Magnus HoffmanMis sentidos se nublan cuando siento su olor invadiendo cada parte de mi ser, inhalando profundamente intentando gravar su olor en mi mente, hay una extraña sensación que se se extiende por cada centímetro de mi pecho provocando una calidez que nunca había sentido. Las ganas de seguir con mi nariz enterrada inhalando su olor son cada vez más fuertes y me llena de satisfacción sentir el ligero temblor de su cuerpo contra el mío.Decido que ya ha sido suficiente cuando mis encías comienzan a picar justo en la zona de los colmillos y mi lobo empieza a pedir marcarla; al despegar mi cara de su cuello puedo observar mejor cada detalle de su rostro, su piel parece de porcelana y hace un perfecto contraste con sus ojos azules y brillantes, su cabello es un raro contraste de blanco desde la raíz a los hombros y castaño en el resto de su cabello pero extrañamente lo encuentro encantador.Sus manos suben a mis mejillas y las acaricia suavemente, Troyan ronronea dentro de mi al
Dos días después de llegar a la casa el dolor físico por fin se va y siento mis fuerzas renovadas, en este corto tiempo no he hecho mucho a decir verdad, solo he estado en mi cuarto recuperándome, Alexander ha estado al pendiente de mi junto a Rose que está última es algo así como la ama de llaves de la casa del alfa, es una señora ya grande pero muy amable y por lo que la he tratado en estos días puedo decir que también es divertida y cariñosa, ella al verme me dijo que estaba muy delgada y que ella personalmente se encargaría de que aumentara un par de kilos, no me ofendió por qué tiene razón estando en las mazmorras y luego en el hospital perdí mucho peso, así que ella ya sido la encargada de darme de comer y yo gustosa me como todo lo que me da.Por otro lado Alex ayer me informó que hoy iríamos al centro de la manada así que me levanté temprano y me puse lo único que tenía que era ropa que él me había prestado.—¿Estás lista?— me pregunta en cuanto entró al salón.—Si, solo quiero
Ahí estaba él parado viéndose tan intimidante que por un momento me tense, no lo había visto desde hace dos días cuando me visitó en mi habitación.-¿Que haces aquí Valerie? ¿Viniste sola?- Preguntó al no ver a nadie conmigo, no espero ni siquiera a qué le contestara y tomo asiento frente a mi.-No, de hecho vine con Alexander y me trajo a comprar cosas que necesitaba- conteste tratando de que mi voz no sonara afectada por lo que sentía al tenerlo tan cerca de mi.-Estupendo, ¿Y dónde está el ahora?- preguntó de nuevo.«Vaya que es un alfa muy preguntón» Pensé divertida.-Fui a pedir nuestros helados- respondió el susodicho llegándole por detrás. Rodeó a Magnus y me entrego mi helado tomando asiento a un lado de mi.-Gracias- dije emocionada, hace mucho que no comía helado.-De nada, aunque no entiendo cómo te puede gustar ese helado-dijo mirando con una mueca su helado.-¿Que hay de malo con su helado?- preguntó Magnus.-¿No lo hueles?- respondió divertido, Magnus olfateo hacia mi hel
Siempre experimente el miedo como un veneno lento que se iba extendiendo por todo mi cuerpo, carcomiéndome desde adentro y creí que esa era la única sensación que sentiría de manera tan horrible pero justo ahora las consecuencias de mis propias acciones demostraban que no era así pues la culpa mezclada con el miedo se iba esparciendo por mi cuerpo multiplicando esa sensación cien veces más.Desde que llegue de aquella heladería no importaba cuántas veces intentara justificarme a mí misma, la verdad era algo que no podía ocultar: le había mentido a Magnus, y lo peor era que lo había hecho sabiendo las consecuencias que eso traería, me deje llevar por el miedo y la inseguridad poniéndome en bandeja de plata para que Magnus investigue mi pasado y toda la versión mal contada de las cosas salgan a la luz.Había visto su expresión endurecerse cuando me confrontó. Sus ojos que ya de por si me miraban con frialdad habían mostrado algo más: decepción. Y esa decepción era la causante de la culp
