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Capitulo Dos: Una nueva amistad

Todo lo ocurrido anoche se repetía una y otra vez en mi cabeza, todavía no podía creer que Christian me quisiera y no de una manera amistosa, tampoco podía creer que tendré mi primera cita con él, me lo pidió anoche después de prometer que no le diría nada de lo que mi padre me hace a Andrew, fue difícil pero al final lo logré.

El timbre sonó devolviéndome a la realidad, mi primera clase del día había terminado y ahora tendríamos que movernos a otro salón. Espere a que todos salieron y me despedí de la maestro al pasar por su mesa; cuando salí al pasillo no me sorprendió no ver los pasillos abarrotados pues la mayoría de los grupos tenía 2 horas de clases con la misma materia a paso lento así que eran pocos los que salían al cambio de salones, me dirigí a mi siguiente clase tuve bajar las escaleras pues la clase que acababa de terminar la dan en el tercer piso y a la que voy la dan en el primero.

Cuando iba pasando por los salones del segundo piso me topé con una chica rubia que parecía un poco perdida no la reconocí y podía asegurar que no era de la manada así que me acerqué para ver si la podía ayudar.

—Hola noté que estás un poco desubicada, si quieres te puedo ayudar encontrar el salón que buscas— ella me miró con alivio por mi ofrecimiento.

—Hola, te agradecería infinitamente si me ayudarás a encontrar el salón de...—miro el papel que tenía en la mano—...de cálculo 6— de inmediato ubique el salón, estaba en la misma planta a la que iba.

—Acompáñame yo voy para allá— recorrimos el corto trayecto que nos quedaba del pasillo y bajamos las escaleras.

—¿Tu también vas a esa clase?—

—Nop, yo voy a química, pero el salón está al lado del mío—explique— ¿No eres de la manada verdad?—trate de hacer conversación.

—No, soy de la manada Moon Soul Wolf; vine de intercambio para el último semestre- explico—Por cierto, no me presenté soy Amy Gallagher— se detuvo y me tendió su mano.

—Valerie Crowel mucho gusto— estreche su mano

—¿Eres familiar de Heiner?—me sorprendió un poco que conociera a mi hermano.

—Sí él es mi hermano ¿De dónde lo conoces?

—Él fue quien me recibió en la frontera el día que llegue aquí— explicó—Yo también tengo un hermano, es el beta de nuestra manada se llama Marcus—comento.

—Con razón se me hacía conocido tu apellido Heiner comentó algo sobre tu intercambio pero no mencionó tu nombre—dije cuando recordé que Heiner me comentó algo de eso hace una semanas.

Conversamos un poco más antes de llegar a la zona de nuestro salones.

—Hemos llegado tu salón es aquél— señale el de la izquierda— Y ese es el mío—señale el de la derecha.

—Gracias Valerie te debo una, nos vemos luego— agitó su mano en mi dirección yo hice lo mismo y ambas nos metimos a nuestro salón correspondiente.

La clase transcurrió normal entre ecuaciones y fórmulas químicas; por suerte la materia se me daba o bueno al menos le entendía a las cosas que la profesora explicaba y eso ya era ganancia.

La hora de la clase, acabó y el timbre sonó de nuevo pero está vez indicando que ya era hora del primer receso; compré mi almuerzo en la cafetería y salí al patio donde se encontraban varias mesas de picnic. Me senté en una que se encontraba bajo un gran árbol viendo como las otras mesas y llenaban poco a poco, aquí a diferencia de las películas y los libros las mesas no se dividían por grupos sociales, ya saben nerds, populares o marginados solo eran grupos de amigos normales que se sentaban en la primera mesa libre que encontraban.

—Hola Valerie ¿Me puedo sentar?— Amy apareció frente a mi con la charola de comida en sus manos.

—Claro—le sonreí ella tomó asiento frente a mi y comenzamos a platicar. Debo admitir que me cayó muy bien, es muy divertida y tiene esa chispa tan vivas que yo perdí hace mucho.

—Oye conoces a ese chico de allá— señaló discretamente con su cabeza la mesa junto a nosotras.

Discretamente mire hacia donde señaló encontrándome con los ojos mieles de Cristian observándome.

-Sí es un amigo- la mire como un leve rubor en mis mejillas.

-Pues por cómo te mira yo diría que quiere ser más que tu amigo, también a leguas se nota que te trae ganas ¿Tu le traes ganas?- sonrío pícara al decirlo.

-¡Amy! ¿Ya nos llevamos así?-me escandalice ante su pregunta.

-Valerie no sé tú pero yo ya me siento en confianza así que cuenta el chisme -dijo divertida haciéndome reír.

¿Te gusta?- la pregunta me tomo desprevenida y sentí el calor subir a mi cara de manera intensa.

