El anciano merma el espacio entre los dos, atrayendo toda la atención, lo recuerdo bien, es el mismo anciano que salvé en el cementerio, parece más repuesto que la última vez que lo vi, cosa que me deja más tranquila, debido al exceso de trabajo, ya no puede preguntar sobre él, deseando que hubieran localizado a su familia, ahora veo que sí lo hicieron.
Laena permanece a mi lado con la boca abierta, nadie aparta la mirada del intercambio que hacemos, pero eso no es todo, al fondo, una presencia casi siniestra se acerca, imponente, poderoso, inalcanzable, las personas incluso se apartan sin que él lo pida, como el mar a Moisés.Su nieto, quien al llegar a nosotros, siento cómo me clava su fría y verde mirada, lanzándome filosas y envenenadas dagas al pecho, me recorre de arriba abajo, pero no hay ni una sola piza de empatía, no, hay algo más, odio, repugnancia, destrucción y un aire asesino, él… huele a muerte.Aparto mi atención de él y me concentro en el anciano, quien toma mis manos entre las suyas y llama la atención de todos.—¡Escuchen todos, esta señorita tan hermosa, me ha salvado la vida! —exclama con el pecho hinchado de orgullo.Las exclamaciones de sorpresa no tardan en llegar.—Me alegra volver a verte, creí que nunca más lo haría, te debo la vida —dice con ternura el anciano.—Abuelo… —habla la pelirroja.La mirada del viejo Sebastián, se ancla en ella solo para que sus ojos se oscurezcan.—Márchate, antes de que me arrepienta de no llamar a seguridad.Silencio, es todo lo que escucho, las mejillas me arden, estoy segura de que incluso se han teñido de un rojo escandaloso, o al menos eso es lo que me dice mi hermana Polly cada que me pasa algo como esto. Entonces, el nieto del anciano, se acerca.—Te presento a mi salvadora —agrega el viejo.Me pierdo por un segundo, en el salvajismo de su mirada. Ladea la cabeza como si estuviera estudiando cada uno de mis movimientos, por educación, estira la mano en mi dirección en señal de saludo.—Así que tú eres Holly Prince —su voz tiene una nota cruel con cada palabra.Estrecho su mano.—Por fin nos conocemos —ajusta su agarre en mi mano, apretando con fuerza—. Soy Asher Van Doren, y muchos me conocen como su peor pesadilla, Holly Prince.Puede que sea solo mi imaginación, pero juraría que me acaba de amenazar.Un cosquilleo recorre mi espina dorsal, por alguna extraña razón, sus palabras me sientan como golpe en el estómago. Apago a todos a mi alrededor para concentrarme solo en Asher Van Doren, quien al parecer hace lo mismo, ya que no me suelta la mano, al contrario, su agarre es sólido, fuerte, hasta cierto punto, brutal.
—Esto es el mejor regalo de cumpleaños —la voz de Sebastián me obliga a romper el contacto con él, su nieto tarda un par de segundos más en soltarme.
Cuando lo hace, recuerdo las palabras de Leona, debo desaparecer de su radar, ella permanece a mi lado, saludando con gestos llenos de vergüenza y sumisión. No veo rastro alguno de la chica imprudente que se ha propuesto ser desde que llegamos.
—¿Cómo es que te llamas, querida? Siento que sea grosero, pero a mi edad, uno olvida ciertas cosas —el viejo Sebastián me mira con devoción.
Me remuevo incómoda dentro de mi propio eje.
—Holly Prince —respondo.
—Bien, Holly Prince, me parece que te debo la vida, algo que ni con todo el dinero del mundo podría pagarte.
Intento seguir el hilo de sus palabras, pero me cuesta trabajo cuando de soslayo no dejo de darme cuenta de que Asher, no me quita los ojos de encima.
—No fue nada, señor Van Doren, al contrario, me alegra saber que se encuentra bien —esbozo una sonrisa sincera.
—Tonterías, te debo mucho.
—Siento la tardanza.
