HOLLY
El clima es una m****a, llevamos dos semanas con lluvias y un horrible frío, parece que el invierno y la lluvia se pusieron de acuerdo para jodernos.
Incluso los médicos internos necesitan trabajar en turnos de noche. Miré mi reloj y eran casi las 8 en punto. El viento frío seguía soplando, pero por suerte ya estaba en la puerta de mi casa.
Temblé y rápidamente saqué las llaves de mi bolsillo e intenté abrir la puerta, porque a esa hora mi hermana debía estar ocupada empacando el desayuno de mis dos sobrinos. Mi cuñado ya se habría ido a trabajar, así que podría decirle que finalmente recibí mi primer cheque de pago para pagar el alquiler de vivir con ella.
Le debo mucho a mi hermana. Desde que he estado pagando el préstamo estudiantil de $500 al mes, casi no tengo dinero para darle a mi hermana Polly, excepto para pagar la comida. Incluso descubrí que cuando me gradué este año, ella me ayudó a pagar mi préstamo estudiantil durante medio año en secreto. También tiene que pagar el seguro social y médico, Dios sabe cómo un ama de casa que tiene que criar a dos hijos es capaz de haberme ayudado tanto. El dinero que mi cuñado le da cada mes es muy poco, unos 1.000 dólares estadounidenses.
Intenté introducir la llave en el ojo de la cerradura, pero de repente se oyó un ruido de platos rompiéndose y el rugido de un hombre: era mi cuñado.
—¡Si ella no me paga, tiraré todas sus pertenencias personales a la calle!
—¡No Lionel por favor! ¡Al menos sé tolerante, solo tengo una hermana y yo la crié! ¡Es solo una niña, y ya ha sido muy responsable de su propia vida desde que murieron nuestros padres!
—Holly ya es una mujer de 23 años. No hay almuerzo gratis en el mundo. Como es tu hermana, ¡debería saber estar agradecida!
—¡Me estás poniendo las cosas difíciles! Holly acaba de empezar a trabajar y tiene que seguir pagando su préstamo estudiantil. Entonces, ¿cuánto dinero crees que te debe? ¡Lo deduces de mis gastos de manutención!
—¡Veo que has olvidado que tienes marido y dos hijos!¡No pretendas tener lástima conmigo, tus gastos de manutención provienen todos del salario que te doy! Te di dinero para mantener a mi hijo, ¿qué hiciste? ¿Ahora realmente quieres retener el dinero para criar a mi hijo y usarlo para mantener a tu hermana? ¡imposible! ¡Tiene que pagarme y mudarse antes de fin de mes!
[…]
El pecho me duele, los ojos me queman con las lágrimas que he estado reteniendo en contra de mi voluntad, si no hago algo, voy a terminar por destruir la familia que con mucho esfuerzo, Polly ha estado formando, no quiero ser una piedra en su zapato, un lastre con el que tenga que cargar por el resto de la vida, hago un conteo mental de todo lo que ha pasado.
No tengo amigos a quien pueda acudir en estos momentos, tengo que alquilar un departamento lo más pronto posible, escucho a lo lejos un estallido de algo que se rompe al instante, cierro los ojos con fuerza, odio las discusiones, odio que Lionel haga llorar a mi hermana por mi culpa.
La discusión cesó después de unos minutos y escuché que se abría la puerta. Me retiré a las escaleras de arriba y después de escuchar a mi cuñado salir del apartamento, me sequé las lágrimas, traté de parecer estable, respiré hondo y abrí la puerta de mi casa nuevamente.
Polly estaba un paso delante de mí y abrió la puerta, frunció el ceño, como si no quisiera ocultar lo que acababa de pasar, me miró angustiada, como si supiera que estaba llorando.
—Ven y ayúdame a limpiar los platos.
Cuando levantó el brazo, descubrí que había una marca roja en su brazo, y obviamente una olla de sopa caliente estaba derramada en el suelo. La olla de sopa todavía estaba boca abajo en el suelo. Estaba escaldada y era mi cuñado que lo hizo.
—Polly, no te muevas, te traeré un poco de hielo.
—No te molestes, ya lo lavé con agua fría.
—Esto no es suficiente, debes seguir aplicando compresas frías y yo limpiaré aquí.
