Mónica no paraba de dar vueltas en la oficina, sus tacones resonaba el piso de tanto dar vueltas. Su marido llevaba fuera toda la mañana y parte de la tarde, todas sus reuniones fueron postergadas mientras que su ira iba en constante aumento.—¿Dónde puede estar metido este hombre? —se detiene a mitad de oficina pensando en la posibilidad de que… —. ¿Una amante? ¿Es posible que exista una mujer? —Mónica muerde sus labios ante la duda.Hasta donde sabia era muy posible que su esposo le estuviera siendo infiel, pero siempre creyó y hasta ni se preocupó porque se enamorara de alguna de esas mujeres. Pero últimamente estaba actuando bastante extraño.Aquella teoría la hizo fruncir el ceño, sabía que a Phil no le convenía para nada un divorcio, por lo legal a ella le correspondía la mitad de todo y ella conocía muy bien a su marido, una separación seria la ruina para sus compañías.—Divorciarse no es opción para él, no perderá lo que tiene por una mujercita. Phil seguirá a mi lado, pero me
Mónica observa el techo con los ojos entre cerrados, los vellos de su cuerpo se erizan de un momento a otro llevándola a cerrar por completo sus parpados, entre abre sus labios al mismo tiempo que frunce el ceño.—¡Ahhhhh! —grita a todo pulmón.Encaja sus uñas con fuerza en la enorme espalda del hombre que se encuentra sobre ella mientras que alcanza el orgasmo.—¡Ahhh! Joder…La pelirroja abre los ojos para luego ver la increíble mirada grisácea frente a ella, muerde levemente sus labios cuando siente que ese hombre ejerce de toda su fuerza para propinarle mucho placer.El cuerpo de ella se balancea de arriba hacia abajo, los vellos de su cuerpo continúan erizándose cada vez más hasta el punto de sentir frío. De pronto siente que la mano de su amante se posa por debajo de su rodilla llevando su muslo hacia arriba.En esa exposición queda más expuesta a él, y es allí cuando él comienza a embestirla con más fuerza y rudeza.—¡Ah, sí! así me gusta…Inclina la cabeza hacia atrás mientra
Era imposible que se resistiera a la cercanía de Phil, ese hombre poseía algo que la enloquecía. Le resultaba difícil mantenerlo alejado, y es que cuando se aproximaba de esa manera ella perdía todas sus fuerza.—Phil…En ese momento siente que la mano de Phil se posa sobre una de sus mejillas mientras que la otra envuelve su cintura, a esas alturas ya había perdido toda fuerza. Ciana termina por cerrar los ojos dejándose llevar por la emoción del momento.En lo que Phil roza sus labios todo su cuerpo se hizo nada, aquel contacto fue tan electrizante que ella no supo más de sí misma, simplemente se rindió al beso.Al sentir que Ciana no objeto ante el beso, Phil estrecha un poco más su cintura afianzando el beso. Seguidamente hace girar el cuerpo de Ciana dirigiéndola hacia el sofá de su oficina, con sumo cuidado recuesta su cuerpo sobre el mueble y de la misma manera él se sitúa sobre ella.Phil se acomoda entre medio de las piernas de Ciana situando una de sus manos sobre la cintura
—Sí, tendrán que dividirse muchas cosas. No creo que el señor Phil este tan dispuesto a eso.—¿De qué hablas?—Los bienes Ciana, la empresa, las mansiones, los coches… todo lo que tengan de bienes tendrán que dividirlos si llegan a separarse.Ciana cae en cuenta de que su amiga tiene mucha razón en todo, ellos dos compartían muchas cosas.—La empresa sufriría una perdida muy grande si se separa Phil de su esposa.—No había pensado en esto.—La situación es complicada, hay mucho en juego.Era un asunto delicado, no se trataba simplemente de Mónica, George y de ella… la empresa y su economía también. Quizás estaba siendo egoísta por desear su felicidad a costa de otras cosas.Ciana parpadea reiteradas veces pensando que lo mejor era mantenerse alejada de Phil, estar a su lado era complicado, era casado y con tantas responsabilidades encima. Cualquier persona con tres dedos de frente pensaría en lo más sensato y aquello era no dejar todo lo que tenía por una amante.—Deberías no hacerte