Doy un respingo mientras Leana envuelve su brazo en el mío. Enfoco a un hombre que no debe ser muy mayor, tal vez ronda los cuarenta y tantos, casi cincuenta. Alto, delgado pero se nota que debajo del traje Armani, hay músculos, rubio, tez clara y ojos igual de verdes que los del nieto de Sebastián. De hecho, se parecen bastante.
—Me alegra que hayas llegado a tiempo, hijo —habla el anciano—. Quiero presentarte a la mujer que me ha salvado la vida, sin siquiera saber quién era yo.
Así que es su padre, el hombre me observa y me regala una sonrisa de media luna.
—Un placer, señorita…
—Prince —estrecho su mano de vuelta—. Holly Prince.
—Encantado de conocerte, soy Logan Van Doren —asiente y me suelta—. Mi padre ha estado hablando mucho de ti, eres su heroína, pensé que nunca te encontraríamos.
Abro la boca para decir algo, no obstante, soy interrumpida por la voz astillada de Asher.
—Parece ser que el mundo es demasiado pequeño, padre.
—Como sea —el anciano vuelve a tomar mis manos entre las suyas—. Quiero pagarte por lo que hiciste.
Niego con la cabeza.
—No es necesario, yo…
—¡Tonterías, te daré dos millones de dólares! —bufa—. Dinero es lo que me sobra, y quiero que…
—Abuelo —lo interrumpe Asher—. Me parece que esto es algo exagerado, si me permites…
—Para nada —el anciano ajusta su agarre contra mis manos—. Querida, mis agentes me informaron todo, pagaste mi estancia y los medicamentos que son muy costosos, sin saber quién era yo, es muy raro que conozca a alguien que no me ayude por dinero, así que estoy feliz de poder devolverte el favor.
Todo parece un sueño, ¿Dos millones de dólares? Incluso aunque me hiciera falta el dinero, me parece que es demasiado exagerado.
—Logan —le llama a su hijo—. Habla con mi asistente bancario, se encargará de hacer la transacción.
—No es necesario que lo haga…
—Tonterías, es gracias a ti que puedo celebrar mi cumpleaños.
Los murmullos a nuestro alrededor no tardan en llegar a mis oídos, es normal, ni siquiera yo me creo que esté pasando esto, Logan Van Doren me pide que lo acompañe, y sin más, camino con Laena, a quien no he soltado, vamos a su despacho y me pide mis datos bancarios, luego de que se los doy, me llega jna notificación del banco.
—No puede ser —susurro al ver la cantidad que me ha llegado.
—Mi padre es un hombre generoso, pero en algo tiene razón, señorita Prince, usted le ha salvado la vida, es mejor que volvamos.
Mientras regresamos, Laena me da un ligero codazo en las costillas.
—No puedo creer que te haya pasado esto —desciende la mirada hacia mi vestido—. Esa arpía ha arruinado el hermoso vestido.
—No pasa nada, no se nota mucho.
Para cuando volvemos, no tengo mucho ánimo de sentarme en la misma mesa de banquete de Sebastián Van Doren, ya que su sobrino parece seguir discutiendo con él, pero esta vez en un tono más bajo, mientras que no veo a su lado a la pelirroja.
—Ya te dije que ella no es bienvenida aquí —carraspea el anciano.
—Pues tendrán que acostumbrarse todos —el señor Asher bebe un trago.
La expresión amarga del anciano cambia radicalmente al verme.
—Querida, toma asiento a mi lado —me indica la silla vacía a su lado—. Sabes, siempre quise una hija o una nieta, pero al parecer, la maldición de los Van Doren, es tener puros varones.
No hago ningún comentario. Pero me doy cuenta de que su nieto no le quita los ojos asesinos de encima.
—Sabes, eres una chica hermosa, buena persona, eso se nota a distancia…
Los meseros sirven una sopa que parece demasiado elegante y no puedo evitar pensar en cuánto costaría imitarla con los pocos ingredientes que tengo a disposición en el supermercado. La pruebo mientras el anciano sigue hablando.
—Eres la clase de mujer que mi nieto debería conseguir —finaliza riendo con amabilidad.