—No, no te preocupes, Lionel no me golpeó.
Miré todo lo que estaba frente a mí, y a mi hermana que trabajó duro para criarme, ella no me dijo nada, pero no debería tener que soportar todo esto, incluso si el hombre no tuviera violencia doméstica, él debe tener tendencias violentas.
Fui muy insistente y le dije a mi hermana que descansara y luego empaqué todo. Saqué el dinero, no mucho, sólo $300, pero era más de la mitad de mi salario.
—¿Qué estás haciendo? No necesitas hacer esto Holly, entiendo tu situación financiera.
—Polly Insisto, soy una mujer trabajadora de 23 años, encontraré una manera por mi cuenta de mudarme y devolver el dinero.
—No te preocupes por lo que dijo tu cuñado. Él solo estaba enojado. Siempre hemos sido así. Las cosas no cambiarán, ¿vale?
Insistí en poner el dinero sobre la mesa, me di la vuelta y regresé a mi habitación sin más explicaciones.
Ahora tengo que encontrar un apartamento para alquilar lo antes posible para que mi hermana pueda calmarse.
Miré los anuncios de alquiler cercanos y 200 dólares simplemente no eran suficientes para alquilar una casa ideal. Dado que el hospital está cerca del centro de la ciudad, una casa aquí debe costar al menos 300 USD para compartir con otras personas. Las casas más alejadas significan barrios caóticos y peligros, y eso no se tiene en cuenta.
No tenía otra opción, no tenía a nadie más a quien recurrir, así que marqué el número de teléfono de mi jefe con desesperación y traté de pedirle dinero prestado al segundo día después de que me pagaron el salario. Esto no es lo que debe hacer un médico.
Nunca le llame a mi jefe del hospital, Mason Raymond, el jefe de cirujanos, un hombre que es cinco años mayor que yo, con veintiocho años ha logrado mucho de lo que yo deseo hacer un día, nos conocimos en la universidad cuando él estaba haciendo su maestría. Todas las pasantes de cirugía se enamoran de él, es un hombre alto, apuesto, tez clara, cabello oscuro ligeramente alborotado, y un par de ojos azules que te dejan sin aliento.
—Hola —Dije en voz seca.
Es muy vergonzoso pedirle dinero prestado al jefe, el segundo día del pago del salario.
—Hola Holly. No esperaba que me llamaras.
—Lo siento mucho, Dr. Raymond…a esa hora debe de estar descansando... yo...
—Llámame Mason, Holly, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir? —puedo escuchar su respiración profunda al otro lado de la línea.
—Vale. Mason.
—¿Qué te parece? ¿Has cambiado de opinión? ¿Has decidido ir conmigo?
—A que te refieres? ¿Hay seminario médico para asistir?
—Ay dios mío, tranquila no estamos en hora de trabajo. Te has olvidado todo. Lo de la fiesta de cumpleaños de la cúpula directiva del hospital,de Sr. Van Doren, te lo comenté hace dos semanas, quisiera que fueras conmigo.
Me muerdo el labio inferior, no es él, soy yo, no me siento demasiado cómoda en esa clase de eventos, sin contar el hecho de que no tengo ropa, lo que gano apenas y me alcanza para los gastos personales y la mitad de la renta que le doy a mi hermana, dudo que me sobre para comprar un vestido elegante como el que las mujeres llevarán esa noche.
—Mason, no puedo, se acerca el plazo de entrega de mi tesis y no me queda mucho tiempo que digamos. De verdad lo siento mucho.
—¿Hay algo que pueda hacer para que cambies de opinión?
—Me temo que no, Mason.
—Está bien, supongo que no tengo más oportunidad.
Río.
—Será en otra ocasión.
—Siempre dices eso.
—Entonces, ¿por qué llamas?
—¿Me puedes prestar dinero? y necesito alquilar un apartamento.
—Te prestaré dinero, pero tendrás que ser mi acompañante en la fiesta.
—Pero Mason, no tengo la ropa adecuada para la ocasión y temo que no sea la adecuada.
Mi voz era tan baja que apenas podía oírla. Fue tan vergonzosa, como si estuviera pidiendo algo.
HOLLY —Mi hermana tiene mucha ropa como esta, tú eres más o menos de la misma talla y altura, le pediré que te la preste. Estaba vagamente preocupado, pero en realidad no había otra razón para negarme. —Está bien. Me da un par de instrucciones y me envía la dirección del evento, así como el de su propiedad, cuando colgamos, enseguida me llega una notificación del banco, en el que me avisan que ya me ha llegado el depósito. En ese momento alguien llamó a mi puerta, era Polly. —Lionel se fue en el auto familiar. Dijo que se iba de viaje de negocios. Holly, no creo que podamos tomar el auto para visitar las tumbas de nuestros padres. Es mañana, ¿te acuerdas? Mañana es el aniversario de la muerte de mis padres, como he estado trabajando tanto últimamente casi lo olvido, pero mi horario de turnos de mañana es durante el día y hoy solo puedo descansar durante el día. —Polly, tengo trabajo mañana, vayamos a visitar las tumbas de nuestros padres esta tarde. —Entonces iré contigo. Di
HOLLY Mi jefe Mason Raymond me prestó 500USD para alquilar una casa, y mi salario restante, 200USD, incluso si se sumaran, todavía no podrían cubrir el dinero de las medicinas del anciano. --¡¿Holly? ¿Qué estás haciendo aquí? La chica en la misma facultad que yo, Sabrina Rivera apareció, ya se cambió de ropa y se acerco a mi. —Sabrina, ¿puedes prestarme algo de dinero? El anciano al que acabas de dar primeros auxilios necesita pagar los medicamentos, pero todavía me faltan. Prometo devolverte el dinero. Estan tratando de buscar la información de sus familiares. -- No hay problema. Conocí buenos samaritanos, gracias a Dios. —Gracias —dice la mujer y enseguida me da el medicamento. Mi acción se siente como un golpe en el estómago. Tengo que seguir pensando en otras formas de cubrir mis próximos gastos de manutención. Me dirijo a la siguiente recepción en el piso en el que se encuentra el anciano, dejo el medicamento y mis datos, firmo un par de documentos y me voy, con la espe
HOLLYDebido a tantas cosas que están sucediendo hoy, no puedo acudir al apartamento que esta en alquiler. El agente inmobiliario me envió un mensaje diciendo que el propietario de repente cambió de opinión y decidió vender la casa y no alquilarla, pero que podía concertar una cita para ver otras casas. Suspiré. No sólo me lastimé en la caída, sino que también estaba muy endeudada y tuve que arrastrar mi cuerpo exhausto de regreso a la casa de mi hermana Polly. Toco, Polly abre la puerta. —Holly, te ves muy triste ¿Qué pasó? ¿Estás herida? Dios mío... —Está bien, me caí, es solo hinchazón, no hay fractura. —Debería acompañarte a visitar la tumba. ——Está bien Polly. —Lionel...no volverá esta semana, pero veo que estás preocupada ¿Desde cuándo dejaste de contarme todo? No puedo molestarla por cuestión del dinero, así que no le digo que vacié mi billetera por pagar la factura para un anciano desconocido y he tenido un accidente automovilístico, ella no puede preocuparse por mí.
