HOLLYLos ojos de Asher Van Doren son más duros y gélidos que el cruel invierno, su rostro permanece en blanco, es imposible respirar con tranquilidad, cuando estoy delante del hombre más cruel que he conocido en mi vida. El silencio que nos rodea es demasiado perturbador, cierra con un movimiento lento su laptop sin cortar en ningún momento, contacto visual conmigo. —Repite eso —el tono de su voz no es negociable. Trago grueso. —Si acepta darle empleo a mi hermana Polly, yo me iré, firmaré mi carta de renuncia —digo sabiendo que eso es el equivalente a vivir en un nuevo infierno. Pero estoy empecinada a no mostrarme débil, esto es lo que él quería después de todo, el silencio nuevamente vuelve a anclarse entre los dos, hasta que finalmente el triunfo destaca de entre sus facciones duras. —Está bien —responde y puedo respirar—. Le daré empleo a tu hermana, firmarás la carta de renuncia y no volverás a poner un solo pie en este hospital, ¿quedó claro, señorita Prince? Asiento l
HOLLYEn cuanto me doy cuenta de las verdaderas intenciones de Asher, intento moverme, escuchando a mis espaldas cómo la enfermera que acababa de entrar, llama a seguridad, él rodea con fuerza la muñeca de mi mano, tirando con fuerza, haciendo que mi pecho aplaste el suyo. —Esto es por lo de Mason Raymond, veamos qué hace tu novio para salvarte de esto —me susurra. Abro los ojos como platos, Mason no es mi novio, enseguida entran dos hombres de seguridad y me apartan de Asher como si no pesara, como si fuera una muñeca de trapo fácil de mover. —¡No, yo no hice nada, él es quien… ! No me hacen caso, me sacan de la habitación. —Soy médico, trabajo aquí —trato de decirles, pero el resultado es el mismo. El agarre del policía contra mi brazo, es brutal, el corazón me late con frenesí, siento que todo me da vueltas, estamos subiendo al elevador cuando Mason se acerca corriendo. —¡¿Qué sucede aquí?! Ella es médico, trabaja en el hospital —se apresura a decirles a los oficiales. —Lo
HOLLYCuando termino de vestirme, luego de que Asher Van Doren me hubiera visto desnuda, miro mi reflejo en el espejo, esto es irreal, no puede estar pasando, es decir, nunca nadie me había visto desnuda, mucho menos un hombre, y ahora, el que más me odia lo ha hecho, me pellizco un par de veces las mejillas, tratando de descifrar lo que realmente está ocurriendo. Reviso mi atuendo, shorts cortos, tenis blancos, crop top y una camisa blanca que dejo abierta, mi cabello está suelto, no me pongo casi nada de maquillaje, no tengo tiempo y no quiero que él piense que lo hago para verme bien solo porque ha venido a casa. —Te ves muy bonita, tía. La voz de mi pequeña sobrina hace que regrese a la realidad un segundo, aún sigo teniendo los mismos problemas. Volteo y empujo la sonrisa más sincera que tengo para ellos, mi familia. —Gracias, cariño, ahora —me pongo en cuclillas—. ¿Puedes quedarte aquí con tu hermano? Tengo que hablar con alguien. —¿Con el señor de afuera? —me pregunta llen
HOLLYMi mente se vuelve una hoja en blanco. La lengua de Asher Van Doren me penetra la boca de manera brutal, olvido que incluso mi sobrina está en la misma habitación, que tengo una orden de restricción y que acabo de firmar un documento en el que se estipula la prohibición al acercarme a cualquier miembro de esa familia. Poco a poco el hormigueo va pasando, las manos sólidas se aferran a mis caderas, siento sus dedos clavarse en mi piel como fuego. —¿Tía? La voz de mi sobrina hace que salga de mi aturdimiento, coloco las manos sobre su pecho y me aparto aun sintiendo el calor de su boca sobre mis labios. Sus ojos parecen los de un demonio salido del infierno, sus pupilas dilatadas y su ceño más enmarcado de lo normal. Ambos nos quedamos viendo por lo que me parece un largo rato, hasta que me veo obligada a cortar el contacto visual. —Estoy bien, cariño —le regalo una sonrisa falsa a mi pequeña sobrina. Mi corazón late con furia dentro de mi caja torácica, tengo tantas cosas e