Doy un respingo y casi me atraganto con la sopa, pido una disculpa y me limpio las comisuras de mis labios con una servilleta. Al girar, el alma se me cae a los pies, Asher Van Doren me está fulminando de un modo casi sobrehumano, con la mirada, va de hito en hito hacia su abuelo para luego tensar la mandíbula con tanta fuerza, que la presión me resulta casi dolorosa. —Yo… —¡Ah, aquí está! —exclama Laena a mi lado, poniéndose de pie. Levanto la mirada y me sorprende ver a Mason, vestido elegante, aunque con la corbata mal anudada, su pecho sube y baja debido a la agitación, su cabello parece ligeramente alborotado. —Siento la tardanza —me saluda con un beso en la mejilla, algo que nunca hace cuando nos vemos en el hospital, luego se dirige hacia el anciano—. Feliz cumpleaños, señor Van Doren. —¡Pero si es el hijo de Carlo y Erandi Raymond! —la sonrisa del viejo se ensancha—. Me alegra verte a ti y a tu hermana en este día. ¿Cómo se encuentra tu padre? —En una cirugía en Londres,
HOLLYMi corazón late con fuerza mientras me aparto del balcón. —Eres demasiado imprudente Eva, ¿qué no te das cuenta de que hay cámaras por todas partes? —la suelta de golpe—. ¡Si la lastimas, no podré volver a defenderte de mi abuelo! El rostro de la pelirroja palideció. Luego comenzó a aflojar su cuerpo hasta que sus ojos se inundaron de agua. —Solo quiero estar contigo, y esta mujer me dijo que hará todo para que te cases con ella, y no conmigo —miente saliendo corriendo en medio de sollozos. —Yo no dije eso… —mi voz está rota. Asher Van Doren voltea a verme, mermando el espacio entre los dos, apenas y nuestros cuerpos se rozan, pero su presencia impone, hace que me tiemblen las piernas. —Señorita Prince, no importa lo que haga, sé cuáles son sus verdaderas intenciones, puede engañar a mi abuelo, incluso a mi padre, pero no a mí —su aliento a menta mezclado con un ligero toque de vino, pica mi nariz—. Yo veo quién eres en realidad, Holly Prince, te has interpuesto en mi cami
HOLLYHa pasado una semana en la que he estado viviendo la peor pesadilla, no solo por el hecho de que me encuentre temerosa cada que voy a trabajar al hospital, sino, porque ahora que sé que los Van Doren son dueños del Hospital Reverie Gold, temo que me despidan, el viejo Sebastián fue amable al haberme dado esa cantidad de dinero, misma que usé para pagarle el dinero que le debía a mi cuñado Lionel. Y por supuesto, lo que me prestó Mason, aunque al final no lo quiso aceptar. Cuando Polly se enteró que me iba a mudar, lloró, palideció, y trató de convencerme de que era una mala idea, pero no es así, al final, me dejó ir a regañadientes, sin embargo, dejé un cheque con quinientos dólares para los gastos de manutención y renta de la casa, lo demás, lo alcé en una cuenta bancaria para poder devolverlo al viejo, si es que lo encuentro, ya que es difícil tener acceso a esa familia, así que ahora llevó viviendo una semana en la casa que he rentado. Pagando por adelantado seis meses más.
