HOLLYMe congelo con las palabras que brotan de la garganta de Asher Van Doren, y que se deslizan por sus labios como un veneno que disfruta lanzar a sus víctimas. Dejo de respirar, es como si el tiempo se hubiera detenido.—No le preste atención, señorita Prince, mi nieto solo está bromeando —interrumpe Sebastián, en medio de una risa sincera, pero al mismo tiempo, lanzándole una mirada amenazante a su nieto.Asher no les presta la mínima atención, de hecho, sus ojos siguen fijos en mí, como navajas listas para tajarme el cuello, sigo sin creer que me odie tanto, no le he hecho ningún daño. Sebastián es quien se acerca a nosotros con paso lento pero decidido.—No tenía idea de que ustedes dos…Recupero el aliento.—No —ambos decimos al unísono.Mason me mira de una manera extraña, y es él quien responde.—La señorita Prince es mi subordinada, como le dije, soy su jefe.—Es que los vi muy atentos el uno con el otro, no me lo tomen a mal, solo es curiosidad, soy un hombre que sé recono
ASHERHORAS ANTES—No puedo creer que te ensañes tanto con esa pobre chica —agrega mi padre, quien no ha dejado de estar metiéndose en mis asuntos, tanto de la empresa, como del manejo del sistema en el hospital.Le miro mal.—¿Para eso me has llamado? —Enarco una ceja con incredulidad—. Porque de ser así, entonces hubieras mandado un mensaje de texto, son más rápidos y me evitas la pérdida de tiempo.—Deja de comportarte como un crío, tienes veintiocho malditos años, eres el CEO, el dueño de casi todo el imperio Van Doren, no te ensañes con una inocente solo porque tu abuelo bromeó con hacerla una candidata para que te cases con ella —sisea en un tono más agudo.—No era broma, es tu padre y parece que conozco mejor al abuelo que tú —niego con la cabeza.Ambos nos adentramos a una batalla silenciosa, mi padre puede ser un hombre amable con las personas, pero eso solo es una fachada, porque en el fondo, está tan podrido como todos los Van Doren, él mi madre no tienen la mejor relación
HOLLYHe pasado todo lo que resta de la semana, asustada de que en cualquier momento venga Asher Van Doren y me eche, de que encuentre una sola manera de hacerlo, pero no es así, no sucede nada, y para cuando llega el fin de semana, Mason y Sebastián, quienes han sido muy insistentes, me convencieron de darme un respiro para asistir a la fiesta de cumpleaños de Logan Van Doren, quien ahora es el director general del hospital.No ha sido fácil, en especial porque luego de aquella noche en la que me encontré con mi Némesis, tuve que llamar a la policía y hacer algo que Polly nunca se atrevió a hacer, y eso fue denunciar a Lionel, lo tienen detenido hasta ahora, lo que me deja un poco tranquila, en cuanto a mi hermana, la cara de terror que hizo cuando le conté, solo me dejó en clara una cosa, ahora era mi turno de cuidar de ella, y no iba a permitir que ni él ni nadie le hicieran daño.Ahora ella u los niños viven conmigo, mientras trato que entre en razón y pida el divorcio. Ella ya no
ASHEREl golpe me toma por sorpresa solo un par de segundos, antes de que pueda hacer algo al respecto. El aturdimiento no es por el que Mason tenga sus cinco segundos de gloria al tocarme, no, es por el beso que le arrebaté a Holly Prince. Antes de que me pueda llegar un segundo golpe, soy yo quien le regresa el favor, no me detengo, uno, dos, tres, cuatro, hasta que pierde el equilibrio y cae de bruces contra el suelo, sus ojos están llenos de rabia negra, la misma que me ha estado consumiendo desde que esta mujer entró a nuestras vidas. El actual silencio me incómoda, no dura mucho, enseguida, su hermana menor, Laena, corre hacia él, con los ojos abiertos como muñeca, no tardan en llegar algunos curiosos. Mason no corta contacto visual conmigo, ni yo con él, sabiendo que detrás de mí, ella se encuentra aturdida por lo que acaba de pasar y acaba de ver. Una vez más, elijo ser el villano, una vez más, elijo no ser el puto héroe. —Afuera.La voz de Bryson llega a mis oídos, él apa
HOLLYSigo aturdida, no importa lo que haga o con quien me empecine en entablar una conversación, no puedo concentrarme mi sacar de mi sistema, lo que pasó hace solo media hora atrás. Asher Van Doren me besó, y no solo fue eso, me saboreó. Se siente incluso como si me hubiera marcado. Mason quiso defenderme, jamás lo había visto actuar de esa manera, es como si se tratara de otra persona y no de mi jefe, el hombre amable que me ayuda a cada rato. —Mason —le hablo cuando entramos al salón, ya que tira de mi mano con fuerza, arrastrándome con él. No me presta atención, seguimos caminando, pese a que no tengo en la frente un letrero que diga “Asher Van Doren me besó” se siente como si ya todo el mundo lo supiera. Tropiezo un par de veces hasta que el dolor por el alto de los tacones, hace que me enfade. —¡Mason! Mira por encima del hombro y al ver mi rostro, se congela. —Lo siento, Holly —vuelve a ser el mismo hombre de antes. Me tomo un par de segundos para recuperar el aliento.
