—No me parece, no me gusta, no me agrada Phil —Ciana mira a su esposo con el ceño fruncido.—Vamos amor, solo son negocios y nada más.—Ella no pudo buscar en otro lado, tiene que ser justamente contigo.—Mi empresa es la más grande.Ciana se da la vuelta para mirar hacia otro lado, no le agradaba que su esposo hiciera tratos con su ex esposa, además Mónica era muy traidora.—Tiene que estar planeando algo.—Estudiare todo con calma y detenimiento, investigare lo mejor posible. Ademas George es quien se encargara personalmente de tratar con ella.—¿George? —se gira bruscamente.—No te preocupes —se acerca a ella para abrazarla con dulzura —. Te prometo que todo saldrá bien.—No me fio de ella, sabes todas las mentiras que dijo hace años.—Ya lo sé…A ella no le quedaba más remedio que aceptar, confiaba en su esposo, pero no en esa mujer y sus artimañas.—No quiero que te veas con ella a solas, no confió en ella.—Te lo prometo —sonríe de medio lado.Sin embargo no se quedaba tranquila,
Anteriormente llegar a su puesto de trabajo era un poco satisfactorio, al menos tenía como sustentarse ella sola. Pero esa mañana fue bastante diferente a las anteriores.Al mirar aquel papel color rosa sobre su escritorio supo que era su fin, Ciana parpadea reiteradas veces mientras que sostiene el documento en sus manos. Es que ni siquiera quería desdoblar aquel papel.La joven muerde levemente sus labios al mismo tiempo que siente querer romper a llorar, sin embargo necesitaba mantener la compostura. Levanta la mirada viéndose completamente sola en aquel espacio.Luego mira hacia la puerta donde seguramente se encontraba su jefe, Ciana baja la mirada hacia el documento y con un poco de valentía desdobla el papel para leer lo que ya sabía que contenía dicho documento.Su jefe la estaba despidiendo.—Genial, me he quedado sin empleo —suspira con pesadez.Tanto que le costó encontrar trabajo para venirlo a perder por un accidente. Ciana frota su rostro con impaciencia.—Si hubiese sab
—Ciana, llegas tarde de nuevo. ¿Qué crees que pasará cuando se den cuenta que siempre llegas tarde?—Lo sé, lo sé, lo siento mucho. Voy a intentar llegar temprano.—No puedo cubrir tu turno todo el tiempo, sabes lo que me pasaría.—Te prometo que a partir de mañana llegare temprano a este escritorio.Su compañera la mira fijamente no creyendo mucho en su palabra, pero que otra opción tenia.—De acuerdo, pero que sea la última. Y ponte a trabajar, tienes una pila de documentos en tu escritorio.—Sí, ya organizo todo esto.Ciana comienza a organizar su escritorio lo más rápido posible, no quería que la pillaran con las manos en la masa. No estaba en condiciones para que la despidieran. La joven rubia levanta la mirada para ver a través del cristal de la puerta.Intentaba acelerar el trabajo antes de que…—Joder, allí viene…—dice quitando todo de su escritorio.—Date prisa.Ciana guarda todos los documentos justo cuando su jefa hace acto de presencia en la recepción privada que conecta c
Parpadea reiteradas veces al mirar a aquel sujeto que estaba delante de ella ignorando por completo su presencia, era como si no existiera. Los viejos recuerdos de Ciana llegaron a su presente tan rápido como una avalancha.No podía creer que era él, era ese hombre con el que tuvo sexo por una noche, el mismo que ella dejo solo en aquel apartamento esa madrugada que pensó que jamás volvería a ver. Traga saliva al pensar que él estaba justo delante de ella.Esas facciones, ese porte y esa tranquilidad para hablar eran las del mismo Phil que le pregunto esa noche si estaba segura de lo que iban a hacer. El mismo Phil al que ella le encontró su virginidad.Ciana muerde sus labios sintiendo que sus piernas se volvieron de gelatina mientras no le quitaba los ojos de encima a Phil.—No consentiré este tipo de berrinche tuyo. Debo irme.En ese momento fue que Ciana reacciona y baja la mirada rápidamente, la joven comenzó a rogar al cielo porque él no se diera cuenta