Las cosas entre Magnus y yo estaban cargadas de tensión desde aquella conversación, mi mente no había tenido un solo momento de descanso, sabía que había arruinado la poca confianza que me tenía con mi mentira y eso me carcomía por dentro.Había intentado seguir como si nada hubiera pasado, pero la verdad era que me sentía sofocada por la incertidumbre, sentía que Magnus me tenía en la mira y eso hacía que actuara de manera nerviosa alrededor de él. Alex me había advertido que Magnus no era alguien que se quedara de brazos cruzados cuando algo le molestaba y ahora, después de días sin hablar, cada segundo de silencio me hacía temer lo peor.Esa tarde, mientras caminaba por la zona de entrenamiento, lo vi a lo lejos. Estaba con un grupo de guerreros, su expresión era la de siempre: severa y concentrada. Pero cuando sus ojos se encontraron con los míos, sentí un escalofrío. No había ira en su mirada, pero sí una frialdad que me dolió más de lo que quería admitir.Intenté reunir valor y
Corro a través del oscuro bosque, las ramas destrozan mi ropa y laceran mis brazos; mis pulmones arden y mis piernas tiemblan. Solo diez pasos más. Eso se repetía en mi mente una y otra vez motivándome a seguir corriendo; no me puedo detener, si me detengo mi vida se acaba. Unos metros más adelante la vegetación se hace menos al igual que la oscuridad del bosque, la tenue luz del sol me permite ver cuánta sangre hay sobre mi gracias a las heridas que las ramas causaron. Me detengo por un momento apoyando mis manos en mis rodillas jalando bocadas de aire desesperadamente; mis sentidos no están sobre naturalmente desarrollados pero aún así puedo escuchar sus pisadas a través del bosque y se que están a punto de llegar hasta donde me encuentro. —¿Por qué huyes Valerie? Si de todas formas te encontraré, entrégate o será peor— escuchar su voz me causaba pánico; mis manos tenían un ligero temblor y ya no sé si es por mi pulso acelerado o por el miedo que me da su voz. No puedo de
POV. Valerie. Tiemblo ante la sensación de miedo que se propaga por mi cuerpo como si de veneno se tratara. La puerta tenía el seguro puesto pero sabía que solo era cuestión de segundos para que cediera ante los instantes golpes que mi padre le daba. El sonido que hizo la puerta al abrirse me paralizo por que medio segundo después mi padre entro al cuarto totalmente furioso, su irá se reflejaba en cada facción de su rostro y su cuerpo destilaba odio que iba totalmente dirigido hacia mi; no me dio tiempo retroceder y tampoco había nadie que me defendiera, estaba completamente sola y a su merced. -¡Estúpida niña no haces nada más que amargarme la existencia!- me tomo del pelo sacándome del rincón donde me encontraba acurrucada, un grito escapó de mis labios al sentir el dolor -Te dije que si volvías a ir a casa de Andrew te iría mal pequeña bastarda- no vi debe donde apareció la vara que tenía en su otra mano pero si la sentí impactar múltiples veces contra mi cuerpo -¡No tienes na
Todo lo ocurrido anoche se repetía una y otra vez en mi cabeza, todavía no podía creer que Christian me quisiera y no de una manera amistosa, tampoco podía creer que tendré mi primera cita con él, me lo pidió anoche después de prometer que no le diría nada de lo que mi padre me hace a Andrew, fue difícil pero al final lo logré. El timbre sonó devolviéndome a la realidad, mi primera clase del día había terminado y ahora tendríamos que movernos a otro salón. Espere a que todos salieron y me despedí de la maestro al pasar por su mesa; cuando salí al pasillo no me sorprendió no ver los pasillos abarrotados pues la mayoría de los grupos tenía 2 horas de clases con la misma materia a paso lento así que eran pocos los que salían al cambio de salones, me dirigí a mi siguiente clase tuve bajar las escaleras pues la clase que acababa de terminar la dan en el tercer piso y a la que voy la dan en el primero. Cuando iba pasando por los salones del segundo piso me topé con una chica rubia que pa