—Esto es… una cosa de locos, debo admitirlo —Lia sonrió sentada en su cama al ver a su hermana rondando la habitación, que en un pasado había compartido con Said.
Estaba terminando de recoger alguna de sus cosas que no se llevó la vez pasada por cuestión de rapidez, cuando había tratado de huir, pero ahora que lo pensaba, tampoco era mucho lo que ella tenía aquí.
—¿Vas a llevarte las joyas y cosas así? —Anne se giró para cruzarse de brazos frente a ella, esperando una respuesta, y Lia negó rápidamente.
—No… solo mi ropa, zapatos y algunas cosas que traje cuando vine aquí… no será mucho.
Anne pareció dudarlo por un momento, y de forma sigilosa se sentó a su lado.
—¿Este hombre no te dará nada para el bebé? Bien… de todas formas no lo necesitamos.
—Me han dado una especie de permiso especial… aunque en unas semanas regresaré a los vuelos concurrentes…—No te detengas por mí… estaré bien… —cuando Anne escuchó a Lia, dejó de doblar unas cobijas delante de ella, y se sentó en los pies de la cama.—No me gusta verte triste. Creo que piensas que soy feliz porque has dejado a ese hombre, pero no es esto lo que pienso… Lia… arrastró a un hombre hasta que quedó sin piel, esto no es solo un hombre malo, es un hombre cruel… un…Lia levantó la palma mientras negó.—No necesito que me repitas todo esto cada dos días, Anne… Sé quién es Said.Anne bajó la mirada y luego vio su vientre descubierto que, en el día de hoy, estaba cumpliendo cuatro meses de embarazo. Ahora se podía notar mucho más.
Cuando su teléfono vibró con intensidad a su lado, el corazón de Said saltó como nunca, y se giró para encontrar el número que esperaba que lo llamara. Deslizó su dedo por la pantalla y caminando hacia la terraza, vio como la vista de Londres se deslumbraba ante sus ojos.Estaba en el último piso de un gran edificio, y toda la planta entera estaba a su disposición.—¿Sí?—Señor… ella ha aceptado… ahora mismo estoy esperándola en el estacionamiento de su edificio.El aire salió pesadamente de su cuerpo y luego aspiró uno, que le pareció limpio y liviano, producto de la respuesta que recibía.—Perfecto… ¿Cómo? ¿Cómo se veía ella?—Creo que nerviosa… pero feliz…—Bien… llámame cuando vengan en camino.
Eran las cuatro de la mañana cuando la risa de Lia volvió a resonar por toda la habitación, y Said no pudo evitar volver a ensanchar su boca negando hacia ella, y delineando su perfecto rostro con los dedos.—No importa que me odie… lo merezco…—No te odia —respondió Lia sentándose en la cama—. Ella es así… es un poco difícil, pero cuando ella te deja entrar, es maravillosa.Said alzó los hombros.—Es Ian el que debe preocuparse por eso… Yo solo tengo ojos para mi habibi…Lia volvió a reír y luego llevó las manos a ese preciso rostro que se veía más bello que nunca para ella.—¿Te has dado cuenta de que no hemos cenado? Somos unos irresponsables con nuestro bebé…Él apretó la mandíbula y luego llevó su mano a su vientre complet
—No llores por favor… —Anne hizo un puchero mientras se limpió las lágrimas y luego negó.—Solo imagino que tendremos kilómetros que nos separaran todos los días…—Anne… sabes que nada más debes hablar y mandaré por ti… —esta vez fue Said quien interrumpió y Anne le envió una mirada dura.—Pero no es lo mismo… —Lia se mordió el labio ante la tensión y luego negó, pero antes de que pudiera decir alguna cosa, Said volvió a intervenir.—No tienes que hablarlo conmigo si no quieres, Lia puede encargarse de darte un buen puesto en Kuwait, y yo no tendré nada que ver en ello.Los ojos de Anne se abrieron y luego miró a Lia como si quisiera gritar de la frustración.—Amor… creo que, es mejor que me despida de mi hermana, a solas.Said so
—Señor… su entrevista es a las cinco, a la una tiene una comida con el ministro de exteriores, y… al finalizar la tarde, exactamente a las seis, debe reunirse con unos miembros del consulado de EE.UU.…Said asintió terminando de firmar unos papeles que Nasser le había pasado anteriormente, y luego soltó el aire ante la pesadez que sentía su cuerpo.Pudo notar la sonrisa de su primo mientras negaba, entonces su ceño se profundizó, queriendo saber por qué sonreía en medio de tanto trabajo.Él hizo un ademán a su secretario general, que Lia entrevistó con mucho esmero para el puesto, y luego de que la puerta se cerrara, echó su cuerpo hacia atrás, apretando su cuello y observando detenidamente a su primo.—¿Qué te hace gracia? —Nasser amplió más su sonrisa ante su pregunta seria.&md
Kuwait es una monarquía constitucional con un sistema de gobierno parlamentario, y su capital económica y política es la ciudad de Kuwait. El país es considerado uno de los más liberales de la región.Este gobierno, cuenta con la quinta mayor reserva mundial de petróleo, un recurso natural que en la actualidad supone el 87% de sus exportaciones y el 75% de los ingresos de su gobierno, gracias a lo cual sus ciudadanos gozan de la octava mayor renta per cápita a nivel mundial. El Banco Mundial clasifica a Kuwait como un Estado de altos ingresos y los Estados Unidos lo han designado aliado importante extra-OTAN.2Su diminutivo es al-kūt: "la fortaleza"Como es una monarquía constitucional está regida por la dinastía Al-amad desde el siglo XVIII. El emir o jeque es el jefe de Estado quien representa al poder ejecutivo. El emir actual, Said Abdullah Al-amad ascendió al trono
—¿Nos dejarán usar bañadores allá? —preguntó Lia mientras hacia su maleta y llevaba sus ojos a su amiga Mila.—Solo se puede en los hoteles o resorts. La mayoría de las veces los ciudadanos de dicho país no estarían en estos lugares. Así que en playas públicas sería un gran No.Lia torció su boca viendo su bikini de dos piezas que encontró en promoción por ser una vieja colección, y pensó que podía llevar unos dos vestidos de playa que ella nunca consideró necesario utilizar, y que jamás en su vida había usado.—Lo mejor siempre es el respeto —dijo abriendo su gaveta y tomando los vestidos que aún tenían etiqueta.Mila se había quedado en su casa el día de ayer por la noche. Ya hace una semana que le había dado la gran noticia, y aun y cuando es
Aunque el sueño se estaba apoderando de Lia, no pudo evitar abrir la boca ante la impresión cuando sus pies se bajaron del auto que las recogió en el aeropuerto enviado por el hotel. Ambas tenían una especie de bufanda que improvisaron con ayuda de las azafatas, para elaborar una especie de Hiyab en sus cabezas, nadie que pisara el suelo de Arabia Saudita podía entrar sin este atuendo.Este país en exclusivo era uno de los más rígidos de los países árabes, allí mismo donde se encontraba la meca, y para los creyentes consideraban un lugar sagrado.Debían ser al menos las siete de la mañana en Inglaterra, y por lo que investigó Lia, ahora mismo en Riad eran las nueve de la mañana. Dos horas de diferencia.El hotel que estaba en su frente era una exageración de lujo. Ahora mismo no entendía cómo pudieron pagarle a Mila su estadía aqu&