HOLLY Cuando termino la llamada con mi hermana, la dejo siendo un manojo de nervios y un mar de llanto, ahora, estoy segura de que mi cuñado se va a desquitar con ella, Asher Van Doren me odia por las razones equivocadas y lo tiene que saber, no puedo permitir que arrastre a mi familia a su plan maquiavélico por destruirme. Soy consciente de que sigue hablando, atendiendo a cada uno de los que llegan a hacerle preguntas sobre el funcionamiento del nuevo sistema, y en qué se basarán para el despido, él dice que nos entregaran una serie de reglas que debemos acatar, con contratos firmados para asegurar que estamos cumpliendo nuestra parte. Cosa que me parece completamente absurda, dadas las circunstancias. “Él es tan guapo” Escucho que hablan de él, a mi alrededor, todas las doctoras y las enfermeras, lo miran como si fuera un Dios, solo yo lo veo por lo que es; un monstruo con poder de aplastar a cualquiera de nosotros, con solo chasquear los dedos. “Escuché que tiene prometid
HOLLYPara cuando despierto, todo sigue oscuro, los recuerdos hacen que la cabeza me duela, me toma un par de segundos para que mi visión se acople a la oscuridad, me encuentro recargada sobre uno de los costados del elevador, remojo mis labios y al levantar la vista, me encuentro con los ojos asesinos de Asher Van Doren sobre mí. Él permanece quieto, delante de mí, observándome como si fuera una especie de bicho raro que él ha encontrado.—Señor Van Doren… —mi voz es pastosa.Intento incorporarme, pero todo me da vueltas, a las afueras escucho cierto sonido, voces chocando entre sí, alegatos y el ruido de una máquina.—¿Qué es lo que sucede?—¿Además de desmayarte por incompetente? El elevador tuvo una falla, en cuanto salga, mandaré a que revisen todas las instalaciones, al parecer, los Raymond no hicieron un buen trabajo en todos estos años —sisea en tono hosco.Me he desmayado, seguro es porque no he probado alimento, últimamente he tenido mala suerte, desde que aparecí en el rada
HOLLYMe congelo con las palabras que brotan de la garganta de Asher Van Doren, y que se deslizan por sus labios como un veneno que disfruta lanzar a sus víctimas. Dejo de respirar, es como si el tiempo se hubiera detenido.—No le preste atención, señorita Prince, mi nieto solo está bromeando —interrumpe Sebastián, en medio de una risa sincera, pero al mismo tiempo, lanzándole una mirada amenazante a su nieto.Asher no les presta la mínima atención, de hecho, sus ojos siguen fijos en mí, como navajas listas para tajarme el cuello, sigo sin creer que me odie tanto, no le he hecho ningún daño. Sebastián es quien se acerca a nosotros con paso lento pero decidido.—No tenía idea de que ustedes dos…Recupero el aliento.—No —ambos decimos al unísono.Mason me mira de una manera extraña, y es él quien responde.—La señorita Prince es mi subordinada, como le dije, soy su jefe.—Es que los vi muy atentos el uno con el otro, no me lo tomen a mal, solo es curiosidad, soy un hombre que sé recono
ASHERHORAS ANTES—No puedo creer que te ensañes tanto con esa pobre chica —agrega mi padre, quien no ha dejado de estar metiéndose en mis asuntos, tanto de la empresa, como del manejo del sistema en el hospital.Le miro mal.—¿Para eso me has llamado? —Enarco una ceja con incredulidad—. Porque de ser así, entonces hubieras mandado un mensaje de texto, son más rápidos y me evitas la pérdida de tiempo.—Deja de comportarte como un crío, tienes veintiocho malditos años, eres el CEO, el dueño de casi todo el imperio Van Doren, no te ensañes con una inocente solo porque tu abuelo bromeó con hacerla una candidata para que te cases con ella —sisea en un tono más agudo.—No era broma, es tu padre y parece que conozco mejor al abuelo que tú —niego con la cabeza.Ambos nos adentramos a una batalla silenciosa, mi padre puede ser un hombre amable con las personas, pero eso solo es una fachada, porque en el fondo, está tan podrido como todos los Van Doren, él mi madre no tienen la mejor relación
HOLLYHe pasado todo lo que resta de la semana, asustada de que en cualquier momento venga Asher Van Doren y me eche, de que encuentre una sola manera de hacerlo, pero no es así, no sucede nada, y para cuando llega el fin de semana, Mason y Sebastián, quienes han sido muy insistentes, me convencieron de darme un respiro para asistir a la fiesta de cumpleaños de Logan Van Doren, quien ahora es el director general del hospital.No ha sido fácil, en especial porque luego de aquella noche en la que me encontré con mi Némesis, tuve que llamar a la policía y hacer algo que Polly nunca se atrevió a hacer, y eso fue denunciar a Lionel, lo tienen detenido hasta ahora, lo que me deja un poco tranquila, en cuanto a mi hermana, la cara de terror que hizo cuando le conté, solo me dejó en clara una cosa, ahora era mi turno de cuidar de ella, y no iba a permitir que ni él ni nadie le hicieran daño.Ahora ella u los niños viven conmigo, mientras trato que entre en razón y pida el divorcio. Ella ya no