—Señora Abdullah… ella la acompañará al laboratorio donde le tomaran varias muestras… será solo unos minutos, y la traerán de vuelta con su esposo
Lia giró hacia Said quien dejó la tableta encima de la mesa, y se levantó ofreciéndole la mano para que ella se levantara después de la indicación del médico. Ella tomó su mano para colocarse frente a él totalmente nerviosa, pero no por el hecho de que sacarían muestras de su sangre, sino por todo el acto que se estaba ejecutando en el momento y lo que vendría posteriormente para ella…
«¿Sería adecuado decirle a Said cuando estuvieran solos que ahora no se sentía segura de esto?»
—No tengas miedo… —Él le tomó la barbilla para alzarla haciendo que los demás dejaran de existir—. Estar&e
—No puedo dejar de temblar… —Said salió de sus pensamientos cuando escuchó a Lia hablar a su lado.Estaban en medio de un trancón en pleno centro de New York, mientras quitó su mirada de las avenidas para posicionar los ojos en su mujer.—No tienes por qué estarlo… estoy contigo… no importa lo que diga tu hermana, nada va a hacer que te separes de mí.Lia arrugó el ceño mientras negó.—No tienes por qué pensar así de mi hermana. Es seguro que se enojará, pero ella es mi única familia y a quien admiro mucho.Said asintió aportando su mano.—Solo no me gusta que estés nerviosa por alguien más. Estoy preocupado por tu salud… no quiero que sientas tensión en estos momentos después de lo que viviste ayer.Lia sonrió y luego abrazó su brazo enter
Lia se detuvo en la discusión de su hermana cuando escuchó un golpe seco, como si algo se hubiese roto.Giró su cabeza de inmediato a la zona de la terraza, y su cuerpo entró en una evidente tensión cuando detalló a Said en una postura extraña.—Esto es… incomprensible Lia… no puedes enamorarte de alguien en unos días… ¡Tú te has vuelto loca! —Anne siguió la retahíla, pero ella había perdido el norte viendo como el rostro de su esposo se veía tan tenso que parecía que se le iban a salir las venas.Y se preocupó mucho.«¿Qué estaba ocurriendo?»Pudo evidenciar que varios de sus hombres llegaron a él para comprobar su estado, y su impresión pasó a una preocupación mayor.—Espera, hermana… creo que debo ir a la ter
—Señora Abdullah… —Lia levantó la mirada hacia el hombre que se posicionó delante de ella, y secó rápidamente las lágrimas que no había dejado de derramar por lo menos en los diez minutos que pasaron.Estaba devastada, con el corazón hecho una pasa y una decepción que no dejaba que su garganta se acoplara a la realidad.Era evidente que Said estaba completamente ciego. Estaba nublado por la ira y su entendimiento entenebrecido. Ahora ni siquiera sabía de dónde había sacado la idea de que ella lo engañaba con su primo Nasser. No sabía qué pensar, ni siquiera entendía por qué esos videos estaban recortados para que aparecieran escenas solo con ellos dos.Nasser se había convertido en una persona a la que estaba llegando a apreciar con el tiempo. Era todo un caballero, muy respetuoso, atento y sobre todo preocupad
Los ojos de Lia comenzaron a parpadear suavemente, mientras un intenso dolor en su cabeza, hizo que hiciera un gesto de desagrado.Tenía un sabor extraño en la boca, y su garganta le exigió agua con prontitud.—Señora Abdullah… ¿Cómo se siente? —cuando enfocó mejor, pudo ver que había un hombre de pie frente a ella, que pasaba la vista a su reloj de muñeca y luego la llevaba hacia otra dirección.Lia siguió su mirada en silencio, solo para notar a Said sentado muy cerca de ella, mirándola con evidente preocupación en sus ojos.Sin embargo, en cuando posó sus propios ojos en la oscuridad de él, su semblante volvió a ser del mismo hombre despiadado, del que contempló la última vez antes de quedar inconsciente.Ella se sentó de un solo brinco. Se encontraba en el avión privado que Said usaba par
Said se detuvo en unos pasos cuando entró a su oficina, mientras vio como Bakari se posicionó cerca sin preguntarle si lo dejaba solo o no.Sin embargo, su concentración ahora no recaía si Bakari se enteraba del asunto, ya imaginaba que podía sospechar de algo con la encomienda que pidió para él. Así que lo único que podía contemplar ahora, era a su primo cuando entró a la oficina sin tener ningún peso en sus hombros y como si no tuviera nada que temer frente a él.O cuentas que dar…—Aquí estoy… ¿Es necesario que se quede Bakari? —Said se giró hacia Bakari, pero este se negó a irse o dejarlo solo.—No puedo dejarlo solo, señor… no después de lo que pasó.El emir rio irónicamente por lo bajo, ante la situación, pero luego posicionó la mirada n
—Venía aquí con Said cuando apenas éramos unos niños… es un lugar hermoso como lo ves… pero solitario…Lia se giró hacia todas partes. La oscuridad hacía que detallara menos el lugar, pero era fabuloso incluso bajo la luz de la luna.Había un arco de piedra, árboles, muchas flores, y caminos de piedra que conducían a una fuente que por lo que veía, no tenía agua. Parecía un poco abandonado, pero incluso eso lo hacía parecer más real y hermoso.—Lia… —ella se giró ante la voz gruesa y un poco agitada de Nasser—. ¿Qué ha pasado para que Said haya llegado a este punto?Ella negó tratando de pasar un trago y respetando la distancia que ambos tenían en el momento.—No lo puedo entender aun… Said vio unos videos. Unos donde aparecemos tú y yo en diferen
Eran las tres de la mañana cuando Said encendió otro puro entre sus dedos y exhaló el aire en dirección del cuerpo de Lia, que lo tenía a su lado, completamente dormido.Ella estaba completamente desnuda mientras él detallaba su forma de manera calculada.Por más que la miraba una y otra vez, no tenía suficiente para poder meterse en su cabeza, de que a pesar de que estaba aquí con él, tenía un hijo de otro hombre dentro de su vientre.Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, que restregó sin dejarlas salir.Su vida estaba arruinada. Se había enamorado de la mujer equivocada y ahora ella lo estaba haciendo prisionero de este sentimiento.Su rabia cada día se hacía más pesada, más difícil, más dolorosa. Ver la cara de Nasser, que de alguna manera lo hacía sentir u
—Nasser… mi hermano, y mi segundo invitado especial… gracias por venir… —la voz completamente irónica de Said, llegó a los oídos de Lia solo para que se girara nuevamente hacía él, que, sin soltar su mano, alzaba una copa hacia todos.Lia estaba tan agitada, tan comprimida en este momento que por un instante se sintió demasiado débil para soportar tanta tensión, y la situación que se estaba desenvolviendo frente a sus ojos.—No… no se sienten todavía —dictaminó el Emir dejando la copa a un lado, mientras su rostro se tornó serio—. Era imposible pasar un día más sin festejar. Y ya que se unen dos eventos importantes para mí, quiero anunciar los dos al mismo tiempo.Lia observó a Roshem, que, de un momento a otro cambió su extrema felicidad por un rostro confuso.—Mi bella espo