Phil se queda de pie observando como Ciana abandona su oficina, el pelinegro suelta el aliento contenido, era consciente de que ella no le iba a creer una sola palabra. Sin embargo no estaba comprendiendo bien porque se enfrascaba tanto en que ella supiera como iban las cosas con su esposa.Relame sus labios al recordar el dulce sabor de su boca, desliza dos dedos por el borde de sus labios y medio sonríe al rememorar aquel beso y aquellas caricias. Era demasiado, Ciana era demasiado.Observa la puerta con mucho entusiasmo, hacia tanto tiempo que no se sentía de esa manera; tan vivo, tan animado, con tantas ganas de volver a intentarlo.[…]Ciana trataba de contener las lágrimas luego de salir de la oficina, se convertiría en una tonta si tan solo le creyera a Phil de que no amaba a su esposa. Si ese fuese el caso no estuvieran como lo estaban.Solo intentaba engañarla, estaba segura de que eso era lo que trataba de hacer. Odiaba el hecho de que la estuviera engañando para conseguir ll
Si conseguía meterlo en su cama lograría mucho, apaciguaría su ira y de ese modo ella podría hacer sus negocios tranquilamente sin la presión de su marido. Pero de la nada Phil vuelve a tomar sus muñecas para detenerla.En ese instante Mónica ya se estaba hartando el rechazo de su esposo, cada vez que tenían s3xo él pensaba en lo mismo de siempre, “hijos” ella no deseaba ser madre, no quería tener que estar cuidando a un montón de mocosos que arruinarían su carrera.—¿Haces esto para persuadirme de los negocios erróneos que has hecho? —Mónica aprieta la mandíbula con fuerza, Phil no era tonto.—¿Acaso una esposa no puede extrañar a su marido? Hace tanto que no estamos juntos, ¿Qué tiene de malo que quiera estar contigo? —vuelve a deslizar las manos por su pecho al mismo tiempo que se aproxima —. ¿No puedes darle atención a tu mujer?Mónica vuelve a probar sus labios, pero Phil no le responde al beso. Le resultaba imposible hacerlo ya que sabía perfectamente que lo que ella hacia era p
—No es tu hijo.La firmeza con la que ella le respondió lo dejo frío, sin embargo y no sabía porque Phil no se sacaba de la cabeza que de que ese pequeño niño si era suyo.—Me estas mintiendo.—No lo hago, te digo la verdad. George no es tuyo —Phil niega mientras la oye hablar.—No te creo una sola palabra.—Quede embarazada de una persona con la que estuve saliendo un tiempo después de estar contigo, pero me quede sola luego, así que ya vez que mi hijo no es tuyo.Sus contestas a pesar de ser muy firmes no le daba aquella seguridad de que fuesen del todo ciertas. Algo en el fondo de él le decía que le estaba mintiendo, e iba a descubrir la verdad.—¿Así que estuviste con alguien después de mí?—Hice mi vida, ¿Qué espera que hiciera? Pasaron muchos años, además yo no esperaba verlo más.—Entonces, ¿Y estuviste con alguien más?Phil no soportaba ese hecho aunque le estuviera diciendo falsedades, sin embargo pretendía hacerla confesar a como diera lugar. Así que se aproxima a ella acort
Podía sentir la cercanía de su cuerpo y eso la ponía mucho más tensa que antes, sin embargo todo su ser deseaba creerle a Phil. Pero la verdad es que resultaba difícil, y ahora había empeorado las cosas volviendo a tener sexo con él.—Lo siento mucho, pero no puedo creerte. Y ahora hemos vuelto a cometer el mismo error de hace tres años —ella niega sintiéndose horrible por haberse metido en medio de un matrimonio.—Ciana, las cosas entre Mónica y yo no están bien. Hace muchos años que no van nada bien —Phil abraza a Ciana por la espalda, necesitaba que ella creyera en su palabra —. Deseo que me puedas creer.—No, no puedo… y quiero que te vayas.—Ciana, tú me gustas. Desde que me dejaste aquella noche en el apartamento no he dejado de pensar en ti ni un solo día. No me pidas que haga como si no te conociera, porque no puedo hacerlo.¿Por qué se lo tenía que poner tan complicado? Era más fácil que se olvidara de su existencia y ya…—Vete, por favor —Phil baja la mirada, y cree que era
