Capítulo 39

Los ojos de Lia comenzaron a parpadear suavemente, mientras un intenso dolor en su cabeza, hizo que hiciera un gesto de desagrado.

Tenía un sabor extraño en la boca, y su garganta le exigió agua con prontitud.

—Señora Abdullah… ¿Cómo se siente? —cuando enfocó mejor, pudo ver que había un hombre de pie frente a ella, que pasaba la vista a su reloj de muñeca y luego la llevaba hacia otra dirección.

Lia siguió su mirada en silencio, solo para notar a Said sentado muy cerca de ella, mirándola con evidente preocupación en sus ojos.

Sin embargo, en cuando posó sus propios ojos en la oscuridad de él, su semblante volvió a ser del mismo hombre despiadado, del que contempló la última vez antes de quedar inconsciente.

Ella se sentó de un solo brinco. Se encontraba en el avión privado que Said usaba par

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