—Ya te dije que no intentes amenazarme, no conseguirás nada bueno con eso —responde dejando la copa sobre la mesa —. Es evidente que no lograre llegar a un acuerdo contigo de manera pacífica.—No, no lo conseguirás.—Me obligas a acudir a otros métodos Mónica.—Estoy lista para darte guerra mi querido esposo, pero de mí no te desharás tan fácil.Phil observa que su mujer sonríe mientras que toma su copa para darle un sorbo al vino, en su mirada podía ver reflejado aquel brillo marioso y ambicioso que la caracterizaba. La pelea seria dura.[…]Ciana se acuesta en la cama en compañía de su hijo, lo ve dormir plácidamente mientras que sonríe un poco. Cubre su cuerpo con la manta para luego llevar la mirada hacia el techo, la fija y piensa en lo que podría estar haciendo Phil a esa hora de la noche.Se daba cuenta de que no le importaba a ese hombre, no se preocupó por llamarla, ni por explicarle absolutamente nada, y ese hecho le dolía profundamente. Había creído en él, pero todo era men
El silencio de Phil la preocupo mucho y a la vez la decepciono puesto que sabía lo que él estaba callando. Era claro que había estado teniendo s3xo con su mujer, y de solo imaginarlo con ella en la cama la enfermaba.Ciana cierra los ojos y trata de mantener la cordura, pero la verdad es que le estaba resultando bastante difícil.—Anoche estuve bebiendo un poco, no sé qué fue lo que sucedió, pero…—No digas una sola palabra más —Ciana lo detiene antes de que dijera otra cosa más y terminara por lastimarla aún más —. No quiero que me digas nada, por favor no hables más.—Ciana, no sé cómo es que sucedió, te juro que…—¡Cállate! —A ella se le quiebra la voz, sin embargo trata de respirar y mantener la compostura —. Si no necesita nada referente al trabajo entonces dejemos la conversación, tengo trabajo que hacer.Dichas aquellas palabras ella cuelga la llamada sintiendo que su corazón se partía en miles de pedazos. Su amiga tenía mucha razón, Phil jamás iba a dejar a su mujer, era evide
Esa mañana Phil finiquitaba unos asuntos en su oficina para liberar tiempo para conversar con Ciana, a pesar de todo lo que ella dijera no pensaba rendirse.De pronto alguien toca la puerta de su oficina que lo hace fruncir el ceño, Ciana siempre entraba sin esperar su autorización.—Pase.En eso ve al mensajero y aquello le extraño aún más…—Disculpe señor Harper, le traigo una encomienda de planta baja.—¿Qué? —pregunta mientras que toma el sobre inmediatamente —. ¿Qué es esto?Abre el sobre que viene de recursos humanos y comienza a leer la información escrita, de manera inmediata los ojos de Phil se ensancharon enormemente.—Mierda…Con aquella única palabra se pone en pie y con el papel en la mano se dirige hasta la salida, en cuanto abandona la oficina observa el escritorio de Ciana. —¿Dónde carajos esta? —frunce aun má el ceño.Se percata de que el escritorio carecía de objetos personales y aquello le preocupo, así que se encamina hasta planta baja para ver si ella se encontra
Sin haber podido dormir toda la noche, Mónica esperaba impaciente por una respuesta. Mira la hora en su reloj sintiendo más angustias que cuando se levantó de la cama.—Señora Harper, aquí está su resultado.—¡Finalmente! —dice abriendo el sobre con exasperación, en cuanto leyó el contenido ensancha la mirada —. ¡Mierda! —se pone en pie rápidamente y sale de aquel lugar.[…]Le costaba mucho trabajo concentrarse en el trabajo, su mente se encontraba ocupada en Ciana y su hijo. No sabía dónde estaban, si se encontraban bien, le preocupaba mucho la condición de ambos.Es que no entendía porque ella se quiso ir de ese modo. Niega mientras que observa por el gran ventanal de su oficina.De pronto la paz que reinaba en su oficina se vio arruinada por la voz de su mujer.—Qué bueno encontrarte aquí, últimamente ya no se te ve la cara.—¿Qué quieres Mónica?—Han pasado 4 días y no has venido a la empresa, ¿se puede saber que has estado haciendo? ¿Acaso verte con esa mujer es más importante