-Sí si me gusta ¿contenta?- conteste avergonzada.

-Sí y mucho- exclamó contenta por mi respuesta.

-¿Y a ti te gusta alguien?- quise saber, ella me miró un poco dudosa si decirme o no-Oye no me mires así tú misma dijiste que ya había confianza entre nosotras dos- use sus palabras en su contra y ahora fue ella la que se sonrojo.

-La verdad es que siempre he sentido atracción por el amigo de mi hermano- su rostro se llenó aún más de color- Específicamente por el alfa Magnus- soltó y la miré boquiabierta.

-¿De verdad? Pero tiene como 250 años esta muy viejo para ti- no puede contener mi sorpresa.

-Lo sé, pero es que si lo vieras-suspiro exageradamente -Es muy guapo, demasiado diría yo; también es inteligente, fuerte, valiente, aguerrido, amable cuando quiere aunque es muy frío y distante la mayor parte del tiempo, Alex siempre ha dicho que es por qué todavía no ha encontrado a su mate, mi yo de 15 años creía que yo podría ser su mate.

-¿Cuántos años tienes?- pregunté.

-17, en cuatro meses cumplo los 18-contesto.

-Ah bueno, entonces todavía tienes una mínima esperanza; según se un lobo encuentra a su mate cuando ambos ya sufrieron su transformación excepto cuando alguno es completamente humano-repetí lo que Heiner me dijo una vez.

-Tal vez pero no lo creo, aunque ese día iré a mi manada para tener mi transformación allá-

-Ese será el momento de la verdad-dije divertida, las dos reímos.

-¿Y tú ya tienes 18?-sabía que preguntaría.

-Ya, los cumplí hace un mes-respondí recordando ese horrendo día pero no permití que el recuerdo me afectará.

-¡Eso es genial! ¿Cómo es tu loba?- esa pregunta hizo que mi corazón doliera.

-No-mi voz se cortó, carraspeo para aclarar mi garganta-Yo no tengo loba-me miro triste.

-¿Pero como es posible?-la curiosidad que era clara en su voz.

-Me la arrebataron hace tiempo-mis ojos se cristalizaron al recordar eso y todo lo que ocurrió aquella noche -No me gusta hablar de eso Amy.

-Te entiendo y disculpa por sacar el tema-poso su mano sobre la mía en señal de apoyo -¿Y tú futuro novio ya se transformó?-pregunto con picardía haciéndome reír.

-Ya, él es de la edad de Heiner y es el próximo alfa.

-Ósea que estoy forjando lazos de amistad con la futura luna-bromeo.

-No lo creo, esa sería su mate y por lo visto yo no lo soy, es más creo que la posibilidad de que yo tenga un mate es como del 0.000001% - eso la hizo reír.

-No digas esas cosas, si él no es tu mate de seguro alguien más si, por lo que entendí naciste siendo loba así que tú alma ya está entrelazada a la de alguien más desde que fuiste concebida-me sonrió transmitiéndome algo que hace mucho tiempo no sentía.

Ilusión.

Por qué sí, si me hacía ilusión encontrar a ese alguien destinado para mí, a aquella persona que se supone me amara sin reservas ni condiciones.

-Te imaginas que el rechace a su mate para estar contigo- dijo y a decir verdad ni siquiera podría imaginarlo, Christian no sería capas de algo así.

-No lo creo, él no sería capas-negué.

-Solo decía, yo me e enterado por mi hermano de algunos casos que han sucedido así las rechazan o incluso unos cuantos llegaron a asesinarlas en cuanto las encontraron por qué ya tenían una pareja.

-Eso es horrible-dije horrorizada.

-Si, por eso yo espero que mi mate sea soltero y se enamore de mi en cuanto me vea.

-¿Magnus es soltero?- la pregunta la hizo reír nerviosa.

-Sí, de hecho solo le he conocido un ligue y eso hace años pero Marcus dice que estuvo con alguien un par de años después de haberse transformado.

-Tal vez fue su mate y la mató-bromee.

-Eso dicen pero siendo sincera yo no lo creo.

Después de eso no volvimos a tocar el tema y solo hablábamos de cosas que nos ayudaron a conocernos mejor.

Me sentía feliz por qué al fin podría tener una amiga, en el pasado papá se encargo de alejar de mi a todos los que se acercaban con la intensión de ser mis amigos, por eso decidí que lo mejor sería quedarme sola, así papá no tendría oportunidad de alejar a nadie de mi, ahora con Amy tengo el presentimiento que nuestra amistad durará un largo tiempo.

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Dos días después.

El día de mi cita con Chris llegó y eso me tenía sumamente nerviosa.

Había ideado un plan para poder salir de mi casa sin que mi padre se diera cuenta, tenía la ropa que me podría lista, una blusa blanca básica y una falda negra pegada de la cintura y suelta de abajo y unos botines negros, deje mi cabello suelto, se sentía raro cargarlo así ya que siempre lo tengo amarrado en una coleta pero me encantaba cómo se mete veía.

-A donde vas tan guapa-Heiner entro a mi habitación.

-Que mala educación, se toca antes de entrar-lo regañe.

-Perdón-sonrió inocente-¿A dónde vas?-repitió.

Dudé un momento si decirle o no.

-A una cita con Christian-confesé tímida.

-¡Al fin! -okey eso sí no me lo esperaba

-¿No te molesta o desagrada la idea?-cuestione confundida.

-Para nada-hizo un gesto restándole importancia-Llevo viendo a Christian todo atontado por ti desde que tenías 14 que ya me esperaba algo así.

-¿Desde los 14? ¿Enserio?-pregunte asombrada.

-Sí pero no le digas que yo te dije.

-Tranquilo no le diré-prometí-Eres un chismoso- me burlé, él en un acto muy maduro de su parte me enseñó la lengua haciéndonos reír a ambos.

-No me has preguntado pero yo también tengo una cita así que ya me voy-se acercó a mi -Nos vemos enana, te cuidas y si Christian se quiere pasar de listo contigo emplea todo lo que te he enseñado.

-Pero si no me has enseñado nada-reí.

-Pero imagina que si-golpeo mi frente con su dedo-Ahora si ya me voy, chao enana-beso mi frente y sin más salió de mi habitación.

Dos segundos después vi su cabeza en la puerta.

-¿Tienes lo que te di a guardar el otro día?-sabía claramente a lo que se refería.

Me dirigí a mi tocador y de uno de los cajones saque la caja de condones que él mismo guardo ahí.

-No se porqué no los guardas en tu habitación-camine hasta la puerta.

-Si los guardo ahí pero a ti te confío mi paquete de emergencia ¿No quieres que te deje unos?-pregunto con una sonrisa que me dio a entender lo que estaba pensando.

-¡No! Ya mejor vete-lo empuje después de darle la caja.

-Ya está bien, ahora sí adiós.

Luego de que se fue me senté en mi cama a esperar que llegara la hora de irme, Christian insistió en pasar por mi pero le dije que mejor nos viéramos en el lugar donde sería nuestra cita a si papá no lo veía y no me golpearía.

-Vaya así que la bastardita saldrá con Christian hoy-mi cuerpo se paralizó.

Se supone que él no estaba.

-Papá-el nerviosismo se coló en mi voz.

-Valerie Valerie ¿Qué voy hacer contigo? Creí que había sido muy claro al decirte que no te quiero cerca de ninguno de los James-empezó a caminar amenazante hacia mi, por instinto retrocedí.

-Contéstame Valerie ¿No fui claro?-dio otro paso hacia mi y su actitud calmada me aterraba.

-Si... Si lo fuiste- tartamudeé un poco.

-¿Y entonces por qué me desobedeces?

-Por que...- no supe que decir estaba completamente bloqueada.

-¿Por qué crees que mereces ser feliz? ¿Es por eso que te atreves a desobedecerme? Por qué si es así Valerie de una vez te digo que tú nuca serás feliz, por tu m*****a culpa yo no soy feliz por lo tanto tu tampoco podrás serlo.

Mentira, eso no era mi culpa.

-Eso no es cierto-las palabras salieron inconscientemente de mis labios.

-¿No es cierto? ¡Mi mujer murió por tu m*****a culpa!-de nuevo con eso

-¡Eso no es verdad!¡Yo no ordene es ataque!¡Yo no le pedí que regresará por mi-grite también.

Él se acercó amenazante hacia mi, se detuvo justo a unos cinco pasos de mi.

-Fue tu culpa, si tan solo no hubieses existido-cerró sus ojos con pesar y no puedo negar que eso me dolió. -Hubieses muerto tu y no ella-una lágrima cayó por su mejilla.

-Créeme que yo también pienso lo mismo- le di la razón -Así la imagen del padre perfecto que yo tenía de ti hubiera muerto conmigo ese día junto con todo el amor que te tenía, así no vería a diario el monstruo en el que has convertido y que estoy segura que mamá odiaría- sentí mi garganta picar ante todo lo que quería decirle y estaba reteniendo.

-Cállate tu no sabes nada.

-Claro que si, yo te odio ¿Por qué ella no lo haría?

-Te dije que te callaras-dijo amenazante.

-No, ya he aguantado mucho, he aguantado que me golpees, me grites, me insultes y hagas conmigo lo que te venga en gana y todo guardando la absurda ilusión de que algún día te des cuenta que yo no tengo la m*****a culpa de lo que pasó y volvieras a amarme- él no dijo nada así que decidí continuar, por fin llegó el momento de dejar salir todo lo que por años me he guardado.

»Por años guarde la esperanza de que te dieras cuenta que tú no fuiste él único que sufriste, yo también sufrí; la vi morir justo frente a mi vi como la asesinaban y cuando tú llegaste esa noche creí que me abrazarías y me dirías que todo estaría bien ahora veo que fui muy estúpida al pensar eso.

La primera vez que me golpeaste cuando tenía 6 años no me dolían tanto los golpes si no que fueras tú el que me los dieras por qué el hombre que prometió ser mi héroe, el que me dijo que nunca dejaría que me hicieran daño fue el primero en hacerlo; te convertiste en lo peor de mi vida, por tu culpa estoy hecha m****a, por tu culpa estoy sola pero eso a ti no te importa por que solo te enfocaste en tu dolor y no te diste cuenta que yo también sufría por qué no solo perdí a mi madre, también te perdí a ti.«

-Dije que te callaras-levanto su mano dispuesto a golpearme, cerré los ojos esperando el impacto que nunca llegó.

-Te dije que no volvieras a ponerle una mano encima-la voz furiosa de Heiner me hizo abrir los ojos.

-Quítate Heiner que esto no es contigo-advirtió en el mismo tono que él.

-No ¿Cómo puedes ser capas de lastimarla? Es tu hija.

-Esa bastarda dejo de ser mi hija cuando por su culpa mi mujer murió.

-¡A ti no fue el único al que afecto! Yo también perdí a mi madre y no por eso la culpo, aparte si de culpables hablamos tu ese día llevabas a Valerie y de no haberla soltado mamá no se hubiera tenido que defenderla- eso pareció caerle como agua helada.

-¡Tu no sabes nada! Ya te dije que no es contigo así que lárgate de aquí Heiner- amenazó

-Viste que no es agradable que te tachen como culpable de algo que no hiciste-Heiner soltó bruscamente su brazo al decir eso.

-Heiner-lo llame, el me miro-Déjalo, no quiero que te metas en problemas por mi culpa, por favor- él asintió resignado pero lo salió de la habitación- Se que me odias- me dirigí a papá- Nunca he permitido que la culpabilidad recaiga sobre mi por qué se que no tuve la culpa; por muchos años me esforcé para que me quisieras tan siquiera un poquito pero me rindo, ya no puedo más; es más ya no estoy dispuesta a seguir aguantando tus golpes y tus insultos, ya no estoy dispuesta a permitir que sigas arruinando mi vida por qué si lo permito voy a terminar igual de podrida que tú- ambos me veían expectantes ante lo que diría -Me voy de tu casa- decidí-Te daré el placer de cumplirte lo que tanto quieres, ya no me verás más, desde hace mucho tiempo deje de ser tu hija así que creo que no tendrás problema con eso.

Mire a Heiner y él me miraba sorprendido pero ambos sabemos que es lo mejor para mí.

-Adelante, las puertas están abiertas para que puedas irte libremente, pero eso sí Valerie si te vas no vuelves a ponerme un pie dentro de mi casa- advirtió

-Como si quisiera volver a vivir bajo el mismo techo que tu.

Sin decir nada más salió de mi habitación dejándome a solas con Heiner; necesitaba un abrazo así que corrí hacia él y lo rodee fuerte él hizo lo mismo conmigo.

-No quiero que te vayas pero te entiendo-beso mi cabeza -¿Te ayudo a empacar?

-Si por favor.

Nos separamos y él saco del armario las maletas, empezamos a sacar mi ropa y a meterla en las maletas, metí lo más importante para mí, ropa, cremas, lociones, y varias cosas más.

Me arrodille para tomar los cajita de fotos que tenía bajo la cama decidí sacar las fotos que tenía de papá, este sería mi nuevo inicio y no lo quería tener nada que lo incluyera, guarde las fotos de mamá, los abuelos y de Heiner.

Mire por última vez el pequeño cuarto de paredes grises y solté un suspiro, pase pocos momentos buenos aquí aunque en la gran mayoría de los recuerdos que tengo aquí son de horrorosas golpizas, por eso no me entristecía dejar este cuarto.

Al salir pase por la sala donde vi a mi padre sentado en el sofá, me miro con la misma frialdad de siempre.

-Adiós beta Harrison, a pesar de todo le agradezco por haberme dado un techo que me cubriera en todos estos años- sin decir más salí de la casa.

Afuera Heiner me esperaba en su auto, subió mis maletas a la cajuela y cuando ambos nos subimos nos fuimos en dirección a la cabaña del lago.

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