Lia caminó de un lado para el otro por toda la habitación mientras sus dientes mordían su labio inferior intentando apaciguar sus nervios.
Pasó la mano por su vientre y luego aspiró el aire tratando de agudizar sus sentidos. Ya eran más de las once de la noche, y Nasser posiblemente había enviado algo de lo que prometió con alguna persona.
Esperaba que Said no viniera, ni ahora ni nunca, hasta que ella abandonara este palacio, en definitiva.
Desesperada ante la incertidumbre, le hizo caso a los latidos de su corazón, y totalmente descalza, comenzó a caminar rumbo a la puerta de la habitación, para así salir, y esperar por un rato afuera de la misma.
Pero justo cuando ella estaba intentando llegar a la puerta, estas se abrieron haciendo que se detuviera en seco y su cuerpo comenzara a temblar entero.
Said estaba de pie frente a ella, pero esta vez no se veía n
Fragmentando…Esa era la palabra que podía describir su estado ante la información que recibió.Su mano dejó la garganta del hombre, mientras esté aterrizó en el suelo como un saco de arena. Su agitación lo hizo casi parecer ahogado, con tanta falta de aire, que intentó con desespero quitarse los botones que apretaron su garganta.—¿Cómo? —su pregunta fue demasiado baja, y Bakari solo dio unas indicaciones a sus hombres para después sacar al Emir del galpón.—Apenas estoy recibiendo la información… señor…Y en medio del camino, el Emir se giró y apretó la chaqueta de Bakari, cerrando el puño en su pecho y halándolo hacia él.—¿Cómo salió? ¿Quién pudo ayudarla?Él pudo ver cómo Bakari intentó deci
Habían pasado dos días infernales…Dos, que le parecieron una eternidad por la espera y la incertidumbre, donde Said ni siquiera había probado un bocado decente.Se estaba haciendo una búsqueda exhaustiva para localizar a Lia. Los datos habían arrojado que ella había viajado a Londres, pero aun y con todo su poder, su dinero, y todo lo que representaba ser el jefe de una nación, a estas horas del día, que eran las 4 de la tarde, no había dado con algún rastro de ella.—Su amiga Milla Jones dijo que sí había llegado a Inglaterra y se encontró con su hermana Anne James… pero no sabe de ellas desde ayer por la mañana… ella alega que viajaron sin informar nada…Said pasó la palma por su frente quitando el sudor, asintiendo hacia Bakari, y a la vez observando que un equipo de militares estaba esperando para que sal
—Sí… efectivamente tiene nueve semanas, entrando a la décima… —el médico informó pasando el aparato por el vientre de Lia, mientras Anne negaba con los ojos llenos de lágrimas.—¿Todo está bien? —Lia preguntó mirando a la pantalla un poco nerviosa entre tanto el hombre sonrió y afirmó con la cabeza.—Está perfecto, incluso está completamente formado en su estructura… no quiero adelantarme, pero puedo asegurarle en un 80 % que es un varón…Lia pasó un trago duro ante la noticia mientras escuchaba los latidos que hacían eco por toda la habitación cuando el médico les enseñó su ritmo cardiaco.Ella podía latir a ese mismo ritmo rápido y lleno de vida, su estómago estaba encogido, mientras sus entrañas solo vibraban ante el nuevo
Otro golpe incisivo hizo estruendo en los oídos de Lia, y ella solo pudo notar que la situación se había salido de control cuando muchos vidrios diminutos, cayeron por su cuerpo, y parte de su brazo.—¡He dicho que salgan! —el grito la aturdió mientras los gritos de Anne solo hicieron que girara, al mismo tiempo que su cuerpo fue sacado abruptamente del auto.Todo estaba sucediendo extremadamente rápido, y ella estaba siendo demasiado lenta para reaccionar.—¡No! ¡Lia! —Anne gritó con desesperación, mientras un hombre la sujetó del cuello con su enorme brazo y se movió como si tuviera prisa.—¡Esperen! —ella forzó su voz ante el alboroto—. ¡Anne! ¡Tranquilízate!Lia pudo ver como Anne manoteó, dio patadas largas haciendo que el hombre que la estaba sosteniendo, solo perdiera
—¡¡¡HABLA YA!!! —El grito de Said retumbó por todo el salón, mientras las lágrimas de Roshem bajaban incansablemente por sus mejillas.Los dedos del Emir solo presionaban con fuerza su boca, mientras ella solo negaba todo el tiempo intentando decir cualquier cosa que la pudiera salvar de esta situación.—Yo… no lo sé… lo juro… el… el último día que vi a mi padre, fue en esa clínica con mi hermano… lo juro.—No creo en ti… —el jeque empujó su cara para que de inmediato ella cayera en el sofá que estaba a su espalda y comenzara a temblar como una hoja—. Escúchame… haré algo contigo, Roshem… te lo juro…—Said… —ella intentó realizar el último intento, pero los pies del Emir se detuvieron a la mitad del salón
—Hermano… —Nasser parpadeó varias veces, intentando moverse un poco en la cama, mientras en su visión borrosa, podía ver a Said delante de él.Su rostro demacrado altamente cansado y sin color, lo alertó sobremanera, haciendo que su respiración se agitara.—No te muevas… —lo escuchó decir con tono de preocupación, y él negó tratando de tomar su mano cerca, mientras mojó sus labios un poco secos.—¿Qué pasó? —Said bajó la mirada negando.—Te estás recuperando… gracias a Alá… él te guardó.Nasser repasó la mirada por toda la habitación, solo viendo como tres hombres de la guardia extrema del Emir, miraban en dirección contraria a ellos.—¿Dónde está Bakari? ¿Qué ha pasado? ¿Mi
Lia pasó un trago pesado cuando observó que el último hombre salía de la carpa, cuando quizás, los llamaron a una reunión.Solo habían pasado minutos, quizás una hora, ella no estaba consciente de la dimensión del tiempo porque, le parecía que años habían pasado desde que la mantuvieron en esta silla atada de pies y manos.Su cabeza se giró hacia todas partes, y detalló en precisión en donde ese hombre había tomado la cantimplora para darle de beber.Hizo un intento cuando se puso de pie concentrándose en mantener el equilibrio y su boca se abrió en silencio cuando su carne escoció por el movimiento.Le ardía como el infierno, y agonizaba por cada roce. Después de que tomó un fuerte suspiro, dio los brincos con los pies unidos tratando de no caerse, hasta que llegó a
—Ella necesita un poco de sangre… aunque la bala no tocó ningún órgano, su condición es frágil… pero tranquilo señor, tenemos un banco de sangre que…—No… —Said irrumpió la conversación del médico—. Ella es o+, ¿no es así?El doctor asintió no entendiendo nada, pero aun así, prestó atención al mandatario.—Quiero que ella tome mi sangre… no quiero que la obtenga de alguien más… quiero que usen la mía…—Ammm, claro… solo que… usted puede…—No importa nada… y hagámoslo rápido…El médico asintió llamando al personal indicado, y luego de que le dio las instrucciones, atendieron la petición del Emir al pie de la letra.Unos minutos más tarde, él sali&