Al día siguiente Dorelis teclea en el ordenador un informe que debía entregarle a su jefe, con apremio intentaba terminar rápido el documento cuando de la nada la presencia de una figura la desconcierta.La joven levanta la mirada para ver a Mónica delante de ella, Dorelis se sorprende ya que hacía un mes que su jefe no visitaba la compañía.—Señora Mónica.—¿Mi marido se encuentra en su oficina?—Sí, señora.—Tráeme un café con mucha leche y azúcar, este embarazo me tiene con los nervios de punta.En lo que Mónica va de camino a la puerta Dorelis la observa con asombro, ¿embarazo? Se preguntó para sí misma, ¿acaso había oído bien? En cuanto su jefa se encerró en la oficina Dorelis suelta el aliento.—¿La señora Mónica y el señor Phil esperan un bebé? —susurra esas palabras.Le costaba creer que lo que había oído fuese cierto, entonces todo lo que Ciana le contó era cierto. El señor Phil y su esposa llevaban una vida de casados totalmente normal.[…]—Hola querido, que bueno encontrar
—Eres una desvergonzada y mal agradecida, te dimos todo y nos pagaste con un embarazo de un hombre que ni conocías, ¿Qué querías que hiciéramos?—Apoyarme —dice entre lágrimas —. Los padres apoyan y tratan de guiar por el camino correcto a sus hijos.—Nosotros no apoyamos a hijas sinvergüenzas, no te mereces nada. Y no esperes que tu padre y yo queramos a ese niño sin apellido. Eres una vergüenza para nosotros Ciana, y será mejor que vayas pensando pronto en irte, porque los hijos de tu prima necesitan la habitación.Dicha aquellas palabras su madre sale del cuarto lanzando la puerta de un portazo, ella observa a su hijo notando que no lo despertó. Ciana vuelve a tomar asiento mientras que no para de llorar.No ganaría nada con eso, pero al menos se desahogaba.Haber regresado a la casa de sus padres había sido un error, pero hubiera sido el peor error de su vida si hubiese continuado en la empresa de Phil. La verdad se iba a descubrir en cualquier momento y ella no quería ese tipo de
Phil y su esposa iban a tener un bebé.Era lo único que pensaba Ciana en esos momentos mientras que trataba de organizar la habitación, sus planes de llamarlo se habían ido al carajo junto con aquella mínima esperanza de que las cosas entre ellos aun tenia esperanza.Pero la poca esperanza que existía al menos en ella murió en el momento que Dorelis le contó que Mónica esperaba un bebé. Todo había muerto entre ellos, al menos se agradeció a sí misma en no contarle la verdad a George sobre Phil.—Mami, ¿A dónde iremos? —su hijo le pregunta al ver que empieza a empacar sus cosas.—No te preocupes hijo, mamá te llevara a un mejor lugar.—¿Por qué mis abuelos no me quieren? —esa pregunta tan inocente le rompió el corazón a Ciana.Ella mira a su hijo con una sonrisa en los labios, acaricia su mejilla con amor para luego sentarse a su lado.—Tus abuelos están un poco confundidos, pero estoy segura que pronto se les pasara.—¿Y nos van a querer a los dos?—Si.George la abraza con fuerza lo
El esposo de la prima de Ciana fue a parar sobre una mesa de cristal, pero allí no termina todo, este se pone en pie para tomar represarías contra Phil, pero este lo estaba esperando y justo en un momento que su oponente no esperaba recibe otro puñetazo en la cara.Phil ajusta su saco al ver que aquel desgraciado no se vuelve a poner en pie, mirándolo con el ceño fruncido nota que su rostro se encontraba todo ensangrentado.Ciana temblaba de los nervios, el miedo y toda clase de sentimientos sentía en esos momentos. Traga saliva al mirar al esposo de su prima en el piso con la cara destrozada, ella parpadea reiteradas veces.—Ciana… Ciana…—la rubia gira la mirada para ver a Phil delante de ella —. Ven—las manos de ese rubio la ayudaron a ponerse en pie y en cuestión de nada se encontraba envuelta en sus brazos.Aquel gesto y protección le provocaron lágrimas a Ciana, pensó que si Phil no hubiera llegado no estaba segura de lo que hubiese terminado todo aquello.—Ciana, ¿Dónde está Geo