HOLLYMe siento nerviosa, este cúmulo de sensaciones son parecidas a las que me enviaban a enfermería, en pleno examen en la Universidad, ¿quién habrá infiltrado ese video a las redes? A estas alturas, ya se hizo tan viral, que estamos en plena cadena nacional, ni siquiera me detengo a ver o escuchar los comentarios de los conductores, informáticos o presentadores del espectáculo. Los Van Doren son noticia de primera plana, porque están catalogados como una de las familias más millonarias del mundo, nunca los ha manchado el crimen o escándalos de este tipo, además de estar en el segundo puesto entre las cinco familias más poderosas dentro de la industria empresarial. —¿Estás saliendo con ese hombre, tía Holly? —me pregunta la pequeña Marlene, una copia idéntica de mi hermana Polly. Ella entra, le quita el control de la pantalla a su hija, y le pide que se marche a hacer su tarea. —No tienes porque seguir viendo eso, nada de lo que diga la gente, es real, mientras tú y él sepan lo
HOLLYLos ojos de Asher Van Doren son más duros y gélidos que el cruel invierno, su rostro permanece en blanco, es imposible respirar con tranquilidad, cuando estoy delante del hombre más cruel que he conocido en mi vida. El silencio que nos rodea es demasiado perturbador, cierra con un movimiento lento su laptop sin cortar en ningún momento, contacto visual conmigo. —Repite eso —el tono de su voz no es negociable. Trago grueso. —Si acepta darle empleo a mi hermana Polly, yo me iré, firmaré mi carta de renuncia —digo sabiendo que eso es el equivalente a vivir en un nuevo infierno. Pero estoy empecinada a no mostrarme débil, esto es lo que él quería después de todo, el silencio nuevamente vuelve a anclarse entre los dos, hasta que finalmente el triunfo destaca de entre sus facciones duras. —Está bien —responde y puedo respirar—. Le daré empleo a tu hermana, firmarás la carta de renuncia y no volverás a poner un solo pie en este hospital, ¿quedó claro, señorita Prince? Asiento l
HOLLYEn cuanto me doy cuenta de las verdaderas intenciones de Asher, intento moverme, escuchando a mis espaldas cómo la enfermera que acababa de entrar, llama a seguridad, él rodea con fuerza la muñeca de mi mano, tirando con fuerza, haciendo que mi pecho aplaste el suyo. —Esto es por lo de Mason Raymond, veamos qué hace tu novio para salvarte de esto —me susurra. Abro los ojos como platos, Mason no es mi novio, enseguida entran dos hombres de seguridad y me apartan de Asher como si no pesara, como si fuera una muñeca de trapo fácil de mover. —¡No, yo no hice nada, él es quien… ! No me hacen caso, me sacan de la habitación. —Soy médico, trabajo aquí —trato de decirles, pero el resultado es el mismo. El agarre del policía contra mi brazo, es brutal, el corazón me late con frenesí, siento que todo me da vueltas, estamos subiendo al elevador cuando Mason se acerca corriendo. —¡¿Qué sucede aquí?! Ella es médico, trabaja en el hospital —se apresura a decirles a los oficiales. —Lo