ASHERMINUTOS ANTES—¿Puedo saber por qué has traído a Holly Prince aquí? —me cuestiona Bryson.Me quedo callado.—Te recuerdo que tiene una orden de restricción y que firmando los documentos que tú personalmente has pedido, ella no puede acercarse a ti, así que dime qué tramas —dice mirando al frente, en dirección de Holly Prince.—Ella me inquieta —finalmente digo.—¿Por qué?—La besé —confieso sin remordimiento—. Dos veces, puede que más, no recuerdo.—La odias.—El hecho de que la haya besado, no quiere decir que mi odio hacia esa mujer haya desaparecido, solo me intriga, quiero probar algo, eso es todo.—¿Y qué hay de Eva? ¿Acaso no la amas?—Lo hago.—Si lo hicieras no le pondrías los cuernos.—No le estoy siendo infiel.—Besaste a otra mujer, eso es ser infiel y desleal.Cierro la maldita boca, él tiene razón, Eva es la mujer que amo, la mujer que será mi esposa y la madre de mis hijos, Holly Prince no debería importarme menos, pero hubo algo en su mirada cuando le habló su cuñ
HOLLYDespués del atentado que tuve con Asher Van Doren, y de darle mil explicaciones a mi hermana Polly, luego de que mi sobrina le contara con señas cada cosa que vio, Mason me mandó un mensaje de texto que no pude rechazar, en especial porque se trataba de una oportunidad de trabajo en otro hospital. —Este lugar tiene la mejor pasta italiana que te puedas imaginar —dice cuando la mesera nos indica cuál es nuestra mesa. —¿De verdad? El lugar no es tan elegante o costoso como lo imaginaba, pero sin duda, sigue siendo elevado para mis estándares económicos, si quisiera venir a comer algo, al ver la carta del menú, tendría que pagar un salario completo al mes de lo que gano. No me siento cómoda aquí, sin duda, estoy comenzando a creer que fue mala idea haber venido, Mason lee la carta, yo también, revisando los precios colocados al lado de la breve descripción de cada platillo. —Esto es… demasiado costoso —susurro quedándome sin aliento. —¿Dijiste algo? —Mason levanta la mirada.
HOLLYMe remuevo inquieta, la superficie en la que me encuentro es realmente suave, no se compara a la cama en la que duermo, poco a poco mi mente me va lanzando imágenes de todo lo que sucedió, hasta que recuerdo una simple cosa; la cena en la que estaba con Mason, recuerdo haber ido al baño como excusa de escapar del escrutinio de quien era mi jefe, pero no solo se trataba de eso, sino, de que me sentí mal.Algo mareada, luego la imagen cruel de Asher Van Doren es lanzada con fuerza hacia mis recuerdos, es eso lo que me obliga a abrir los ojos de golpe, rezando porque todo haya sido una pesadilla y que me encuentre en mi habitación, no reconozco a mis alrededores, visualizo una habitación demasiado amplia, hasta que doy consciente de que no sé en donde estoy.Intento incorporarme pero al instante me detengo en seco, todo me da vueltas y la cabeza me duele de un modo alarmante, siento como si tuviera resaca, solo una vez en la vida he estado ebria, y no tenía nada que ver con esto.—
HOLLYAsher Van Doren y todos los que pertenezcan a esta familia, son mi perdición, desde el momento uno en el que entro al enorme estudio, sé que tengo que hacer todo lo posible por alejarme de ellos, estoy tan confundida y alterada, que incluso pienso que cambiarnos de estado, no es tan mala idea, de hecho, me resulta atractivo el tener que comenzar desde cero, en otra ciudad, lejos de ellos, lejos de Asher.El silencio que nos rodea es asfixiante, y hasta cierto punto, hostil, en especial, porque los tres hombres que están delante de mí, se miran los unos a los otros como si estuvieran en medio de una lucha interna, silenciosa y mortal, de mala gana tomo asiento, mientras Asher, mi Némesis, toma su distancia a mi derecha, con los brazos cruzados, observo la hora, falta poco para que sean las seis de la mañana.—Abuelo, no pensé que tenías un gusto extraño por las bromas a tan temprana hora del día —Asher es quien decide romper el silencio.Sebastián, quien al principio me parecía u