Ella levanta la mirada para ver a Phil delante de ella con aquella masculinidad tan atractiva que la hace humedecerse.—¿Cómo estas esta mañana?—Buenos días señor Harper—la sonrisa de Phil se apaga en lo que la escucha hablarle de usted —. En seguida le llevo su café.—De acuerdo.Ella observa a Phil entrar en su oficina llevándola a soltar el aliento, cierra los ojos y relame sus labios al mismo tiempo.—Joder, debo resistir.Phil sigue de largo hasta su escritorio, toma asiento y de inmediato abre un gabetero a su izquierda. De este saca un pequeño álbum de fotos y empieza a hojear el mismo detenidamente hasta que llega a una hoja en especial.El CEO traga saliva en seco al mirar aquella fotografía, parpadea al mismo tiempo que extrae la imagen del álbum. Deja el libro en el escritorio al mismo tiempo que observa la foto, sonríe al reclinarse en su silla.La foto era de él mismo de cuando tenía aproximadamente dos o tres años, afina un poco la mirada al ver que el hijo de Ciana es
—Estoy cansada. El señor Harper me ha dado mucho trabajo, y Mónica ni se diga.—Lo sé —responde Dorelis abrigándose un poco más —. Mónica está muy estresada por esas ventas que hizo sin el consentimiento de su esposo, la verdad es que la empresa está en unos aprietos muy grandes.—Si lo sé, el señor Harper siempre está pidiendo llamar a los compradores, haciendo tratos. Y Mónica siempre está yendo a mi escritorio para saber a quién llamo.—No te parece extraño que ella está como que muy preocupada por eso, anteriormente hacia tratos, pero esta vez actúa muy extraño.Ahora que lo pensaba bien, su amiga tenía razón, ella actuaba de una manera bastante nerviosa y no entendía la razón. Al final eran negocios compartidos… en eso Ciana echa la vista a un lado para ver el deportivo rojo de su jefa abandonar el edificio.Ambas chicas lo ven alejarse rápidamente, seguido una enorme camioneta negra sale del estacionamiento la cual conduce un poco más lento hasta que se termina por detener delan
Después de pedir la Ciana vio aquella escena en su casa, ver a Phil compartir su mesa con ella y su hijo realmente era muy extraño. Nunca se imaginó que vería a ese hombre sentado mientras que tomaba la cena.Ciana observa su plato sintiéndose verdaderamente extraña, encima de eso él llevaba como dos horas en su casa, ¿y su mujer? ¿No le importaba los problemas que pudiera tener con ella?—¿Vendrás mañana? —en eso ella escucha la voz de su hijo que la hace levantar la mirada.—Claro, puedo venir mañana también.—¿Podemos cenar pizza?—George, hijo por favor —Ciana interviene.—¿Pizza? Por supuesto que sí.La rubia mira a Phil con ojos de regaño, ella creía que se estaba tomando ciertos atrevimientos sin consultarte primero.—Mi mamá no compra pizza.—¡George! —el niño la observa con ojos inocentes que enternece su corazón.—Yo traeré pizza todas las veces que quieras.—Siii…Ciana admira la sonrisa de su hijo y no puede evitar medio sonreír, había muchas cosas que no podía comprarle a
La voz de George llama la atención de Phil quien baja la vista para ver al pequeño niño correr hacia él.—George —la señora llama su atención.—Él es amigo de mi mami —Phil lo carga en sus brazos mientras que ambos se miran y sonríen —. ¿Vienes a ver a mi mamá? Está enferma.—Sí, la he venido a ver.—En ese caso, pase adelante.Phil pone a George en el suelo y el niño decide tomar su mano para llevarlo al cuarto de su madre con pasos rápidos. Phil se encontraba nervioso por el estado en el que encontraría a Ciana.En lo que George abre la puerta con su ayuda, él la ve acostada en la cama con muy mal aspecto. Parecía dormida, sin embargo su hijo lo hizo entrar en aquel pequeño cuarto.—Mamiiii…—No George, no la despiert…—pero ya era tarde, Ciana había abiertos los ojos.—Tú amigo llego.Ciana ensancha la mirada al mirar la figura de Phil dentro de su cuarto, ella guarda silencio debido a la sorpresa de verlo allí parado.—Phil… ¿tú que haces aquí?—He venido a verte, me preocupe cuand