—Ya te dije que no intentes amenazarme, no conseguirás nada bueno con eso —responde dejando la copa sobre la mesa —. Es evidente que no lograre llegar a un acuerdo contigo de manera pacífica.—No, no lo conseguirás.—Me obligas a acudir a otros métodos Mónica.—Estoy lista para darte guerra mi querido esposo, pero de mí no te desharás tan fácil.Phil observa que su mujer sonríe mientras que toma su copa para darle un sorbo al vino, en su mirada podía ver reflejado aquel brillo marioso y ambicioso que la caracterizaba. La pelea seria dura.[…]Ciana se acuesta en la cama en compañía de su hijo, lo ve dormir plácidamente mientras que sonríe un poco. Cubre su cuerpo con la manta para luego llevar la mirada hacia el techo, la fija y piensa en lo que podría estar haciendo Phil a esa hora de la noche.Se daba cuenta de que no le importaba a ese hombre, no se preocupó por llamarla, ni por explicarle absolutamente nada, y ese hecho le dolía profundamente. Había creído en él, pero todo era men
El silencio de Phil la preocupo mucho y a la vez la decepciono puesto que sabía lo que él estaba callando. Era claro que había estado teniendo s3xo con su mujer, y de solo imaginarlo con ella en la cama la enfermaba.Ciana cierra los ojos y trata de mantener la cordura, pero la verdad es que le estaba resultando bastante difícil.—Anoche estuve bebiendo un poco, no sé qué fue lo que sucedió, pero…—No digas una sola palabra más —Ciana lo detiene antes de que dijera otra cosa más y terminara por lastimarla aún más —. No quiero que me digas nada, por favor no hables más.—Ciana, no sé cómo es que sucedió, te juro que…—¡Cállate! —A ella se le quiebra la voz, sin embargo trata de respirar y mantener la compostura —. Si no necesita nada referente al trabajo entonces dejemos la conversación, tengo trabajo que hacer.Dichas aquellas palabras ella cuelga la llamada sintiendo que su corazón se partía en miles de pedazos. Su amiga tenía mucha razón, Phil jamás iba a dejar a su mujer, era evide
Esa mañana Phil finiquitaba unos asuntos en su oficina para liberar tiempo para conversar con Ciana, a pesar de todo lo que ella dijera no pensaba rendirse.De pronto alguien toca la puerta de su oficina que lo hace fruncir el ceño, Ciana siempre entraba sin esperar su autorización.—Pase.En eso ve al mensajero y aquello le extraño aún más…—Disculpe señor Harper, le traigo una encomienda de planta baja.—¿Qué? —pregunta mientras que toma el sobre inmediatamente —. ¿Qué es esto?Abre el sobre que viene de recursos humanos y comienza a leer la información escrita, de manera inmediata los ojos de Phil se ensancharon enormemente.—Mierda…Con aquella única palabra se pone en pie y con el papel en la mano se dirige hasta la salida, en cuanto abandona la oficina observa el escritorio de Ciana. —¿Dónde carajos esta? —frunce aun má el ceño.Se percata de que el escritorio carecía de objetos personales y aquello le preocupo, así que se encamina hasta planta baja para ver si ella se encontra
Sin haber podido dormir toda la noche, Mónica esperaba impaciente por una respuesta. Mira la hora en su reloj sintiendo más angustias que cuando se levantó de la cama.—Señora Harper, aquí está su resultado.—¡Finalmente! —dice abriendo el sobre con exasperación, en cuanto leyó el contenido ensancha la mirada —. ¡Mierda! —se pone en pie rápidamente y sale de aquel lugar.[…]Le costaba mucho trabajo concentrarse en el trabajo, su mente se encontraba ocupada en Ciana y su hijo. No sabía dónde estaban, si se encontraban bien, le preocupaba mucho la condición de ambos.Es que no entendía porque ella se quiso ir de ese modo. Niega mientras que observa por el gran ventanal de su oficina.De pronto la paz que reinaba en su oficina se vio arruinada por la voz de su mujer.—Qué bueno encontrarte aquí, últimamente ya no se te ve la cara.—¿Qué quieres Mónica?—Han pasado 4 días y no has venido a la empresa, ¿se puede saber que has estado haciendo? ¿Acaso verte con esa mujer es más importante