Su amiga le indico como servirle el café, pero ella ya se conocía bien como lo solía pedir y acompañado con qué.—Dios mio, estoy muerta…—vuelve a su silla y justo en ese momento el teléfono comienza a sonar, con manos temblorosas lo descuelga —. Buenos días señor Harper.—Por favor tráigame un café.En cuanto ella escucha su voz siente que todos los vellos de su cuerpo se erizan y de inmediato es transportada a tres años atrás… luego de colgar la llamada e ir por el café y las galletas, Ciana iba rogándole a quien sea que pudiera escucharla para que ese hombre no la reconociera.Al llegar a la puerta de la oficina se tensa tanto que empieza a temblar.—Por el amor de dios Ciana cálmate, si continuas con estos nervios serás muy evidente ante él. Quizás no te reconoce, son tres años, dudo que se acuerde de las mujeres con las que tiene s3xo.Ella toca la puerta y de inmediato escucha “adelante” aquello la puso aún más nerviosa, Ciana ingresa en la oficina observando al instante a Phil,
La joven niega y vuelve al trabajo, ya no debía de estar pensando en esos dos. Muchos problemas tenía ella como para estar metiéndose en la vida de su jefa y su esposo… pero entonces las dificultades llaman a su teléfono.Ella mira el aparato como si fuese su peor enemigo, pero no le queda de otra que contestar.—Dígame señor Harper.—Ciana necesito que vengas un momento.Ciana cierra los ojos al mismo tiempo que aplana sus labios y los muerde. Cuelga la llamada para ponerse en pie y dirigirse a la oficina de sus tormentos. Al entrar y cerrar la puerta nota que Phil se encontraba sentado en el borde de su escritorio.Ella se tensa por completo ya que ahora que lo veía bien piensa que había olvido que tan atractivo y masculino era ese hombre.—¿Necesita algo?—Hablar contigo —Ciana se atiesa —. Es importante.—Señor Harper, no tenemos nada de qué hablar.—Por supuesto que sí —él empieza a caminar hacia donde estaba ella parada como si le hubieran salido raíces en los pies —. Necesito q
En cuanto la camioneta avanzo Dorelis confronta a su amiga.—¡¿Te volviste loca?! ¿Por qué demonios hiciste que rechazará esa oferta?—Como se te ocurre que nos íbamos a subir en el coche del esposo de nuestra jefa, ¿quieres que nos despida?Dorelis cae en cuenta de que su amiga tenía mucha razón.—Es cierto, esa mujer es muy celosa. Nos asesinaría si tan solo se entera que su esposo nos habló —Ciana observa a su amiga negar —. Mónica está obsesionada con su marido.—¿Se amaran?—Por supuesto que si —responde su amiga ajustando su abrigo —. ¿No has visto como han salido esos dos? Deben estar muy enamorados para todos esos años que llevan de casados.Dorelis tenía razón y ella debía prestar más atención a lo que ella decía, era como si intentará buscar una razón para creer que Phil no amaba a su mujer. Si era más que evidente que ambos se querían.Ciana niega, se volvía a repetir que no estaba bien aquellos pensamientos hacia Phil. Ya tenía muchos problemas con que él hubiera aparecido
Phil se queda de pie observando como Ciana abandona su oficina, el pelinegro suelta el aliento contenido, era consciente de que ella no le iba a creer una sola palabra. Sin embargo no estaba comprendiendo bien porque se enfrascaba tanto en que ella supiera como iban las cosas con su esposa.Relame sus labios al recordar el dulce sabor de su boca, desliza dos dedos por el borde de sus labios y medio sonríe al rememorar aquel beso y aquellas caricias. Era demasiado, Ciana era demasiado.Observa la puerta con mucho entusiasmo, hacia tanto tiempo que no se sentía de esa manera; tan vivo, tan animado, con tantas ganas de volver a intentarlo.[…]Ciana trataba de contener las lágrimas luego de salir de la oficina, se convertiría en una tonta si tan solo le creyera a Phil de que no amaba a su esposa. Si ese fuese el caso no estuvieran como lo estaban.Solo intentaba engañarla, estaba segura de que eso era lo que trataba de hacer. Odiaba el hecho de que la estuviera engañando para conseguir ll