Laena suelta un largo suspiro. —Al parecer mi hermano no te ha contado, mi padre fundó el hospital Reverie Gold, pero contrató a la gente equivocada para administrar las acciones, por lo que no hubo un buen funcionamiento, estábamos por caer en banca rota, así que papá se vio obligado a vender las acciones a otra persona, y ese es el señor Van Doren —me explica con aire nostálgico—. Su nieto, es el mayor accionista, dueño de prácticamente todo el hospital, es un hombre frío, calculador y déspota, créeme, no querrás aparecer nunca en su radar. —Parece que describes a alguien sin corazón. —Es que no lo tiene, dudo que haya nacido con uno siquiera, escucha bien, si apareces en su camino, lo mejor que puedes hacer, es desaparecer o él acabará contigo —finaliza. Después de esto, no tengo ninguna curiosidad en conocer al nieto del señor Van Doren, suena a una mala persona, por otro lado, saber que cuando ingresé al hospital el año pasado, Mason era el hijo del dueño, me hace pensar que
El anciano merma el espacio entre los dos, atrayendo toda la atención, lo recuerdo bien, es el mismo anciano que salvé en el cementerio, parece más repuesto que la última vez que lo vi, cosa que me deja más tranquila, debido al exceso de trabajo, ya no puede preguntar sobre él, deseando que hubieran localizado a su familia, ahora veo que sí lo hicieron. Laena permanece a mi lado con la boca abierta, nadie aparta la mirada del intercambio que hacemos, pero eso no es todo, al fondo, una presencia casi siniestra se acerca, imponente, poderoso, inalcanzable, las personas incluso se apartan sin que él lo pida, como el mar a Moisés. Su nieto, quien al llegar a nosotros, siento cómo me clava su fría y verde mirada, lanzándome filosas y envenenadas dagas al pecho, me recorre de arriba abajo, pero no hay ni una sola piza de empatía, no, hay algo más, odio, repugnancia, destrucción y un aire asesino, él… huele a muerte. Aparto mi atención de él y me concentro en el anciano, quien toma mis ma
Doy un respingo y casi me atraganto con la sopa, pido una disculpa y me limpio las comisuras de mis labios con una servilleta. Al girar, el alma se me cae a los pies, Asher Van Doren me está fulminando de un modo casi sobrehumano, con la mirada, va de hito en hito hacia su abuelo para luego tensar la mandíbula con tanta fuerza, que la presión me resulta casi dolorosa. —Yo… —¡Ah, aquí está! —exclama Laena a mi lado, poniéndose de pie. Levanto la mirada y me sorprende ver a Mason, vestido elegante, aunque con la corbata mal anudada, su pecho sube y baja debido a la agitación, su cabello parece ligeramente alborotado. —Siento la tardanza —me saluda con un beso en la mejilla, algo que nunca hace cuando nos vemos en el hospital, luego se dirige hacia el anciano—. Feliz cumpleaños, señor Van Doren. —¡Pero si es el hijo de Carlo y Erandi Raymond! —la sonrisa del viejo se ensancha—. Me alegra verte a ti y a tu hermana en este día. ¿Cómo se encuentra tu padre? —En una cirugía en Londres,
HOLLYMi corazón late con fuerza mientras me aparto del balcón. —Eres demasiado imprudente Eva, ¿qué no te das cuenta de que hay cámaras por todas partes? —la suelta de golpe—. ¡Si la lastimas, no podré volver a defenderte de mi abuelo! El rostro de la pelirroja palideció. Luego comenzó a aflojar su cuerpo hasta que sus ojos se inundaron de agua. —Solo quiero estar contigo, y esta mujer me dijo que hará todo para que te cases con ella, y no conmigo —miente saliendo corriendo en medio de sollozos. —Yo no dije eso… —mi voz está rota. Asher Van Doren voltea a verme, mermando el espacio entre los dos, apenas y nuestros cuerpos se rozan, pero su presencia impone, hace que me tiemblen las piernas. —Señorita Prince, no importa lo que haga, sé cuáles son sus verdaderas intenciones, puede engañar a mi abuelo, incluso a mi padre, pero no a mí —su aliento a menta mezclado con un ligero toque de vino, pica mi nariz—. Yo veo quién eres en realidad, Holly Prince, te has interpuesto en mi cami
HOLLYHa pasado una semana en la que he estado viviendo la peor pesadilla, no solo por el hecho de que me encuentre temerosa cada que voy a trabajar al hospital, sino, porque ahora que sé que los Van Doren son dueños del Hospital Reverie Gold, temo que me despidan, el viejo Sebastián fue amable al haberme dado esa cantidad de dinero, misma que usé para pagarle el dinero que le debía a mi cuñado Lionel. Y por supuesto, lo que me prestó Mason, aunque al final no lo quiso aceptar. Cuando Polly se enteró que me iba a mudar, lloró, palideció, y trató de convencerme de que era una mala idea, pero no es así, al final, me dejó ir a regañadientes, sin embargo, dejé un cheque con quinientos dólares para los gastos de manutención y renta de la casa, lo demás, lo alcé en una cuenta bancaria para poder devolverlo al viejo, si es que lo encuentro, ya que es difícil tener acceso a esa familia, así que ahora llevó viviendo una semana en la casa que he rentado. Pagando por adelantado seis meses más.