero aún no estaba dispu
"No fue intencional, simplemente no estaba preparado para esto.... para que tu llegaras a mi vida. Es como si todo lo malo por lo que pasé hubiera ocurrido ayer, y todavía estoy tratando de superarlo." Confesó."Yo no puedo esperarte, porque sé que me quedaría esperando para siempre." Dije en voz baja, entonces me abrazó más fuerte."Por favor, Amelia, estoy dispuesto a intentarlo contigo. Sería un idiota si no lo hiciera. Las semanas que has estado conmigo han sido increíbles; me he reído contigo, me quitas el estrés del trabajo y hasta me he ido a dormir sonriendo, eso era algo que no me pasaba hacía mucho tiempo." Me confesó, luego se apartó un poco para mirarme a los ojos. "Fue un error rechazar nuestro vinculo, pero no me arrepiento porque pude conocerte sin que mi lobo se metiera y ahora estoy eligiendo intentarlo. De hecho, ha sido difícil controlarme contigo y he intentado ignorar lo que siento, pero hoy me di cuenta de que solo me estaba engañando a mí mismo." Lo miré a los o
~ Leo ~Mi momento con Amelia fue intenso, ella abrió su corazón y me dijo lo que quería. Darme cuenta de que estaba lista para irse de la casa y dejar las comodidades que ahora tenia, sin saber qué le esperaba, solo porque estaba dispuesta a alejarse de mí, me hizo entender que no se iba a quedar esperando a que me decidiera, me hizo enfrentar la realidad.Justo en el momento en que la besé, ya estaba comprometido con nuestra relación. En realidad, esperaba que esto funcionara y no terminara siendo un desastre como me pasó con Tamia. Antes de que se la llevaran al Norte, hice pasar a mi esposa por un infierno y no me di cuenta de lo que había hecho hasta mucho después, cuando la relación estaba rota. Así que, me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para que esta vez fuera diferente, también le recé a la diosa para que me diera sabiduría.Me sentí triste y avergonzado cuando Amelia me explicó por qué odiaba a los Kappa. Debí de haberlo sabido antes, cada vez que un Kappa estab
Todavía me estaba riendo de lo que pasó con el Delta cuando me entró una llamada de Maxwell y contesté rápidamente."Hola." Lo saludé."Mi manada..." Comenzó a decir, pude escuchar que estaba corriendo. "Voy hacia la Montaña con los miembros de mi manada." Quedé impactado y tuve que sentarme derecho para concentrarme."¿Por qué? ¿Qué fue lo que sucedió?" Le pregunté."Pues que otro Alfa me retó, estaba con algunos exmiembros de mi manada. ¿Te acuerdas que hace un año te conté que algunos miembros de mi manada se estaban yendo? Bueno, ahora volvieron con ese imbécil." Dijo con rencor, sí lo recordaba."Las cosas fueron empeorando, pero me quedé callado porque no quería molestar a nadie más con mis problemas, pensé que podría controlarlo. Pero, esta mañana en el reto por el puesto de Alfa, perdí y él se quedó con todo, lo peor es que sé que hizo trampa." Me explicó, haciéndome preguntar quién sería ese Alfa"¿Sabes su nombre?" Inquirí."Alexei Kuznetsov." Respondió, era obvio que venía
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas