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Capitulo Tres: Verdad al descubierto

En poco tiempo llegamos a la cabaña, por suerte había un sendero por el cual podían llegar los autos a la cabaña aunque nadie venía por estos rumbos ya que cuando el alfa supo que yo venía a quedarme aquí a veces la declaró como propiedad privada así que nadie entra sin su autorización excepto yo y bueno también Christian aunque alfa no sepa las visitas de este.

Cuándo nos estacionamos frente a la cabaña Heiner me ayudó a bajar mis pocas maletas y llevarlas adentro.

-Guau sí que tienes bien cuidada la cabaña- Heiner también la conocía, pero hace años que no venía.

-Este es mi hogar, es obvio que tengo que mantenerlo en las mejores condiciones-

Conteste.

-¿Segura, que te quieres quedar aquí?-me miro inseguro.

-Sí tranquilo, no es la primera vez que me quedo aquí aparte Andrew tiene custodiada esta zona nadie me nada me ocurrirá- lo tranquilice.

-Aunque eso me tranquiliza un poco de todos modos vendrá dormir contigo algunas noches no me gusta que estés sola- por su tono de voz sabía que no estaba a discusión y no me quedo de otra que aceptar sin refutar.

Decidimos acomodar todo mañana ya que las horas habían pasado muy rápido y ya era muy tarde. Por ahora lo único que quería era tirarme a mi cama y dormir; la cabaña contaba con una habitación así que Heiner tuvo que quedarse a dormir conmigo.

-¿Por qué crees que papá me odia tanto?-

Ya estábamos acostados y muchos sentimientos encontrados comenzaban a abrumarme.

Él pensó por un momento su respuesta antes de contestar.

-La verdad no lo sé Val para todos es obvio que tú no tuviste la culpa de nada, mamá hizo lo qué cualquiera madre que ama a sus hijos haría; mamá protegió a su cachorra y la libró de la muerte sin importar perder su propia vida- respondió.

-Siempre lo oí llorar sabes; me dolía tanto escuchar sus sollozos y su voz rota reclamándole a la luna por haberle quitado a mamá; una vez no lo soporte y fui a su habitación con toda la intención de consolarlo y hallar una manera de apaciguar su dolor- mi voz se rompió un poco ante el recuerdo -Esa fue la primera vez que me golpeó, tú no estabas y yo solo quería demostrarle que no estaba solo que todavía nos tenía a nosotros y tenía nuestro amor pero a él no le importó y solo me culpo- las lágrimas ya corrían libres por mis mejillas.

Mi hermano solo me acurruco entre sus brazos como siempre lo ha hecho siendo mi apoyo, permitiéndome dejar salir todo mi dolor mientras él me sostenía, no sé cuánto tiempo llore pero cuando mis ojos comenzaron a sentirse pesados me acomode mejor en sus brazos y me dejé llevar por el sueño y el cansancio con la sensación de haber olvidado algo importante.

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Desperté escuchando murmullos lejanos, me removí incomoda sobre la cama, mi brazo se había dormido y sentía horrible al moverlo.

-Iré a ver si ya despertó-escucha a lo lejos segundos después el gran cuerpo de Heiner entro a la habitación.

-Buenos días Vale-saludos se sentó en el borde de la cama.

-Buenos días-sonreí -¿Quién está afuera?

-¿Cómo sabes que hay alguien afuera?-

-Te escuche hablar con alguien-

-Allá afuera está mi futuro cuñado- lo miré confundida.

-¿Traes a los hermanos de tus ligues aquí?-si decía que si definitivamente me iba a enojar.

-¡Claro que no!-negó de inmediato -Christian te está buscando, él es quien está allá afuera -lo miré entendiendo.

-Dile que en unos minutos voy- él asintió y salió a decirle.

Salir de la comunidad de mi cama fue difícil pero al final lo logré; me dirigí al baño y al mirarme al espejo deteste mi reflejo, mis ojos estaban hinchados y tenía grandes bolsas debajo de ellos, mi nariz estaba roja y el golpe en mi mejilla, se estaba tornando de verde; de verdad que agradecía que Heiner me comprará algunos productos de maquillaje ayer por la mañana para cubrirme el golpe y que nadie en la escuela o en la manada se diera cuenta. Me sentía sucia y pegajosa debido al sudor, por eso decidí darme una ducha rápida.

Prendí la regadera antes de empezar a quitarme la ropa y una vez desnuda me metí bajo el chorro de agua; limpié mi cuerpo con delicadeza pues todavía tenía algunos golpes que seguían doliendo. Cuando estaba enjuagando mi cuerpo recordé la cita que tenía con Chris ayer, me apuré a terminar porque seguro quería hablar conmigo de eso; cuando termine me envolví en la toalla y salí a buscar la ropa que ya tenía aquí para no perder el tiempo buscando la ropa de la maleta, me coloque una blusa blanca sencilla y un short de mezclilla desenrede mi cabello y sin más salí sin siquiera cubrir el golpe pues ya Christian lo había visto.

-Aquí estoy-hable entrando a la sala llamando la atención de ambos chicos; Christian de inmediato se puso de pie y corrió a abrazarme.

-Me alegra que por fin te alejaras de él-De inmediato mire a Heiner acusatoriamente.

«De verdad que es un chismoso» pensé .

-Me alivia saber que ahora ya no podrá lastimarte más- dijo antes de soltarme y volver a su lugar, imite su acción y me senté en un sofá frente a él.

-Los dejaré a solas para que hablen tranquilos- Habló Heiner y apenas dijo eso salió de la cabaña.

-Siento mucho haberte dejado plantado anoche-me disculpe antes de que hablara.

-Tranquila no hay problema. Entiendo la situación perfectamente y hasta puedo decir que me alegra que no hayas ido por qué ahora estás bien y lejos de tu padre- le sonreí agradecida -¿Estás segura que quieres vivir sola aquí? Sabes que en mi casa eres más que bienvenido.

-Tranquilo, no es la primera vez que me quedo sola aquí- le resta importancia.

-¿Y como cubrirás tus gastos?- sonó preocupado -Si quieres yo puedo aportar para...- lo interrumpí antes de que terminara.

-Gracias, pero no es necesario en realidad. No te lo había dicho, pero se me da muy bien eso de la pintura y el dibujo también un poco la animación y desde hace un par de años estado haciendo pinturas que luego Heiner se encarga de vender y me da el dinero; también le he hecho algunas animaciones que me piden en una página que tengo y con lo que ganó me ha bastado para solventar mis gastos- expliqué

-¿Y le das a Heiner alguna comisión o algo así?- quiso saber.

-Al principio quise darle un porcentaje del dinero de los cuadros que vendió pero él no aceptó diciendo que yo lo necesitaba más que él porque bueno papá a él le daba dinero y a mí no ¿Por qué preguntas? ¿Quieres trabajar para mí?

-No, solo es mera curiosidad ¿Desdé cuándo lo haces? Porque yo no he visto ninguna de tus pinturas- reclamo un poco indignado.

-Lo hago desde los 13 pero empecé a venderlos a los 15 y nadie sabe que yo siento porque seguramente papá yo hubiese boicoteado todo desde un principio- sonreí amargamente ante eso

-Yo quiero una de tus pinturas- dijo de pronto.

-¿A si sin más? Tu mismo has dicho que nunca las has visto ¿Qué tal si no te gustan?-

-No hay posibilidad de que no me guste si en realidad me encanta todo lo que tenga que ver contigo y venga de ti- mis mejillas se pusieron rojas ante sus palabras y su intensa mirada.

-Bueno... ¿Por qué estás aquí tan temprano?- desvíe el tema.

-Porque quería ver si estabas bien; ayer no llegaste a la cita y me preocupé mucho.

-Y ya viste que estoy bien.

-Sí así es-asintió -Solo que ayer también quería decirte algo muy importante durante nuestra cita.

-¿Y que es eso tan importante que me querías decir?- pregunté curiosa.

-Se que gracias a Heiner ahora sabes que siempre me has gustado-no le negué- También yo mismo te lo dije la otra noche; y bueno en el tiempo que llevamos conviviendo lo que ya sentía por ti se ha intensificado- pauso tomando aire antes de continuar- Sin más rodeos ya ¿Quieres ser mi novia?.

Me quedé en shock al escucharlo.

Él me miraba expectante y yo no sabía que contestarle esto era algo que definitivamente no me esperaba.

-No me des una respuesta ahora, te dejaré pensarlo y cuando tengas una respuesta tengamos una cita. Tú pon el día y la hora yo me encargo del lugar ¿Okey?- asentí ante su propuesta-Quiero decirte que sin importar, cuál sea tu respuesta siempre estaré aquí para apoyarte pequeña Crowel, siempre podrás contar conmigo para lo que sea- Él se acercó a mí y deposito un beso mi frente.

-Me tengo que ir, nos vemos después- sin decir más salió de la cabaña, a los pocos segundos Heiner entro.

-¿Te pidió que fueras su novia?- fue lo primero que pregunto entrar.

-Sí-dije aún sin poder creerlo.

-¿Le dijiste que si?- interrogó

-Ni siquiera me pude responder-me miro confundido.

-¿Por qué?-

-No lo se Hei, me tomó completamente desprevenida era algo que no me esperaba y no supe que decirle.

-¿Qué es lo que perturba tanto esa cabecita tuya?-pregunto sentándose a mi lado.

-A veces detesto que me conozcas tan bien- rodé los ojos cuando su sonrisa apareció.

-Te conozco como a la palma de mi mano- levantó su mano izquierda mostrándomela - ¡Oh mira, tiene una línea aquí- exclamó haciéndose el sorprendido mientras señalaba su palma; eso me hizo reír. -Ya dime qué es lo que te preocupa- insistió más.

-Es más que obvio que Christian me gusta, pero tengo miedo-Confesé- Si acepto ser su novia ¿Qué pasará después cuando encuentre a su mate? Tengo miedo a enamorarme de el y que cuando ella aparezca mi corazón salga herido y ya tengo bastante m****a en mi vida como para lidiar con un corazón roto.

-Bueno hay una gran posibilidad de que eso pase pero también sabes que la espera de un mate puede durar siglos; incluso hay veces que ni siquiera aparecen o algunos mueren. No tengas miedo de amar y ser amada; si tienes la oportunidad tómala y no la dejes ir, te aseguro que valdrá la pena y si sales herida, aquí estaré para cuidar y curar siempre las heridas de tu corazón, hermanita- dijo antes de abrazarme.

-Además no debemos descartar las altas posibilidades de que tú también encuentres a tu mate, naciste siendo loba así que no me sorprendería que algún día alguien vinieras y te reclamará como suya.

-Eres la segunda persona que me dice eso- comenté.

-¿A si? ¿Quién fue la primera?-pregunto curioso.

-Mi nueva amiga-sonreí-Tú la conoces, se llama Amy Gallagher es la que vino de intercambio de la otra manada- el reconocimiento se reflejó en su rostro.

-Me alegra mucho que tengas una amiga hermanita-sobó mi hombro.

-Yo también hermano y esta vez papá no podrá arruinarlo- sonreír feliz porque por primera vez en muchos años me sentía libre plena y feliz, por fin me había librado de las cadenas que mi padre impuso sobre mi.

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