Capítulo 1

Actualidad

—El baile es sencillo, Dalia. Solo debes acoplar los movimientos de la primera coreografía que creamos y en la marcha le cambiaremos un par de cosas, si no la recuerdas, me dices para mostrarte antes de empezar —las palabras de Analís fueron lentas mientras se sostenía del tubo de metal en tanto me observaba atenta mientras soltaba cada cosa. 

Ella había sido la única compañera de baile que había tenido al llegar a este lugar, y se había convertido en una amiga para mí aun cuando solo hablábamos dentro de la instalación. 

El Middle Night. 

Hacía tanto tiempo que no pisaba aquel establecimiento que había olvidado cómo se sentía estar sobre el escenario, con aquel tubo de metal en el centro como única decoración y punto de enfoque. 

Había estado ahí solo un par de veces después del nacimiento de mi hijo y todo porque eran tiempos en los que necesitaba algo de dinero extra para poder cumplir con todas mis responsabilidades. 

Y como mi pequeño aún no podía quedarse con niñeras, decidí sacrificarme un par de años hasta que él pudiera adaptarse a estar con alguien desconocido. 

Y es que sí, habían centros donde cuidaban a pequeños recién nacidos, pero, no tenía el dinero suficiente para eso y menos cuando aún tenía gastos del hospital que debía cubrir. 

—No ha pasado tanto tiempo, Analís, aun recuerdo esto. 

Ella me dio una leve sonrisa antes de separarse del tubo y caminar hacia la parte en donde se encontraban los parlantes que utilizaba para practicar. 

Agradecía que ella me hubiera propuesto hacer mi número con ella, pues mi regreso sería menos llamativo de lo que sería si hubiese bailado sola. 

Y ser llamativa era lo que menos quería, aunque considerando que bailaría semidesnuda para un montón de hombres que me lanzarían su dinero, esa pequeña frase era algo irónica. 

La música llenó el lugar en cuanto Analís le dio a iniciar y pronto los recuerdos llegaron a mi mente. 

El lugar de pronto se colocó repleto, se escuchaban los vitoreos de los caballeros que acudían esa noche, podía sentir las miradas y las risas estruendosas entraban por mis oídos como si realmente estuvieran ahí. 

Con pasos lentos, largos y sensuales me fui acercando al tubo hasta estar frente a él, y cuando lo estuve, mi mano se elevó para sentir su frialdad y luego, sin una pizca de duda, sin pensarlo un segundo, realicé el primer movimiento para elevarme hasta la cima y dejarle espacio a Analís debajo. 

Ambas seguimos el ritmo de la música elaborando de una forma limpia los pasos que aún estaban en mi mente y los cuales habíamos hecho infinidades de veces en aquel mismo lugar. 

Los movimientos fueron fluidos, sin ningún error y en una sincronía que sorprendería a cualquiera, pues, hacía tanto tiempo que no bailábamos juntas, pero aún así nuestra conexión permanecía intacta. 

Esa por la que tantas chicas dentro del lugar nos miraban por encima del hombro. 

Pero yo nunca había venido aquí a agradarle a nadie, ni siquiera había sido mi intención conquistar a tantos hombres con mi presencia que los perfumes y dólares se regaban por todo el escenario permitiendo que regresara a casa con tantos billetes que no podía contar. 

Pero, después de todo, eran para mi madre, para el tratamiento tan costoso que debíamos costear y solo para mantenerla viva durante un par de años más. 

Pero antes de que eso sucediera había tenido que dejar que la deuda en el hospital creciera cada día más al ser menor de edad y no poder conseguir un trabajo medianamente decente. 

Al final ella murió sin darme la oportunidad de poder hacer algo más. 

Alejando esos pensamientos me enfoqué en el paso final de la coreografía en el que terminaba colgada de las manos de Analís mientras girábamos lentamente en el tubo. 

Y por un segundo creí que mis manos se resbalarían de las suyas, pero ella me sostuvo fuerte y pude realizar la figura mientras una corta sonrisa escapaba de mis labios. 

—Como si nunca te hubieses ido —susurró cuando la música acabó. 

—Realmente eres mi alma gemela —ella soltó una leve risita y lentamente me dejé caer hasta que mis pies tocaron el piso del escenario. 

—Hoy el local ha sido reservado para una reunión, solo unas cuantas chicas fuimos elegidas para esta noche, le dije a Liam que te presentarías conmigo y no tuvo problema alguno, así que, cariño, tu primer día será realmente tranquilo. 

Mi sonrisa se ensanchó al saber que esta noche el local no estaría lleno de personas y una vez ella bajó por completo del tubo me aproximé para envolverla en mis brazos agradeciéndole de forma silenciosa el haberme incluido en este día.

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